sábado, 24 de diciembre de 2011

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

                                                               JUNTO AL PESEBRE
Como todo en esta vida, la fiesta de la Navidad puede enfocarse de muy diversos modos: El cristiano o el profano; el profundo o el frívolo; el consumista o el espiritual. Cada cual lo hace conforme a sus tradiciones culturales, familiares, y expectativas personales, y como diría mi señor padre: ¡Ni hablar del peluquín!
Sin embargo hoy, desde esa misma libertad de creencia, de la mano con la libertad de expresión, me permito hacer una sugerencia que puede llevarnos a vivir las fiestas de diciembre de una manera más plena: Por una noche, por un día, o por una semana, hagamos algo bueno y totalmente inesperado para alguna persona frente a la cual no tenemos compromiso alguno, partiendo de lo siguiente:
Habitualmente la Navidad es buen momento para expresar nuestro agradecimiento; determinamos cierta partida para la adquisición de presentes que llevan precisamente ese propósito, corresponder a alguien por algo que hemos recibido de su parte durante el año Un gesto de gratitud, sin lugar a dudas una elevada virtud, aunque vale decir que el destinatario no se sorprenderá al recibir el obsequio. La invitación de este domingo es para hacer algo a favor de alguien que no se lo espera en absoluto, y para quien aquel regalo representará una grata sorpresa. Personas sencillas que cumplen puntualmente con su trabajo, a quienes hoy tenemos oportunidad de reconocer de manera especial. No se trata de echar la casa por la ventana, pueden ser elementos muy sencillos como un café caliente, un pan de dulce, o un par de guantes. Algo significativo que le permita a aquella persona pasar un mejor rato, en particular si debido a su actividad está sujeto a las inclemencias del frío.
Otros obsequios igual de sencillos, que no merman en absoluto nuestro presupuesto son una frase cordial, una llamada telefónica, o un cálido mensaje de agradecimiento, para aquella persona que a lo largo del año tuvo un comportamiento inspirador que hoy deseamos reconocer. Dentro de una sociedad el modo de actuar de un individuo tiene repercusiones sobre el resto de personas, y cuando es positivo, nos mejora a todos.
Y es obedeciendo a este mismo mecanismo de interacción que la forma deletérea de actuar de determinados ciudadanos ha hecho lo suyo para que todos hayamos vivido un
año difícil; las acciones de un individuo, o de un grupo de ellos, cuando atentan contra la integridad de otros rompiendo la armonía general, han significado para todos la percepción de un ambiente tenso, con olor a muerte, que en mayor o menor grado desinfla los ánimos del más entusiasta. Entonces, ¿por qué no aprovechar esta ocasión para iniciar nosotros, desde nuestra posición de personas pacíficas, una ola de emociones positivas y gratas que saneen el ambiente?
Se los dejo como propuesta: Podemos pasar unas fiestas consumistas comprando, gastando, regalando, aplicando las matemáticas en el toma y daca, muchas de las veces para terminar enojados, considerando que no fue justo el intercambio, ¡ah, pero eso sí! terriblemente gastados para enero.
…Podemos pasar una Navidad en éxtasis religioso, en una comunión de Dios conmigo, a punto de la levitación dentro del templo, recibiendo gozosos lo que Dios nos da, pero sin despegar los brazos de los costados para compartir, o quizás llegando al grado de mirar con indiferencia, o desprecio a quienes nos rodean.
…O bien podemos emprender un espíritu renovado, alegre y generoso, dispuestos a dar un poco de nosotros mismos en ese propósito de sorprender gratamente a quien menos lo espera con una llamada, un abrazo, una tarjeta personalizada, un platillo caliente… Recordemos que Jesús vino al mundo para salvarnos a todos; hasta la fecha nunca nos ha pedido credenciales para determinar si somos o no dignos de su perdón. Precisamente optó por la cuna más humilde para que pudieran aproximarse confiados a ella ricos y pobres; sabios y sencillos; potentados y niños pequeños. Él nos recuerda en esta fecha que la grandeza de una persona no está en la marca de su ropa o de su carro ni en su cuenta bancaria, sino que se halla muy dentro de su corazón, y se manifiesta en los pequeños actos de cada día, ésos que alejados de la luz pública, representan el sello más fidedigno de los contenidos del corazón humano.
En nosotros está decidir cómo vivimos las fiestas y cómo terminamos el año. Estamos en un país que pese a los problemas sociales de los últimos tiempos nos sigue otorgando libertad para elegir cómo actuar, además de que en nuestro fuero interior finalmente no reina otra que no sea nuestra propia voluntad.
Felices fiestas para todos, y que el espíritu de Jesús Niño nos inspire y acompañe hoy y siempre, para bien de nuestra patria….

