jueves, 16 de febrero de 2017

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

ABUELOS SANADORES
No es Día de los Abuelos, pero en mi caso particular se aproxima una fecha muy especial, el próximo día 21 es aniversario luctuoso de Elvira, mi abuela materna. Murió cuando yo estaba terminando el preescolar, sin embargo son inolvidables las memorias que guardo de ella y de mi abuela paterna quien, aunque murió mucho tiempo después vi poco por vivir en otra ciudad. Mis primeros diez años de vida fui hija única creciendo entre adultos, así que la presencia de estas hermosas compañeras de juegos fue de lo más agradable.
   Cuando volvemos la vista para identificar los problemas sociales que involucran niños y adolescentes encontramos algo en común, provienen de hogares con escasa calidez; no podríamos apostar a una sola causa pero en cualquier caso el resultado es bastante similar: Chicos que están solos, a quienes urge sentir que pertenecen a un clan por encima de ellos mismos, y si la familia no satisface esa necesidad, marchan a buscar algo o alguien que lo haga. Las suyas no suelen ser demandas de orden material, cuentan con lo necesario para subsistir, incluso en ocasiones tienen de más, lo que falta va en otro sentido: Tiempo, atención y calidez. Tal vez los papás se hallan muy ocupados trabajando en proveer satisfactores materiales para su hijos, tantas veces a costa de elementos de orden emocional que el chico necesita para su desarrollo. Ante un escenario como este surgen figuras salvadoras, muchas veces el hermano mayor, algún maestro o tío, y en particular la figura de los abuelos que aparecen para modular las cosas, para reconocer, tolerar y apapachar, dotando al pequeño de ese sentido de pertenencia que tanto anhela.
   Mi abuela Elvira pasó el último año de vida en nuestra casa por razón de una enfermedad que la consumía lentamente, a pesar del dolor que su padecimiento provocaba, nunca la podría recordar de otra forma que no fuera su naturaleza amable y cariñosa de siempre; invariablemente tenía tiempo para mí, lo que resultó maravilloso. En fechas recientes evocaba junto con mis primos por la rama materna un viaje que ella realizó por Europa algunos años antes de su muerte; cada uno conserva aquello que la abuelita vino cargando desde allá para sus entonces trece nietos. En lo personal el recuerdo más querido y que aún conservo, aunque no he sabido cómo reparar es un juguete de plástico que representa una pata y sus patitos, mismo que funcionaba al colocarlo en una superficie inclinada ¡Quién iba a decir que a más de 50 años después aquel artefacto pudiera provocar en mí tantas emociones!
   Los abuelos son los grandes sanadores, sin embargo --hay que decirlo-- no están allí para vivir de nueva cuenta un rol de padres, no sería justo ni sano para nadie. El pequeño debe identificar que la autoridad de la familia recae en los padres, quienes habrán de asumir sus responsabilidades, en tanto los abuelos deben dejar en claro que son apoyo y no sustitutos en la atención de los nietos. Las familias actuales en las que hay pocos hijos y escasa convivencia entre los distintos miembros, se benefician enormemente con la presencia de los abuelos sanadores, y ese vínculo generacional provee para los más pequeños raigambre e identidad, y los sitúa en el mundo globalizado de hoy en día como individuos que se conocen a ellos mismos al conocer y amar su historia.
   Vivimos tiempos en los que la amistad se condiciona, se cuestiona o se contamina; cuando la palabra ha perdido su valor agregado y se vende al mejor postor. Tiempos en los que el honor es cuestionado o mancillado sin empacho. Es precisamente ahora cuando más necesaria resulta la labor afianzadora y restauradora de la familia, y en esta labor validadora la presencia de los abuelos es fundamental. El niño necesita convencerse de que es amado, independientemente de su comportamiento, y claro, en la medida en que su autoestima aumente, el comportamiento irá mejorando, pues él sentirá que es aceptado por el grupo social, lo que facilita su integración al mismo. Resulta natural que los padres en cierta medida condicionen la expresión de su amor por el hijo, más el padre que la madre, fenómeno que es aún mayor si ellos están presionados viviendo en un mundo que demanda óptimos resultados. A ratos querrán tratar al hijo a partir de los estándares con que ellos son medidos en el ámbito laboral, lo que provocará una crisis en el niño. Maravilloso es entonces descubrir a los abuelos que tanto bien hacen en la vida de esos pequeños, para acuñar en ellos huellas imborrables que duran para siempre, y que constituyen elementos formativos que habrán de facilitar la construcción de la propia identidad, y a partir de ella el desarrollo del respeto y la tolerancia, piedras angulares de una sociedad.

