domingo, 21 de abril de 2013

CONTRALUZ por Máría del Carmen Maqueo Garza


DOLOROSA LECCIÓN
Podemos afirmar que la muerte se ha vuelto algo cotidiano, tan absurdo como parezca. Dolorosamente se integra al panorama urbano como los árboles, los vehículos, o los perros sin dueño.   Matar, entonces,  comienza a resultar una actividad humana tan común como hablar o caminar…
   Hace seis días, durante la etapa final del afamado Maratón  de Boston, ocurre una  terrible tragedia, que al momento de preparar esta colaboración va a medio camino de desentrañarse.  Un par de jóvenes chechenos colocan un par de bombas de fabricación artesanal que explotan entre la multitud, provocando tres muertos y decenas de heridos, algunos de ellos de gravedad, y en diversos casos con terribles secuelas permanentes.
   La ciudad que alberga dos de las más prestigiosas instituciones de educación superior, Harvard y el MIT, se cimbra ante tales acontecimientos, en tanto la propia comunidad estudiantil se pregunta cómo es posible que esos jóvenes con los que convivieron dentro del aula hayan sido capaces de concebir un plan así de terrible.
   A través de diversas publicaciones se han dado a conocer expresiones de personas que los conocieron desde tiempo atrás, y que se hallan pasmadas frente a los hechos, para los cuales no alcanzan a dar crédito.
   Si revisamos nuestro entorno inmediato, que por razones obvias nos resultará familiar, es difícil que la forma repentina de actuar de una persona nos cause sorpresa.  Vaya, no imaginamos que el vecino de años, o un pariente, o un amigo cercano, de la noche a la mañana comience a robar bancos así como así.  Ni concebimos que la pía dama que va a misa todas las mañanas resulte ser una asesina serial como esos personajes de tantas series que se han puesto de moda.  Sería excepcional el caso de alguien cercano que nos da una sorpresa de ese tamaño…
   Claro, hay casos de personas conocidas que tal vez lleven a cabo acciones –buenas o malas—que jamás imaginamos.  Lo único que refleja, que en realidad no las conocemos a fondo como para saber de qué modo actuarán ante determinada circunstancia.
   Pues bien, las meticulosas investigaciones que desde el primer momento han llevado a cabo las distintas dependencias de gobierno en los Estados Unidos señalan, repito, hasta el momento de escribir esta colaboración, que los dos jóvenes chechenos captados por las cámaras de seguridad en distintos momentos durante el Maratón, son los responsables de esta masacre.  Y quienes  convivieron con ellos a lo largo de casi diez años desde su arribo como refugiados debido a los conflictos armados en su país de origen, no dejan de sorprenderse… Aplicando una sencilla ecuación matemática podemos concluir que en realidad no los conocían, pues si en realidad lo hubieran hecho, podrían haber detectado en ellos algún gesto, una afición, algún comentario sugestivo de su potencial destructor.
   Tamerlan Tsarnaev, el mayor de los hermanos,  muerto durante una persecución  policíaca a las afueras de Boston la madrugada del viernes, expresó en el 2010 para una revista universitaria: “No tengo un solo amigo norteamericano.  No los entiendo”.  Además contaba antecedentes penales por violencia física contra una novia.  Ahí hay dos puntos a los que no se dio mayor importancia, y claro, difícil hacerlo cuando no hay un interés encaminado  a conocerlos y convivir con ellos.   Por su parte una mujer, al parecer la madre, también había sido consignada en diversas ocasiones por robo en comercios de la localidad.
   Esta tragedia humana que termina en pérdida o daño a la integridad física de personas inocentes, y que provocará una serie de  repercusiones emocionales, no nada más en quienes vivieron de manera directa los hechos, y no nada más a los bostonianos, sino a toda la comunidad universitaria norteamericana fue un plan que no nació de un día para otro en la mente de sus autores.  Con toda seguridad hubo signos de alarma que, o no se vieron, o no se les concedió la debida importancia, y que probablemente hubieran prevenido la magnitud que alcanzó el atentado.
   Los “hubiera” no existen, bajo ninguna circunstancia funcionan.  Quédenos a todos los seres humanos la lección de fomentar el concepto de “comunidad” en nuestro entorno.  Busquemos  establecer canales de comunicación abiertos y continuos con quienes nos rodean, muy en particular con nuestros niños y jóvenes.  Los hechos que ocurren allá afuera cada día, de alguna manera impactan sus emociones, llegando a provocar situaciones de riesgo para ellos.  Pero si no hay nadie para detectarlo a tiempo y sanarlo, tampoco lo habrá para ejercer acciones de prevención social.
   Con aquellos que conforman nuestro entorno inmediato, ante una actitud que dispare alarma, no se vale arrellanarnos en nuestra molicie y decir “para qué me meto en broncas”.  Pensemos que quizás hoy alguien en Boston lamenta no haber  hecho eso mismo a tiempo.