COSAS NUESTRAS por Jorge Villegas

Invitado
...Es la fiesta de cumpleaños.  ¿Ya invitó al que cumple años?
Me imagino que está consciente de que es el natalicio de Jesús lo que va a celebrar.
Sería absurdo hacer la fiesta sin tenerlo a él de invitado principal.
Para el huésped de honor separe platillo, golosinas y un buen regalo.
Es muy probable que mande a alguien en representación suya.
Puede llegar como el pordiosero de a la vuelta; como el hombre que vive bajo el puente.
Recíbalo como si fuera Jesús en persona.  Porque ésas son sus instrucciones.
Dice, en efecto, que si alimentas y amparas a uno de esos pobres, a Él mismo lo estás recibiendo.
jvillega@rocketmail.com

OJO 25 DIC CHRISTMAS AROUND THE WORLD: Christmas bells

Bella pieza instrumental con imágenes que nos recuerdan el verdadero y urgente  sentido de la Navidad alrededor del mundo.   Lo mejor para cada uno de ustedes en su corazón, en su familia y en su patria.

OPERACIÓN POLLO desde Michoacán: Hermosa iniciativa

Navidad, caridad y pollos…
Vicente D. Yanes, L.C.

Fuente: www.buenas-noticias.org

¿Qué relación tienen estas tres palabras: Navidad, caridad y pollos? Muy fácil: Navidad es la fiesta de la caridad infinita que Dios nos tiene, amor sin límites que le llevó a hacerse hombre por nosotros –y si hay alguno que sea un poco observador también se habrá dado cuenta de que ambas tienen siete letras y concuerdan en cinco-. ¿Y los pollos? Los pollos son una de las muchas expresiones de la caridad –el amor desinteresado a nuestro prójimo- que podemos ofrecer a los demás en esta Navidad.
La idea de los pollos le vino a Luis Alonso González García, mejor conocido como «El Core», hace tres años. Él mismo lo cuenta:
«“Operación Pollo” comenzó en Morelia. Una mañana de invierno del 2004, ya muy cerca de la Navidad, en el crucero de Avenida Camelinas con Calzada Juárez se me acercó un amigo limpia-parabrisas y me dijo: “¿Me puedes regalar dos piernas de pavo? Porque he escuchado que es muy bueno y nunca lo he probado”. En ese momento me sentí muy mal y sin perder tiempo me fui a comprar lo que  me había pedido. Por la tarde de ese día, regresé al crucero y ahí estaba mi amigo, le di sus piernas de pavo y en ese momento se soltó a llorar de alegría porque por fin iba a comer pavo. Me dio las gracias junto con un fuerte abrazo. Yo pensé que si hice feliz a una persona dándole unas patas de pavo podría hacer feliz a mucha gente, y me llegó el chispazo de crear un apostolado que muy pronto llamé “Operación Pollo”».
El cambio no fue sólo de un ave por otra, sino que se propuso no ponerse límites y llevar esa felicidad a muchos hogares más. Ese mismo año, «El Core» repartió unos cuantos pollos más cerca de la Navidad.
Pero al año siguiente (Navidad de 2005), con sus amigos de Soñar Despierto y con la ayuda de «Pollos Costeño», y «Pollos La Granja» prepararon 180 paquetes, que repartieron con alegría y un mensaje navideño por las calles de Morelia. Ese año,  también mejoró la provisión de los paquetes, que desde entonces acompañan el pollo con arroz, tortillas, salsa y refresco.
Un año más tarde, consiguieron más patrocinadores, cerca de 90 voluntarios y ampliaron el radio de acción a algunas comunidades cercanas a Morelia, así como asilos y casas hogares… elevando el número de paquetes a 1320, sin disminuir en nada el sentido por el cual lo hacen: por Dios y por sus hermanos.
¿Y qué hay de este año? Sólo en Morelia repartirán 2500 paquetes y además llevarán «Operación Pollo» a Chiapas y al DF y regalarán 500 paquetes en cada ciudad.
Lo más admirable de este hecho es que los jóvenes que participan en esta actividad no se limitan a distribuir comida sin más, llevan también un mensaje de amor y de esperanza a quienes más lo necesitan. Al mismo tiempo, los voluntarios se benefician con la labor, pues toman consciencia del sentido de la Navidad y de la solidaridad con los más desfavorecidos.
La historia de “El Core”, sus amigos y los pollos nos deja una lección muy clara y sencilla: no cuesta nada compartir algo de lo que poseemos con los que poco o nada tienen. A cambio se adquiere la satisfacción de haber hecho algo concreto en beneficio de nuestro prójimo. Y, como consecuencia, nuestra acción buena nunca será indiferente a los ojos de los demás. “Amor saca amor”.
A unos pocos días de la Navidad conviene preguntarnos: ¿Qué manifestación tiene nuestro amor a Cristo? ¿La celebración de su nacimiento se limitará este año a una reunión familiar, entre los nuestros solamente, a un pasarla bien “entre los que sí tenemos”? ¿O por el contrario haremos de esta Navidad una Navidad diferente, en la que compartiremos algo con nuestro prójimo necesitado? Que cada uno responda según se lo diga su corazón y su fe.
Cuando aprendamos a reconocer en el otro a un hermano, entonces sabremos lo que significa una FELIZ NAVIDAD no con palabras sino con la vida.

