domingo, 3 de septiembre de 2017

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

YO CORRUPTO, TÚ TAMBIÉN
Sin temor a equivocación podemos afirmar que la corrupción a gran escala es un fenómeno que a todos los ciudadanos nos preocupa, nos resta oportunidades y nos sangra.  En la administración pública es desalentador enfrentarnos de manera sistemática a esos personajes voraces que se empeñan en  aprovechar para su  beneficio personal  aquellos recursos que se les confiaron para administrar.  Vemos el gran problema y nos preguntamos cómo ha llegado México  a esos extremos.
     La UVM y el Aspen Institute México organizaron durante la semana que termina un foro denominado: “Ética y Cultura Cívica”, en el que participaron --entre otros-- los doctores Juan Ramón de la Fuente y Federico Reyes Heroles para revisar  los orígenes de este fenómeno de corrupción que nos asola.  De manera muy descriptiva  menciona el Dr. De la Fuente que se nos perdieron los valores, tanto en el sistema de gobierno como en el educativo y  el familiar, para señalar más delante  algunos factores de la sociedad del siglo XXI que han influido en ello.  La mujer sale a trabajar, dejando de lado su actuación como inculcadora de valores dentro de casa; no es lo mismo que mamá esté allí en el momento en que al niño se le ocurre tal o cual cosa para corregirlo oportunamente, a que mamá llegue a las 9 de la noche y se pueda poner al corriente de todo lo sucedido durante el día.
     En el renglón educativo, un punto que me pareció de enorme relevancia, y que ya hemos comentado en más de una ocasión en este espacio,  es que desde la época de la Reforma, y más en los últimos sexenios, los programas oficiales  han venido manifestando signos de una  alergia grave a todo lo que tenga que ver con valores.  Aquel principio juarista de una educación laica que salve a los ciudadanos de la influencia de la jerarquía católica, llevó a crear programas que dejan fuera cualquier instrucción sobre el comportamiento como sociedad, y con la eliminación de los programas de Civismo en tiempos de Echeverría, más se agravó el asunto.  Si el niño no tenía mucha oportunidad en casa de aprender principios de  ética y lo que lograba era a través de la educación formal, con estos cambios de programa el niño dejó de tener acceso a elementos que le ayuden a crear un marco de conducta.
     “La ética se nos ha diluido”, una expresión muy descriptiva del Dr. De la Fuente para señalar la forma en que todos nosotros como sociedad nos  manejamos hoy en día.  Va un ejemplo de lo más cotidiano, sucedió esta semana, llego yo al supermercado  y se repite aquel fenómeno tan común,  comienzas a recorrer pasillos al  mismo tiempo que otras personas, y te las vas topando de manera intermitente hasta llegar a las cajas.  De este modo coincidí con una señora joven, muy bien arreglada, con dos niñas que parecían sacadas de una revista de modas, peinadas, con moño en la cabeza y vestido de fiesta, la más pequeña sentada en el carro de compras y la grandecita caminando junto a su mamá.  A los pocos pasillos cada una de  las niñas tenía entre sus manos un envase de yogurt líquido que se fueron tomando en el recorrido.  En el último pasillo la más pequeña se había echado encima parte del yogurt, en ese momento la madre lucía contrariada,  sacó una toallita para limpiar a la pequeña, imagino que tal vez irían a una fiesta, y la niña había arruinado su indumentaria.  La joven mujer se esmeró en limpiarla, le quitó el envase, en seguida arrancó el yogurt de las manos a la grandecita, puso ambos botes  en el estante más cercano, y siguió su camino…
Algo que de entrada calificaríamos como “cotidiano”, “normal”, “sin importancia”, “no hay pex”: ¿Qué mensaje les va imprimiendo en su cerebro a las dos niñas? Lo primero es, si salimos de casa hay que comer algo (y luego nos alarma la obesidad infantil).  Lo segundo, tienes derecho a tomar mercancía y consumirla sin pagarla.  Tercero: Al cabo todo el mundo lo hace. Entonces pregunto,  ¿puedo exigir rectitud a mis hijos, cuando soy la primera en faltar a ella?  ¿O voy a esperar, como Layín de Nayarit que “nomás robó poquito”, que me lo celebren con música y aplausos?
     Vivimos unos tiempos alrevesados en los que ser ético y cumplir es retrógrado y estúpido, mientras que pasarme la ley por el arco del triunfo indica poderío y nivel de vida envidiable.  Para muestra ahí tenemos una serie televisiva sobre narcotráfico que inicia su quinta temporada. ¿No? Con este escenario de fondo, actuando como  una sociedad laxa y tibia, que no está dispuesta a comprometerse: ¿Cómo esperar que surjan como por arte de magia funcionarios íntegros y honestos? 
     Ya por último, tenemos lo que tenemos porque no nos ocupamos en lograr algo distinto, entonces, o comenzamos todos a trabajar en lo pequeño, o dejamos de quejarnos de los grandes tiburones.

