domingo, 23 de septiembre de 2012

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza


REFLEXIONES EN EL DÍA DE LA PAZ
En el 2002  la ONU estableció el 21 de septiembre como el Día Mundial de la Paz. 
   Quizás en ese entonces ningún mexicano habrá prestado mayor atención a la celebración; nuestra condición social mostraba una relativa calma, y nada nos habría hecho temer en aquel momento, que diez años después la paz llegara a ser algo así como una utopía para  todos nosotros.
  Hoy vivimos entre contradicciones: En las calles se cierne una guerra sin cuartel, aunque en el discurso oficial hay una calma envidiable. El afán de posesión y el poder dominan la escena; a ratos  parecemos marionetas, movidos por los hilos de la violencia.
    La ambición enfrenta hermano contra hermano, terminando con lo que alguna vez fueron lazos perennes.  Hoy ya nada es para siempre, ninguna relación parece sobrevivir la prueba de fuego.
   Hemos creado el mundo de la inmediatez, del mínimo esfuerzo, de los artículos desechables. Pagamos más por menos, aprisionados por el consumismo insaciable que invade todas nuestras esferas.
    No parece  inquietarnos el destino de nuestro planeta, ni aún cuando el calentamiento global traerá efectos deletéreos, no en cincuenta ni en cien años, sino en tan sólo cuatro años, para el 2016.
   No nos inmutamos.  Seguimos del mismo modo contaminando la tierra, el agua, el aire.  Actuamos  con  la mente puesta en la comodidad, en  el corto plazo, sin ir más allá a visualizar el mundo que las nuevas generaciones nos han prestado para administrar a su nombre.
   Justo en este tiempo cuando la vida ha pasado de ser garantía a ser casualidad entre dos fuegos, lo que más anhelamos es un estado de paz que garantice nuestros derechos fundamentales.  Entre ellos el derecho  a  soñar,  a ver esos sueños realizados.
   Vivimos una paz prendida con alfileres. Nuestro firmamento se puebla de plomo. Echamos a volar como pájaros al mínimo estruendo. 
   La verdad ha emigrado de la boca de los grandes oradores; abandona las páginas de los libros, se convierte en  falacias dictadas por  la personal conveniencia.
    Desde que vivimos bajo el principio del placer, y  éste  rige  nuestros intereses, la palabra “prójimo”  ha sido barrida de nuestra memoria, y la paz  huyó temiendo por su vida.
   Desde que en nuestro mundo la bondad se asume como signo  de debilidad, y la capacidad de destruir  es entendida como fortaleza,  la justicia ha  puesto pies en polvorosa.
   Desde que insistimos en imponer nuestra razón por cualquier medio, y  no  nos mostramos dispuestos a escuchar a los otros, la tolerancia se fue con sus hermanas a tierras lejanas.
   Desde que partiendo  de un corazón enmudecido buscamos resolver las diferencias a golpes o a balazos, la libertad agoniza, y la esperanza emite estertores de muerte.
   ¡Cuánto dolor se refleja en los rostros, en las manos empuñadas, en los llantos contenidos, en los gritos ahogados!
   ¡Cuánto en los silencios lapidados, en los muertos ignorados, en los niños cuya inocencia  resultó vulnerada para siempre!
   ¡Qué terrible estela de daños dejan los actos corruptos, los sepulcros blanqueados, las conductas insanas, las claras injusticias!
   ¡Cuánta desazón! ¡Cuánta impotencia! Como quien lucha contra una Hidra  venenosa  cuyas cabezas se multiplican después de cada ataque.
   Sueño con un mundo en el cual la paz sea como el aire, algo a lo que todos tenemos derecho de nacimiento.  Un mundo en el que prevalezca el equilibrio en el uso de los recursos, que haya para todos de manera equivalente, sin discusiones, sin jaloneos.
    No hay paz cuando ésta busca imponerse mediante las armas, o resguardarse  detrás de muros y barreras.  
   No hay paz cuando las palabras se quedan contenidas en la garganta, cuando los miedos punzan, y las lágrimas  son la única  expresión no censurada.
   No hay paz cuando la juventud con su natural apasionamiento  busca expresarse  y es reprendida, repelida, acallada a golpes.
   No hay paz cuando  nos invaden los sobresaltos y los temores, y se interrumpe el sueño de los niños.
   No hay paz cuando se pugna por sofocar un problema social mediante el uso de la violencia, sin  haber tratado primero de entender sus orígenes, para  resolverlo de raíz.
   En este Día Mundial de la Paz primero quiero reconciliarme conmigo misma, liberar esos fantasmas del pasado que me causan daño.
  Quiero deshacerme de aquellos sentimientos enquistados que entorpecen mi visión del mundo.
   Hoy quiero sanear mi economía emocional, y así reconocer que mi derecho termina donde comienza el derecho de otros.
   Quiero sacudirme ambición y envidia;  desarrollar la inteligencia para descubrir todo aquello que la vida me ha regalado,  así como la sabiduría suficiente para ser feliz.
   Paz: Utopía del presente, un sueño que no estoy dispuesta a dejar escapar, ni bajo el cielo más plomizo.

