Y aquí estamos ya a escasos días de la Nochebuena, inmersos en el ambiente navideño, nadando a veces contracorriente para no ahogarnos por el consumismo, por los excesos.
Así es la Navidad, mucho comer, mucho gastar, desvelarse, pero ¿En verdad es así la Navidad?
Dejamos que nuestra Navidad la diseñe gente extraña y no precisamente a la medida ya que a la mayoría nos queda demasiado grande.
¡Cómo quisiera dosificar todo lo que se vive en estos pocos días durante todo el año!
Tener la versión propia de mi Navidad, sin que me haga sentir menos, desgraciado o un verdadero Grinch.
Dejar de ser víctima del consumismo, poder hacer sentir mi afecto sincero con pequeños detalles, con grandes acciones.

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