domingo, 2 de diciembre de 2018

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza


LETRAS CON RUMBO
Para David.
A todos aquellos que  hemos sentido el llamado a escribir, hacerlo se convierte en una necesidad vital, como comer o respirar.   Comunicar los estados internos y  conectarnos con el lector, para establecer una comunidad de ideas o de sentimientos, llega a ser una consigna que termina solo con la muerte.
     Tuve oportunidad de asistir a la Feria Internacional de Libro Guadalajara 2018, considerada como una de las más importantes del mundo.  Recorrer aquellos pasillos interminables, a lo largo de los cuales se distribuyen editoriales de todos los confines del planeta, es la fiesta de la palabra escrita. Tener además la oportunidad de asistir  a  presentaciones de libros y  conferencias sobre diversos temas, y conocer de viva voz de los autores,  opiniones sobre aquello que les apasiona, lleva a volver más entrañable la lectura, a contagiarnos de ese entusiasmo y apropiarlo para nuestras vidas.
     Me hallo como el viajero que en un corto tiempo ha  visitado  diversos lugares maravillosos.  No sé por dónde empezar.  Son momentos, charlas, impresiones visuales, fraternidad con otros lectores que convergen en un  mismo punto por sus afanes similares.  Hay –por supuesto—vivencias que se quedan para instalarse como los huéspedes incómodos, que estarán sacudiendo  nuestro confort anodino  para dar otra lectura  a la vida, para plantearnos preguntas cuya respuesta habremos de salir a buscar.
     Cuando comenzamos a escribir lo hacemos expresando lo propio. Tras de observar algo que nos genera un momento de reflexión, volcamos nuestro punto de vista muy personal –habitualmente nuestra inconformidad—con un “a mí me parece”  coloquial.    Conforme se aprende el oficio nos vamos obligando a trocar esa expresión subjetiva por un “yo opino” informado.  Esto es, con base en la información que se va adquiriendo, pasamos de sentir a comprender; de expresar estados de ánimo a conformar un razonamiento estructurado.   Ahora bien, acudir a un foro en el cual todo ese proceso creativo individual se convierte en una gala maravillosa de expresión, es un viaje inagotable a través del pensamiento humano.
     En la presentación de un libro acerca de las relaciones internacionales  y el cine, se abordó la manera  como películas muy taquilleras están fundamentadas en modelos matemáticos que explican la forma en que llegan a  interactuar  dos naciones frente a un conflicto.  Un concepto que hallé muy iluminador es el que señala que los contenidos que entran a la conciencia a través de una pantalla, suelen hacerlo sin filtro, de manera que el receptor asume como una verdad aquello que percibe.   Fenómeno muy común en nuestro país, del cual sacan partido diversos intereses creados.  De momento vienen a mi mente personajes de la vida pública  que proclaman posturas personales como verdades absolutas, a sabiendas de que difícilmente habrá quién los rebata con bases documentadas.  En el caso de la pantalla chica, el televidente toma como algo cierto  lo que ve, y algo similar sucede frente a  la pantalla grande. Así se explica  que elementos que de entrada resultan hasta casuales, como sería  la erotización de contenidos,  puedan obedecer a intereses mucho más allá de la simple producción cinematográfica.
     Sobre el mismo tema, un concepto muy lúcido que tiene que ver con la teoría pacifista de Mahatma Gandhi: Parte del concepto de que el autocontrol personal lleva al autogobierno, y de este a la paz de los pueblos.   Frente a dicha teoría, como si fuera un espejo, me pregunto qué tan autocontrolados estamos los mexicanos, cuando actuamos como ciudadanía con muy poco autogobierno, que requiere cada vez una mayor coerción externa para tratar de lograr un orden.
     Retomando los conceptos con que inicié.  Quienes escribimos tenemos una enorme responsabilidad ciudadana.  Estamos obligados a ser claros, precisos y objetivos en nuestro fuero interno, para después expresarnos.  Pasar del “me parece” tan personal a una opinión que se sustente como tal, porque nace de un proceso mental que inicia con la percepción propia, pero se tamiza a través de la lectura informada.  Aun si soy poeta, mi poesía no debe limitarse a ser catártica y desparpajada, sino atender a un orden en las ideas que buscan expresarse, para hacerlo de la mejor manera.   Asentar lo propio por escrito nos obliga a hacerlo con pulcritud y seriedad, como un legado personal que habrá de trascendernos.  
     Escribir es un ejercicio de reflexión personal y responsabilidad cívica. La primera debe avanzar más allá del confín personal al círculo virtuoso de nuestras lecturas.   La segunda se espera que sea el motor que impulse cada línea, cada página, --seduciendo al lector-- hacia la conformación de  un mundo mejor para todos.

