domingo, 8 de noviembre de 2020

Raphael, Manuel Carrasco - Me Olvidé De Vivir


Agradezco a mi querida Lolita este bello aporte

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

DÓNDE COMIENZA EL CAMBIO

La noticia que ocupó los principales titulares de la semana fue la de las elecciones en Norteamérica.  Difícil precisar que haya sido una sola causa, sino más bien la combinación de varios factores, lo que llevó a buena parte de la población digitalizada del mundo, a seguir día con día el avance de tales comicios.  Si buscara definir los elementos causales para este seguimiento casi febril, mencionaría en primer lugar el tiempo que la contingencia nos da para estar conectados; en segunda, al mundo le interesa conocer qué implicaciones socioeconómicas representa el cambio o la permanencia de ese gobierno.  Como vecinos  de los EE. UU sabemos lo que cada iniciativa gubernamental representa para las relaciones méxico-norteamericanas.  Desde tratados como  el T-MEC, hasta el simple cruce cotidiano de país a país.  En la frontera coahuilense, las restricciones sanitarias para las  ciudades hermanas han representado un declive marcado en la economía en ambos lados de la frontera: Para el sur de Texas  parte del comercio se ha venido a pique, en tanto ha surgido aquel concepto sesentero de “los fayuqueros”: Residentes o ciudadanos norteamericanos que surten la lista de encargos de los mexicanos y cobran por ello.  De este lado también ha habido afectaciones: Los texanos pueden cruzar libremente, lo que inutiliza cualquier cerco sanitario para los coahuilenses.  El turismo médico se mantiene, pero tal vez buena parte de las consultas tengan relación con el coronavirus, lo que dispara el riesgo para nuestro personal de salud. El giro recreativo sí lo ha resentido: Restaurantes y centros de diversión.

El tercer punto de la lista tiene que ver con redes sociales.  A diferencia de lo que hacíamos años atrás, vaya, sin ir tan lejos, antes del inicio de la pandemia, la información que consultábamos provenía de distintas fuentes.  Con motivo de las normas sanitarias de confinamiento, nos hemos inclinado  hacia la tecnología para informarnos de lo que sucede más allá de nuestro hogar.  Marco Antonio  Paz Pellat, experto en políticas públicas y estrategia digital, señala en su  colaboración del pasado viernes 6  para la revista digital Expreso, los efectos que las redes sociales vienen propiciando en los usuarios.  Con frecuencia en sus exposiciones Marco alude a los algoritmos, fórmulas matemáticas que, con base en nuestras propias preferencias, nos van orientando como consumidores.  Mediante leyes de probabilidad los algoritmos predicen mis gustos y necesidades, y comienzan a llevarme para hacer que yo consuma lo que  la tecnología me sugiere, actividad por la que la plataforma será remunerada.  Lo habitual es que yo, como internauta, no me percate de que estoy siendo utilizado con fines mercantilistas.  En palabras de Paz Pellat, cito: Hay que entender cómo funciona esta economía digital, donde el recurso escaso a explotar es la atención humana.

Otro singular fenómeno que propician las redes sociales es la polarización de opiniones.  Detrás de ello hay intereses políticos y económicos muy poderosos, y nuevamente, caemos como moscas en  trampa.  Nos adherimos a quien emite apreciaciones que coinciden con las  propias; comenzamos a seguir a otros generadores de contenidos similares, y nos vamos rodeando de personajes que piensan igual, llegando al punto de la ceguera intelectual: El momento cuando no veo en el horizonte otros contenidos que no sean semejantes a los míos, y así surge la falacia de que mi forma de pensar es la correcta.  Se generan tribus digitales dispuestas a la guerra por defender lo suyo.   Triste, tampoco estamos muy conscientes de que esa guerra que inicia frente a la pantalla propicia de manera progresiva odio y deseos de venganza.  Así es como  salimos a tomar las calles, a dañar sitios públicos y a violentar  aquellos que identificamos como contrarios.

Si nuestro propio yo de hace diez o veinte años observara al yo que somos a finales del 2020, no dudo que se llevaría una sorpresa.  Quizá no se reconocería en ese opinador que sube de tono y se violenta con tanta precipitación, en cuestión de minutos; ese que pasa del terreno de las opiniones a las descalificaciones contra el opositor por asuntos ajenos a la opinión, como serían rasgos físicos o vestimenta, hasta hallarnos, un rato después, recordando a su señora madre. 

Esos mecanismos, que señala con maestría Paz Pellat, son las cuerdas negras de las redes sociales. Cuerdas que nos van llevando por caminos trazados por los amos del espacio digital, y que nosotros difícilmente alcanzamos a detectar. Cierto, para romper ese círculo vicioso se requieren cambios, legislaciones y regulaciones a nivel global.  De lo que no hay duda, es de que estos cambios comienzan con nosotros, en este mismo instante.

PROSA POETICA por María del Carmen Maqueo Garza

MOMENTOS

De los difíciles tiempos que hoy vivimos, destila el momento en que puedes ser mejor que ayer.

