domingo, 13 de septiembre de 2015

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

MáS ALLá DEL “CLIC”
La consigna es ser los primeros, captar la escena tal como sucede en el justo momento.  Es actuar con sagacidad, fríos, sin dejar que el propio llanto empañe la lente de la cámara.
La información se maneja como mercancía que paga y  paga bien, dentro de un mundo altamente competitivo como el noticioso.  Ser punta de lanza para que detrás de esa primera imagen vengan todas las demás desde distintos ángulos, sometidas al versátil “photoshop”, vueltas dibujos, animaciones, o por qué no, algún día hechas libro que vaya por el Pulitzer.
Eso es la transmisión de las tragedias humanitarias a través de la red, para que tú y yo podamos, desde la mullida comodidad de nuestro sillón favorito, conectarnos con el mundo, llorar con el llanto de quienes padecen y mueren, y mientras saboreamos una humeante taza de café verter nuestros comentarios en los “chats”, señalar con dedo flamígero lo que se hace mal, encolerizarnos, maldecir… para luego de treinta o cuarenta minutos apagar el  dispositivo electrónico e irnos a cenar tranquilamente, dejando atrás ese mundo virtual que se enciende o se apaga a placer.
La  tendencia a  desenvainar la palabra y atacar a todo y a todos en los chats nos lleva a caer en lo que Enrique Krauze ha llamado “borrachera de denuncias e indignación estéril”. En una entrevista hecha por Luis Guillermo Hernández para la revista  EmeEquis, Krauze se refiere a que estamos ahogados de tanto denunciar, pero hasta ahí llega nuestro desempeño,  refiriéndose muy en especial al modo de actuar de  las generaciones jóvenes en redes sociales.
Claro, hay problemas en el mundo que nos conmueven hasta las entrañas, situaciones de diverso tipo que a cada cual le llegan a lo más profundo, y aquí en el sentimiento no hay ética, no podemos decir “por esto sí y por esto no se vale llorar”.  Hay temas para todas las susceptibilidades, simplemente hace un rato, antes de sentarme a escribir la presente una amiga defensora de la vida animal subió un video que me partió el alma: Una plaza de toros, un toro al cual con la espada le seccionaron la médula espinal, y arrastra medio cuerpo mientras busca angustiosamente donde guarecerse.  Se aproxima al burladero   desde donde uno de los banderilleros intenta meterle una estocada en el bulbo raquídeo para matarlo, lo que no sucede hasta el cuarto intento cuando finalmente aquella mole de 500 kilogramos cae al suelo abatido… ¿Es contrario a la ética que me haya causado un dolor terrible? ¿Debería de reservar mis lágrimas para los refugiados de Siria, o los enfermos de Chikungunya, o los fallecidos en China?... A mí me afectó mucho lo sucedido a ese ser que no pidió ser puesto en el redondel para “goce” de los asistentes, horrorosamente maltratado y finalmente muerto, y seguiré expresando mi opinión muy personal de que ninguna forma de tortura puede seguir  conceptuándose como arte.
Volviendo a esa forma de manejar la información en tiempo real, viene el caso de  Petra Laszlo, la camarógrafa húngara captada  en video en el momento cuando filmaba y  metió zancadilla a un refugiado con una criatura en brazos,  que fue a dar al suelo con todo y niño, y poco más delante metió zancadilla a una niña siria de unos siete años mientras corría, y que no se fue hasta el suelo porque la llevaba tomada de la mano una persona adulta.  En el video ampliamente difundido  parece como si la camarógrafa   reaccionara así para quitar de su paso objetos que le estorban, que obstruyen su trabajo.  Ahora que ha sido despedida de la televisora, y enfrenta una posible acción penal, alega que  en ese momento sufrió un ataque de pánico.  El video completo es impresionante, aparece un contingente de unas doscientas personas que corren desesperadas mientras  intentan vencer una barrera humana hecha por fuerzas del orden de Hungría; entre quienes tratan de ingresar hay hombres, mujeres, niños y ancianos que corren en una dirección y luego en la opuesta, tratando de burlar a los policías, pero lo que yo en lo personal hallé más  indignante es la forma como la tropa de reporteros, camarógrafos y técnicos se mueven a toda velocidad en uno y otro sentido junto con los sirios, incluso Petra Laszlo avanza con una cámara de gran envergadura corriendo para atrás, lo que da cuenta de que está acostumbrada a hacerlo.

Habría que plantearnos la gran pregunta: ¿Conectarnos en tiempo real con lo que sucede en el mundo, tener acceso con un solo clic a cualquier tragedia que ocurre en el justo momento,  nos lleva a crecer, nos hace mejores personas? ¿A dónde nos conduce la indignación estéril que menciona Krauze?... Habría pues que ser muy sinceros, volver la vista a nuestro mundo y definir de qué modo podemos mejorarlo cada vez que le damos clic a nuestros dispositivos electrónicos.