VIÑETAS por María del Carmen Maqueo Garza

Llega  la noche
con sus silencios de pequeña muerte,
sus sombras como ensayos de ausencia.
Viene cargando recuerdos de otros tiempos,
desembarcan fragmentos de memorias,
las veo  danzar alegres
frente a mi cama.
No sé si le temo, no sé si le recibo
como si fuera un amante
clandestino, solo sé que existe,
que llega a mi lado cuando el sol se oculta.

Así con tus horas y mis muertos
–noche-- tejo un dulce  relato
que  habré de contarme  una y otra vez
mientras haya vida y memoria,
y amor en mi pecho.
Llegará  el día cuando ellos –los soñados—y yo
lleguemos de puntillas al caer la noche
a poblar los dulces sueños
de quien, habiéndonos amado,
nos extrañe.

Cómo cambió mi vida para siempre por Brad Gorski


Activar subtítulos y luego traducción.  No es la mejor traducción, pero vale la pena la conferencia. Muchas gracias a mi querida amiga Elsa por esta excelente sugerencia.

Poesía purépecha



En la vida ni se gana ni se pierde,
ni se fracasa
ni se triunfa.

En la vida se aprende,
se crece,
se descubre;
se escribe,
se borra y
se reescribe otra vez;
se hila,
se deshila y se vuelve a hilar.

El día que comprendí
que lo único que me voy a llevar
es lo que vivo, empecé a vivir
lo que me quiero llevar.

Agradezco a Nora su magnífico aporte.

Una marioneta en Manhattan


Se agradece a Luis Javier su original sugerencia.

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez



Y uno tiene que seguir creyendo, en si mismo, en los demás, en un futuro prometedor, en que todo va a mejorar.

Uno tiene que aferrarse a un credo por la vida.

Creer y creer en el Dios que cada quien tenga concebido, en la humanidad, en la suerte, en nuestro país, pero siempre creer con actitud positiva, con esperanza, aunque la vida se empeñe en demostrar a veces lo contrario, uno tiene que renovar creencias, y de nuevo tener fe en que sucederán cosas buenas, en que las malas tienen remedio, en que lo que hoy parece haberse extinguido resurja, en la renovación de la moral, en primaveras donde florecen las almas.

Hay que creer que lo peor que esté sucediendo no es lo último que va a suceder, hay que esperar, que confiar,porque es lo único que nos permitirá no desfallecer en el intento de hacer nuestra propia lucha para lograr conseguir todo aquello en lo que creemos.

No dejo de creer, creyente soy en que por mucho que hayamos desviado el rumbo de nuestras vidas, habrá una guía, un faro, una señal que nos indique de nuevo el camino a la paz, a esa paz que solo se concibe creyendo en los demás como en si mismo.

Confío en llegar a ese destino.

Mozart y Salieri en Clavicordio: 3 piezas cortas inéditas