domingo, 8 de septiembre de 2013

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

BARRER LA CASA
Sin lugar a dudas estas últimas han sido unas semanas difíciles para todos los mexicanos.  Estamos en la zozobra del modo como  las reformas energética y fiscal impacten a nuestra ya castigada economía doméstica, a la vez que observamos la forma caótica como la ciudad de México se convierte en un verdadero tapón vial que impide a los ciudadanos desplazarse y acceder a distintos lugares.  Las terribles pérdidas económicas para particulares y comerciantes, frente a la tibieza de las autoridades que debieran hacerse responsables, resultan exasperantes.
   Dentro de la gran mayoría de los mexicanos surge la inquietud de lo que podrá ocurrir en los siguientes días, cuando se den a conocer las propuestas de reforma.  En las condiciones actuales nos las vemos difíciles, por lo que nos pone a temblar qué sucedería si se legisla que los que ya pagamos, paguemos más.  Si hasta ahora gran parte del problema se debe a mala administración y falta de transparencia, ¿quién garantiza que las  nuevas imposiciones tributarias vayan a buen destino, o resuelvan los problemas? 
   Quizá lo que más desconcierta es lo siguiente: Difícilmente estas modificaciones afectarían a las élites políticas y empresariales que hasta ahora representan la clase privilegiada del sistema.  Aquellos servidores públicos que actualmente perciben cuantiosos emolumentos, bonos y subvenciones, con toda seguridad recibirían compensaciones que les permitan mantener ese mismo nivel de vida de primerísimo mundo que hasta ahora llevan, y que en gran medida ha provocado una pérdida de contacto con la realidad de los mexicanos “de a pie”, y por ende una dolorosa insensibilidad ante las necesidades de los grupos que se supone están para atender.
   Ejemplos al respecto sobran, pero baste con asomarnos a echar un vistazo a las percepciones globales de diputados, senadores, gobernadores y líderes sindicales, para dimensionar de qué estamos hablando.
   En lo personal tengo muy presente lo sucedido en 1994, cuando en un abrir y cerrar de ojos nuestra capacidad adquisitiva sufrió una merma como nunca antes en la historia.  Fueron épocas muy difíciles para todas las clases trabajadoras, excepto para unos cuantos dentro del sistema. No sufrió  la banca, misma que se vio beneficiada con el FOBAPROA, ni sufrieron los grandes inversionistas quienes, previendo la contracción que sufriría la economía, con toda oportunidad sacaron sus capitales del país.  Lo último que querríamos ver quienes ya lo vivimos hace veinte años, es que se repitiera una crisis así de terrible para el país.
   Pero quizás lo más grave, lo más descorazonador del asunto, sea lo siguiente: Que las familias mexicanas estemos en riesgo de una situación de esta naturaleza, en el eventual caso de que los recursos que genera el petróleo comiencen a fugarse del país, y por otro lado las modificaciones hacendarias mermen nuestra ya castigada capacidad de compra, cuando es más que evidente que gran parte de los problemas económicos que enfrenta México en estos momentos derivan de la mala administración de sus recursos.
   Tenemos un aparato burocrático muy costoso que produce resultados mediocres; en tanto no se optimice el funcionamiento de las instituciones para llegar a producir lo más con lo justo, los recursos no alcanzarán.
   La falta de transparencia en muchas instituciones ha generado situaciones anómalas como la duplicidad de plazas, comisiones, compadrazgos, nepotismo y otras lacras  del sistema que han de desaparecer si queremos transformar a México.  Ya no puede tolerarse que las entradas de dinero de los grandes sindicatos se conviertan, en la opacidad, en botín personal de unos cuantos.
   Más allá del daño económico que generan para las familias trabajadoras estas inequidades, está el daño moral, el que un individuo comience a sentirse abatido, y deje de echarle ganas.
   En los países desarrollados un individuo que pierde alguna de sus capacidades cuenta con una gama de oportunidades para seguir siendo económicamente activo.   En nuestro país las cosas son de otra manera, un sujeto joven y sano pierde una extremidad en un accidente, y no es infrecuente encontrarlo en lugares públicos de pie sobre sus muletas, pidiendo limosna.   ¿Por qué la pérdida de una extremidad lo llevó a asumirse como inválido?...La única respuesta que me viene a la mente hasta ahora es, porque el sistema no tiene otras opciones qué ofrecerle.  Y así como éste, hay muchos otros casos en los cuales las instituciones no se han dado a la tarea de ocuparse a fondo en conocer y resolver tantos problemas sociales, y muchas de las veces no lo hacen, pues se hallan sumidas en funciones  de escritorio, costosas y poco acertadas. 

