domingo, 20 de agosto de 2017

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

LA GUERRA Y SUS RAZONES
El tema del momento tiene que ver con el terrorismo y la discriminación.  Los recientes ataques en dos puntos del estado de Cataluña y  en Finlandia, dan cuenta del nivel de violencia que pueden alcanzar las iniciativas movidas por el odio.  Podemos afirmar que la guerra en Medio Oriente, como un cáncer  emite sus metástasis a la Unión Europea, de modo   que estos ataques del Estado Islámico a la población civil en varios países, representan un fenómeno psicosocial complejo, que trataremos de comenzar a entender.
     La migración se vuelve un fenómeno mundial que impacta un país de muy distintas maneras.  Un territorio ocupado o en guerra enfrenta problemas que amenazan la vida y la seguridad de su población, por lo que  grupos familiares tratan de huir  en búsqueda de un país que ofrezca las garantías que el suyo no ofrece.  Hay acuerdos internacionales que contemplan un flujo migratorio anual y los presupuestos necesarios para que esos extranjeros, que ingresan en calidad de refugiados a un país, tengan lo necesario en cuanto a vivienda, alimentación, salud y escolaridad durante el primer año de estancia en el sitio de acogida.  Pasado ese período inicial se verá qué hacer con dichos grupos, lo habitual es darles albergue permanente, de modo que vienen a constituir una primera generación de inmigrantes ya establecidos que darán pie a una segunda generación de individuos que, nacidos en el país de acogida, cuentan con todos los derechos de los naturales. De esa segunda generación han salido la mayoría de los terroristas que amenazan la seguridad de países del primer mundo, en particular de la Unión Europea, aunque claro, se dan casos de jóvenes no migrantes que se afilian por voluntad propia,  habitualmente a través de Internet,  a organizaciones paramilitares como ISIS o ISIL, por citar algunas.
     Acaba de salir hace un par de días un video del rapero puertorriqueño “Residente” que yo recomendaría mucho ver, se intitula “Guerra” y  puede visualizarse  a través de youtube.  El género no es de mis preferidos, pero debo reconocer que tiene el gran valor de constituir una voz que  da a conocer muchos fenómenos sociales, como es en este caso la filiación a grupos armados que buscan cambios radicales, ya en su país de origen, ya en el de acogida.
     Si analizamos los territorios que han librado guerras a través de la historia, observaremos que, aun cuando estos conflictos armados hayan sido considerados como guerras santas o de castas, han tenido detrás fuertes intereses de orden económico, como es el caso de los conflictos actuales en Medio Oriente.  Los países afectados representan una suerte de botín para aquellos grupos o potencias extranjeras que participan o respaldan esas  luchas armadas.  Los grupos paramilitares están comandados por un líder poderoso que va manejando al grupo de guerrilleros hacia donde él o una pequeña cúpula determinan, llevándose de encuentro a gran parte de población civil inocente.
     Ahora bien, con relación a los grupos paramilitares surgidos en países desarrollados, y  que se identifican con estas hordas extremistas habría que analizar qué intereses mueven a un joven de primer mundo a involucrarse en doctrinas completamente ajenas a su formación occidental.  Lo primero que habría que conceptuar es el perfil de esos chicos que suelen provenir de familias aparentemente bien organizadas, rígidas en su formación, en las que los padres están distanciados de los hijos, de manera que el joven se siente algo así como un  bicho raro.  Por esa misma dinámica familiar el adolescente suele tener problemas de adaptación al medio, lo que lo lleva a encontrar un enemigo en cada ser humano que tiene frente a sí.
     A la par de esa sensación de inadecuación se va generando un sentimiento de odio, un soñar con acabar de un solo tajo con aquellas condiciones que propician que él se la pase tan mal.  Busca entonces, no entre lo que le es familiar –y que no le ha funcionado—sino entre lo antagónico, partiendo de la premisa de que aquello que es contrario a lo que tiene,  debe  ejercer un efecto contrario al  que tanto lo ha dañado hasta ahora. Al adentrarse en una cultura ajena y sentir que es aceptado, comienza a encontrarle sentido a la existencia, hasta estar dispuesto a dar la vida por ello.  Además, saber que pertenece a un grupo que tiene bien definidas sus estrategias y sus metas, le otorga cierta valía que hasta ahora no había encontrado en su propia vida personal.
     Un fragmento de la letra de este rap “Guerra” dice: La guerra es más débil que fuerte, /no aguanta la vida,/ por eso se esconde en la muerte.
     Terminaría diciendo que tal vez la  muerte es aquella condición que no se ha experimentado hasta ahora, en lo que el chico finca todas sus esperanzas de un mundo mejor.

