domingo, 21 de enero de 2018

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

FALACIA DIGITAL
En la actual época digital es notable  el modo como los medios  audiovisuales influyen en la  formación de opiniones.  Con base en lo anterior se explica que las figuras públicas destinen carretadas de dinero para la creación de la imagen que habrán de vender al mundo.  Nuestros políticos no han sido la excepción, y vemos con dolor la enorme cantidad de recursos que se han distraído de rubros de primer orden para pago de productos que pretenden construir una imagen  pública que  les retribuya en convicción, popularidad o votos.
     Estamos a tal grado inmersos en esta cultura audiovisual, que difícilmente alcanzamos a percatarnos de la incongruencia que llega a haber entre la realidad y la proyección.  Nos hemos acostumbrado a creer en el valor de la imagen como si fuera una verdad absoluta,  sin reparar en mayor medida en lo que hay detrás, que bien pudiera ser todo lo contrario.
     Dos de los autores que más hablan sobre la cultura digital y sus variantes, Zygmunt Bauman y Gilles Lipovetsky enfatizan respecto a este fenómeno que tiene que ver con la disociación entre imagen y contenido, y nuestra tendencia como usuarios a inclinarnos a favor de la imagen, concediendo al contenido menor importancia de lo que se debería.  Hay muchos ejemplos de distinto orden, pero esta vez me permitiré valerme de uno reciente y  muy dramático para ilustrarlo:
     Durante la semana que termina se dio a conocer un caso de extremo abuso físico y psicológico ocurrido en California. Se trata de 13 niños y jóvenes que eran mantenidos encadenados, privados de afecto y de suficiente alimento,  y que además eran torturados por sus propios padres.  Estas condiciones de maltrato crónico  se fueron agravando con el tiempo, hasta que hace 4 años los sujetaron a sus camas, primero mediante cuerdas y posteriormente –por el intento de huída de uno de ellos—con cadenas y grilletes.  La edad del mayor es de 29 años y de la más pequeña 3 años.   Todos, a excepción de la más pequeña, mostraban claros signos de retraso en peso, talla, socialización y desarrollo intelectual.  David y Louise Turpin de 56 y 49 años de edad, padres de los afectados, además de la sujeción ejercieron muchas otras formas de tortura como fue mantenerlos despiertos todas las noches; en muchas ocasiones no autorizarles ir al baño; forzarlos a hacer una comida –escasa- al día; permitirles bañarse una vez al año, y algo que me parece inconcebible, comprar alimentos apetitosos que dejaban cerca de ellos sin  que pudieran probarlos, o bien el hecho de que ambos padres consumían esos productos frente a sus hijos quienes solo miraban…
     Todo lo anterior sucedía de manera cotidiana sin acaso levantar sospechas por parte de los vecinos.  A raíz de que se pusieron al descubierto las condiciones infrahumanas en que vivían los 13 hijos,  circularon diversas publicaciones de redes sociales en las que aparece la familia luciendo feliz, tanto en Disneyworld como en Las Vegas, a este último lugar fueron en el 2016 con todos los hijos para renovar sus votos matrimoniales.  Hoy quise revisar unos datos, pero me topo con que ya no es posible acceder al Facebook del matrimonio, cuando antes de que lo bloquearan, había unas 40 fotografías de la familia completa en distintas poses y momentos, vendiendo al mundo la idea de una familia bien integrada que disfrutaba y se divertía.
     El retraso en peso, talla y desarrollo psicomotor de los hijos ya estaba presente en el tiempo en que se publicaron esas fotografías, sin embargo no es muy evidente en las imágenes, que además presentan el evento social, no el médico.  El gravísimo problema ya estaba allí, pero los padres lograron enmascararlo de muy diversas maneras, y los hijos –que vivían en pánico, según refiere la que logró escapar e hizo la denuncia—no fueron capaces de delatar nada.  A la serie de razonamientos falsos que existen y que se conocen como “falacias”, agregaríamos esta nueva bajo la premisa de: “Lo que se ve no se cuestiona”, para destacar el peso que llega a tener una imagen, al punto de inhibir nuestro juicio crítico.
     A la fecha ambos padres se han declarado inocentes de tortura y maltrato, y por lo pronto se les ha fijado una fianza de 12 millones de dólares a cada uno.  Las fotografías de su detención los muestran, a él con su cabello lacio y largo “de cazuela”, poco expresivo, y a ella con un gesto contenido o extraviado, según quiera interpretarse. Ambos se convierten ahora en personajes siniestros, cuando hasta hace poco pasaban por un matrimonio feliz y amoroso.  ¡Paradojas terribles de la vida!
     Sirva este dramático ejemplo para alertarnos con relación al valor relativo que tienen  las primeras impresiones, y la necesidad de hacerlas acompañar de elementos adicionales, antes de emitir un juicio.

