domingo, 22 de julio de 2012

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

EL CAMINO DE HARPAGóN
Esta semana ha sido singular para la economía de nuestro país.  A tal grado  que frisa con el absurdo,  y recuerda la puesta en escena de “La escuela de la mentira” de Molière. Proveniente del vecino país del norte nos  llega información de las cantidades millonarias que desde hace diez años se han exportado en efectivo desde México vía HSBC.  Se habla de capitales provenientes tanto del narco  como de la política, y  muy en especial destaca el caso del chino nacionalizado mexicano  Zhenli Ye Gon.  Todo esto sucede cuando aún no acaba de integrarse la denuncia del caso Monex y Tarjetas Soriana que enturbiaron las pasadas elecciones del día primero.
   Pero por otro lado algo que supera la ficción del más imaginativo es el caso de los sorteos  Melate y Revancha, en el cual funcionarios de la institución que los organiza, en contubernio con personal de la empresa “Just Marketing”,  encargada de video-grabar los sorteos, se repartieron la nada despreciable suma de 160 millones de pesos en tan sólo 8 segundos. En lugar de transmitir el sorteo en el momento cuando se lleva a cabo, invirtieron el orden de los acontecimientos.  Primero hicieron el sorteo en privado, lo grabaron, copiaron los números ganadores, los transcribieron a las boletas “participantes”, ¡y “voilá”!  Algo tan bien realizado como la trama de “La gran estafa”, cinta interpretada por George Clooney y Brad Pitt, en la cual los galanes logran hacerse de una importante suma mediante un asalto a un gran casino en Las Vegas.
   ¿Qué representa el dinero dentro de una sociedad consumista, de manera que por conseguirlo el individuo parece dispuesto a todo? Al margen de las cuestiones morales yo me pregunto: ¿Viene a satisfacer  necesidades de orden puramente económico, o por el contrario, representa un elemento que  el individuo comienza a identificar como un validador de su persona frente al grupo humano, de manera que poseerlo se convierte en consigna vital?
   Además, pareciera haber cierta urgencia por  poseerlo, digamos, en el caso de Melate y Revancha, una vez cobrado el premio, los autores de aquella bien planeada estrategia, dejaron de asistir a sus respectivos centros de trabajo.  Lo que desde el punto de vista laboral es una verdadera estupidez, desde la perspectiva emocional sugiere que al entrar en posesión de esos dineros, los involucrados por primera vez en su vida se  sintieron dueños del mundo, de modo tal que renunciar olímpicamente a la esclavitud de un empleo   haya  significado una suerte de autoafirmación personal.
  Con todo lo descubierto esta semana se me vino a la mente la figura de  Harpagón, el avaro de Molière, personaje central de la obra  del mismo nombre, también conocida como “La escuela de las mentiras”.  La trama gira en torno a un viejo usurero, y sus dos hijos, y los líos que se tejen en torno a éstos y a una variedad de personajes que van incorporándose a la trama de la obra, hasta terminar aquello hecho un nudo. Harpagón el viejo y solitario prestamista, en su desmedida ambición es capaz de aplicar hasta a su propio hijo los elevados intereses que lo han enriquecido, aunque  a fin de cuentas el viejo paranoico   termina teniendo por toda compañía sus propios temores, alucinando de manera enfermiza que lo despojan de su capital.  Paréntesis: Ahora que hago mención de esta trama recuerdo  allá por 1979 una representación magistral  de  la obra, con Ignacio López Tarso en el papel de Harpagón, una tarde de domingo en el Teatro Hidalgo de la Ciudad de México.
   Lo recién ocurrido nos lleva a la pregunta  incontestable que se hacen los filósofos, de si el arte imita a la vida, o la vida imita al arte…
   La mayoría de nosotros quizás nos preguntemos qué tenemos qué ver con tales turbios asuntos que ocupan los titulares de la prensa.  La respuesta podría ser una, pero a la vez ramificarse en muchas.  En primera instancia nos habla de la labilidad del sistema financiero de nuestro país, y frente a ello recrudece el conflicto “a los de a pie”,  cuando nos topamos con una serie de requisitos infranqueables a la hora de solicitar un crédito o querer comprar  dólares en la ventanilla de un banco.   Por otra parte   indica los niveles de corrupción que permiten que asuntos como éstos permeen los filtros de seguridad que una institución pueda haber establecido.  Y por último, por mencionar alguna más, nos viene a señalar el incontenible potencial creativo del mexicano, que en este caso se orienta a fines alejados de la ley.  
   Pero finalmente en el fondo queda la gran pregunta: En vista de la función que el dinero parece estar cobrando  para la autoestima: ¿Seguimos el camino de Harpagón, o rectificamos?...

