domingo, 18 de septiembre de 2011

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza


¡VIVA MÉXICO!
Estos días despiertan en todos nosotros un  sentido patrio muy particular.  Sucede como con las fechas familiares que venimos celebrando desde  la infancia,  aún cuando  nos propusiéramos evitarlo,  dentro del pecho  bullen memorias muy  íntimas que activan  emociones más allá del libre albedrío. Un brillo inusual llega a nuestros ojos a la vista del lábaro patrio ondeando  a la distancia,  símbolo de aquello por lo que muchos hombres y mujeres dieron la vida sin dudarlo.   El espíritu de fiesta nacional con sus vivos colores, su música y los aromas a fritangas, elotes y canela, mezclados con el olor a pólvora  se cuela por puertas y ventanas hasta llegar al seno del hogar,  haciéndonos experimentar una particular emoción por el simple hecho de haber nacido en suelo mexicano.
   Los últimos años han sido difíciles para quienes  vivimos en este país; todos nosotros en ratos de dificultad o angustia hemos expresado malestar  y hasta inconformidad por el actual estado de cosas, en particular frente a fenómenos que nos ponen a temblar,   como son la violencia y la corrupción,  dos grandes  males que han hecho nido entre nosotros,  y van debilitando las diversas estructuras sociales, lo que en ratos nos  lleva a temer un colapso general que  haga rodar por los suelos las ilusiones de nuestros hijos.
   A pesar de todas las dificultades, y  de tantas y tan groseras incongruencias de nuestro sistema, hoy es tiempo de celebrar la mexicanidad.  Ese fervor patrio que corre por nuestras venas se ha ganado un lugar por derecho propio, esa única sangre mestiza que nos lleva a enfrentar la vida en un canto, aún en los momentos más críticos.  
      Hoy quiero celebrar a los niños  cuya risa transparente se   vuelca en campanadas para mi ánimo.   Esos pequeños de ojos vivaces y profundos  tan negros como el carbón, cuya mirada nos vacuna contra cualquier conato de pesimismo.
   Quiero festejar a los jóvenes que han aprendido a  salir adelante con la sombra de la violencia  plantada a su lado.  Ellos no se muestran dispuestos a permitir  que ésta arredre su alegre convivencia,   por lo que no dejan de creer, de soñar y de bailar.
   Hoy alzo la voz por las madres cuya generosidad no conoce el reloj.  Ellas  cuyo día inicia y termina con el cielo oscuro; las que multiplican los centavos para hacer milagros en la mesa familiar, y que aún tienen tiempo para reír y para amar.
   Hoy brindo por las abuelas cuyas manos  conocen de plantas, de tejidos  y de guisos; ellas,  las encargadas de  ir depositando historias y cantos en la castaña de la historia familiar,  para desde hoy ponernos a salvo de la fría desnudez  de la desmemoria.
   Hoy celebro a los hombres de trabajo por su empeño, su constancia y su fortaleza; a los de la obra, los de  la fábrica; los maestros, los empleados, los profesionales, cuya fe me lleva a seguir creyendo que   existe un camino recto que nos  habrá de sacar adelante.
   Festejo a nuestros viejos de corazón alegre,  quienes a la vuelta del tiempo emprenden el regreso a la casa de la infancia,  con una sonrisa en su rostro.  A ellos que saben alegrarse con lo más simple, y  hasta contagiarnos su entusiasmo.
   Junto con México festejo la fuerza del desierto; la altura de las montañas y la vastedad de los océanos.  Celebro a los recién nacidos que renuevan  nuestra promesa de vida.   Lleno mis pupilas de verdor, de mar, de sol; de pueblos perdidos con casitas encaladas, tejados rojos,  y patios de tierra,  donde lucen abarrotados un montón de botes de lámina en los cuales la naturaleza se prodiga alegremente.  Gozo el color, la música, el silbato del tren cuando anuncia su paso.   Amo la variedad de platillos que vuelven festín la feliz combinación de los más sencillos ingredientes; el pico de gallo que grita “bandera, bandera”; el frescor de la jícama y el sabor agridulce del limón.
   Me fascinan los murales de Rivera; la fantasía de Remedios Varo; el Huapango de Moncayo; las marimbas chiapanecas y la arquitectura colonial.   Me  atrapa la explosión de colores en las figuras huicholas, los deshilados michoacanos,  y los elegantes bordados yucatecos.
   Admiro las manos mexicanas que construyen, que pintan, que crean colores y texturas… Las que exploran, las que se alzan a favor de la justicia; las valientes que escriben y denuncian… Las del padre más templado,  que se quiebran cuando carga por primera vez a su hijo recién nacido.
      ¿Cómo no voy a sentir a mi México muy dentro, como un río de vida que me renueva?   ¿Cómo no voy a emocionarme hasta las lágrimas cuando la miro a ella, mi bandera, ondear desde  lo más alto orgullosa y libre?... ¡Viva México!  ¡Viva México!  ¡Viva México!