VIÑETAS por María del Carmen Maqueo Garza


No es la vida lo que cambia, es tu mirada.
Es volver la vista más allá de tu piel,
embriagarte con la alegría del mundo.
De una vez para siempre
romper los muros de ti mismo
para así navegar  el mar de todos.

Ser feliz no es labor titánica, todo lo contrario,
es dejarte llevar por la corriente
de la vida, sabedor de que eres
una parte más del cosmos,
una parte pequeña pero indispensable
en su lugar y tiempo.

De este modo trascendente y único
recorres la ruta espiritual
que a ti te pertenece, y ningún otro
podría andar por ti.
Así la vida adquiere un sentido
y se vuelve digna de ser vivida.

"Lluvia" por "Simply Three"

La filosofía del acompañamiento por Alan D. Wolfelt



1. Acompañar se trata de estar presente para el dolor de otra persona; no de hacer que su dolor desaparezca.

2. Acompañar se trata de de ir al desierto del alma con otro ser humano; no de creer que somos responsables de encontrar la salida.

3. Acompañar se trata de honrar el espíritu; no de enfocarse en el intelecto.

4. Acompañar se trata de escuchar con el corazón; no de analizar con la cabeza.

5. Acompañar es dar testimonio de las luchas de otros; no de juzgar o dirigir esas luchas.

6. Acompañar se trata de caminar al lado; no de conducir o ser conducido.

7. Acompañar se trata de descubrir los dones del silencio sagrado; no significa llenar con palabras cada momento.

8. Acompañar al que sufre se trata de quedarse quieto y en silencio; no de querer moverse frenéticamente hacia adelante.

9. Acompañar se trata de respetar el desorden y la confusión; no de imponer orden y lógica.

10. Acompañar se trata de aprender de otros; no de enseñarles.

11. Acompañar se trata de tener una actitud de amorosidad y no de expertos.

Agradezco a Georgia su valiosa aportación.

Un postre en 3D

Fantasía digital desde un restaurant canadiense. Agradezco a Guillermo su original sugerencia.

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez

¿Cuántas veces sin intención alguna has lastimado a quien te quiere?
¿Cuántas veces te has sentido culpable de daños a terceros por tu forma de actuar, sin que en ello haya la voluntad de hacerlo?
Nos conformamos con dejar fluir nuestro sentimiento de manera egoísta. Del mismo modo podemos decidir dejar de hacerlo, o tal vez ni siquiera tenemos clara conciencia de que ya no sentimos afecto hacia esa persona. Pudiera ser que nos retiremos sin decir nada o diciendo muy poco, u ofreciendo una explicación que no satisface a la otra persona.
          Las relaciones humanas son tan necesarias como difíciles, se dan entre dos seres que piensan, actúan distinto, con diferente educación, con distinta percepción de la vida, tal vez sin nada en común y el único eslabón es el afecto, un afecto que se aferra a coincidencias  a veces no muy definidas  para los actores sentimentales.
     Nos toca jugar los dos papeles, a veces víctima, otras victimario; en ocasiones con sentimientos de culpa de por vida, otras señalados por injustos, cuando nosotros nos hemos exonerado de cualquier cargo, y nos sentimos totalmente inocentes. 
     Entrar al círculo de los afectos, implica tanta responsabilidad, que a veces se prefiere renunciar a él y rondar por la periferia en soledad. Para querer hay que atreverse a arriesgar el corazón, y saber que podemos quedar en bancarrota, pero siempre apostando a encontrar en el amor a otros nuestro mayor patrimonio. 
     Finalmente seremos el resultado de la suma de nuestros afectos, hay que arriesgarse si deseamos que nuestra vida no sea estéril camino que se recorre sin dejar huella en nadie. La trascendencia en uno o más corazones de nuestros afectos bien vale la pena de correr el riesgo de sufrir por ello.

Diversión en la nieve

¡Y sigue la diversión en la nieve, antes de que se nos acabe el frío!