domingo, 4 de febrero de 2018

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

LO QUE NOS TOCA
Acudí a la sucursal de una farmacia jalisciense de cadena. Contrario a lo que he visto en sucursales de otras ciudades, aquí no existe la unifila, y conforme los clientes llegan se van colocando a lo largo de todo el mostrador, resultando confuso identificar a quién corresponde el turno. Me sentí apenada, me adelanté creyendo que me tocaba, cuando había otra persona antes que yo.
     Pero no vine a hablar sobre estrategias de atención al cliente, aunque aprovecho para mandar mi mensaje a la cadena de farmacias. Entre los que esperábamos ser atendidos se hallaba una pareja joven con un niño pequeño, muy bien portado, por cierto. Cuando finalmente los atendieron y quisieron pagar su producto, no pudieron hacerlo, la que debe haber sido una tarjeta de nómina no tenía fondos. Los esposos se miraron uno al otro con una mezcla de contrariedad y angustia, el medicamento costaba 45 pesos y –según les escuché—era un paliativo para dolor de un familiar con cáncer. Alguien en aquella desordenada fila se ofreció a hacer el pago, lo que ellos correspondieron con bendiciones.
     En lo personal me vine rumiando lo que acababa de atestiguar. El salario mínimo diario es de 88 pesos, ellos necesitaban más de la mitad de aquel importe para comprar un medicamento muy urgente para su familiar que sufre de cáncer, y que aun cuando pueda estar inscrito en algún programa del Sector Salud tendrá la necesidad de comprar algunos fármacos que la cobertura no abarca. Contrario a los anuncios televisivos sobre salud, la realidad cruda y desnuda estaba ahí, gritando su verdad.
     En un inicio remarqué que el niño pequeño se portaba muy bien, algo que me llamó la atención, sobre todo siendo sus padres muy jóvenes. Una práctica muy común en nuestro país –por desgracia—, es que se asocia cualquier salida de casa con la compra de bocadillos para ser consumidos mientras la gente camina, toma el camión o hace fila. Es una escena común en los comercios ver al niño solicitando a los adultos que lo llevan, la compra de un dulce, fritura o líquido endulzado, algo a lo que habitualmente los mayores acceden, y que es terreno propicio para futuros trastornos dietéticos o metabólicos de esa población infantil. En contraste a ello, este niño pequeño esperaba tranquilo al lado de sus padres, lo que como pediatra me pareció un indicador bastante acertado de la dinámica familiar y del orden en su modesta economía. No había fondos en la cuenta de nómina del trabajador, porque era fin de mes y su sueldo mensual se había agotado. 
     Contrasto lo anterior frente a la realidad que nos quieren vender los precandidatos en campaña. Hacen promesas con poco o nulo sustento, sin tomar en cuenta una serie de elementos del panorama global. Es muy fácil sacar números alegres y prometer recursos, subsidios, becas, apoyos y exenciones, sin tomar en cuenta la estructura total de nuestra economía. La mayoría de los mexicanos señalamos la corrupción como el gran mal de nuestro país y quisiéramos que desapareciera, pero no sucederá como por magia, pues por desgracia buena parte de nuestras instituciones tiene elementos estructurales viciados que no pueden borrarse de un plumazo. La cosa no es así, anunciarse con promesas irresponsables y temerarias, que finalmente no podrán cumplirse.
     Circula una historia muy simpática de un revolucionario, que a la pregunta de que si tuviera dos casas donaría una a la revolución contesta afirmativamente. Si tuviera dos vehículos, ¡claro!, donaría uno. Y si tuviera un millón en el banco, donaría la mitad. Cuando le preguntan que si tuviera dos gallinas donaría una a la causa, ahí sí respinga. 
-¿Y por qué no, compañero?... 
-¡Ah, porque gallinas sí tengo!
     Gobernar es poner orden, comenzando por la casa: Está el caso de Sergio Sánchez, ciudadano mazahua encarcelado en el Edomex en el 2007, su delito, vender dulces. Tras muchas presiones de organizaciones civiles ahora lo liberan. O el reciente caso de Marco Antonio, el jovencito sometido a desaparición forzada por elementos de las fuerzas del orden, que es localizado con signos de confusión 5 días después. Parece ir siguiendo el guión de tantos otros ilícitos, dejar que el tiempo pase y el asunto se olvide.
     Hasta personajes relacionados con delitos de peculado andan hoy en campaña, lo que da cuenta de cómo está la legalidad en nuestro país. La injusticia social frente a prácticas tramposas. En nosotros, votantes está la esperanza del cambio, apostar a favor del mismo con nuestro voto y vigilar como ciudadanos la legitimidad de los comicios.
     Lo que nos toca, nada más: Ciudadanos con autoridad moral para exigir los cambios que el país requiere, y el conocimiento necesario para planear cómo lograrlos. “Integridad” es la palabra.