ASOMBROS COTIDIANOS por María del Carmen Maqueo


El sitio es la FIL Guadalajara 2018.  La actividad es el panel del Instituto Astronómico de la  UNAM sobre Propiedades Estructurales de las Galaxias.  La protagonista es la astrónoma Itzar Aretxaga.

Habla apasionadamente sobre las dimensiones de las galaxias tomando como comparación la Vía Láctea que correspondería a una bola de tenis de 6 centímetros.  Y a partir de esa pequeñez astronómica describe galaxias colosales  y se detiene en una que se halla a 27,000 millones de años luz de la nuestra.  Distancias inimaginables.

Ella se refiere a  su galaxia con especial pasión, como haría una madre hablando del hijo más querido.  Hay un brillo especial en sus ojos mientras  lo hace. Me recuerda a una niña en la mañana de Navidad,  contemplando gozosa  su juguete nuevo.  Atrapa la expresión en su rostro.  Induzco, en aquellos gestos, que es feliz haciendo lo que hace.  Pienso entonces en sus padres y busco escudriñar  cuál fue la receta para criar un ser humano tan entusiasta, que goza lo que hace como el juego más apasionante.

Recurro a la palabra escrita para no olvidar esa hermosa estampa: Una mujer que parece la más feliz, no solo del universo, sino de todos los universos.  Alguien que se conoce a sí misma  a profundidad, sabe hacia dónde va y cuál es el camino para lograrlo.

La felicito por su vida y me felicito por haber  atestiguado de manera fortuita  su extraordinaria pasión. Momento que  tatúo en mi corazón como una inspiración. La deseo tan contagiosa como el más acendrado fanatismo, para que corra y se prenda de todos nuestros niños y jóvenes.

Pasión y gozo por lo que se hace; La clave de una sociedad que sepa encaminarse al bien.

El abuelo y su nieto: Video animado

POESÍA de Norberto de la Torre


ELEMENTOS PARA UN POEMA

Nacimiento y muerte.  A partir de estos dos sucesos puedo escribir cualquier cantidad de cosas cursis.

Toda vida carga su muerte en las entrañas y toda muerte es el síntoma de una vida que se renueva.

Es inútil ocultar con las palabras el olor de la primavera o el crujir de una piel que se reseca. 

Puedo fabricar estatuas o estampar nombres y adjetivos sobre los muros y acabarán en ruinas, pero no quiero, solo aspiro a tomar una hoja seca entre mis dedos, deshacerla, y abonar con ella las macetas.

Inteligencias y autoestima; Charla de Mario Alonso Puig

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez

Nada me ha liberado más en la vida, que poder reconocer que no puedo lidiarla sola. Si bien las personas son reemplazables, substituíbles y no indispensables, y lo he repetido en varias ocasiones, si son necesarias. Negar que así sea y que nada cambia nuestra vida si tenemos a nuestro lado a un ser querido o no, o bien es miedo a reconocerlo o es soberbia que no hay mejor vida que la que se acompaña de afecto

La demasiada objetividad, el excesivo análisis, la concientización total de los sentimientos para poder manejarlos, reconocerlos, poderlos --según nosotros-- colocar donde no nos hagan daño y utilizarlos a conveniencia, es tarea que solo nos lleva a actuar mecánicamente, a ir perdiendo poco a poco la sensibilidad y a actuar como robots, que solo buscan pasar por el mundo sin contraer compromisos que los aten a los demás, sin apego a sentimientos que puedan doler al perderlos, creando una atmósfera de protección que resulta totalmente insana y tóxica; que enrarece el propio ambiente y el de los que los rodean.

Resulta finalmente más esclavizante la soberbia, que rendirnos y dejarnos llevar por el cariño, perder el miedo de reconocer que podemos, si,vivir sin ellos, pero que nuestro mundo nunca será igual en tonos grisáceos que con el maravilloso colorido que le da el amor.

No me apego a lo material, eso va y viene, el cariño puede que tampoco sea estacionario, pero pretendo que no sea por descuido, ni por no agradecerlo que lo pierda, ni mucho menos que un día sea yo capaz de despreciarlo.

Yaybahar: Un original instrumento turco