domingo, 3 de junio de 2012

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

JUVENTUD Y ARROJO
 “Yo soy 132” ha sido un movimiento estudiantil que en su corta vida  ha crecido a pasos agigantados, generando muy diversas reacciones, tanto en nuestro país como en el mundo entero.   Nace entre la comunidad estudiantil de la Universidad Iberoamericana, prende entre jóvenes de distintos planteles universitarios en la capital y en provincia, y trasciende. Constituye una coyuntura histórica que llama a la reflexión.
   Como cualquier movimiento ideológico no es estático, sino que va cambiando con el paso de los días, y se vuelve un ejercicio democrático  a partir del cual los mexicanos tenemos la oportunidad de mirarnos en un espejo claro y brillante para descubrir en esas demandas frescas lo que el temor, la molicie o la indiferencia nos han  hecho callar a los mayores.
   Hay opiniones encontradas, desde quienes no tenemos empacho en mostrar nuestro entusiasmo y solidaridad a la causa de los jóvenes, que bien debía ser nuestra causa desde que ellos estaban en la cuna, hasta  aquellos que consideran que los jóvenes son un anteproyecto de carne de cañón para los viejos arquetipos del sistema.   La actitud de restarles toda sensatez y credibilidad a los estudiantes, es producto de un desconocimiento de su ideología, que no por fresca es en sí misma errática.
   Para conocernos los humanos, es menester comunicarnos, algo que aplica para todos, independientemente de nuestra edad.  Hay que reconocerlo, difícilmente nos acercamos a los jóvenes para  saber cómo piensan y qué proponen; más bien sucede que de entrada les colgamos una etiqueta y pintamos nuestra raya,  sin otorgarnos el beneficio de la duda, cancelando  así cualquier ocasión de diálogo e intercambio.
   En el último par de semanas he tenido oportunidad de acudir a dos eventos públicos en el recién inaugurado Auditorio José Vasconcelos, en la ciudad de Piedras Negras; el primero fue una lectura en atril, y el segundo un panel de historiadores.  En ambos eventos  asistieron grupos de estudiantes de enseñanza media y media superior, quienes llegaron desde temprana hora con el maestro responsable. En  las dos ocasiones sucedió que, salvo alguna rara excepción,  los adultos que fueron llegando a ocupar butacas próximas a los jóvenes no los tomaron en cuenta para nada.   En el segundo evento los  propios estudiantes tuvieron la iniciativa de saludar primero a los adultos conforme pasaban frente a ellos a ocupar sus asientos, y me consta, se quedaron con la palabra en la boca.
   Provenimos de familias dentro de las cuales la voz que cuenta  es la de los adultos.  En la mayoría de los casos los niños y jóvenes en el núcleo familiar difícilmente alcanzan la categoría de “persona” con todos sus atributos, entre los cuales está el de ser tomados en cuenta.  Cuando aquellos mismos jóvenes llegan a la universidad, los adultos seguimos visualizándolos como “chiquillos”, y el día cuando ellos deciden intervenir directamente para modificar el estado de cosas del país, los tachamos de insensatos, o como escuché decir a una mujer mayor “ni siquiera  se dan cuenta de que los están manipulando los partidos políticos”, opinión que para nada comparto.
   Si nos asomamos a la historia de finales de los sesentas e inicios de los setentas, veremos que paralelamente al Movimiento del ’68 en México surgieron movimientos estudiantiles en países como Francia, Italia, Inglaterra, y Estados Unidos.  Un poco después los del Cono Sur, fundamentalmente en Argentina, Uruguay y Chile.  Todos ellos fueron movimientos estudiantiles que cimbraron al mundo, y los líderes rebeldes de  esos tiempos marcaron importantes cambios sociales para sus respectivos países.  Cierto, se pagó un precio de sangre por lograrlo, y es de lo único que tenemos que cuidar a nuestros jóvenes en este momento, de una confrontación   violenta que después lleguemos a lamentar.
   Cuando nos acercamos a conocer las demandas de nuestros jóvenes descubrimos que giran en torno a un eje rector de transparencia y equidad.  Hay puntos, como el de exigir que el debate entre candidatos a la presidencia se transmita en cadena nacional por todos los canales, que parece poco factible, además de que viola la garantía constitucional de la libertad, en este caso para ver en la televisión, a esa hora,  lo que cada cual quiera.  Confiemos en que estos puntos ciegos vayan aclarándose en sus mentes, pero  resulta obligado   reconocer que ellos están perfectamente involucrados en proponer y demandar los cambios que el país requiere con urgencia, y que lo que pueda haber de impulsividad es propio de su juventud y se corrige con el tiempo.  Entonces, más que desestimarlos o tacharlos, nos corresponde  aprender de su valentía  para llamar a las cosas por su nombre, para unificarse en una sola voz, y para comenzar a trabajar desde todos los puntos en la construcción del México con el  que todos soñamos.