Alborozo en la nieve

Lo que me fascinó es la reacción del padre y su niño ante las gracias del perrito.  ¡Esa es una excelente forma de gozar la vida!

The Piano Guys: Pavana y Faure desde el Cañón de Bryce

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


La mayoría de nosotros hacemos de la vida una continua e incansable búsqueda del éxito.

La concepción del mismo para cada uno es distinta, finalmente ser exitoso no necesariamente implica alcanzar la fama. el poder o el dinero, todo depende de nuestro propósito en la vida, de lo que hemos aprendido a considerar valioso, a aquello cuya consecución nos hace felices.
Es tan relativo hablar de éxito, que para algunos el "simple" hecho de estar vivos ya lo es, no hay definición exacta que abarque lo que para cada uno de nosotros significa ser exitoso.

Tener consecuencias acertadas de una acción es un éxito, y eso nos ocurre a diario. De eso se trata la vida, creo yo, de valorar nuestras pequeñas victorias día a día, de que nuestros logros no se midan en pesos y centavos, ni en títulos o cargos, sino en la maravilla de lograr encontrar en nuestra vida el equilibrio. En reconocer que es un triunfo ser capaces de amar y hacer felices a los que nos rodean, en compartir nuestro tiempo, conocimientos y afectos.

El mayor éxito es aquél que da satisfacción no tan solo personal sino que repercute en los demás.
No vivir tras un gran éxito que quizá finalmente al alcanzar,no nos dé la felicidad o nos haya hecho subestimar aquéllos que a diario ocurrieron y dejamos pasar.

Tan subjetivo y relativo es su significado, que hay quien muere sin nunca haber apreciado los más nobles logros de su vida, o reconociendo que lo fueron cuando ya no había forma de recuperarlos. Hoy despertar,sentirme viva y saber que tengo más de un por qué vivir, es para mi todo un éxito.
Que cada peldaño que subas para alcanzar tus metas, sea una nota musical que haga de tu vida una exitosa melodía.

Hiper ¿comunicados?



Se necesita un amigo por Vinicius de Moraes


SE NECESITA UN AMIGO.
No es necesario que sea hombre o mujer,
basta que sea humano,
basta que tenga sentimientos,
basta que tenga corazón.
Se necesita que sepa hablar y callar,
sobre todo que sepa escuchar.
Tiene que gustarle la poesía,
de la madrugada, de los pájaros, del sol,
de la luna, del canto, de los vientos y de las canciones de la brisa.
Debe tener amor, un gran amor por alguien,
o sentir entonces la falta de no tener ese amor.
Debe amar al prójimo y respetar el dolor que los peregrinos llevan consigo.
Debe guardar el secreto sin sacrificio,
Debe hablar siempre de frente y no traicionar con mentiras o deslealtades.
No debe tener miedo de enfrentar nuestra mirada.
No es necesario que sea de primera mano, ni es imprescindible que sea de segunda mano.
Puede haber sido engañado, pues todos los amigos son engañados,
no es necesario que sea puro,
ni que sea totalmente impuro, pero no debe de ser vulgar.
Debe tener un ideal, y miedo de perderlo, y en caso de no ser así, debe sentir el gran vacío que esto deja.
Tiene que tener resonancias humanas.
Debe sentir pena por las personas tristes y comprender el inmenso vacío de los solitarios.

Se busca un amigo para gustar de los mismos gustos, que se conmueva cuando es tratado como amigo.
Que sepa conversar de cosas simples,
de lloviznas y de grandes lluvias, y de los recuerdos de la infancia.
Se precisa un amigo para no enloquecer,
para contar lo que vio de bello y de triste durante el día,
de los anhelos y de las realizaciones, de los sueños y de la realidad.
Debe gustar de las calles desiertas, de los charcos de agua y los caminos mojados,
Del borde de la calle, del bosque después de la lluvia, de acostarse en el pasto.
Se precisa un amigo que diga que vale la pena vivir, no porque la vida es bella, sino porque estamos juntos.
Se necesita un amigo para dejar de llorar, para no vivir de cara al pasado, en busca de memorias perdidas.
Que nos palmee los hombros, sonriendo o llorando, pero que nos llame... amigo,
para tener la conciencia de que aún estamos vivos.

