sábado, 9 de octubre de 2010

EL DIFÍCIL CAMINO DE LA PAZ: NOBEL PARA LIU XIABO. M.C.M.G.

El viernes 8 se dio a conocer la designación del disidente chino Liu Xiabo, como Premio Nobel de la Paz 2010. Liu cumple en reclusión una sentencia de once años por sus ideas libertarias a favor de la democracia, mismas que las autoridades de aquel país consideran peligrosas para el sistema. Llama la atención que una nación con una expansión industrial y económica como es la República China, no lleve aparejado un desarrollo humano equivalente, y se comporte descaradamente como una oligarquía. Y más llama la atención que esto haya sido después de la revolución de 1911, momento cuando se promulga la primera república asiática. La "nueva China" nacida en 1949 proclamará que "el pueblo es soberano", pero instaurará un sistema en el que es el Partido quien disfruta de toda potestad.
En los últimos veinte años China ha venido teniendo un gran desarrollo económico, industrial y tecnológico, sin embargo al interior de las familias las cosas no resultan tan boyantes. En gran medida el crecimiento económico de China obedece a las condiciones de sobre-explotación laboral de sus trabajadores, quienes viven con lo necesario, nada más.
Meses atrás, cuando comenzó a manejarse el nombre de Liu dentro de la terna para el Nobel, las autoridades chinas intentaron impedir que siguiera considerándose dicha nominación, mediante presiones sobre el Comité Noruego de los Nobel.
A la fecha entre los disidentes chinos que se encuentran en prisión o desaparecidos, están Guo Quan - condenado a 10 años en octubre de 2009-, Tan Zuoren -5 años, en febrero de 2010-, Hu Jia -tres años y medio, en abril de 2008- y Gao Zhisheng.
La organización de derechos humanos Amnistía Internacional (AI) saludó el nombramiento de Liu Xiabo, del cual dijo que espera que sirva para "mantener la atención sobre la lucha por las libertades fundamentales y la protección concreta de los derechos humanos a la que Liu Xiaobo y muchos otros activistas están dedicados".
El comité noruego quiso disipar las potenciales críticas sobre la concesión del Nobel de la Paz a un disidente político, al asegurar que considera que "existe una estrecha relación entre derechos humanos y paz. Estos derechos son prerrequisito para la 'fraternidad entre naciones' de la cual escribió Alfred Nobel en su testamento". El galardón está dotado con 10 millones de coronas suecas (un millón de euros).
En previsión de la concesión del premio a Liu, el Gobierno chino publicó a finales del mes pasado un informe titulado Progreso en los derechos humanos en China en 2009, en el que asegura que el país ha avanzado en este campo, con la mejora del nivel de vida de sus ciudadanos. En el documento, destaca que destinó cuatro billones de yuanes (430.000 millones de euros) a un paquete de estímulo económico, que ayudó al país a vadear la crisis global. Organizaciones de derechos humanos como Human Rights Watch replicaron que desde los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, las autoridades han incrementado la represión sobre disidentes y abogados, y han reforzado las restricciones en Internet y los medios de comunicación tradicionales. Justo sucede todo lo anterior cuando en el 2009 se cumplieron veinte años de la Masacre del 4 de junio en la Plaza Tianamen de Beijing.
Lo que intentan hacer con Liu es una réplica de lo que emprendieron contra el líder tibetano Dalai Lama, cuyo Nobel de la Paz en 1989 también provocó las iras y fue desautorizado por Pekín. El Gobierno chino hizo otro tanto con el Nobel de Literatura concedido en 2000 a Gao Xingjian, un disidente emigrado, que vive en Francia.