COSAS NUESTRAS por Jorge Villegas

Independencia
Nuestro peso se resiente si los griegos se entracalan.
Obama nos da órdenes disfrazadas de porras para combatir el narco.
El oro de México se lo llevan otra vez a España, como en la colonia.
Globalizados, ya se habla no de independencia sino de interdependencia.
La independencia que nos legó Hidalgo ya no se defiende con las armas.
Hay que ser soberanos en alimentos, en inversiones, en talento.
Consumir lo nuestro, generar empleos para los mexicanos.
Retomar la frase digna: Lo hecho en México, está bien hecho.

IMAGINANTES de José Gordon: "Bucear por las diferencia" de Sabina Berman

Desde Perú: LA INGENIERÍA: EL ÉXITO DE LAS FALLAS, EL PENSAMIENTO FILOSÓFICO DE HÉCTOR GALLEGOS

Texto elaborado por Fransiles Gallardo para la presentación del libro: 
"La Ingeniería, el éxito de las Fallas",  de Héctor Gallegos Vargas.
La inesperada e inmerecida invitación del ingeniero Héctor Gallegos Vargas, ex Decano del Colegio de Ingenieros del Perú y una de las mentes más lúcidas de la Ingeniería Nacional; para verter algunas ideas relacionadas con su libro recientemente reeditado “La Ingeniería el Éxito de las Fallas” me ha permitido zambullirme dentro de su universo editorial y tratar de adentrarme en su pensamiento para develar, según mi parecer, el cristal con que mira a la profesión de Ingeniero, nuestro respetado maestro universitario.
En principio, este honor me ha retrotraído a mi época universitaria, etapa aquella en la cual para aprobar los cursos era sólo necesario lapicero y papel, regla de cálculo, calculadora o escalímetro; interminables noches de insomnio y litros de café “rogando que no amaneciera”para desarrollar y luego sustentar los enrevesados trabajos domiciliarios de las materias más trancas de la carrera, como: Hidráulica, Análisis Estructural o Ingeniería Sísmica o las complicadas tareas de Caminos o Topografía “mandraqueando” contra los grados para cerrar las poligonales y los minutos para llegar a la facultad.
Desde ese día de la invitación estoy nervioso; con el libro para todo sitio, leyéndolo en el bus, releyéndolo en el café, comentándolo con los amigos, subrayando las citas más importantes, doblando las puntas, paseándolo bajo el brazo; recordando “a los sobacos ilustrados de la nuestra universidad”.
A decir verdad, aún estoy nervioso; como la lluviosa tarde aquella en que sustentara mi tesis para graduarme como Ingeniero Civil en la Universidad de Cajamarca.
Y aún sigo nervioso.
Desde su concepto, Falla tiene un sabor agrio.
El término Falla proviene del latín fallere y La Real Academia de la Lengua Española la define como “un defecto material de una cosa que merma su resistencia”.
Una minúscula y a veces impredecible falla; puede ser el inicio de un estrepitoso fracaso de dimensiones incalculables y a quien resulte autor, de un momento a otro pueden volverlo famoso; pero para mal, y por mucho tiempo.
Indudablemente, las consecuencias de una falla no son iguales ni tienen las mismas connotaciones, en las profesiones, lugares y profesionales.
En algunas circunstancias no pasan de un simple defecto, un corregible error o una sacrificada víctima “en aras de la ciencia” como precio por la investigación y los experimentos.
Para nosotros los ingenieros, una no prevenida falla; puede originar un desastre nacional con lamentables pérdidas humanas, económicas y de infraestructura con portada en noticieros, periódicos y revistas por mucho tiempo y con lamentable recordación.
He ahí su gravedad. He ahí la responsabilidad. He ahí el manejo ético que todo ingeniero debe tener y mantener como acto y principio de vida.
El ingeniero Gallegos nos recuerda, que en el tema de las Fallas la honestidad y el manejo ético del problema, es determinante.
“La aceptación de esa falla, su análisis y la enseñanza que genere a posteriori, medido a través de la inteligencia, la humildad y la autocrítica severa y honesta; pueden originar en la persona, en el profesional competente y en la sociedad que lo rodea grandes esperanzas, realizables sueños, mejores logros, grandes enseñanzas y en consecuencia, mejores experiencias personales, profesionales y humanas”; señala el maestro.
