domingo, 18 de agosto de 2019

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza


HASTA EL CORAZÓN
A los mexicanos nos asalta la ceguera de la costumbre. Dejamos de percatarnos de las riquezas de nuestro territorio, la diversidad de ecosistemas, desde Tijuana hasta Tuxtla Gutiérrez, pasando por cordilleras, montes, valles, volcanes, costas y mesetas. Además de la flora y fauna que vuelven esta variedad de suelos una maravilla capaz de provocarnos el regocijo más hondo.
          Viajar es una excelente oportunidad para tomar conciencia de esas arrobadoras bellezas que, en el extranjero que nos visita, provocan un asombro particular. Ir a otras latitudes nos permite atestiguar de manera directa los esfuerzos que se llevan a cabo por preservar dichos ecosistemas.
          Voy regresando de un venturoso viaje por el estado de Jalisco.   El pasar de nuestras amadas arideces norestenses a la exuberancia de montañas y trópicos hacia las costas de Jalisco y Nayarit, es llenar los sentidos de imágenes, olores, sonidos y sabores que se recrean una y otra vez, para recordar lo bendecidos que somos como mexicanos.
          El principal propósito de mi viaje se cumplió a cabalidad: Reunirme con esa parte de la familia con la cual el factor distancia no permite convivir de manera directa. No estuvimos todos, pero sí una buena parte, lo que representa vivencias preciosas que se atesoran para siempre. La otra parte, --turística—se vio cumplida con creces. Unos días en la Riviera Nayarita recargan las pilas para un buen rato. En particular, de todo lo vivido durante esa estancia, hay un momento que hoy deseo compartir con ustedes:
          Desde el octavo piso del condominio que ocupamos en Nuevo Vallarta, la vista era fabulosa: El amanecer con sus incipientes amarillos difusos, y su luna azul y grande, que desaparecía a corta distancia sobre el nivel del mar, como si se fugara. Los atardeceres luminosos, que se negaron a vestirse de escarlata en todos esos días. El vaivén de las olas, las cuales parecían enrollarse cada una sobre sí misma, para luego romper en carcajadas espumosas y blancas. La placidez de la arena clara, donde a primera hora aparecía un tlacuache insomne en busca de una mínima presa para desayunar antes de dormir. Algún cangrejo pequeño nunca volvió a su agujero, a causa del desordenado marsupial. Las aves marinas en todas sus variedades, las golondrinas de alas de charol y vientre amarillo haciendo giros y piruetas; los pelícanos solemnes y calmos, aislados o en grupos de hasta cuatro.  Las gaviotas y aves zanconas, cada cual explorando su propio nicho. En fin…
          Lo que me cautivó de manera particular fue lo ocurrido en la tarde del tercer día: Desde el balcón comenzamos a observar que las personas sobre la playa se iban alineando a uno y otro lado de lo que se veía como un bulto gris, mismo que de manera ocasional se movía, levantando algo de arena. Pronto descubrimos que se trataba de una tortuga en proceso de desove. Rápidamente nos integramos al grupo de paseantes de todas las edades, que de la manera más respetuosa observaban en silencio aquel milagro de vida.
          No alcanzan las palabras para describir la emoción que me embargó mientras observaba a la hembra, agotada por el esfuerzo, tomando aire, pujando para liberar parte de los huevos, y en seguida cubrir con arena que movilizaba con sus patas traseras, aquella camada. Descansaba un poco, para volver a emprender la misma tarea una y otra vez. Sentí una conexión especial con ella, con su esfuerzo que bien podía costarle la vida, y con su firme propósito de colocar a su progenie en condiciones tales, de asegurar su supervivencia. Terminado el proceso de desove, apisonó la arena con sus gruesas patas, con tal fuerza, que se escuchaban los golpes contra la arena. Como pediatra habré asistido a varios miles de nacimientos, la diferencia entre aquellos y esto es que mi presencia junto a la fatigada madre, esta vez era de simple observadora. No me correspondía hacer otra cosa que sintonizarme con su encomienda y asombrarme con toda la emoción puesta en ello, por su enorme esfuerzo.
          Hay que reconocer y aplaudir la actitud de  los observadores, en silencio, respetuosos. Todos sintiéndonos afortunados por ser parte de aquel momento.  Se contó con la presencia de una bióloga del programa de Conservación y Protección de la tortuga, quien vigiló en todo momento que nuestra presencia no obstaculizara la tarea del desove.
          Cada vez que pedimos una bolsa de plástico. Cada vez que abusamos de vasos y platos desechables. Cada vez que tiramos a la basura la malla plástica de los “six” de cerveza o refresco, sin antes cortar cada uno de los anillos que sostuvieron las latas, estamos dañando al ecosistema marino, entorpeciendo su función, siendo que nos corresponde crear conciencia de nuestro papel.  Como ocurrió esa tarde frente a la tortuga, enseñar a los niños con nuestro vivo ejemplo, el orgullo de ser mexicanos.