CUADROS URBANOS por María del Carmen Maqueo Garza



La gran ciudad nos convierte en minúsculos insectos que vamos de uno a otro extremo procurando lo propio. La premura del tiempo nos imprime una particular celeridad que lleva a olvidar que detrás de cada rostro y figura mora un ser espiritual con sus propios sueños, sus propias historias.

   En el portal que da a la plaza cívica las bancas largas y pesadas son habitadas --al menos por un rato-- por seres humanos que se permiten darse un respiro y  bajar la careta para mostrar su naturaleza tal cual es.
   Mi inquieto afán de poeta quisiera instalarse frente a ellos, observarlos uno a uno con detenimiento, y descubrir que a las esperanzas no logra atropellarlas el carro de la indiferencia cotidiana.

Niña prodigio de gran memoria

RINCÓN POÉTICO Poesía de Jaime Augusto Shelley


Los pájaros

Chillaron los pájaros
desorbitando su silencio de altas copas.
Descendieron  cóndores y cuervos
de aceradas plumas.
Cientos de voces desencajadas
por la ráfaga
tomaron la forma de los árboles
y callaron,
recuperaron su silencio.
     Sobreviene el día.

Gracias, Carlos por esta sugerencia de la colección de Felipe Garrido.

Hacer la diferencia con Denzel Washington


Para quien así lo requiera, activar  subtítulos y luego traducción al español.
Gracias a Juan Pedro por la extraordinaria sugerencia.

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez

Ayer oía sobre un libro que se está difundiendo,el nombre llamó especialmente mi atención: "Cuando mamá lastima" era el título.

A grandes rasgos me enteré de como era tratado el tema. Al instante pasaron por mi mente los reproches que hice tantas veces por lo que juzgaba injusticias en el proceder de mi madre, al mismo tiempo lo que yo me he reprochado otras tantas de mis errores al corregir a mis hijos.
El solo título me infligió tremendo dolor, repasé una y otra vez no todos los episodios, por supuesto, porque mi memoria solo tiene reserva imitada y seguramente guarda más a favor que en contra, pero de solo pensar en lo que pudieran decir mis hijos sobre lo que de mi actuación como madre les dañó, me sentí momentáneamente culpable e infeliz. Yo sola imaginé un ataque tripartita que seguramente merecía. 

En cuanto al juicio que yo hacía de mi madre, lo digo sinceramente, de nuevo me sentí culpable de la posibilidad de reclamarle algo, a mi edad ya vi pasar la vida del otro lado y entendí perfectamente que no tenía nada que no pudiera comprender y justificar, mi madre fue mujer entregada al cien por ciento a la tarea de crianza.

Yo por mi parte, en otra época, con otras aspiraciones y habiendo compartido mi maternidad con la profesión, sentí que tenía más posibilidades de haber lastimado a mis hijos, en un arranque de esos que solemos tener las madres en que somos presas de la tremenda responsabilidad de educar a unos hijos que además queremos sean perfectos y sentir la impotencia de no estarlo logrando cabalmente, sin contar que a esto se agregan situaciones estresantes de enfermedad o limitaciones económicas, un sinfin de situaciones que nos complican la existencia y nos hacen muchas veces terminar desquitando frustraciones con los menos responsables de provocarlas.
Por un momento, sentada en la silla de los acusados, sentí que lo único que me quedaba era pedir perdón, por todo aquello, que no era poco.
Quizá por mecanismo de defensa, o quizá porque mi conciencia lo dictó, termine levantándome de esa silla, ¿qué lograría con juzgarme como madre, o el que mis hijos lo hicieran?, ¿qué bien les haría a ellos un perdón a destiempo? ¿qué huella dejaría el pasar por el dolor de un reclamo extemporáneo hacia un acto que no fue generado ni por irresponsabilidad, ni por desamor? 

No era soberbia lo que me hacía rechazar el ser juzgada, humildad tengo para poder reconocer errores, pero si hablamos de sanación en la relación con nuestros hijos, apelo más a la conciencia que el mismo tiempo y experiencias te van dando, apuesto a que la buena voluntad y el amor que se entrega día a día en esta ardua labor de ser madres, hace que llegue a inclinar en la balanza todo lo positivo a nuestro favor.
Al final de mi soliloquio, quedé en paz.  "Cuando mamá lastima"... pero ama, protege, educa y hace todo lo que está a su alcance por lograr que sus hijos sean felices, tiene más que atenuantes para ser perdonada. 

Nadie puede escapar del juicio de los hijos, es pecado mortal que todos cometemos, pero la certeza tengo de que siempre seremos exoneradas cuando fue el amor el que nos guió.


Aleluya en violín con amor