   Atemoriza pensar en que las reformas que el Ejecutivo propondrá al Legislativo deriven en un crecimiento exorbitante de “inválidos morales”, en un país que tiene  todo para ser el mejor. Para llegar a serlo necesitamos comenzar por barrer la casa.

COSAS NUESTRAS por Jorge Villegas

Amigos: Esta columna la escribió Don Jorge  ayer día 7 con motivo de su cumpleaños #75.  Pueden enviarle una felicitación a su dirección de correo electrónico que viene anotada debajo del texto.

Prodigios
Me ha tocado vivir los años más apasionantes de la Historia.
Me la he pasado de asombro en asombro desde mi butaca.
Guerras, vuelos a la luna, magnicidios, inventos portentosos.
Ni siquiera imaginé la transformación de aquella televisión borrosa y limitada.
Menos el asombroso mundo de celulares y minicomputadoras.
Me he beneficiado de las refacciones humanas y los medicamentos portentosos.
A los 75, sólo debo decir al tenor de la Biblia: "Hasta aquí nos ayudó Jehová".
jvillega@rocketmail.com

VIDEO UNICEF El hombre del algodón de azúcar

Padres, abuelos, cuidadores: Por desgracia nos ha tocado vivir unos tiempos en los que la relajación en las normas sociales ha provocado que muchas conductas aberrantes no encuentren mayor dificultad para expresarse. Una de ellas, y grave es la pedofilia, que puede marcar a nuestros pequeños para toda la vida. Mantengamos la vigilancia continua sobre nuestros niños, particularmente en lugares públicos.

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez.

Quisiera ser tu celular para lograr proximidad continua con tus manos, con tu cara, para que no me puedas olvidar ni un solo instante durante el día para que al despertar sea lo primero que desees mirar, por mantener tu curiosidad todo el tiempo con apenas emitir un sonido, porque tus ojos no se aparten de mí, por ser capaz de que dejes todo para alcanzar a ver lo que te digo, para tener toda la información que requieres, entretenerte, comunicarte, para convertirme en el mas arraigado de tus hábitos.
Quisiera ser ese vicio que te perturba, te ata, que te aísla del mundo entero para hacerte sentir comunicada con él, quisiera ser ese artefacto que te obsesiona con estar en un mundo virtual que no da espacio a la realidad, ese por el cual eres capaz de arriesgar tu vida con tal de no dejar de textear.
Quisiera ser... ¡tu celular!

MOMENTOS Video motivacional

Gracias, Dr. Álvarez, por sugerirlo.

CONSEJOS DE GURDJIEFF A SU HIJA (III)



1. Come y duerme lo estrictamente necesario.

2. No hables de tus problemas personales.

3. No emitas juicios ni críticas cuando desconozcas la mayor parte de los hechos.

4. No establezcas amistades inútiles.

5. No sigas modas.

6. No te vendas.

7. Respeta los contratos que has firmado.

8. Sé puntual.

9. No envidies los bienes o los éxitos del prójimo.

10. Habla sólo lo necesario

FLASHMOB Carmina Burana desde el Aeropuerto de Westbahnhof en Austria

Gracias Dr. Vicente, por compartir