COSAS NUESTRAS por Jorge Villegas

Garantías
Nos encrespa ver defender los derechos humanos de los criminales.
Nos enoja que abogados los defiendan, los amparen, los liberen.
Vemos un desfase brutal entre los supuestos constitucionales y la realidad.
Las garantías individuales se diseñaron para amparar a los particulares.
El debido proceso garantiza el respeto a la dignidad de los acusados.
Pero los criminales de ahora no se comportan humanamente, sino como bestias.
Actúan al margen de toda ley divina y humana. Con crueldad irracional.
Igual hay que tratarlos. ¿O alguien le lee sus derechos a un león mientras es devorado por él?
jvillega@rocketmail.com

VIDEO: Nature unleashed by Sony HD

Un video para esos ratos cuando vemos con amargura la vida: ¡Es el mejor antídoto!

A RAÍZ DE LA LUCHA EN CONTRA DEL TRABAJO INFANTIL

Niños mineros de principios del siglo veinte.
De acuerdo a la UNICEF en México, 3.6 millones de niños, niñas y adolescentes entre los 5 y 17 años de edad están trabajando de acuerdo al Módulo sobre Trabajo Infantil de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE 2007). Lo anterior equivale al 12,5% de la población infantil de este mismo rango de edad. De ellos, 1.1 millones son menores de 14 años; es decir, no han cumplido con la edad mínima para trabajar marcada por la Ley Federal del Trabajo.
 Aproximadamente el 24% de los trabajadores entre 5 y 17 años se concentra en tres entidades: Estado de México, Jalisco y Puebla. El 52.8% se distribuye en la cuarta parte de los Estados: además de los anteriores, Michoacán, Veracruz, Guerrero, Chiapas y Guanajuato. El 23.8% de los niños y las niñas de México entre 5 y 13 años que trabajan reside en Puebla, Jalisco o Guerrero. El 52.6% se reparte en estos Estados y Michoacán, Oaxaca, Estado de México, Guanajuato y Veracruz. 
   Fuente: http://www.unicef.org/mexico/spanish/proteccion_6928.htm

EL RECLAMO DEL COLIBRÍ por Alberto Ruy-Sánchez

APEGOS por Anthony De Mello

Un pájaro herido no puede volar, pero un pájaro que se apega a una rama de árbol, tampoco.
¡Deja de apegarte al pasado!
Dice el proverbio hindú:
"El agua se purifica fluyendo; el hombre, avanzando." El mundo está lleno de sufrimiento; la raíz del sufrimiento es el apego; la supresión del sufrimiento significa la eliminación, el abandono de los apegos.
Hay un deseo común, que es el cumplimiento de lo que se cree que va a dar felicidad al yo, al ego. Ese deseo es apego, porque ponemos en él la seguridad, la certeza de la felicidad.
Es el miedo el que nos hace desear la felicidad, y ella no se deja atrapar.
Ella es. Esto sólo lo descubrimos observando, bien despiertos, viendo cuándo nos mueven los miedos y cuándo nuestras motivaciones son reales.
Si nos aferramos a los deseos, es señal de que hay apego.
¿Abandonar los apegos significa apartarse del mundo material?
La respuesta es: ¡No!
Uno usa el mundo material, uno goza el mundo material, pero no debe hacer depender su felicidad del mundo material.
¿Está esto suficientemente claro?
Uno comienza a gozar las cosas cuando está desapegado, porque el apego produce ansiedad. Si estás ansioso cuanto te aferras a algo, difícilmente podrás gozarlo.
Por lo tanto, lo que te propongo no es una renuncia al goce: es una renuncia al afán de posesión, a la ansiedad, a la tensión, a la depresión frente a la pérdida de algo.
¿De dónde crees que provienen todos los conflictos?
De los apegos.
¿De dónde crees que proviene el sufrimiento?
De los apegos.
¿De dónde crees que proviene la soledad?
De los apegos.
¿De dónde crees que proviene el vacío?
Tú lo sabes: el origen es el mismo.
¿De dónde crees que provienen los temores?
También de los apegos. Sin apego no hay temor.
¿Lo pensaste alguna vez? Sin apego no hay temor.

VIDEO: El tabaco mata

Acabamos de celebrar el Día Mundial Sin Tabaco, fecha instaurada por la OMS a partir de 1987, para fomentar la prevención del tabaquismo, considerando que representa la segunda causa de muerte a nivel mundial, siendo uno de cada diez adultos que muere por este hábito.