Agradezco a Pravahi Laura su excelente sugerencia.

domingo, 12 de febrero de 2017

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

VIBRA MÉXICO
La imagen es desgarradora: En el exterior de una farmacia de cadena de las que cuentan con un consultorio anexo, en la ciudad de Tehuacán, Puebla se halla una carriola totalmente tapada con cobertores y a unos pasos de la misma una mujer joven cuya actitud hace suponer que llora  profusamente mientras cubre su rostro con  la parte redundante de las mangas de una chamarra color guinda, que ha estirado hasta cubrir sus manos.  En torno a la carriola y a la madre se ha extendido cinta amarilla de “prohibido pasar”; en el triángulo que forma la cinta hay dos figuras más, la de un uniformado y la de un joven hombre que habla por teléfono.  La nota –amarilla o roja, aunque para mí en este instante es negra—la comparte un compañero pediatra para llamar nuestra atención con relación a una muerte que nunca debió  ocurrir: ¡Cuánto nos falta por hacer para evitar  algo así, un niño de 4 años que  muere esperando turno para consulta, portador de  una probable rubéola complicada! Contrario a otras semanas cuando en lenta cocción surge la nota dominical, esta llega a mi mente como latigazo, tanto que siento una urgencia inminente por comenzar a escribir,  lo que hago de inmediato, dejando de lado otras tareas literarias que me ocupaban en el momento, es un deber ciudadano hacerlo, al menos así lo siento. 
   Quizá la forma más exquisita de entender la democracia sea concebirla como un sistema que permite a cada cual ejercer su pleno derecho sin por ello afectar los derechos de otros.   Como nación estamos pasando por una etapa de rediseño que –queremos creer—se encamina hacia la democracia, pero por desgracia nos falta mucho por crecer;  descalificamos las acciones de quienes no piensan como nosotros, en lugar de proponernos actuar cada cual desde su propio canal para ir a confluir en un fin común.  La marcha ciudadana que se llevará a cabo hoy en varias ciudades, denominada “Vibra México” la convocan ciudadanos de carne y hueso para manifestarse como mexicanos a favor del país y en contra de las medidas que pretende imponer un gobierno extranjero.  Pero por supuesto se han multiplicado las voces que la desacreditan y distorsionan, hay quien quiere sacar tajada política de la misma, cuando el lema original es un clamor ciudadano, un decir “basta a las malas prácticas de la administración pública y a las imposiciones de un gobierno extranjero”.  Triste decirlo: Los mexicanos no necesitamos enemigos de fuera,  pues en cada uno de nosotros mora el mayor enemigo del otro mexicano, en buena parte es por este canibalismo ciudadano que nuestras iniciativas ciudadanas luego no progresan.
   Hay problemas muy urgentes por atender.  Que un niño de 4 años muera en la banqueta esperando su turno para ser atendido es un llamado de atención para todos; como sucede en otras áreas de salud, las farmacias con consultorios anexos de bajo costo resuelven buena parte de las deficiencias en la atención de pacientes dentro del Sector Salud y esto no es un problema menor.  Si el niño murió por complicaciones de rubéola significa que no contaba con la vacuna, un derecho que el sistema debe garantizar en todo menor de edad, entonces ¿qué pasó aquí?  La madre luce joven, tal vez haya sido su primer niño y ella no supo identificar la gravedad en  las condiciones de su hijo. ¿Estaría desnutrido? ¿Cuándo iniciaría con su cuadro? ¿No hubo quién orientara a esta madre?... Me recuerda aquel óleo de un niño enfermo, pintado por  Gabriel Metsu, y en este caso por el pincel de  la pobreza y la ignorancia, frente al cual  sería criminal permanecer indiferentes.  Menos aún cuando reconocemos que renglones de primer orden como el de salud sufren recortes presupuestarios frente a rubros innecesarios  que bien pueden ser cancelados.
   Los mexicanos necesitamos cambiar nuestra actitud, ser solidarios unos con otros, corresponsables, dejar de pelear por el color de la camiseta, dejar de meter zancadilla al que trata de hacer las cosas, y por el contrario, reconocer y alentar sus logros. Necesitamos anteponer el bien del país por encima de los asuntos de orden personal, y entender que mientras un mexicano sea el mayor enemigo de otro mexicano, el país seguirá empantanado. 
   Hace un par de días arrancó el Comité de Participación Ciudadana del Sistema Nacional Anticorrupción, integrado por personajes de trayectoria amplia e integridad reconocida por la sociedad (no fue “dedazo”).  Apostemos porque sea éste el primero de incontables pasos que nos  permitan esbozar el proyecto de nación que demandan de nosotros –con justa razón--  nuestros hijos.  No hay fórmulas mágicas para sacar adelante a México, solamente la conjunción de inteligencia, trabajo y  unidad encaminados al logro del bien común.  Que vibre México por entusiasta y solidario.