Si quieres ver el vídeo de «Operación Pollo» sigue este enlace:
http://mx.youtube.com/watch?v=8HJECiyCLcQ
Si deseas comunicarte con «El Core», éstos son sus datos:
Luis Alonso González García
Director Operación Pollo
luisalonso115@hotmail.com
sdmorelia@gmail.com
Mozart 245
Fracc. La Paloma
Tel: 3 14 95 01
Cel.:             44 (31) 86 01 32 begin_of_the_skype_highlighting            44 (31) 86 01 32      end_of_the_skype_highlighting      
Morelia, Mich.
MÉXICO
Tomado de:http://www.masalto.com

VIDEO: Obra "Una historia de Navidad" de Charles Dickens

ORÍGENES DE LA NAVIDAD



La palabra para Navidad en el antiguo inglés tardío es Cristes Maesse, la Misa de Cristo, hallada por primera vez en 1038, y Cristes-messe en 1131, y Christmas en inglés (acotación mía, basada en wikipedia). En holandés se dice Kerst-misse, en latín Dies Natalis, de donde se deriva la palabra francesa Noël, e Il natale en italiano; en alemán Weihnachtsfest, de previo a la Sagrada Vigilia. El término Yule (Navidad) es de origen incierto. El nombre en anglosajón era geol, fiesta: geola, nombre de un mes (cf. el islandés iol, una fiesta en diciembre).
Jerusalén 
 En el año 385, Silvia de Burdeos (o Eteria, como parece evidente debe ser llamada) quedó profundamente impresionada por las espléndidas fiestas sobre la infancia del Señor Jesús celebradas en Jerusalén. Ellos celebraban la "Natividad"; el Obispo iba de noche a Belén, regresando a Jerusalén para las celebraciones del día. La fiesta de la Presentación se celebraba cuarenta días después. Pero este cálculo empezaba desde el día 6 de enero, y la fiesta duraba hasta la octava de esa fecha. (Peregr. Silv., ed. Geyer, pp. 75 ss.). Nuevamente, (en la pág. 101) ella menciona como muy importantes fiestas, la Pascua y la Epifanía. Como podemos ver, en el 385, el 25 diciembre no era observado en Jerusalén. Este dato verifica las citas dadas por Juan de Nikiu (c. 900), tomadas de las cartas entre Cirilo de Jerusalén (348-386) y el Papa Julio I (337-352), con el propósito de conseguir que en Armenia se celebre la Navidad el día 25 diciembre (véase P.L., VIII, 964 ss.). Cirilo declara que su clero no puede realizar en la misma fecha de la fiesta del Nacimiento y Bautismo, una procesión a Belén y Jordania. (Esta posterior práctica es un anacronismo). Él le pide a Julio que le asigne a la Navidad, su verdadera fecha "tomándola de los documentos del censo traídos por Tito a Roma"; Julio asigna como fecha el 25 de diciembre. Otro documento (Cotelier, Patr. Apost., I, 316, ed. 1724) dice que Julio le escribió a Juvenal de Jerusalén (c. 425-458), informándole que Gregorio Nacianceno, en Constantinopla estaba siendo criticado por "dividir la fiesta en dos". Julio murió en el año 352, y por el 385, Cirilo no había introducido cambio alguno cambio; de hecho, Jerónimo, escribiendo aproximadamente en el 411 (en Ezeq., P.L., XXV, 18), reprocha a Palestina el hecho de celebrar el nacimiento de Jesús (cuando Él se ocultaba) en el día de la fiesta de la Manifestación. Cosme Indicopleustes sugiere (P.G., LXXXVIII, 197) que, incluso a mediados del siglo sexto, Jerusalén se distinguía por combinar las dos conmemoraciones, arguyendo que en Lucas III,23, el día del bautismo de Cristo se realizó el día de Su cumpleaños. Sin embargo, la conmemoración en Jerusalén de David y del Apóstol Santiago se realizaba el día 25 de diciembre, hecho que muestra que esta fiesta no era celebrada en este día. Usener, tomando argumentos del "Laudatio S. Stephani" de Basilio de Seleucia (c. 430. —P.G., LXXXV, 469), piensa que Juvenal intentó introducir esta fiesta, pero que la fama del nombre de Cirilo hizo que la fecha se mantuviera sin variación.

