domingo, 14 de noviembre de 2010

¡FANTÁSTICO PIANO VOLADOR!

CONTRALUZ Noviembre 14, 2010



TRAS LA QUIMERA EL VACÍO
María del Carmen Maqueo Garza
La problemática social que vive nuestro México en este cierre del 2010 es la más grave de los últimos noventa y tres años, desde la terminación de la Revolución Mexicana con la Constitución de 1917.   Sintetizando  el estado actual de cosas diríamos:
   En primer término, hay un estado fallido.  El ejecutivo ha relegado cualquier proyecto de nación en su obstinación por imponerse a las fuerzas fácticas por la vía del sometimiento.
   Indebidamente una buena parte de sus empeños se enfoca a la creación de la imagen mediática del México feliz, que busca vender tanto a oriundos como a extranjeros.
   Frente a grandes carencias en alimentación, salud, vivienda, servicios básicos, y seguridad, los puestos públicos crecen en número y en costo. Somos  una de las naciones con el aparato burocrático más grande y mejor remunerado, pero no necesariamente más competente.
   Por una parte la delincuencia organizada, y por otra la severidad con que las fuerzas armadas buscan controlarla, vuelven cualquier punto de nuestra geografía un polvorín.
   Además es terrible percibir el modo como la sociedad se va fragmentando y aislando; la desconfianza nos pone unos contra otros, incluso dentro de las familias. Ya no se diga entonces entre ciudadanos sin vínculos sanguíneos.
   Lo más grave, que viene a coronar estos fenómenos, es el hecho de que en realidad nosotros como sociedad no nos hemos dado a la tarea de ocuparnos en entender el origen último de  la descomposición social  que nos tiene como moscas en una telaraña, a mayores intentos de zafarnos, más atrapados.
   Lo que sucede alrededor nos afecta; nos duele; trastorna nuestros planes; apaga nuestros sueños; atenta contra nuestros hijos… pero nos quedamos en la queja y nada más.  No tenemos un planteamiento qué  presentar como alternativa para desactivar este clima de inseguridad; el temor nos paraliza.
      En un vistazo general se observa que el enfoque oficial se orienta a atacar los efectos, no las causas de este creciente problema que como bola de nieve aumenta cada día más.  Y mientras actuemos así, difícilmente vamos a tener un cambio social.
   La infiltración de la delincuencia organizada en las diversas facetas de la vida social es un problema espinoso que no sabemos cómo abordar. No obstante es muy necesario comenzar a visualizarlo, a indagar su origen y evolución, y mediante un enfoque científico proponer alguna suerte de remedio.
   En lo particular quisiera entenderlo a partir de las necesidades que alguna vez planteó Abraham Maslow en su obra maestra intitulada: “Una teoría sobre motivación humana”.  Aunque escrito con un enfoque más hacia lo laboral, el planteamiento del autor tiene plena validez;  ordena estas necesidades en una pirámide de cinco niveles, que van desde las básicas para la supervivencia, hasta las más elevadas de  auto-realización.
  Un primer nivel de necesidades comprende las fisiológicas, las cuales deben de cubrirse para seguir vivos.  Un segundo nivel habla de necesidades de seguridad, esto es, aquello que nos permite además desarrollar una calidad de vida.  El tercer nivel corresponde a afiliación, o sea un sentido de pertenencia, un afecto que arrope.  El cuarto habla de estima y reconocimiento por parte del núcleo social, y el quinto se refiere a necesidades de alto nivel como la resolución de problemas; ética, y sentido de trascendencia.
   Es precisamente aquí, en lo que tiene que ver con las necesidades no cubiertas en la infancia, donde  yo supongo  que nace ese delincuente capaz de cualquier cosa con tal de lograr sus objetivos; el que no muestra el mínimo respeto por la sociedad;  el que  denota un profundo desprecio por la vida, y no tiene remordimiento por sus actos.   Si nos remitimos a las necesidades de Maslow vamos a ver que este individuo siendo niño se quedó a medio camino en su desarrollo emocional; la figura de la madre por alguna razón no estuvo allí para apoyar esa cobertura de necesidades emocionales, y él sufrió una grave ruptura en el tercer nivel de la pirámide.
   Esto es, contaba con lo básico, pero no tenía modelos ni marco referencial, como  tampoco  se sentía parte de un grupo con el cual se identificara; en su búsqueda se topó con estas organizaciones que de alguna manera  cubrieron tales necesidades.   Ahora era parte de un grupo; era reconocido y respetado (temido), y tenía mucho poder adquisitivo, y  a partir de ello comenzó a sentir esa calidez interna tan necesaria.
   Entonces, si el origen es emocional y el crimen es una consecuencia, me pregunto, y les pregunto, y todos asimismo debemos preguntar a nuestras autoridades: ¿No es  acaso el momento de replantearnos el problema con un enfoque social y no meramente  judicial?
   Como sociedad civil: ¿Seguimos quejándonos, o le vamos entrando  al toro de una vez por todas?...