COSAS NUESTRAS por Jorge Villegas

Entorno
A sus diez años de edad, José Luis tiene muy claros sus proyectos de vida.
Quiere ser médico y un día abrir un consultorio en su barrio.
Lo que no está tan claro es el contexto social de sus sueños.
Frente a su casa está el esqueleto de una camioneta incendiada en un pleito de pandilleros.
En la esquina, dos jóvenes conocidos venden droga y echan pleito.
En un lote próximo, a falta de vecinos hay un maloliente muladar.
El papá de su amigo trabaja para delincuentes, y luce sospechosa prosperidad.
Un pantano cenagoso que ahoga los sueños de un niño.
jvillega@rocketmail.com

DEFINICIÓN DE "HIJO" POR JOSÉ SARAMAGO


 Hijo es un ser que Dios nos prestó para hacer un curso intensivo
 de como amar a alguien mas que a nosotros mismos, de como cambiar
 nuestros peores defectos para darles los mejores ejemplos y a nosotros,
 para aprender a tener coraje.
  ¡Si, eso es! Ser madre o padre es el mayor acto de coraje que
alguien pueda tener, porque es exponerse a todo tipo de dolor,
principalmente de la incertidumbre de estar actuando correctamente y
del miedo a perder algo tan amado. ¿Perder?... ¿Cómo?...  ¿No es nuestro?... Fue
apenas un préstamo...  El más preciado y maravilloso préstamo, ya que son nuestros sólo
mientras no pueden valerse por si mismos, luego le pertenecen a la
vida, al destino y a sus propias familias. 
   Dios bendiga siempre a nuestros hijos pues a nosotros ya nos bendijo con ellos.

XAVIER GUERRERO, MURALISTA COAHUILENSE

"Mujeres con nubes" (1923) Se exhibe en el Museo Nacional de Agricultura, Chapingo.

Xavier Guerrero (1896-1974) pintor mexicano muralista y grabador. Nacido en el norte de Coahuila, en San Pedro de las Colinas, el 3 de diciembre de 1896.

Fue miembro del Centro Bohemio junto con otros pintores, escultores, músicos y periodistas en Jalisco ciudad a la que parte en 1912.

Hacia 1921 ya en la ciudad de México conoce a Diego Rivera (1886-1957), con quien colabora en la realización de los murales del anfiteatro de la Escuela Preparatoria, en la SEP y en Chapingo y del cual se ve influenciado.

Por los años 20 se funda el Sindicato de Obreros, Técnicos, Pintores, Escultores (SOTPE), donde surge un órgano periodístico en 1924 del que Guerrero es  fundador y director, la revista El Machete, la cual en los primeros años acompañó con David Alfaro Siqueiros (1896-1974).

Trabajó y colaboró al lado de artistas como Jean Charlot (1898-1979), José Clemente Orozco (1883-1949), Ramón Alva de la Canal (1892-1985), Emilio Amero (1901-1976), Amado de la Cueva (1891-1926), Roberto Montenegro (1887-1968), Leopoldo Méndez (1902-1969), Francisco Díaz de León (1897-1975), Gabriel Fernández Ledesma (1900-1983).

Realizó murales en Jalisco, Cuernavaca, junto Siqueiros en la ciudad de Chillan en la Republica de Chile, expuso en La Habana, Cuba; en París, Estocolmo, Londres, Praga, Moscú, Nueva York. Sus obras de caballete figuran tanto en colecciones privadas como en museos en México, Boston, Los Ángeles, Toronto, Nueva York, Montreal, La Habana, Estocolmo, Tokio, Berlín, Paris, Varsovia, Praga y Londres.