En mi pueblo cuando muchachos, ayudábamos a nuestros mayores en los trabajos del campo; nos decían “malogra y aprende; pero que no te prendan” y ya mayores “se sufre pero se aprende” que no es sino, “si fallaste, sufrirás y del sufrimiento experiencia tendrás”.
Indudablemente, la experiencia no es patrimonio único de la edad, las canas o de las arrugas; de los que mucho miraron y no vieron o de los caminantes sin camino; tampoco de quienes nunca se equivocaron; pues probablemente nunca hicieron nada.
La experiencia es la acumulación de detalles en la solución de los retos y la sumatoria de fragmentos de trabajo sostenido en el tiempo.
Un hombre de experiencia, es quien desafía lo pre establecido, de quien tiene la suficiente osadía, intrepidez y valentía para correr los riesgos suficientes y necesarios para que su empresa arribe a buen puerto y con el viento a su favor.
Pero el fracaso existe. Es la otra cara de moneda. Siempre acecha, se inmiscuye en las decisiones dentro de las más de mil, que diariamente tomamos.
¿Se puede hablar de la ética del fracaso?. ¿Qué de ético puede haber en un fracaso?, me pregunto, se preguntan, me preguntan.
El Ingeniero Gallegos hurga en los valores humanos, para decirnos con total franqueza donde está lo ético de un fracaso:
“Si uno sabe de su error, debe reconocerlo. Confesarse culpable. Ayudar a resolverlo. Asumir las responsabilidades. Luego, precisarlo, examinarlo, evaluar correcciones y registrarlo. Se trata de no repetirlo. Después, lo más difícil, hacer conocer en detalle toda la información a la integridad de la comunidad de ingenieros. Este constituye un aporte educativo crucial que enriquece a la profesión y la dignifica ante la sociedad”.
Hoy se reconocen tres profesiones cultas, escribe también el maestro Gallegos, el Derecho, la Medicina y la Teología.
La Ingeniería fue retirada a finales del siglo XIX. Ahora se la considera, más una técnica que una profesión y un arte.
Increíble; pero cierto.
¿Que porción de este detrimento nos toca a nosotros los ingenieros?.
Autocríticamente, algo va para nuestras valijas; puesto que poco abonamos para hacer culta nuestra profesión; pero también deviene de los contenidos curriculares de las facultades formadoras de los ingenieros, en el mundo entero.
Pregunto a un Ingeniero que es una obra; para su syllabys universitario y su cuadriculación intelectual, una obra está compuesta solo por fierros, cementos, vidrios, fibras y asfaltos.
Deberíamos recordarle que una obra es también arte. Los ingenieros por definición somos artesanos. El arte es Belleza y la ingeniería es bella y los ingenieros somos y deberíamos ser artistas.
¿El arte es irreconciliable con la ingeniería o la ingeniería es indiferente al arte?. No. Se complementan.
El gran Alfred Joseph Hitchcock, el maestro universal del suspenso de la cinematografía de todos los tiempos, fue ingeniero especialista en cables eléctricos sub marinos y en la impactante cinta “Recuerda” trabaja con el extravagante pintor español Salvador Dalí.
Un libro es también una obra. Un libro peregniza la creación humana, apuntala y sostiene la cultura de una sociedad, la transmite, la intercambia y la interlaza con otras culturas, fortaleciéndola con otros pensamientos del mundo.
Fiódor Mijáilovich Dostoyevski el genial autor de “Los hermanos Karamasov” y “Crimen y Castigo” fue Ingeniero de Campo de la Dirección General de Ingenieros de San Petersburgo, en el área de topografía con el grado militar de subteniente.
El francés Alain Robbe - Grillet, iniciador del movimiento literario “Nouveau Roman” o nueva Novela de los años setenta, fue Ingeniero Agrónomo.
El ingeniero químico peruano Jesús Cabel ganó el Premio Poeta Joven del Perú 1975.
Los ingenieros que practicamos actividades conexas o paralelas a la profesión, como el arte y ganamos premios en poesía, escultura o pintura; somos mirados como quienes se han escapado del redil y le restamos seriedad a la profesión.