COSAS NUESTRAS por Jorge Villegas

Negocios
Parecían inimaginables dos de los mejores negocios de nuestro tiempo.
Ya de por sí resultaba poco natural cobrar el agua que Dios provee a raudales.
Lo creativo fue venderla y cobrarla como líquido especial, en botellitas.
Ya hay empresas que venden más agua embotellada que refrescos.
El otro negocio que es todo un invento, es cobrar el estacionamiento al cliente.
El espacio pelón sin sombra, sin vigilancia, para que vaya usted a comprarles.
Hay centros comerciales que ganan más con el estacionamiento que con las tiendas.
Descubrir o inventar necesidades, ese es el genio de la Mercadotecnia.
jvillega@rocketmail.com

EL IDIOMA CASTELLANO por Melitón González

EL IDIOMA CASTELLANO

Señores:

Voy á hacerles observar
de modo muy liso y llano
que el idioma castellano
tiene mucho que arreglar.

¿Me quieren decir por qué
en tamaño y en esencia,
hay esa gran diferencia
entre buque y un buqué?

¿Por el acento? Pues yo
por esa insignificancia,
no concibo la distancia
de presidio a presidió,

ni de tomas a Tomás,
ni de topo al que topó
de un paleto á un paletó,
ni de colas á Colás;

mas dejemos el acento,
que convierte como vés
las ingles en un inglés,
y vamos con otro cuento.

Á ustedes no les asombro
que diciendo rico y rica,
Paco y Paca, chico y chica,
no digamos hombre y hombra?

Y la frase tan oída
de "el marido y la mujer"
¿por qué no tiene que ser
"el marido y la marida"?

¿Por qué llamamos tortero
al que elabora una torta,
y al sastre que ternos corta,
no se le llama ternero?

Como tampoco imagino,
ni el diccionario me explica,
por qué al que gorras fabrica?
no se le llama gorrino?

¿Por qué el de Cuenca no
es cuenco,
bodoque el que va de boda,
y al que los árboles poda
no se le llama podenco?

Cometa está mal escrito,
y es nombre que no me peta;
¿hay en el cielo cometa
que cometa algún delito

Y no habrá quién no conciba
que al llamarle firmamento
al cielo es un esperpento;
¿quién va a firmar allá arriba?

¿Es posible que persona
alguna acepte el criterio
de que llamen monasterio
donde no hay ninguna mona?

Taco, ¿No es estrafalario
que sirva para el billar,
para un trabuco atacar,
y de bloc del calendario?

Si el que bebe es bebedor
y el sitio es el bebedero,
hay que llamar comedero,
a lo que hoy es comedor;

comedor será quien coma,
como es bebedor quien bebe
y en este punto se debe
modificar el idioma.

¿Y vuestra vista no mira,
lo mismo que ya lo miro,
que el que que descerraja un tiro
dispara, pero no tira?

Ese verbo y más de mil
son de nuestro idioma el sarro:
tira el que tira de un carro,
no el que dispara un fusil.

El dar mucho es "con largueza";
más ¿porq qué no exceptuar
el pan que, por mucho dar,
se da siempre "con corteza?"

Si se le llama mirón
al que está mirando mucho,
cuando mucho ladra un chucho
hay que llamarle ladrón.

Ese Parnaso en Grecia
fue templo de poesía
donde el poeta subía
es una palabra necia,

pues á poco porque analises
la palabra Par-naso
¿no quiero decir, acaso,
un hombre con dos narices?

¿Por qué las Josefas son son
por Pepitas conocidas,
como si fueran salidas
de las tripas de un melón?

Sr.es ¿y no es un asco
y cosa de armar un cisco
que al que se llama Francisco
aquí se le llame Frasco?

¿Y no es tremenda gansada,
en los teatros, que sea,
denominada platea
la que no platea nada?

¿Puede darse en general,
al pasar del masculino
a su nombre femenino
nada más irracional?

La hembra del cazo es caza
la del velo es una vela,
la del pelo es una pela,
y la del plazo una plaza;

la del cojeo, cojea;
del mus, musa; del can, cana;
del mes, mesa; del pan, pana;
y del jaleo, jalea.

Ya basta para quedar
convencido el más profano
que el idioma castellano
tiene mucho que arreglar.