COSAS NUESTRAS por Jorge Villegas


Protección

A padres y abuelos nos tienen que poner tache en el cuidado de hijos y nietos adolescentes y jóvenes.

Cuando el peligro abundó en la calle por la delincuencia organizada, actuamos como la gallina que cubre a sus polluelos para evitar se los coma el gato.

El control llegó a extremos se frenaban los largos recorridos en vehículo o viajar solos, en especial de noche. Hasta nos ofrecíamos para llevarlos a las fiestas y los horarios se restringieron.

Esa realidad ha cambiado al frenar a la delincuencia. Los lugares de esparcimiento de los jóvenes recuperaron su clientela y hasta altas horas se les ve disfrutando.

No queremos que vuelvan esos días de incertidumbre, lo que sí es mantener los niveles de cuidados a nuestros jóvenes.

Bajo los brazos protectores de los suyos correrán menos peligros. Con o sin delincuencia.


jvillega@rocketmail.com

Esto es México: Huapango de Moncayo

Si esto no es mexicanidad, ¡no sé qué podrá serlo entonces!

Respuesta de Einstein a la pregunta de una niña cristiana


Enero 24, 1936

Querida Phyillis:

Intentaré responder a tu pregunta de la forma más simple que me sea posible. Esta es mi respuesta:

Los científicos creemos que cualquier cosa que ocurra, incluyendo los asuntos de los humanos, se debe a las leyes de la naturaleza. Por tanto un científico no puede inclinarse a creer que el curso de los eventos pueda estar influenciado por la oración, esto es, por un deseo manifestado de manera sobrenatural.

Sin embargo, debemos reconocer que nuestro conocimiento real de estos factores es imperfecto, de manera que a fin de cuentas la creencia en la existencia de un espíritu último se basa en una forma de fe. Tal creencia está muy difundida, aun con los logros científicos actuales.

Pero también, cualquiera que esté seriamente involucrado en el desarrollo de la ciencia se convence de que se manifiesta una suerte de espíritu en las leyes del universo, un espíritu que es por mucho superior al humano. En este sentido el avance de la ciencia conduce a un sentimiento religioso de un tipo especial, que seguramente es muy distinto a la religiosidad de alguien más simple.

Saludos cordiales, tuyo: A. Einstein.






Tomado de http://www.brainpickings.org/2013/07/11/do-scientists-pray-einstein-letter-science-religion/

Traducido por MC Maqueo

El baño del colibrí: Hermoso video

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


Y así de repente, uno se convierte en suegra.

Nada más satisfactorio que ver a los hijos que en plena conciencia y enamorados hasta las cachas deciden unirse con la persona que eligen como la ideal para compartir su vida, más todavía cuando esa pareja llena y rebasa incluso nuestras expectativas, las cuales como buenas madres cuervas mexicanas no son pocas.

Tener yerno, nuera, una extensión de la familia es muy gratificante en estas circunstancias, pero no puede uno abstraerse a ese miedo de llegar a ser la suegra, personaje que tanto se ha criticado, que es más que ninguno blanco de chistes negros, de críticas severas, pocas, muy pocas veces la suegra es digna de reconocimiento.

Ser suegra requiere de dosis altas de prudencia, de objetividad, de amor no solo al (a) hijo(a) sino a su pareja. No convertirse en juez, no dar consejos no solicitados, aprender a oír y callar, y de preferencia no prestar oídos a aquellos temas que involucran estrictamente a la pareja. Reconocer los límites de nuestra participación en esta relación, no querer ser parte de él, pareja es de dos, pero estar al lado brindando hasta donde se nos solicite y se nos necesite nuestro apoyo.

Ser suegra, es para mi una profesión en la cual me inicio, papel que dentro de los que me hayan tocado en la vida, creo es de los más difíciles porque requiere de tacto,de sentido común, de mis actos y de como se interpreten, de no dejarme llevar por el amor a mis hijos y no colocarlos como víctimas de situaciones de conflicto sino como partícipes del mismo y sobre todo no querer fungir como árbitro en un juego en el que no he sido invitado a participar, y si lo soy, hacerlo con la mayor neutralidad posible.

No ser invasiva, no pretender manipular, ser auxilio, consuelo, no tomar el papel de una madre para la pareja porque ese es único e irreemplazable, y dejar al hijo (a) su identidad e independencia, con voluntad y decisiones propias y no el niño (a) consentido (a) de mamá, quizá esto último es una de las principales causas de que nos convirtamos en esos seres indeseables que siempre dan la razón a sus hijos y que buscan tener con ellos cierta complicidad que deja por fuera a la pareja.

Novata en estas faenas, con mucho que aprender, con la mejor intención de romper esquemas de la suegra bruja y ser para estos dos nuevos integrantes de mi familia en el año, una suegra a todo dar.

¡Domingo de acción! Video alucinante