Talvez inconcientemente tratamos de retornar a los orígenes mismos de la ingeniería.
Pero no es sólo tema de los ingenieros que crean, escriben, calculan, resuelven, filosofan; es también problema de las instituciones que forman y promocionan a las ingenierías.
Entre un texto de ingeniería y uno de arte o literatura; siempre va a publicarse un texto de ingeniería; puesto que “motiva y estimula a la formación profesional del ingeniero” y no está mal.
¿El arte y la literatura desincentivan a la profesión?.
Una anécdota personal.
En el Primer Concurso Mundial de Poesía 2009, que ganó mi gran amigo y poeta el ingeniero peruano Bethoven Medina, de entre 230 participantes y 14 países obtuve Mención Honrosa y solicité al Colegio Departamental de Lima del Colegio de Ingenieros del Perú, su publicación.
La Comisión Evaluadora no cuestionó la calidad de mi trabajo poético ni el premio obtenido; tampoco que el prólogo fuera escrito por el Presidente de la Unión Hispanoamericana de Poetas, Carlos Garrido Chalén, y el colofón por el Premio Nóbel de la Paz, el argentino-israelí Dr. Ernesto Kahan.
Simplemente me dijeron que no podían publicarlo; porque este humilde y modesto ingeniero, era de Cajamarca.
Hasta ahora sigo perplejo, como Condorito, buscando una explicación.
Y, recientemente, solicité un ambiente para presentar mi novela “Aguas Arriba” la secretaria del Capítulo de Ingenieros Civiles, me dijo que no había presupuesto. ¿Presupuesto para qué?; aún me sigo preguntando.
Entre café y café le pregunto a mi amigo el ingeniero Marwin Burgos Vargas; cuales eran las empresas más grandes y poderosas de nuestro país.
Ustedes las conocen: El Ministerio de Educación con 350 mil potenciales empresarios y las más de 60 Universidades públicas y privadas con las más de 30 facultades de ingeniería y 80 mil potenciales propulsores.
Entonces ¿cuál es el problema?.
La irracionable e incontrolable polución de universidades y facultades; creadas por afanes económicos, presiones políticas y apetitos mercantilistas.
Lamentablemente, la educación en nuestro país es visto, sólo como un buen negocio: nula inversión, alta rentabilidad.
A nivel académico ¿Que estamos haciendo para repotenciar a nuestra profesión?.
Héctor Gallegos plantea la formación holística del ingeniero para devolverle su primigenia visión del ingeniero total.
¿Qué es el ingeniero holístico?.
Es aquel que es capaz de analizar los eventos desde las múltiples interacciones que le caracterizan.
Significa formar un profesional completo, que se comporte de modo distinto, a la suma de sus capacidades formativas.
Las Escuelas de Negocios del Mundo están impulsando la formación del Ejecutivo Intelectual que crea, investiga, publica y enseña; los principios básicos del Ingeniero Intelectual, rumbo al Ingeniero holístico.
Durante mi formación académica, ninguno de mis profesores me explicó, que era ser ingeniero.
Tuve que aprenderlo en la práctica profesional: con unos planos bajo el brazo, delante de una construcción a iniciar y frente de un par de cuadrillas de curtidos obreros, con más de diez años de experiencia, más que yo.
Considero pertinente sugerir a los Decanos de las Facultades de Ingeniería de todas las Universidades del Perú; que el libro titulado “La Ingeniería” y escrito también por nuestro querido Ingeniero y maestro universitario Héctor Gallegos Vargas, sea de lectura obligada durante los dos primeros semestres académicos de formación profesional.
Esto permitirá que el estudiante, desde el primer día de clase se sensibilice, entienda y comprenda la complejidad formativa del ingeniero, la trascendencia ética de su desempeño, la responsabilidad como hombre ante su propia conciencia y ante la sociedad, como ingeniero.
Gracias Héctor, amigo y maestro por el inmerecido honor de comentar tu libro y haber captado el sentido ético, humano y filosófico que has pretendido impregnarle a Tus Fallas. 

