domingo, 5 de septiembre de 2021

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

 

HACIA DÓNDE VAMOS

Las limitaciones  para viajar en estos últimos tiempos han sido compensadas por la posibilidad de conocer nuevos universos desde casa.  Hace algunas semanas descubrí “Ilustre”, plataforma colombiana con contenidos muy interesantes de Historia, Artes y Literatura, entre otros.  Algunos  de paga, unos más, gratuitos, todos con una calidad excepcional.

Esta semana tuve oportunidad de escuchar la charla sobre la Capilla Sixtina, impartida por la joven arquitecta argentina Agustina Lezcano.  Comenzó hablando de la construcción del  Palacio Apostólico de El Vaticano; quiénes fueron sus constructores, hasta llegar a la Capilla Sixtina y sus frescos, obra encomendada al escultor y pintor Miguel Ángel Buonarroti.  En particular se centró en la bóveda, para explicar su significado, escena por escena, figura por figura.   Se detuvo buen rato en la escena de la Creación de Adán.   Nos hizo notar el hecho de que Dios padre luce un cuerpo muy musculoso y se sostiene en el aire, mientras que Adán se halla sobre el suelo en actitud de mansedumbre frente al Todopoderoso.  Hizo hincapié cuánto  influyó en Miguel Ángel la obra “Confesiones” de San Agustín, en particular, de sus últimos tres capítulos, el relativo al tiempo.  Resaltó que ese sutil toque de dedos entre el Creador y su hijo significa el instante  presente, señalando, de acuerdo con San Agustín de Hipona, que lo único real es justo eso, lo que está ocurriendo en el momento.  El pasado es memoria y el futuro es esperanza, pero tanto  uno como  otro quedan fuera de la realidad, por ende, son inaprensibles.

Nada es casual en la vida.  Justo en estos días comencé a leer el libro “Outside” de Marguerite Duras, en cuya introducción la autora habla, en lo que respecta a literatura, de la esterilidad del presente. Pareciera lo opuesto a lo que postula San Agustín, pero no lo es.   Duras quiere significar que un escritor no puede limitarse, como en el caso del reportero, a narrar de manera exclusiva los hechos del momento, sin contrastarlos con tiempos ajenos. Necesita alimentarse del pasado para dar peso a la historia que narra, además de que recurre al futuro como un modo de plasmar en palabras la motivación que le lleva a escribir.

Diversos estudiosos señalan que la riqueza del lenguaje va en picada.  Los factores son varios: En primer término, este empobrecimiento guarda relación con el  abuso de la tecnología. En ésta priva la velocidad sobre cualquier otro elemento, lo que lleva a escribir e interpretar una suerte de taquigrafía lingüística que nos aleja cada vez más del idioma original.

Gracias a los adelantos en la tecnología digital, habitamos  un mundo donde hay más libros que nunca. De manera paradójica, leemos menos número de títulos, o lo hacemos de una manera superficial, cayendo en lo que se conoce como “analfabetismo funcional”.  Escuché decir alguna vez: “Yo leo mucho, que no entienda lo que leo, es otra cosa, pero leo mucho”.  Este enunciado, que parece extraído de un entremés español, no es metáfora.  Yo lo escuché. Ilustra de manera clara lo que nos está pasando.

Por último, está la intromisión de la política en el lenguaje: ¿En verdad tenemos que volverlo inclusivo hasta el absurdo, propiciando tanta distracción en el lector?... Pregunto.

Todo lo antes enunciado conduce a la limitación en nuestra forma de expresarnos, esto es, a un empobrecimiento cultural.  Al tener menos recursos de pensamiento de donde echar mano, nuestra creatividad para resolver problemas declina.  No me refiero a la solución de los grandes problemas de la humanidad, sino los del día a día: Al limitarse nuestro imaginario personal, perdemos capacidad de inventiva, de socialización, así como la habilidad para poder comunicar lo que sentimos o lo que pensamos de manera precisa.

Un mito que habrá que desbancar de nuestra propia mente: La expansión del pensamiento no proviene de manera exclusiva de la lectura de libros especializados.  Hasta el cuento más sencillo  activa en nosotros  un mecanismo de reflexión que enriquece nuestro universo de conocimientos. Las parábolas tradicionales, al terminar la historia nos exponían una moraleja.  La literatura actual permite al propio lector sacar sus conclusiones a través de la lectura.  A diferencia de un cuento corto, una novela ofrece a su autor  muchísimos más espacios en los cuales colar lo que nos quiere decir, llamando a la reflexión a través de sus personajes.  De una forma casi imperceptible, va exponiendo su propuesta teórica, esto es, la necesidad que lo llevó a escribir esa historia.  Ya está en cada lector interpretarla y acogerse a ella.

