sábado, 22 de mayo de 2010

¿QUÉ PUEDE SUCEDER?...

Por M.C.M.G.
¿Qué puede suceder si todos como un tejido vivo comenzamos a actuar poniendo de lado la violencia?... En las pequeñas cosas de todos los días, dando el paso al peatón; respetando los señalamientos viales; dirigiéndonos con cortesía a quien tenemos enfrente. Son pequeñeces que nada nos quitan, que hablan bien de nosotros, y que mucho pueden ayudar allá afuera.
Hay detalles tan simples, capaces de sanear el ambiente: Digamos mientras conducimos, poner la direccional si vamos a dar vuelta es un gesto de cortesía, y claro, una forma en que yo me protejo del que viene detrás. ...Frases como "por favor" o "gracias" logran dos cosas: Que quien las escucha de mis labios se sienta mejor que si no las hubiera escuchado, y que yo obtenga las cosas de un modo más amable. ¿Qué sucede si cedo el paso, y esa persona ni siquiera voltea a darme las gracias? Con mi autoestima bien puesta no me sucede nada en absoluto, de alguna manera habré hecho algo por el ambiente social, y estoy en disposición de volver a hacerlo más delante. Y si a la larga somos más de uno haciendo lo mismo todos los días: ¿Acaso no comenzarán a verse algunos cambios?... El terrible problema social que padece el México de hoy no surgió en un instante; se fue gestando poco a poco hasta volverse monstruoso, tanto que no hallamos ni cómo abordarlo. Entonces: ¿Qué se pierde con generar un poco de calidez en nuestro entorno?... Me parece que por todos lados se gana, y si mantenemos nuestra actitud, y la contagiamos a otros, a la vuelta del tiempo las cosas van a ir experimentando un cambio positivo. Por simple lógica, la suma de acciones tendrá resultados favorables.

PROPUESTA CIUDADANA

CONTRALUZ Mayo 23, 2010

María del Carmen Maqueo Garza

Los grandes problemas de la historia tienen sus orígenes en pequeñas causas que crecen a través del tiempo y del espacio hasta alcanzar proporciones inimaginables. Así han surgido movimientos sociales en distintos puntos del orbe, de condiciones socio-económicas mínimas en distintos sectores de la sociedad, hasta cobrar una fuerza que nadie habría imaginado en un principio.

De este modo podemos explicar la ola de violencia que viene sacudiendo nuestro país, con grave afectación a la población civil. Hace justo una semana ocurrieron en la ciudad de Torreón hechos de sangre que acabaron de forma inmediata con la vida de ocho jóvenes, y dejaron heridos de gravedad a otros veintiuno. Suponer que las sociedades se preparen para saber cómo reaccionar frente a una guerra es un contrasentido; simplemente ha habido países en los cuales durante períodos muy prolongados de tiempo los conflictos bélicos les han llevado a desarrollar una cultura de salvaguarda eficaz. En cambio para nosotros la inseguridad es tema inédito que surge en un plazo de tiempo muy corto, lo que no permite ni siquiera el diseño de un plan de contingencia civil.

Absolutamente todos nos sentimos vulnerables frente a la violencia que existe allá afuera; reconocemos que hay situaciones de mayor riesgo, pero finalmente cada uno de nosotros y nuestros hijos estamos expuestos. A partir de esta realidad se presentan algunas reacciones de nuestra parte como sociedad civil, la primera y más lógica es la de sentirnos copados por la violencia, y caer presas del miedo hasta la parálisis, o terminar abatidos ante la impotencia que provoca una situación de esta naturaleza.

La segunda reacción es alzar la voz, protestar y azuzar. Nos levantamos en contra de las autoridades por los malos resultados que su guerra contra el narcotráfico ha provocado; nos enojamos por la incongruencia que entre lo que se dice y lo que nos toca vivir a diario. Quizás nos pongamos a recibir y a reenviar correos cuyo texto expone la situación de violencia actual, y luego dice algo así como: "¿Y tú qué haces para frenarla?" Y por un rato sentimos que con haber reenviado todos esos correos, ya hemos cumplido con la patria.

Otra actitud poco inteligente es la de responder violencia con violencia; es la del kamikaze que se lanza irreflexivamente en una acción que no tendrá ningún efecto a largo plazo. Las fuerzas contrarias darán cuenta de su vida de inmediato.

Queda entonces ir a la raíz del problema y tratar de desactivarlo, como se haría con una bomba de tiempo; es analizar el caldo de cultivo que produce tales delincuentes, para entender su composición y tratar de neutralizarla. Claro que si el abordaje lo hacemos de manera individual y desarticulada nada se va a lograr, es necesaria una acción conjunta bien organizada en la que participemos todos.

Está visto que la estrategia de colocar un policía en cada esquina no ha sido en absoluto la solución a un problema socioeconómico tan complejo como el que enfrentamos. Esa es una vía que no ha funcionado, y que colateralmente ha dejado terribles daños a civiles inocentes, incluidos jóvenes y niños.

