UNIVERSIDAD DEL
PUEBLO
Según el presidente López Obrador, la UNAM se ha
corrompido. Coincide en fechas con la
conmemoración del proyecto vasconcelista de educación nacional. Vasconcelos fue el creador del lema de la
UNAM: “Por mi raza hablará el espíritu”.
Fabio Moraga, experto vasconcelista, destaca que la UNAM fue fundada como universidad de la nación, del pueblo
mexicano. Ahora, desde las mañaneras, el espíritu perdió su condición para
volverse uno más de los desechos neoliberales tan satanizados.
De una u otra forma el presidente consigue captar la
atención de todo México. El problema
viene cuando damos por sentado que su parecer personal y en ocasiones falto de apoyo
documental, deba representar el sentir de todo el país. Por lógica es imposible que quien habla
durante dos horas cada mañana, pueda tener tiempo para gobernar y además para mantenerse
debidamente documentado en la preparación de su siguiente discurso. Hemos visto la cantidad de inconsistencias
que se presentan en expresiones vertidas
por el ejecutivo y varios de sus colaboradores cada mañana, con relación a
tópicos de interés nacional.
Esta semana levantó ámpula al declarar que la UNAM se alejó
de su misión original para convertirse en un bastión neoliberal. De un plumazo pretendió desacreditar un
proyecto educativo sólido, que ha sido reconocido no sólo en el país, sino a nivel
internacional. Hace casi cuatro años se
presentó en su recinto un coloquio de nivel mundial denominado: “Los acosos de
la civilización de muro a muro”. En éste participó entre otros, el intelectual
Noam Chomsky. El enfoque fue
fundamentalmente sobre el cambio
climático y la forma como determinadas políticas de Trump estaban acelerando
el daño al ecosistema. Se manejó en un ambiente por demás cordial,
dentro del cual uno de los objetivos generales fue proponer estrategias para terminar
con las diferencias y el rencor que existen entre diversas instituciones, para
así fomentar el entendimiento.
Lawrence Krauss, creador de la iniciativa “Origins” contra
el cambio climático, expresó en ese foro de manera acertada que, para que
funcione una sociedad, tiene que estar informada. Yo me extendería a considerar que la
información tiene que provenir de fuentes autorizadas, de mentes preparadas
para diagnosticar los problemas mundiales, proponer alternativas de solución y
supervisar la aplicación de las medidas correctivas necesarias. Las cosas no funcionan si las dejamos a la
improvisación. Entre mayor capacitación
tengan los encargados, mejores resultados se obtendrán. Sin embargo, pareciera
que, en el momento actual, dentro de nuestro propio suelo se van erigiendo
muros ideológicos para dividirnos a los mexicanos, como si la idea fuera
dibujar una cuadrícula social que nos va encerrando en pequeños grupúsculos que
por razón de sus dimensiones pierden fuerza.
O, con algo de malicia, a ratos se antoja pensar que el propósito de
confrontarnos y dividirnos sea en atención a esa máxima filosófica atribuida a
Julio César: “Divide y vencerás”.
Noam Chomsky, lingüista reconocido a nivel mundial, habló
del cambio climático, de las energías fósiles y sus consecuencias en este mismo
siglo, que, a la vuelta de 4 años de su exposición en el 2017, ya se están
presentando. Hizo hincapié en lo que
denominó: “la sexta extinción”, un proceso que se viene disparando debido a
nuestra negligencia en el rubro ambiental. Habló de lo que dio por llamar “la
tragedia de los comunes”, una consecuencia del capitalismo iniciado en Inglaterra por Adam Smith, que deja de lado
los intereses del pueblo a favor del enriquecimiento de los grandes capitales,
lo que origina entre la población fenómenos como resentimiento, enojo y temor.
Tal vez esto sea lo que tanto señala el presidente López
Obrador en contra del neoliberalismo.
Sin embargo, no se puede separar radicalmente la educación de excelencia
del bienestar público. No cabe el
paternalismo en la capacitación de técnicos y científicos para sacar adelante un
país. Tan sencillo como esto: Ningún
padre pondría a su hijo en manos de un médico que está preparado con ternura y
cariño, pero sin los elementos científicos para resolver el problema de sus
pacientes. Necesitamos universidades de categoría
mundial para alcanzar soluciones acertadas. Bien señaló Chomsky durante su
exposición, que para conservar los bienes públicos se necesitan los medios para
poder sobrevivir, y esos medios sólo se logran mediante capacitación en las
diversas ramas del saber.
La buena educación cuesta, todos lo sabemos. Como mexicanos
estamos dispuestos a que se tome de las arcas públicas lo que se requiera para conseguirlo. Necesitamos
estar conscientes todos. Por último, vale recordar que, por fortuna, la UNAM es
institución autónoma.