HOJAS SUELTAS por María del Carmen Maqueo Garza


Me sorprende que me sorprenda ver cómo cambia la gente, cómo lo hacen las expresiones de sus rostros, o caen las máscaras, o adoptan unas nuevas.
Me sorprende que los amores dejen de existir y las pasiones se tornen dolores u olvidos.  Que los hermanos se  alejen y los enamorados pongan distancia de por medio.
Me sorprende que los padres y los hijos permitan que el hielo se interponga entre unos y otros, y surjan los silencios asesinos que ni el tiempo sana.
Me sorprende que haya quien acabe con la sangre de su sangre así como así, porque es lo más conveniente para su agenda social o de trabajo.
Me sorprenden los delincuentes de cuello blanco con sus ropas impolutas y una docena de camisas nuevas para cambiarse tan seguido como sea necesario.
Me sorprenden los gobiernos que no gobiernan, igual aquellos que pretenden extender sus dominios más allá de los límites que les corresponden.
Vivo sorprendida de saber que nuestros afanes se enfoquen, no a construir lo propio sino a destruir lo ajeno; no a sumar y multiplicar sino a restar y dividir.
…Que ocupemos nuestro tiempo en condenar de manera gratuita, en lugar de ocuparnos en trabajar de forma activa por hacer las cosas.
Lo único que no me sorprende es la muerte, esa cita que llega puntual para cada uno, punto donde acaban distingos y privilegios,  y nos hace a todos iguales.  El escenario más democrático, en el que todo cuenta y nada cuenta; el final del principio o el principio del final, algo que no podemos adivinar, porque lo conocen solo quienes han partido y tienen obligado voto de silencio.


Otra forma de ver al mundo

Poesía de Gioconda Belli

Y Dios me hizo mujer,
de pelo largo,
ojos,
nariz y boca de mujer.
Con curvas
y pliegues
y suaves hondonadas
y me cavó por dentro,
me hizo un taller de seres humanos.
Tejió delicadamente mis nervios
y balanceó con cuidado
el número de mis hormonas.
Compuso mi sangre
y me inyectó con ella
para que irrigara
todo mi cuerpo;
nacieron así las ideas,
los sueños,
el instinto.
Todo lo que creó suavemente
a martillazos de soplidos
y taladrazos de amor,
las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días
por las que me levanto orgullosa
todas las mañanas
y bendigo mi sexo.

Wind games 2017


Agradezco a Beto Garza su original sugerencia

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


Aunque es cierto que las fechas marcadas en el calendario para celebrar la mayoría de las festividades están concebidas con fines meramente comerciales, son también un buen pretexto para permitir el acercamiento entre las personas.

Muchas veces a no ser por éstas, quizá no nos daríamos el tiempo o un buen motivo por el cual reunirnos o demostrar los afectos.

Ayer me encontré con una foto muy emotiva, al verla de nuevo me recorrió ese sentimiento de emoción, de felicidad, de ternura, de inmensa alegría que me invadía el alma aquel día.

Nunca olvidaré ese momento, nunca agradeceré lo suficiente a todas aquellas personas haber estado ahí y hacerme saber lo que es el cariño sincero de la amistad.

No hay mejores lágrimas que las que se lloran por felicidad y agradecida estoy de haberlas llorado en mas de una ocasión.

Por la amistad que es motivo de felicidad, que es compañía para la soledad, que mitiga el dolor, que nos enseña el significado de la solidaridad, porque encontrar y mantener una amistad verdadera es blindar el alma contra la adversidad, por eso amigos míos, ¡festejo siempre la amistad!

Tango de rosas: Giovanni Marradi