VIÑETAS por María del Carmen Maqueo Garza

Hoy, 4 de febrero, Día Mundial contra el Cáncer: Mi reflexión:


El cáncer:
Espejo de mi propio ser.
Alcanzo a mirarme a la distancia
de vez en vez, así
una luz se enciende en mi razón.
O quizá el tiempo gana,
me topo de frente
con una imagen que no reconozco.
Percibo  muy de cerca
los estertores del monstruo de la muerte.
Entre el dolor que desgarra mis entrañas
y la abismal zozobra
comienzo a entender cuánto vale la vida.
Son lecciones que el  cuerpo me da
-a sangre y fuego-.
Cumplo ahora de forma apresurada
lo que no cumplí en el tiempo.
Dentro de la oscura noche de esos días
la luz no se pierde.
Comienzo a descubrirme.

Canto difónico

Asesorándome con mi admirada  Marisa Canales, me refiere que otro nombre que recibe es "canto de armónicos". Es una técnica muy difícil de dominar, ya que consiste en la reverberación entre la faringe y la boca para producir dos sonidos simultáneos. Se utiliza en cantos tradicionales de Asia Central, pero también en algunos lugares de África, Escandinavia y Cerdeña. ¡Muy interesante!

Poesía de Salvador Novo


Amar es este tímido silencio
Cerca de ti, sin que lo sepas,
Y recordar tu voz cuando te marchas
Y sentir el calor de tu saludo.

Amar es aguardarte
Como si fueras parte del ocaso,
Ni antes ni después, para que estemos solos
Entre los juegos y los cuentos
Sobre la tierra seca.

Amar es percibir, cuando te ausentas,
Tu perfume en el aire que respiro,
Y contemplar la estrella en que te alejas
Cuando cierro la puerta de la noche.

Longevidad e interacciones sociales

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


Convertir la vida en un guión diseñado para el aplauso es muchas veces la causa para dejar a un lado aquello que realmente pudo ser nuestra felicidad. Ser para los demás un modelo de vida ejemplar, dar la pauta para que se nos defina y juzgue siempre benévolamente. Seguir los patrones que norma la sociedad al pie de la letra, no permitir fugas en nuestra conducta que debe ser intachable, no arriesgar nuestro prestigio por sueños que no son congruentes con ese papel que no fue el que nosotros decidimos interpretar, sino el que nos designaron. 
     Ajustarnos a las críticas, depender de ellas, temer no llenar el perfil que de nosotros se tiene. Seguir patrones prefabricados, hacer felices a los demás aun cuando estemos arriesgando nuestra propia felicidad, ser complacientes, convertir el que dirán en nuestra norma de conducta. Y ¿qué sabe nadie de lo que realmente pasa en nuestro interior? ¿por qué le damos más peso al juicio ajeno que a la voz de nuestra conciencia? ¿por qué nuestra conciencia se vuelve la voz de los demás y no tiene voz propia?
     Nuestra historia debe tener luz propia, auténtica, genuina, tan falible como humana, con la búsqueda de la felicidad real que se basa en la plenitud de los sentimientos que ennoblecen el alma.
     Sin artificios, sin poses fingidas, sin falsos escrúpulos, con veracidad en el ser y total congruencia entre el decir y el hacer.
     Nada nos hace más libres que dejar de aparentar lo que los demás pretenden es lo correcto, sino hacer lo correcto por convicción propia, diseñar nuestra propia vida de acuerdo a los valores universales donde prevalezca el respeto, la ética, el amor al prójimo, pero donde no seamos esclavos de la moral ajena. Elegir el argumento que quiero interpretar, sabiendo que quizá no haya aplausos al final, tan solo una conciencia que en sintonía con mi alma me haga sentir esa paz que da el actuar con dignidad, congruencia y libertad.

Recreos visuales increíbles