Desde el  total absoluto del presente, que narra San Agustín y pinta Miguel Ángel, hasta los motivos del silencio de Duras: ¿Hacia dónde vamos?

POESÍA de María del Carmen Maqueo Garza

 Poesía negra

Dicen que no, que no es cierto.

Que  el cuerpo de la mujer negra  sobre el suelo no existe.

Dicen, sin pudor alguno, que el hombre que grita desesperado

por su esposa muerta, no tiene importancia.

Es una voz sin eco, un ave sin alas.

Que los niños ahora  huérfanos no quedaron huérfanos.

Que los editemos mentalmente de la imagen.

Dicen que el elemento cumplía con su trabajo, nada más.

Que el cuerpo lacio de la joven mujer muerta

que el hombre negro toma entre sus brazos

e intenta revivir,

es una estadística, un daño colateral.

Que la muerte es la vida eterna

y el asesino con licencia, a cuyos pies cayó la mujer negra,

el ángel de la muerte.

Una imagen que ya no lacera las pupilas.

Nos hemos inmunizado para siempre:

La muerte a cada rato, en todas las fronteras,

cada vez que el poder reta a muerte a la pobreza

y los jinetes del Apocalipsis se dan la mano.


Pequeño problema en las pirámides de Egipto

POESÍA de Rosario Castellanos

 


Los adioses

Quisimos aprender la despedida
y rompimos la alianza
que juntaba al amigo con la amiga.
Y alzamos la distancia
entre las amistades divididas.

Para aprender a irnos, caminamos.
Fuimos dejando atrás las colinas, los valles,
los verdeantes prados.
miramos su hermosura
pero no nos quedamos.

Tomado de la publicación digital Zenda

Un día hermoso | Cortometraje

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez





Hoy después de muchos meses, a muy temprana hora vi pasar por mi casa a un niño con su mochila, camino a la escuela. Acompañado por su madre a paso presuroso, cubierto con el ya parte indispensable y obligada de nuestra vestimenta, cubrebocas, asomaban apenas sus ojos en los que se apreciaba emoción. Quise imaginar que habría en él una mezcla de sentimientos encontrados, por un lado el anhelo de regresar, por el otro el temor de reiniciar la escuela en otras condiciones, en una nueva modalidad, después de tanto tiempo no debe ser fácil readaptarse a estas rutinas que ahora implicarán restricciones en la libertad de sus actitudes en la escuela.

Esta escena me remontó a mis tiempos de escolar, sentí envidia del pequeño al ver como transportaba su mochila con llantitas , recordando el peso de la mía que cargaba a cuestas, sin embargo nada había de envidiable, pensé luego, él llevaba a cuestas las vivencias de una pandemia a una edad tan temprana, teniendo que adaptarse a vivir entre el miedo, el encierro, las malas noticias, la incertidumbre, quizá la enfermedad o muerte de alguien cercano, nada fácil iniciar la vida y tener que enfrentarse a esta situación que la modificada de tajo, cargar una mochila no era tan pesado como todo lo que ha implicado esta larga ya pandemia.

Feliz de saber que los niños regresan a la escuela, no pude menos que desearle un buen día y un excelente regreso a las clases, el respondió con un gracias y agitando su mano para saludarme de lejos. En silencio pedí por él y por todos los niños que recuperan esta parte tan indispensable de su vida, y deseé con fervor que pronto sea una realidad para todos, sin que haya retrocesos, sin que sea posible a corto plazo tener las condiciones idóneas para vivir la escuela con la libertad , la seguridad y confianza como lo había antes, aprendiendo a seguir las normas que exige esta "nueva realidad", pero confiando en estos seres pequeños que tienen mayor adaptabilidad a las circunstancias que nosotros los adultos, porque quizá la madurez va acompañada de tantos miedos que nos hace más difícil el recuperar la confianza y la fe, somos más renuentes a tolerar restricciones y a renunciar a lo que sentimos tan nuestro y tan merecido.

Vivir es aprendizaje continuo a algunos está lección les llega demasiado temprano, a otros cuando ya parecía que faltaba tan poco por aprender, unos y otros con nuestras capacidades y limitaciones habremos de encontrar estrategias para trascender, si es que biológicamente nos es dado hacerlo.
Regresar a nuestras rutinas si, pero con mayor conciencia de nuestra vulnerabilidad, de la necesidad de ser solidarios, de mejorar nuestra relación con la naturaleza, para ser más responsables con el planeta, con la sociedad.

Que el regreso a clases sea pronto posible para todos y así lo sea el regreso a nuestra vida, donde la cercanía de la gente no sea peligro, donde la convivencia no implique riesgo alguno, donde se pueda respirar libremente, dar un beso y mostrar una sonrisa sin temor alguno.








ANCORA Tenores - La Flor de La Canela (Videoclip)