SOLUCIONES DE FONDO
La comunicación es una necesidad propia del ser
humano; a través de ella sobrevivimos, mejoramos nuestra calidad de vida;
estamos en capacidad de prevenir daños, y por qué no, también nos
divertimos. Lo que en sus orígenes
habrá sido una serie de señas entre dos seres humanos, tiene en la actualidad
alcances insospechados. Leía
recientemente un dato que llamó poderosamente mi atención, según los cálculos
de Ignazio Ramonet semiólogo español avecindado en Francia, cofundador de Media
Watch Global, un solo ejemplar de la edición dominical del New York Times
contiene más información que la que una persona culta del siglo 19 habrá consumido durante toda su vida. Ese grado de carga informática hemos alcanzado en este inicio de milenio, y no pocas veces tanta información
nos apabulla, desorienta y sofoca.
En los
últimos meses se han dado a conocer en nuestro país algunos casos de mujeres en trabajo de parto
que terminan teniendo a su bebé a las afueras de los centros de salud. En todos los casos se ha sugerido que hubo “negligencia
médica”, lo que ha desatado una cacería de brujas que bien pudo terminar en el despido o la renuncia
del personal a cargo de dichas unidades.
Por
supuesto que aquello de la negligencia vende mucho, y más si se arma la nota
dando a entender que el trato por parte del personal fue despótico, que le
gritaron a la paciente y que casi la corren a patadas. O bien dando a entender que se negaron a
atenderla porque tenían baile en el servicio de urgencias… Todo ello vende,
crea adeptos al medio que así lo comunica, y en redes sociales proporciona a
todos los internautas el incomparable placer de levantar el dedo flamígero para
emitir juicios como si fueran dueños de la
verdad absoluta, condenando y linchando
a diestra y siniestra, amparados en un
cobarde anonimato.
A raíz de
estos acontecimientos se está planteando crear la Procuraduría de la Salud, cuya función sería ver que se cumpla con la
atención en asuntos de salud, según lo ha expresado la Dra. Mercedes Juan. Bien, en lo personal hallo muy encomiables
las buenas intenciones de la secretaria de Salud, aunque de entrada me parece
que es una medida innecesaria, que vendrá a recargar el aparato burocrático que
tan caro nos cuesta a todos los mexicanos. Con exigir que cada quien cumpla con
su responsabilidad, se resuelve el problema.
¿Por qué….?
Habiendo trabajado durante treinta años en el Sector Salud, una parte de éstos
en puestos directivos, y la otra atendiendo recién nacidos, creo tener
elementos suficientes para analizar desde todos los ángulos el problema que se viene presentando a últimas fechas:
1) No
niego que sea necesario hacer una investigación caso por caso, para entender
realmente qué pasó.
2) Junto
con el proceder del personal médico y de enfermería, habrá qué evaluar si la
paciente que tuvo su parto en estas condiciones, estaba llevando un control
prenatal adecuado. Conociendo muy de
cerca las condiciones en que nacen nuestros niños, sé que la costumbre de
muchas mujeres campesinas es acudir por
primera vez al hospital cuando comienzan los dolores de parto, no antes.
3) Habrá
que ver si la dilación o la negativa de atención estuvo o no relacionada con
falta de personal o de insumos. Porque
una cosa es aventurar a decir “el médico no quiso atenderla”, y otra muy
distinta es conocer si existieron causas
no atribuibles a la voluntad del médico.
4) La
explicación para al menos dos de los casos publicitados, me temo, radica en que
la clínica más próxima al domicilio de la paciente ha cerrado parcial o
totalmente a causa de la inseguridad
derivada de la delincuencia.
5) No
es posible que la autoridad pretenda exigir que haya médico o enfermera en
poblaciones remotas, cuando esa misma autoridad no garantiza su salvaguarda.
6) Bien
dice el dicho que la cuerda se rompe por lo más delgado. Sistematizar y afirmar que las fallas de un
sistema de salud son “negligencia médica” es no entrarle al problema con ganas de resolverlo.
7) Primero
habrá que revisar la infraestructura, el equipamiento y el abasto de esos centros médicos; asignar
personal capacitado, suficiente y que cuente con seguridad para laborar.
8) Y
claro, implementar la medicina de primer contacto, hacer campañas de
concienciación para un buen control prenatal.
Y antes de esto, orientar acerca del gran riesgo que conllevan los
embarazos en adolescentes.
9) No
es casualidad que los problemas se hayan suscitado en estados donde la
educación básica se ha vuelto rehén de
grupos de maestros inconformes, que en nada apuestan a mejorar el nivel
educativo de la población.
No confundamos la
nota periodística con el problema médico, en todo su contexto.