De las horas de oscuridad, sé la pequeña luz que llama a no desfallecer.  Con  toda tu fe.

Vivimos un punto de inflexión.  Todo sobre la tierra retoma su orden original, se recupera.

Nosotros somos puestos en pausa.  Nos toca detener la marcha acelerada y revalorar al universo.

Entender nuestra real dimensión –humana y frágil--  en el contexto de  cuanto lo conforma.

Se nos llama a ser menos individualistas y más solidarios.  A dejar de pensar tanto en lo propio e ir en auxilio de quien más necesita.

De las difíciles horas de incertidumbre, extraigamos el dulce mosto de la solidaridad.

Desde los momentos de pérdida, aprendamos –cada uno—a tejer un “nosotros” que nos salve a todos.

Haz de ésta la ocasión que marque tu vida para siempre, el punto donde el amor desvele su mejor faceta.

Haz de tus huellas una ruta de avance, no un círculo ocioso que se pierde en sí mismo.

Hoy se nos da una oportunidad irrepetible: Frente al fuego de la fragua seamos metal precioso que se somete, para salir transformado.

Seamos el primer capítulo de esa mejor historia que jamás podríamos haber escrito.   Llevando en nuestra barca  la mente como luz que guía y el corazón cual motor imbatible que propulsa.

Para así decir mañana, desde la dimensión en que habitemos: “Cada momento fue una nueva oportunidad; cada golpe doloroso, un golpe del cincel en manos del maestro”. 

POESÍA de Jorge Luis Borges


Bruscamente la tarde se ha aclarado

Porque ya cae la lluvia minuciosa.
Cae o cayó. La lluvia es una cosa
Que sin duda sucede en el pasado.

Quien la oye caer ha recobrado
El tiempo en que la suerte venturosa
Le reveló una flor llamada rosa
Y el curioso color del colorado.

Esta lluvia que ciega los cristales
Alegrará en perdidos arrabales
Las negras uvas de una parra en cierto

Patio que ya no existe. La mojada
Tarde me trae la voz, la voz deseada,
De mi padre que vuelve y que no ha muerto.

Resiliencia | Fritz Thompson | TEDxHumboldtMexicoCity

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez




Se nos dio una sola vida, esta terrenal que es la que me consta y he vivido. Y a lo largo del camino se me ha dicho que tan solo vamos de paso, y es el incentivo entonces que al morir por fin tendremos la verdadera vida, la vida eterna.
     Entonces bajo esa promesa, como el premio que se ofrece a un niño para que se porte bien, se supone que buscamos con buena conducta aqui, ese obsequio merecer.
     Pero tenemos además, una oportunidad enorme, con tan solo arrepentirnos antes de llegar la hora de la despedida final, como por obra de magia se borrará todo pecado, y al igual que aquél que se esforzó siempre por llevar una vida impecable, tendremos accesso al cielo, y puede que hasta compartamos el mismo ascensor.
     Quizá sueno irreverente, pero creo que si no somos capaces de valorar esta vida que sabemos tan corta, si no cuidamos ni la propia, ni la del prójimo. Si en plena crisis somos capaces de actuar sin responsabilidad, sin conciencia social, sin solidaridad para con nuestros semejantes, para con el planeta, esa casa donde convivimos y que en vez de compartir nos la peleamos, la destruimos sin piedad.
     Unos pocos no pueden hacer el trabajo de todos, y las mayorías parecieran ajenas al dolor de los demás, si mucho, egoístas cuidando tan solo lo propio y a veces ni eso, porque en una actitud retadora, anteponen situaciones placenteras a aquéllas que preservan la vida, la salud.
     Quizá, no le damos importancia a esta vida porque aspiramos cuanto antes llegar a la eterna, donde se nos garantiza la felicidad, la certidumbre, y añoramos ese estado en el que hay paz y no se sabe del dolor. Pero me pregunto yo, si aquí que tenemos los contrastes y el aprendizaje se da en ellos, si aquí que podemos reconocer el bien, la alegría, el amor, la paz. Sabemos del mal, de la tristeza, del odio, de la guerra, no somos capaces de valorar nuestra existencia, ¿seremos entonces aptos a reconocer una vida eterna en la que no tendremos que hacer ningún esfuerzo para ser felices? Nunca lo gratuito se disfruta tanto, como aquello en lo que medió nuestro esfuerzo, y si esta vida es donde debemos acumular puntos buenos para llegar a ella, nos atenemos a un último perdón, me pregunto, si habremos merecido el premio, y si en verdad lo vamos a apreciar como tal.
     En esta vida hay que dar lo mejor de nosotros, por si acaso no hay más cuando llegue el final, y no tan solo por sentir que a cambio recibiremos un premio, hacer el bien lleva implícito la recompensa.
     Vivir en el amor y hacer de este mundo un paraíso terrenal, sin que nada ni nadie te condicione a serlo, solo tu sentido común y tu conciencia, ¿no sería ideal?


Nuggets: Video animado