VIDEO ARRECIFES

“LOS NINIS” por el DR. CARLOS BRAVO MATUS, Septiembre 20, 2012

El pasado lunes se publicó un comentario en las páginas de este Diario, acerca de que el término ninis es denigrante. Un día después el rector Arias Lobillo en su editorial comenta que si bien es peyorativo el vocablo, revela una realidad y la necesidad de crear fuentes de trabajo y oportunidades de estudio para esos jóvenes que ni estudian ni trabajan.
Estos ninis son un gremio que crece en este siglo y día a día aumenta, sin una verdadera razón, porque en este país si hay oportunidades para todo el que tenga ganas de superarse, de crecer y desarrollarse; claro que las oportunidades no caen del cielo cual maná y tampoco se las van a ofrecer a la puerta de la casa.
Con todo y que se han incrementado los lugares para hacer una carrera universitaria, miles de aspirantes quedan fuera, con una orientación vocacional equivocada y aspirando a cursar carreras profesionales con muy poca o nula oportunidad de desempeñarse como profesionista una vez egresado. Cuantos arquitectos, ingenieros, médicos, biólogos, etc. con título en mano, se dedican a otra cosa diferente a la que estudiaron, lo que implica un desperdicio de tiempo para el estudiante y económico para la sociedad que invirtió mucho dinero en cada profesionista frustrado.
Lejos de pensar que hagan falta más aulas universitarias, lo que hacen falta es una orientación vocacional adecuada y aulas para crear técnicos especializados y carreras de diferentes oficios. ¿se ha fijado cuán difícil es conseguir a un buen fontanero, herrero, electricista, técnicos en refrigeración, carpintero, mecánico, albañil, azulejero y otros trabajadores de diversos oficios, que lo hagan bien, que sean honrados, que tengan conocimiento de su oficio y que sean cumplidos?, ¿se ha dado cuenta como han disminuyendo el número de joyeros y orfebres, sastres, relojeros (de los que reparan relojes y no los que solo cambian pilas), talabarteros, curtidores, zapateros, peluqueros y otros  oficios, y los pocos que van quedando en las ciudades, son en su mayoría personas de más de cincuenta años, que hacen su trabajo de manera muy profesional pero que a pesar de querer enseñar sus conocimientos, no hay jóvenes interesados en aprender?
Los jóvenes y adultos jóvenes, quieren todo peladito y en la boca, muchos siguen viviendo a costillas de sus padres, salen a buscar trabajo rogando no encontrar o queriendo que les den un cargo ejecutivo y no se esfuerzan para trabajar empezando desde abajo y aprender. Otros desechan los empleos argumentando que el sueldo es bajo, cuando la realidad es que ellos no saben hacer nada ni tienen experiencia en ningún empleo.
En cuanto a los que ni estudian, hay que ver cómo están los jóvenes actuales, veo que entre los que ganaron el “melate” al lograr un espacio en la universidad pública, siendo en su mayoría mantenidos por sus padres, son muy pocos los que realmente destacan y valen la pena, el mayor porcentaje son alumnos del “ahí se va”, que faltan a las clases, inventan puentes, juegan con el teléfono en vez de poner atención y tomar notas, a sabiendas que tienen muchas oportunidades para aprobar los semestres y como dice el refrán, “una vez dentro, mientras no se mueran, saldrán profesionistas” .
Usted que tiene un hijo nini, ¿tiene idea de cuánto puede ganar un buen técnico o alguien que desempeña un oficio con conocimiento y técnica?
Cierto es que hay carreras en las que el profesionista necesita integrarse a una empresa o a una oficina de gobierno y ahí hay muy pocas oportunidades, pero hay profesiones en las que no se necesita un patrón para desempeñarse, lo que hace falta es audacia y ganas de trabajar. En las ciudades, las oportunidades de hacer especialidad o de tener una plaza de trabajo para médicos, es casi nula, pero cuanta falta hacen los médicos jóvenes en comunidades rurales, donde si se desempeñan bien, pueden vivir con una buena entrada económica, lo mismo sucede con los dentistas, los contadores y otras profesiones que se pueden desempeñar por su cuenta.
Ciertamente el término nini es peyorativo, pero quienes pertenecen a esa categoría, no se ganan el respeto de una sociedad de la que muchas veces viven. Ser payasitos, limpiavidrios esquineros, franeleros, cuida coches, limosneros, no son trabajos reales, es una forma de vivir de las dádivas de la gente pero sin dar ningún beneficio a la sociedad ni al lugar donde viven y aun así, los ninis ni eso hacen.
No es que hagan falta oportunidades, lo que les falta es ganas de buscarlas y aprovecharlas y tener valor para enfrentar los retos de la vida y vencerlos.
   Publicado con permiso de su autor.  Versión digital tomada de http://www.oem.com.mx/diariodexalapa/notas/ el 20/9/12

LES LUTHIERS: EL RATAPLAN