"Permanencia":Homenaje póstumo a Gerardo Álvarez Ortega


Viniste al mundo como vienen los niños deseados. A un hogar que te esperaba con expectación y entusiasmo.

Creciste dentro de una familia amorosa, alegre, que siempre ha sabido hallar el lado positivo de todas las cosas.

Elegiste tu camino, original y auténtico como tu vida misma.  A través de él tocaste infinidad de corazones y estimulaste muchas mentes.

En estos tiempos confusos, invitaste a reflexionar  desde ese mundo que creaste en el foro.

Ejerciste la función del buen líder, el que planea, organiza, ejecuta y supervisa a su equipo, con interés humano en cada etapa.

Quienes te conocimos adivinábamos para ti un futuro prometedor en esta tierra. Los planes del Creador eran distintos.

Partiste con tu juventud e inagotable creatividad, atendiendo su llamado puntual. Él te necesitaba para seguir trabajando para su obra, de otra manera.

Tus padres y hermanas así lo entienden.  Y con ese mismo amor con el que un día te recibieron, ahora te entregan.

El ser humano hermoso que les prestó el cielo por un rato, continúa su misión de distinto modo, con un nuevo público que habrá de aplaudir de pie después de la función.

Cada uno de nosotros llega al mundo con una encomienda.  Tú fuiste de los aplicados, que terminan su tarea antes que los demás, con calificación de 10. Es parte del misterio insondable del Señor.
       
          Se baja el telón.
                    La vida continúa, porque así ha de ser.
                              Tu recuerdo será siempre motivo de inspiración y aliento.
                                        Has cumplido y partes ligero, con el corazón desbordante de amor.
                                                    El Creador esboza la más amplia sonrisa al acogerte en sus brazos.
                    

VIDEO: La historia de Perséfone

El quebranto del hielo: Texto e imágenes de Armando Ramos


Hace unos días, con motivo de viajar a Alaska y conocer ese hermoso rincón al norte de la tierra, con paisajes hermosos, fauna y flora única, no pensaba que en 12 tomas con mi cámara, hicieran ver una realidad, ya no un cuento, ni ficción de alguna película de aventuras futuras o de algún programa de marcianos.... simplemente la realidad ante mis ojos.

Nadie me lo podrá platicar ahora...

Oír el gemir, el grito angustioso del quebranto del hielo de un glaciar, que hace que, en 15 minutos de estancia en ese lugar, desaparezca la sonrisa que me provocó ver la hermosura de la Tierra. Que el gozo inicial se cambie por desesperanza, al comprender  que se este derritiendo más de 2 metros por día el Glaciar y que difícilmente se detendrá este proceso... y lo peor.... que sea esto el resultado de nuestras acciones que fueron y son contra nuestros Ecosistemas, cuyos resultados vemos ahora, con estas rachas de climas diferentes en nuestras tierras.

Triste realidad que estamos dejando a nuestras próximas generaciones.

Tal vez ya no sea compartiendo por medios electrónicos las acciones que ayuden a detener este proceso....más bien será que hagamos nosotros mismos las acciones y demos el ejemplo... ya que de casi nada ha servido el comunicar las acciones, si nosotros mismos no las realizamos....

CHARLA: Abriendo mente y corazón con Mario Alonso Puig

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez

La paz interior es tan importante, que no se debe permitir se contamine con las toxinas de aquellos que viven a nuestro alrededor. Sin embargo aún en las relaciones de afecto auténtico y bien intencionado, pueden surgir efectos secundarios. Todos estamos expuestos a sufrir y causar daños en nuestras relaciones interpersonales, intencionalmente quizá sean las menos, sin duda habrá quien lo hace, pero la mayoría de las veces es involuntaria.
          Hay individualidades, situaciones especiales en que nuestra intención es una y la consecuencia de nuestra acción es otra, porque se malinterpreta o porque quizá fue poco asertiva, fuera de tiempo, o dimos una medicina adecuada pero nuestro diagnóstico era erróneo.
          No podemos huir de la toxicidad que las relaciones a veces nos causan, o causamos, hay que intentar limitar los daños, y evitar en lo posible que nos los hagan, por lo menos deliberadamente.
Asumir que en el amor más profundo y verdadero, pueden surgir palabras o actitudes que provoquen daños, pero mientras se reconozca que no hay intencionalidad, y que puede ser que seamos nosotros los que asimilamos mal la situación y por ello nos resulta tóxica, no todo los que nos daña viene de fuera. Hay que sanear el alma, saber asimilar los errores propios y ajenos, perdonar y reconocer que pocos serán aquellos a quienes tengamos que retirar definitivamente de nuestras vidas. Cuidarnos de no equivocarnos al sacar de ella a quien valía la pena mantener, a quien no supimos comprender y juzgamos de manera implacable sin considerarlo siquiera digno de perdón. 
          Con juicios tan severos y faltos de reconocimiento propio de nuestra naturaleza falible, corremos el riesgo de quedarnos solos. No todo lo que nos daña, viene de fuera. Un espíritu enfermo genera toxinas y esas, esas son las más dañinas.

VIDEO animales divertidos