COMO PERROS Y GATOS

domingo, 18 de diciembre de 2011

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

NAVIDAD EN FAMILIA
Me he propuesto encontrar un nombre para  ese conjunto de signos y síntomas que inician cada año,   en el mes de diciembre, y que se  disparan a mediados de mes, coincidiendo con el pago de aguinaldos.   Las manifestaciones más evidentes incluyen impulsividad en el comprar; irritabilidad; impaciencia, y  tendencia a la ira.  A las personas afectadas por dicho mal de temporada las vemos transitar por calles y avenidas precipitándose en cada crucero,  denotan una inusual urgencia de llegar quién sabe a dónde, pero antes que cualquier otro, por lo que –quiero suponer--, así se atravesara  frente al vehículo su propia madrecita, se la llevarían de encuentro, con tal de ganar tiempo.
   En lo personal siempre me ha intrigado ese conjunto de actitudes, y he tratado de ponerme en los   zapatos de quienes lo padecen  procurando entender sus motivos, y  averiguar además si   comprenden que los más afectados con esa actitud son ellos mismos.   Los demás probablemente tengamos que tolerarlos un instante, pero ellos tendrán que hacerle compañía  a su propio enojo, día con día ¡puf!.
   Pero volviendo a este síndrome decembrino tan característico,  resulta muy  común en quienes lo padecen lanzarse para ganar lo que sea a cualquier costo.  El fajo de billetes en los bolsillos  parece inyectarles una energía descomunal, y se lanzan afiebrados  a los centros comerciales a gastarlo, muchas de las veces de manera irracional.
   Vemos que  ocupan sistemáticamente los cajones de discapacitados, se cruzan con el semáforo en rojo, o rebasan por la derecha, personas que el resto del año mantienen  una relativa obediencia a las normas ciudadanas.   Dentro de las tiendas de autoservicio  van con el carrito de compras a 80 kilómetros por hora, llevándose de encuentro a  cualquiera que no les deje la vía libre, y en fin, lo increíble del caso es que lo hacen movidos por la precipitación de prepararse para  celebrar la Navidad.
   La Nochebuena es una de las fiestas cristianas más importantes de Occidente, aunque el desarrollo de la “aldea global” ha llevado a que también se celebre en Oriente, digamos en Tokio, aún cuando el cristianismo no haya alcanzado una importante penetración en  la nación japonesa.  Tradicionalmente el nacimiento del Señor despierta en nosotros particulares sentimientos de amor,   y el deseo de compartir con familiares y amigos.   Las “posadas” que tuvieron su origen en la época de la Colonia  a manera de preparación espiritual durante los días previos a la Nochebuena, recordando el viaje de José y María a Belén para cumplir con los designios de la época, han dejado su cariz religioso para convertirse en “tomadas” o “tronadas”, con un incremento importante en los accidentes automovilísticos al conducir en estado inconveniente.