COSAS NUESTRAS de Jorge Villegas: Noviembre 14, 2010



Puentes
No tiene pies ni cabeza el actual calendario de descansos obligatorios.
Volver móviles esos descansos pretendía evitar los ruinosos "puentes".
O al menos ponerlos bajo control al mandar las celebraciones a un lunes.
Pero el Gobierno mete el desorden con puentes tan absurdos como el larguísimo de la Independencia.
O tan fuera de lugar como el puente largo por el Día de los Muertos.
El Centenario de la Revolución obligaba a respetar el calendario natural, igual que Navidad y Año Nuevo.
Pero aplicaron el criterio general y mandaron el descanso al lunes anterior.
Ah y esta vez no marchan los deportistas, sino los soldados.  Todo enrevesado.
jvillega@rocketmail.com

SER MAMÁ por Isabel Allende

Por culpa del azar o de un desliz, cualquier mujer puede convertirse en Madre. La naturaleza la ha dotado a mansalva del 'instinto maternal' con la finalidad de preservar la especie. Si no fuera por eso, lo que ella harìa al ver a esa criatura minuscula y llorona sería arrojarla. Pero gracias al 'instinto maternal' la mira embobada, la encuentra preciosa y se dispone a cuidarla gratis hasta que cumpla por lo menos 21años.
Ser Madre es considerar que es mucho mas noble sonar narices y lavar pañales, que terminar los estudios, triunfar en una carrera o mantenerse delgada. Es ejercer la vocación sin descanso, siempre con la cantaleta de que se laven los dientes, se acuesten temprano, saquen buenas notas, no fumen, y que tomen leche. Es preocuparse de las vacunas, la limpieza de las orejas, los estudios, las palabrotas, los novios y las novias, sin ofenderse cuando la mandan a callar o le tiran la puerta en las narices, porque no están en nada...

Es quedarse desvelada esperando que vuelva la hija de la fiesta y, cuando llega, hacerse la dormida para no fastidiar. Es temblar cuando el hijo aprende a manejar, anda en moto, se afeita, se enamora, presenta exámenes o le sacan las amígdalas.

Es llorar cuando ve a los hijos contentos y apretar los dientes y sonreír cuando los ve sufriendo. Es servir de niñera, maestra, chofer, cocinera, lavandera, médico, policía, confesor y mecánico, sin cobrar sueldo alguno.
Es entregar su amor y su tiempo sin esperar que se lo agradezcan. Es decir, que 'son cosas de la edad' cuando la mandan a volar. Madre es alguien que nos quiere y nos cuida todos los días de su vida.

El peor defecto que tienen las madres es que se mueren antes de que uno alcance a retribuirles parte de lo que han hecho. Lo dejan a uno desvalido, culpable e irremisiblemente huérfano. Por suerte hay una sola...Porque nadie aguantaría el dolor de perderla dos veces.

 Isabel Allende

VIDEO MUSICAL: Ricardo Arjona con Recomenzar

TERMÓMETRO MODERNO Por George Carlin

La paradoja de nuestro tiempo es que tenemos edificios más altos y temperamentos más reducidos, carreteras más anchas y puntos de vista más estrechos.
Gastamos más pero tenemos menos; compramos más pero disfrutamos menos. Tenemos casas más grandes y familias más chicas; mayores comodidades y menos tiempo.
Tenemos más grados académicos pero menos sentido común, mayor conocimiento pero menor capacidad de juicio, más expertos pero más problemas; mejor medicina pero menor bienestar.

Bebemos demasiado, fumamos demasiado; despilfarramos demasiado, reímos muy poco, manejamos muy rápido; nos enojamos demasiado; nos desvelamos demasiado; amanecemos cansados; leemos muy poco; vemos demasiada televisión, y oramos muy rara vez.

Hemos multiplicado nuestras posesiones pero reducido nuestros valores. Hablamos demasiado; amamos muy poco, y odiamos muy frecuentemente.

Hemos aprendido a ganarnos la vida, pero no a vivir. Añadimos años a nuestras vidas, no vida a nuestros años. Hemos logrado ir y volver de la luna, pero se nos dificulta cruzar la calle para conocer a un nuevo vecino.
Conquistamos el espacio exterior, pero no el interior. Hemos hecho grandes cosas, pero no por ello mejores.

Hemos limpiado el aire, pero contaminamos nuestra alma. Conquistamos el átomo, pero no nuestros prejuicios. Escribimos más pero aprendemos menos. Planeamos más pero logramos menos. Hemos aprendido a apresurarnos, pero no a esperar.
Producimos computadoras que pueden procesar mayor información y difundirla, pero nos comunicamos cada vez menos y menos.

Estos son tiempos de comidas rápidas y digestión lenta, de hombres de gran talla y cortedad de carácter; de enormes ganancias económicas y relaciones humanas superficiales.
Hoy en día hay dos ingresos pero más divorcios; casas más lujosas pero hogares rotos. Son tiempos de viajes rápidos; pañales desechables; moral descartable; intimidad de una noche; cuerpos obesos, y píldoras que hacen todo: Desde alegrar y apaciguar, hasta matar.
Son tiempos en que hay mucho en el escaparate y muy poco en la bodega. Tiempos en que la tecnología puede hacerte llegar esta carta, y en que tú puedes elegir compartir estas reflexiones o simplemente borrarlas.

Acuérdate de pasar algún tiempo con tus seres queridos porque ellos no estarán aquí siempre. Acuérdate de ser amable con quien ahora te admira, porque esa personita crecerá muy pronto y se alejará de ti.

Acuérdate de abrazar a quien tienes cerca porque ese es el único tesoro que puedes dar con el corazón, sin que te cueste ni un centavo.

Acuérdate de decir “te amo” a tu pareja y a tus seres queridos, pero sobre todo dilo sinceramente. Un beso y un abrazo pueden reparar una herida cuando se dan con toda el alma.

Acuérdate de tomarte de la mano con tu ser querido y atesorar ese momento, porque un día esa persona ya no estará contigo.

Date tiempo para amar y para conversar, y comparte tus más preciadas ideas.

Y siempre recuerda:

La vida no se mide por el número de veces que tomamos aliento, sino por los extraordinarios momentos que nos lo quitan.

¿Qué vida estamos construyendo?...