COSAS NUESTRAS por Jorge Villegas

Cacería
La de Boston fue una espectacular cacería humana.
Todas las policías actuando para aprehender a un terrorista.
Los vecinos atrincherados en sus casas, los transportes paralizados.
Hasta el tren cercano se detuvo mientras buscaban al presunto.
Importaba detenerlo, pero más demostrar la fuerza del Estado.
Dar lección pública del castigo implacable a los crímenes deshumanizados.
Un mensaje rotundo de escarmiento a los delincuentes.
Así debiéramos perseguir a por lo menos uno de nuestros criminales.
jvillega@rocketmail.com

LO QUE LAS TORTUGAS ENSEÑAN AL MUNDO.

¿A qué hora perdimos el rumbo? ¿Y cuándo la armonía con la naturaleza?
¿Por qué absurdo delirio pretendimos zafarnos del orden cósmico propuestos a  fundar uno propio?...

Extraordinario video.  Guillermo, gracias por compartir.

8 REGALOS


Proyecto "Aves del paraíso" de la Universidad de Cornell

Los subtítulos imprecisos en ambos idiomas, pero vale la pena verlo. Gracias Rochy por compartir.

LA GENTE QUE ME GUSTA: Texto de Mario Benedetti


Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace. La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad. Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien se permite huir de los consejos sensatos dejando las soluciones en manos de la misma vida.

Me gusta la gente que es justa con su gente y consigo misma, la gente que agradece el nuevo día, las cosas buenas que existen en su vida, que vive cada hora con buen ánimo dando lo mejor de sí, agradecido de estar vivo, de poder regalar sonrisas, de ofrecer sus manos y ayudar generosamente sin esperar nada a cambio.

Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, pero sin lastimarme ni herirme. La gente que tiene tacto.

Me gusta la gente que posee sentido de la justicia.

A estos los llamo mis amigos.

Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría y la predica. La gente que mediante bromas nos enseña a concebir la vida con humor. La gente que nunca deja de ser aniñada.

Me gusta la gente que con su energía, contagia.

Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos razonables a las decisiones de cualquiera.

Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.

Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza en reconocer que se equivocó o que no sabe algo. La gente que, al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.

La gente que lucha contra adversidades.

Me gusta la gente que busca soluciones.

Me gusta la gente que piensa y medita internamente. La gente que valora a sus semejantes no por un estereotipo social ni cómo lucen. La gente que no juzga ni deja que otros juzguen.

Me gusta la gente que tiene personalidad.

Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano, es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón.

La sensibilidad, el coraje, la solidaridad, la bondad, el respeto, la tranquilidad, los valores, la alegría, la humildad, la fe, la felicidad, el tacto, la confianza, la esperanza, el agradecimiento, la sabiduría, los sueños, el arrepentimiento y el amor para los demás y propio son cosas fundamentales para llamarse GENTE.

Con gente como ésa, me comprometo para lo que sea por el resto de mi vida, ya que por tenerlos junto a mí, me doy por bien retribuido.

Gracias Benito, gracias  Roberto, por compartir.

LA LECCIÓN DE LAS AVISPAS

Un video increíble, tomado a una velocidad de 4,700 cuadros por segundo, que muestra a una colonia de avispas llevando agua a  las larvas en desarrollo del panal.  Cada insecto individual lleva una gota de agua que se  cuidará de no perder hasta que logre depositarla dentro del nido, mientras que las que permanecen en la entrada del mismo agitan sus alas para mantenerlo fresco.
   Una gran lección de solidaridad para nosotros los humanos. ¿No creen?