   Del mismo modo, ese Niño Dios que elige nacer entre pajas para convertirse así en el Salvador de todos nosotros sin distinción, ahora nos lleva a excesos de todo orden, muy en particular monetarios.  Trayendo dinero en el bolsillo queremos comprar el planeta, y no reparamos en gastos, lo que finalmente tiene un costo muy elevado en el mes de enero, cuando andamos sufriendo por los desórdenes financieros de fin de año.
   Entonces, del total de la temporada pasamos una parte enojados, irascibles, arremetiendo contra el que se nos cruce enfrente, otra más sufriendo y lamentándonos por haber gastado de manera poco  inteligente  nuestro dinero, y una  última sumidos en los excesos,  lo que deja un muy pequeño espacio para lo que en justicia debe ser el motivo  central de la celebración, la venida al mundo de Aquél que prodigó en nosotros el amor más grande.
   Vaya pues una exhortación a volver los ojos al verdadero significado de la Navidad, y a partir  del mismo comenzar  a  hacer de nuestra familia una verdadera comunidad de amor.    Alejémonos por esta vez del sentido mercantilista de la temporada, y comencemos a regalarnos unos a otros aquello que en verdad trasciende, un poco de nosotros mismos, de nuestra atención, de nuestro tiempo.
  En el bullicio de la temporada se nos olvida que  a la larga el amor más sincero y profundo lo proporciona la familia,  cierto, con sus limitaciones y defectos, pero dentro de la familia encontraremos el apoyo más auténtico y fortalecedor en las horas difíciles.  ¿No es, pues, momento de comenzar a practicar desde hoy  la armonía en la convivencia?...
   Vayan mis mejores deseos para que al término de la temporada  nos encontremos con menores apuros económicos y mayor tranquilidad como personas.  Que vivamos a lo largo de cada día una época de honda alegría y  sano esparcimiento, que nos  proporcione la apertura espiritual para acoger el verdadero sentido de la Navidad.  ¿El nombre del síndrome de temporada?...  Tarea pendiente para el próximo año; siempre he sido pésima para los nombres.

COSAS NUESTRAS por Jorge Villegas

Cobijas
Es un ministerio de misericordia al alcance de casi todos.
Comprar y entregar una cobija a una familia necesitada.
Librarse del frío es la comodidad que más se agradece.
Sobre todo en casa precarista, de láminas y blocks sin revestir.
Claro que la primera ocurrencia es regalar una despensa que ya viene empaquetada.
Pero revise una y verá que son muestras de productos, apenas una probada.
Se consumen en un día y el hambre vuelve con puntualidad cotidiana.
La cobija es para todo el invierno.  Y si puede regalar una, pues regale dos.
jvillega@rocketmail.com