(*) Nota del editor: Hemos transcrito literalmente el castellano utilizado por el autor.
Pablo Parellada (1855-1944). Escritor, humorista y autor teatral español. Firmaba con el pseudónimo de "Melitón González". Ingresó en la Academia de ingenieros y fue profesor de la Academia General Militar. Obtuvo el retiro en 1920 como coronel de Pontoneros. Desde muy joven compartió la carrera militar y el cultivo de las letras, destacándose como humorista con los libros "The patent London superfino" y "Memorias de un sietemesino". Es uno de los autores más relevantes de la historia de la época dorada de la parodia teatral. Sus caricaturas y artículos humorísticos se publicaron en un gran número de revistas y periódicos, no sólo satíricos: "La avispa", "Madrid cómico", "Barcelona cómica", "Blanco y negro", "La Vanguardia", "ABC", "Gedeón". Su labor teatral registró xitos con "Los asistentes", "La cantina", "Tenorio musical" y "En un lugar de la Mancha".
Más poemas del autor en:
Tomado de manera íntegra de la página http://prensafranciscanaperu.blogspot.mx el 18/7/12

DESDE COLOMBIA: MÚSICO AMBULANTE

PEQUEÑO FRAGMENTO DE MI AUTORÍA

EL PADRENUESTRO DE LOS VIEJOS
…Dame hoy el Alzheimer de cada día,
el que me permite borrar las memorias dolorosas,
 por más grandes que sean
y volver a vivir como haría un niño
el momento presente como el más grandioso.
Y líbrame de todo mal.
AMÉN.