No es posible que México haya pasado en pocos años de ser una nación tranquila y acogedora, a convertirse en un campo de guerra. Entre uno y otro escenario ha habido elementos que explican el que los adultos de veinte o treinta hayan cambiado radicalmente su modo de actuar. Se trata de jóvenes que provienen de familias con estructura social compleja, o francamente disfuncionales, dentro de las cuales no hay cabida para atender necesidades de los hijos más allá de las primarias. Son niños que cuentan con techo, vestido y alimento, pero que se van quedando con grandes huecos emocionales; básicamente en lo relativo a la parte afectiva, al reconocimiento.

El crimen organizado atrae como imán a jóvenes con estas necesidades, quienes al entrar al grupo verán satisfecho su sentido de pertenencia; gozarán además del dominio sobre otros, y un amplio poder adquisitivo. Todos sabemos que son caminos sin vuelta atrás, muchas de las veces con una expectativa de vida muy corta, lo que de hecho no parece preocuparles, puesto que su perfil no tiene desarrollado el apego por la vida.

La estrategia ciudadana propuesta es volcar en el entorno de ese chico delincuente potencial, pequeñas muestras de aceptación y reconocimiento. La propuesta es que seamos lo que nos corresponde ser, con toda la fe puesta en ello, y luego actuar con generosidad hacia el prójimo y con amor a la patria. Es regalar un pequeño momento amable cada vez que sea posible, sin escatimar, y si con el tiempo somos más haciéndolo, los resultados comenzarán a percibirse. ¿Suena absurdo?... Entonces: ¿Qué proponen?...

COSAS NUESTRAS: Jorge Villegas. Mayo 17, 2010

Memorias
Entre amigos, en familia, nos esforzamos por distinguir entre mitos y memorias.
Es un hecho que vivíamos tranquilos y que estudiar era garantía de movilidad.
Bastaba con una buena cerradura para cuidar la casa o el negocio.
Nuestros hijos eran los hijos del barrio; entre todos los cuidábamos.
Verdad de perorgullo, el día era para trabajar y la noche para dormir.
El Himno Nacional clausuraba las transmisiones y apagaba las luces de la casa.
Vaya, muchos éramos pobres pero no lo sabíamos. Y nadie nos discriminaba por ello.
Nada que ver con la pesadilla actual, de la que no sabes cómo despertar.
jvillega@rocketmail.com

jueves, 20 de mayo de 2010

LECCIONES DE LA NATURALEZA:Solidaridad

LLUVIA ÁCIDA: Por Enriqueta Ochoa


Del centro se despliegan
alas luminosas
perseguidas por el óxido
de
una lluvia que gotea
sus miserias.

Creo que nunca como hoy

estuvo tan solo el hombre;
ultrajado, sin Dios
--a Dios se lo borraron a golpes de soberbia.
Solo,
con su candor de niño soprendido

ante esta sórdida
avalancha
de sucesos.

MIS VITAMINAS; ENRIQUETA OCHOA


Enriqueta Ochoa (1928-2008) poeta mexicana nacida en la ciudad de Torreón, Coahuila. Perteneció a una generación de mujeres poetas como Rosario Castellanos, Dolores Castro y Pita Amor. Con motivo de su cumpleaños número 80 en mayo del 2008, la escritora recibió un homenaje en el Palacio de Bellas Artes, donde algunos de sus amigos destacaron el valor de su obra y su voz singular.

En esa misma ceremonia, el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) , a través de su Coordinación Nacional de Literatura, le otorgó la Medalla de Bellas Artes, como reconocimiento a su trayectoria literaria y su influencia sobre las nuevas generaciones de poetas mexicanos.

Enriqueta Ochoa combinó las letras con el trabajo docente, el periodismo y la promoción cultural. Entre sus obras literarias están "Los himnos del ciego" (1968) , "Las vírgenes terrestres" (1969) , "Cartas para el hermano" (1969) , "Retorno de Electra" (1973) , "Bajo el oro pequeño de los trigos" (1984) , "Canción a Moisés" (1984) y "Enriqueta Ochoa de bolsillo" (1990) .

domingo, 16 de mayo de 2010

Jean Michel Jarre - Magnetic Fields Part 1

NO ES LO MISMO: A UN AÑO DE TU PARTIDA

Poesía por M.C.M.G.

Te moriste de viejo a los ochenta y ocho…

No pudo haber sido de otra cosa

si tú amabas la vida.

Será que se te cargó la ausencia,

la falta de tu Luz,

compañera de amores

que el Alzheimer fue arrancando

poco a poco.

Aunque, viéndolo bien, ella

fue siempre tuya, aún en la ausencia,

la recreaba tu pluma en el ocaso,

para luego llevarla a dormir

entre las sedas blancas de tus versos.

Pero en fin, hoy que te has ido

muriendo de viejo a los ochenta y ocho,

Dios te estará pidiendo que le expliques

aquello de "Si Dios fuera mujer"

Estarán abstraídos en la charla

tomando yerba mate tan a gusto, mientras

los de acá abajo, en este día preciso

te acunamos con los ojos puestos

sobre el papel, desde el silencio

de tu voz, la que ha dejado de poblar

el aire. Voz que sigue estando, ahora sin estar

en la memoria viva de tus versos.

Porque sabrás Mario, no es lo mismo

sentir el calor de tu aliento en cada línea

que acaso imaginarlo….

Sencillo poeta que canta al amor y clama por justicia,

es entonces por ello

que entre verso y verso te lloramos.

María del Carmen Maqueo.