CHRISTMAS BELLS

ARTÍCULO DE LA REVISTA PROCESO: Escribe José Gil Olmos

Este artículo se lo dedico a la memoria de Nepomuceno Moreno –don Nepo, como le decían en el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad–, que fue asesinado el pasado 28 de noviembre y criminalizado por el gobierno de Sonora, no obstante que su único delito fue buscar a su hijo Mario, desaparecido en julio del año pasado.
También a las mujeres de este movimiento, quienes se han convertido en el eje de las acciones y en el bastión de lucha por la justicia y la presentación de sus seres queridos que han muerto o se encuentran desaparecidos, víctimas de la guerra contra las drogas.
Quiero retomar el título de uno de los libros del historiador y escritor británico Tony Judt para hablar de lo que está pasando en México en los últimos años. “Algo va mal”, dice el pensador inglés para describir la crisis de Estado en Norteamérica e Inglaterra, pero que bien se puede aplicar en muchos de países.
En el caso de nuestro país bien podríamos decir que “algo va mal” cuando comenzamos a tomar como “normal” que todos los días se informe del número de muertos ocurridos, como si fuera el reporte del tiempo; cuando deja de conmovernos la tragedia que miles de familias viven porque están desaparecidos sus esposos, hijas e hijos, primos, nietos o algún familiar que salió de casa y ya no regreso; también, cuando vemos que se gasta más en armas que en salud o educación; que los jóvenes ven en el narcotráfico una vía aspiracional o que siguen en el olvido indígenas y campesinos que ven en el cultivo de drogas una forma de supervivencia.
Sí, “algo va mal” cuando hacemos de la violencia y la muerte una normalización que también aqueja al medio periodístico. ¿Cuántas veces no nos hemos sorprendido a nosotros mismos hablar del pozolero en tono de broma; de los migrantes esclavizados como una situación normal; de la corrupción y de la impunidad como algo inevitable; de fosas clandestinas con cientos de cuerpos sin identificar, de descuartizados y decapitados sin rubor?
“Algo va mal” si ya no nos sorprende que estén asesinando a periodistas, defensores de derechos humanos, activistas sociales o que desaparezcan sin que las autoridades hagan algo.
Sí, “algo va mal” si de nuestra memoria borramos el registro de que desde hace casi siglo no había habido tanto muertos, desparecidos, desplazados, heridos, viudas, huérfanos y discapacitados en un periodo tan corto, como en los últimos cinco años.
El pasado 25 de septiembre realicé un trabajo dedicado a las mujeres que integran el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, lo pensé como un homenaje a estas mujeres de todas las edades y clases sociales que con su lucha nos dan una lección de vida; porque del dolor han sacado la fuerza para transformarlo, para sublimarlo en ímpetu y esperanza.
Este trabajo recibió el tercer lugar del Premio Alemán de Periodismo, mientras que otro par de trabajos de Marcela Turati y uno más de Thelma Gómez, tuvieron el primero y segundo lugar respectivamente. Los tres trabajos, coincidentemente hablan de la importancia del trabajo y la presencia de las mujeres en estos momentos de crisis del país. Y es que las mujeres se han convertido en el eje central de la lucha de miles de familias que buscan justicia para sus muertos y que demandan de las autoridades eficiencia para encontrar a sus desaparecidos. También hay hombres, pero son menos, quizá porque las mujeres sienten desde el vientre, desde su carne, la ausencia de sus hijos o de sus esposos.
La voz desgarrada de estas mujeres es la llamada de alerta contra la normalización de la violencia y de la muerte en la que nos hemos metido todos sin excepción. Su incansable lucha, su amor por la vida, su permanente presencia dando consuelo a quien se acerca nos llena de ilusión de que no todo está mal.
Son ellas las que están construyendo la esperanza desde su dolor (quizá por eso la Esperanza es nombre de mujer) y las que en medio de esta crisis nos muestran el camino.
Pero también son ellas quienes se están convirtiendo en blanco de ejecuciones y atentados como en el caso de Julia Marichal, actriz y promotora del movimiento de paz asesinada; o el de Norma Andrade, fundadora de la organización “Nuestras Hijas de Regreso a Casa”, que recibió cinco balazos.
Ante la “normalización” de la violencia, de las ejecuciones y desapariciones forzadas, este grupo de mujeres mexicanas ha levantado la voz rompiendo esa cortina oficial que, al final, sólo sirve al gobierno y los partidos políticos a resbalar su responsabilidad en vísperas de tiempos electorales.
Sea este artículo y los tres reportajes que ganaron el Premio Alemán de Periodismo un homenaje y una llamada de atención para proteger a estas mujeres que de su casa han salido a la calle para convertirse en guerreras para encontrar la paz.

La Navidad de Mr. Bean

¡No podía faltar el buen humor en la temporada!

HISTORIA DE NAVIDAD: Daniel y el pordiosero

Eramos la única familia en el restaurante con un niño.
Yo senté a Daniel en una silla para niño y me di cuenta que todos estaban tranquilos comiendo y charlando.
De repente, Daniel pego un grito con ansia y dijo, "Hola amigo!"
Golpeando la mesa con sus gorditas manos.
Sus ojos estaban bien abiertos por la admiración y su boca mostraba la falta de dientes en su encía.
Con mucho regocijo el se reía y se retorcía. Yo mire alrededor y vi la razón de su regocijo.


