domingo, 24 de mayo de 2015

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez



Nuestra vida se escribe a través de nuestros actos, se queda plasmado en nuestra historia lo que en ella hayamos decidido escribir.

Decisiones, actitudes, cada paso que damos puede ser el que termine definiéndonos.

Somos lo que pretendemos y lo que los otros captan que somos, no podemos vivir ajenos a lo que esos otros piensen o digan de nosotros.

Por más que intentemos convencernos de que no nos importa la crítica, no somos entes aislados, nuestras acciones repercuten necesariamente en aquellos que nos rodean en menor o mayor grado.

Seremos recordados muchas veces no como deseamos, sino como los demás nos hayan percibido. Nuestro mensaje por ello debe ser lo más claro posible y congruente, para evitar al máximo las distorsiones.
No vivimos de lo que los otros piensen, pero tampoco totalmente ajenos a ello.

Vivir en sociedad conlleva responsabilidad en nuestros actos, y los efectos colaterales de nuestras decisiones implican a más que a uno mismo.

No vivo para ser tan solo un buen recuerdo, pero sí deseo que cuando ya de mi tan solo quede el recuerdo, éste traiga brisa con aroma a buenos tiempos.

Vivo con la pasión, la buena voluntad, la fe que me inspira el saber el tesoro que tengo en mis manos en cada día vivido.

Vivo y deseo que lo positivo que pueda dejar en los demás tenga eco, aspiro a emular buenos ejemplos y retransmitirlos para lograr cadenas de buenos sentimientos que trasciendan y siembren esperanzas de un mejor mañana.

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