Luis Cobos dirige la Royal Philarmonic Orchestra con música de Veracruz

VIVIR COMO VÍCTIMA O VIVIR COMO GUERRERO por Gabriel Rubio Badillo

Vivir como Víctima o Vivir como Guerrero
Icono de mayo 2012.
Siempre puedes elegir; puedes vivir como víctima, utilizando el pasado como una excusa para no actuar en el presente. Cuando vives como víctima, siempre hay alguien a quién culpar, del cómo vives y del cómo te sientes. La otra opción es el Camino del Guerrero.
Un Guerrero sabe que no es un producto de su pasado; porque ha elegido no serlo. Puedes ganarte la compasión de la gente, enseñándole al mundo tu dolor, ir por la vida quejándote, autopromoverte como “el sufriente más grande del universo”, causando lastimas, tirándote en la banqueta.
El Guerrero se enjuga el dolor y sigue caminando, con la frente arriba. No se queja. De hecho; ese es su principal atributo: no quejarse nunca.
Puedes caminar por la tierra lamentándote, ser como un pájaro que, pudiendo volar, se arrastra, o puedes elegir ser un halcón solitario; un cuervo de ojos afilados y mirada de relámpago.
Un Guerrero es un pájaro del desierto que no le teme a la soledad. Se ha liado a golpes con ella y la ha derrotado porque sabe que lo tiene todo…Incluso tiene más de lo que necesita, mucho más de lo que podría tomar. Sólo toma lo realmente imprescindible; por eso no atesora nada, no necesita que algo le pertenezca.
No se avoraza, no se precipita, espera, sabe que lo que ha de ser será. No posee nada; ha aprendido a confiar en la providencia de lo Eterno, a sintonizarse con el flujo de la vida.
Una víctima se tira al piso a llorar, se echa a la cama, y ahoga su dolor con la almohada, gritando “no es justo”. Un Guerrero, cuando tiene que llorar, llora de pie. Jamás se tira, jamás se echa al suelo; sabe que si una sola de sus rodillas toca el piso, desde ahí está derrotado. Su energía se habrá vaciado en la tierra.
Un Guerrero entiende a la tristeza y al dolor como un relámpago que te atraviesa el cuerpo; sabe que si no te mueres ahí, lo cual es casi seguro, te deja más fuerte.
Por eso de verdad, cuando tengas que llorar, quédate parado. Esto último no es una metáfora; llora de pie.
Nunca cierres los ojos; mantén hacia la vida la mirada retadora, aun a través de las lágrimas. Y espera…espera y el dolor saldrá por las plantas de tus pies.
Puedes tener mil excusas para explicar cómo te metiste en ese hoyo. El “cómo” y el “porqué”, te desgastan, te hacen débil. La única pregunta con la que el Guerrero comienza a reivindicarse, es el para qué. ¿Para qué seguir en el agujero? Y al no encontrar una razón válida ni sensata, se sacude la tierra, se sale, y se pone a caminar…
La vida de la víctima es muy cómoda; siempre está ocupada haciendo cosas por alguien; por cierto, cosas que nadie le ha pedido, y que cualquiera puede hacer por sí mismo. Así, se agota el tiempo y no se encarga de las suyas.
Un Guerrero no intenta controlar a nadie, no persigue a nadie. Ha logrado templar su carácter bajo la absoluta realidad del respeto a la individualidad de los otros, por equivocados que estos le parezcan. Un Guerrero entiende que sus apreciaciones sobre los otros nadie se las ha pedido y que no sirven para nada. De hecho, opinar sobre alguien o sobre cualquier cosa sin el poder de la influencia, es un desperdicio de energía.
No impone su voluntad, ni coacciona  el pensamiento ni el sentir de quienes le rodean; asimismo, asume el mando de sus propias emociones y la responsabilidad de las cosas que decide. Un Guerrero no finca nunca su bienestar sobre la debilidad de otros. No es un oportunista ni se aprovecha de la bondad ni de la confusión de la gente.
Una víctima cree que tiene tiempo de sobra para quejarse, camina por el mundo como si fuese un ser inmortal, que puede desperdiciar la vida en rencores y planes sin cumplir; su vida es una sucesión de promesas rotas, de buenas intenciones que nunca llevan a nada.
Un Guerrero sabe que no es dueño de su vida, que no tiene la garantía de amanecer mañana, por eso, vive cada día como si fuese el último en la tierra. Ha aprendido a usar a la muerte como consejero, y esta le habla bajito, por arriba del hombro y sabe que en cualquier momento todo podría acabar. Por eso, no malgasta el tiempo.
Una víctima dice sí, cuando en realidad quiere decir no, buscando la aprobación ajena. Y luego se queja por sentirse frustrado. Se humilla ante los que considera superiores, y oprime a quienes mira hacia abajo.
Un Guerrero vive en la humildad, nunca actúa como el imbécil que cree que lo sabe todo. Aprendió a callarse la boca cuando se encuentra frente a un conocimiento superior y a abrir su mente y escuchar.
Su primera reacción ante lo que no entiende, es poner atención, ser receptivo, no negar lo nuevo ni defender necedades.
Un Guerrero se guarda sus opiniones, no intenta aparentar que tiene el control ni que conoce de todo en cualquier circunstancia. Sabe medir cuando se encuentra en un territorio que no es de su dominio y acepta ser guiado. En ello radica su grandeza; siempre está dispuesto a aprender.
Su sabiduría le permite reconocer que puede aprender más cuando guarda silencio y deja de decir insensateces. Se calla y escucha, permanece atento.
Un Guerrero se detiene a mirar a las estrellas, y su humildad es tanta, ante tal inmensidad, ante tanta grandeza, ante semejantes dimensiones, que suspira y no puede menos que sentir vergüenza por las aberrantes preocupaciones de su antiguo camino: el camino de la Víctima. Nada apacigua tanto al espíritu, que cuando nos damos permiso de voltear hacia el cielo estrellado. Y entonces nuestra propia miseria, huye avergonzada de tanta mezquindad humana.
Ante todo, un Guerrero sabe que es Guerrero porque ha elegido serlo; por eso, jamás se acepta como una hoja al viento. Se ha construido a sí mismo con tal disciplina y lealtad, para dejar de ser sólo una consecuencia de sus circunstancias.
Nadie nace siendo un ser miserable, exactamente como nadie nace siendo Guerrero. Nosotros nos volvemos lo uno o lo otro. Dejar de vivir como víctima y elegir el camino del Guerrero, no sólo es la más grande, sino la única decisión auténtica que un ser humano puede tomar. El resto, no son decisiones; son las cosas que una vida sin control nos va empujando a hacer.
Ser Guerrero es siempre una Decisión. Es quizá, la única Libertad posible concedida al Ser Humano.
Gabriel Rubio Badillo. Asociación de Psicología Humanista. Freedom.
Red de Conciencia Social. Un Modelo de Sociedad Organizada.
Dirección General. Cd. Madero, Tamaulipas. México.
Tel. (833) 364 15 93 Móvil: 127 81 69.
Icono de mayo 2012, es una publicación inspirada en la Obra de Carlos Castaneda sobre las enseñanzas de Don Juan Matus. Ha sido publicado en febrero de 2011 y por su aceptación en los lectores, se reproduce en este mes para compartirlo con nuestros nuevos suscriptores. Agradecemos sus comentarios por este medio, la descarga del archivo adjunto y el compartir y reenviar este correo.