Era un hombre andrajoso con un abrigo en su hombro; sucio, grasoso y roto.
Sus pantalones eran anchos y con el cierre abierto hasta la mitad y sus dedos se asomaban a través de lo que fueron unos zapatos. Su camisa estaba sucia y su cabello no había recibido una peinilla por largo tiempo. Sus patillas eran cortas y muy poquitas y su nariz tenia tantas venitas que parecía un mapa.


Estábamos un poco lejos de el para saber si olía, pero seguro que olía mal.
Sus manos comenzaron a menearse para saludar. "Hola bebito, como estás muchachón," le dijo el hombre a Daniel.


Mi esposa y yo nos miramos, "Que hacemos?" Daniel continuó riéndose y contestó, "Hola, hola amigo."


Todos en el restaurante nos miraron y luego miraron al pordiosero. El viejo sucio estaba incomodando a nuestro hermoso hijo.




Nos trajeron nuestra comida y el hombre comenzó a hablarle a nuestro hijo como un bebé.
Nadie creía que era simpático lo que el hombre estaba haciendo.
Obviamente él estaba algo borracho.
Mi esposa y yo estábamos avergonzados. Comimos en silencio; menos Daniel, que estaba super inquieto y mostrando todo su repertorio al pordiosero, quien le contestaba con sus niñadas.


Finalmente terminamos de comer y nos dirigimos hacia la puerta. Mi esposa fue a pagar la cuenta y le dije que nos encontraríamos en el estacionamiento. El viejo se encontraba muy cerca de la puerta de salida.


"Dios mío, ayúdame a salir de aquí antes de que este loco le hable a Daniel." Dije orando, mientras caminaba cercano al hombre.


Le di un poco la espalda tratando de salir sin respirar ni un poquito del aire que el pudiera estar respirando.


Mientras yo hacía esto, Daniel se volvió rápidamente en dirección hacia donde estaba el viejo y puso sus brazos en posición de; cárgame."
Antes de que yo se lo impidiera, Daniel se abalanzó desde mis brazos hacia los brazos del hombre. Daniel en un acto de total confianza, amor y sumisión recargó su cabeza sobre el hombro del pordiosero. El hombre cerró sus ojos y pude ver lágrimas corriendo por sus mejillas. Sus viejas y
maltratadas manos llenas de cicatrices, dolor y duro trabajo, suave, muy suavemente, acariciaban la espalda de Daniel. Nunca dos seres se habían amado tan profundamente en tan poco tiempo. Yo me detuve aterrado.
El viejo hombre se meció con Daniel en sus brazos por un momento, luego abrió sus ojos y me miró directamente a los míos.


Me dijo en voz fuerte y segura, "Usted, cuide a este niño." De alguna manera le contesté: "Así lo haré" con un inmenso nudo en mi garganta. El separó a Daniel de su pecho, lentamente, como si tuviera un dolor.


Recibí a mi niño, y el viejo hombre me dijo: "Dios le bendiga, señor.
Usted me ha dado un hermoso regalo."


No pude decir más que un entrecortado gracias. Con Daniel en mis brazos, caminé rápidamente hacia el carro. Mi esposa se preguntaba por qué estaba llorando y sosteniendo a Daniel tan apretadamente, y por qué yo estaba diciendo:
"Dios mío, Dios mío, perdóname." Yo acababa de presenciar el amor más puro a través de la inocencia de un pequeño niño que no vio pecado, que no hizo ningún juicio; un niño que vio un alma y unos padres que vieron un montón de ropa sucia. Yo fui un cristiano ciego, cargando un niño que no lo era.


Para todos los cristianos, les deseamos pasen unidos una hermosa Navidad, llena del más puro amor.


Autor Desconocido
Tomado de http://www.leonismoargentino.com.ar

VIDEO: COMERCIAL PANTENE: Niña violinista

¿Quién dice que los grandes sueños no han de cumplirse? La clave se llama: "Tenacidad"

VIDEO: SILENCIO DE AMOR. EL AMOR DE UN PADRE

Alrededor del mundo, en toda cultura, en cualquier idioma, el amor es un principio universal. Este video agridulce así nos lo recuerda en estas fechas eminentemente familiares.