CICLISMO PARA INVIDENTES

Muy lejos de significar minusvalía, la palabra "discapacidad" habla de grandeza, de valentía para enfrentar nuevos retos, para abrir caminos. Aquél que no respeta los cajones destinados a quien tiene una dificultad física para acceder con facilidad a un espacio público, sufre de un grave mal: Su falta de capacidad está enquistada en su espíritu, y le ha cortado las alas para volar...
¡Mis respetos y admiración para Javier, ejemplo de amor propio y deseos de superación!

FREEDOM PSICOTERAPIA: Ícono de agosto


Es tiempo de cambiar al amor por AMOR
Confusión; menos matrimonios, más divorcios, más relaciones extra y prematrimoniales, más relaciones conflictivas. Vivimos en un continuo desgaste emocional y decimos que lo hacemos en nombre del amor…
 ¿Qué podemos ofrecer al mundo, si vivimos vacíos, esperando que alguien nos rescate de ese abismo y nos llene, para que luego se marche y nos deje más vacíos y sumidos en la desolación?
Es tiempo de reorientar al corazón, que dejemos los cuentos de hadas de niños y la fantasía de las películas y las novelas.
Entender que las bestias, los sapos y los ogros no se transforman en príncipes. Las dormilonas no se volverán más activas con un beso de amor, ni la dama de “compañía para hombres” se convierte en dama de sociedad, y mucho menos las Teresas se vuelven desinteresadas y buenas.
Es tiempo de abrir los ojos y decir basta a la ceguera, y a la locura del desamor disfrazado de un torrente de emociones desbocadas. Ya basta de soportar el tormento de tener a lado a una persona que nos hiere y a la que no  dejamos pensando que nuestro amor la va cambiar… Basta ya de dormir con el enemigo.
Esto es la vida y no un cuento infantil donde, aunque todo este patas arriba, existe un “…y vivieron felices por siempre.” Si deseamos recoger momentos felices, basta de conformarnos con existir, permitiendo que el viento nos lleve a donde quiera; es momento de tomar el timón. Si deseamos el amor de un cuento de hadas, vivirlo al estilo adulto, pues ya no somos niños; ya no dirigen nuestra vida, ahora la dirigimos nosotros.
Buscando a ese príncipe o princesa de los cuentos de hadas, hallamos un camino lleno de desafíos y peligros, y a veces dolor para llegar al castillo y matar al dragón, pero sin burros ni escuderos, porque es un camino que sólo podemos transitar nosotros, ya que el camino es hacia nuestro interior. La única guía válida es mirar la realidad.
Es hora de ponernos la armadura de valor y el escudo de convicción y comenzar a recorrer el camino angosto del autoconocimiento y llegar al castillo de nuestros miedos. Matar a las sombras y fantasmas que arrojan por la boca todo lo que no hemos querido enfrentar. Es momento de escalar la torre más alta que es la de nuestra verdad, la de nuestra esencia real. Rescatar a nuestro amor propio y nuestra dignidad. Iniciar la metamorfosis y devolvernos la realeza interna, y salir con la bandera de quienes somos realmente.
Es tiempo de renunciar a querer ser magos; no tenemos el poder de cambiar a la gente. Hagamos lo que está a nuestro alcance, que es cambiar nuestra interpretación desvirtuada de lo concreto.
“Mi amor lo va cambiar…”, es una de las más grandes ironías que hay. ¿Cómo va a cambiar alguien con nuestro amor?, ¿de qué amor hablamos? Si el soportar a alguien que nos hiere emocional, psicológica, verbal o físicamente, evidencia que no nos amamos a nosotros mismos.
Es tiempo de romper esquemas, de rompernos a nosotros mismos si es necesario, pues frecuentemente nuestras emociones están hechas de material defectuoso, de accesorios bonitos pero huecos o frágiles. Necesitamos depurar los soportes que sostienen a nuestras emociones y reconstruirnos con material resistente, cargado de realismo, de amor propio y dignidad.
Es momento de hacerle una cirugía laser y darle un fármaco de razón a nuestro ciego y loco corazón El conocimiento de uno mismo libera y el amor propio es el único que nos trae la compañía de otro amor. El AMOR es el Arte del Encuentro.
Es tiempo de cambiar al amor por AMOR
¿Qué estás dispuesto a hacer por AMOR?
Lic. Iris Azarel Vázquez Cruz. Para Icono de agosto 2011.
Asociación de Psicología Humanista. Freedom.


VIDEO: INGENIO MEXICANO: LA TROMPETA

De que somos creativos los mexicanos, ni quien lo dude... Vean como sale del apuro este trompetista.