MOMENTOS
De los difíciles tiempos que hoy vivimos, destila el momento
en que puedes ser mejor que ayer.
De las horas de oscuridad, sé la pequeña luz que llama a no
desfallecer. Con toda tu fe.
Vivimos un punto de inflexión. Todo sobre la tierra retoma su orden
original, se recupera.
Nosotros somos puestos en pausa. Nos toca detener la marcha acelerada y revalorar
al universo.
Entender nuestra real dimensión –humana y frágil-- en el contexto de cuanto lo conforma.
Se nos llama a ser menos individualistas y más
solidarios. A dejar de pensar tanto en
lo propio e ir en auxilio de quien más necesita.
De las difíciles horas de incertidumbre, extraigamos el
dulce mosto de la solidaridad.
Desde los momentos de pérdida, aprendamos –cada uno—a tejer
un “nosotros” que nos salve a todos.
Haz de ésta la ocasión que marque tu vida para siempre, el
punto donde el amor desvele su mejor faceta.
Haz de tus huellas una ruta de avance, no un círculo ocioso
que se pierde en sí mismo.
Hoy se nos da una oportunidad irrepetible: Frente al fuego
de la fragua seamos metal precioso que se somete, para salir transformado.
Seamos el primer capítulo de esa mejor historia que jamás
podríamos haber escrito. Llevando en
nuestra barca la mente como luz que guía
y el corazón cual motor imbatible que propulsa.
Para así decir mañana, desde la dimensión en que habitemos: “Cada momento fue una nueva oportunidad; cada golpe doloroso, un golpe del cincel en manos del maestro”.
Será mi nuevo mantra
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