domingo, 24 de julio de 2016

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

POKEMON GO
A todas luces asombrosos los alcances de la tecnología que permite explorar el mundo, facilitando que lo entendamos y manejemos mejor.  Parece increíble que, al menos en Medicina, haya avances que permiten tener tejidos artificiales para suplir a aquellos que dejan de funcionar, y del mismo modo que a través de la tecnología podamos llegar a la intimidad de información genética para desentrañar los mecanismos capaces de producir enfermedad, y que en un futuro nada lejano, a través de ese conocimiento, se esté en capacidad de diseñar mecanismos que inactiven o reviertan esos daños bioquímicos.
   Al margen de los logros en el terreno científico, hoy quiero abordar un fenómeno que  me sorprende por su dimensión: Pokemon Go, un juego virtual que consiste en tomar el teléfono celular y lanzarse, de preferencia a pie por distintos puntos de una ciudad para “cazar” monitos, lo que para ahora, a escasas dos semanas de iniciado en países como Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos ya ha dado cuenta de severos accidentes de tráfico cuando el conductor desvió su atención para buscar el muñequito en su pantalla, y no vio el poste o el puente, o el otro vehículo que tenía enfrente. Mientras que en Japón, cuna del Pokemon, el juego acaba de llegar hace apenas dos días, en México, por supuesto, ya tenemos  nuestras versiones “pirata”, y los jóvenes ya andan por las calles a la caza de muñequitos.
   Nada más como un ejercicio para ampliar un poco la información sobre este juego que se ha convertido en viral, busqué en redes sociales y hallé un sinfín de “memes” al respecto; de todos ellos me impactó mucho uno proveniente de Uruguay: Como oficialmente el juego no ha entrado a Latinoamérica, el “meme” dice: “La unión hace la fuerza: Latinoamérica wants Pokemon Go”, y se acompaña de un dibujo de todo el continente americano con sus banderas por país, y el logo del Pokemon.
   Sin lugar a dudas para ahora los especialistas en fenómenos psicosociales ya estarán investigando las razones últimas que expliquen a satisfacción la fuerza que ha tomado este fenómeno a nivel mundial.  Desde mi modesta tribuna me permito llamar la atención en dos aspectos: El económico que hay detrás de todo lanzamiento  de un producto, y que ya para ahora está generando cuantiosos dividendos para Nintendo, compañía que ha multiplicado sus ganancias en dos semanas, y el otro fenómeno, que más me atrapa a mí, el conductual.   Ir persiguiendo monitos por la ciudad representa un entretenimiento al que los jóvenes se entregan con pasión, y que finalmente traduce que tienen tiempo de sobra que no habían hallado cómo emplear.  De alguna manera les proporciona un sentido de identidad, pues se unen a otros muchos que se dedican a hacer lo mismo, y con quienes pueden intercambiar monitos.  Satisface además una  necesidad emocional muy olvidada, la del reconocimiento.  Que la pantalla del celular te diga que vas muy bien porque atrapaste un muñequito, es una caricia que siempre se recibe con gusto. Por desgracia hemos ido generando una sociedad ingrata, que deja fuera de su imaginario la palabra “reconocimiento”, tan necesaria siempre, sobre todo para  nuestros niños y jóvenes.
   En el mundo virtual todos los personajes son bellos, amanecen peinados y oliendo a limpio, tienen carro del año, la cartera repleta de billetes,  un coeficiente intelectual de 240 y siempre toman las mejores decisiones.  Cierto, cuando nos metemos tanto en ese mundo virtual, porque el mundo real no nos está representando un sitio agradable donde estar, comenzamos a medirnos con esos personajes tan perfectos y nos sentimos una basura, no hay manera de  sentir que merezcamos una palmadita por lo que somos o hacemos.  Pero entonces llegan juegos virtuales o de casino frente a los cuales, al menos por un rato sentimos poseer un poder que nos hace dignos de reconocimiento.  Vaya, y aparte nos estamos divirtiendo, y ocupamos nuestro tiempo… En esos momentos no nos percatamos de que el telón de fondo en  todo tipo de adicción es un vacío interior, un cuestionarse qué le falta a nuestra  vida para sentirla digna de ser vivida.
   El potencial de los jóvenes está ahí, esperando ser tomado en cuenta.  Del mismo modo como ahora hacen frente común para ir tras las figuras amarillas hasta con riesgo de su propia vida, así podríamos nosotros presentarles propuestas de entretenimiento y crecimiento interior, que al mismo tiempo ayuden a resolver los graves problemas que enfrenta el mundo.
   Dentro de las publicaciones en redes sociales que tienen que ver con el Pokemon Go, hay una que me enterneció, es la fotografía de un niño sirio sosteniendo en sus manos una lámina con un dibujo de un muñequito para llamar la atención sobre su condición de refugiado.  El mismo gesto de desazón en la cara del niño la tiene el dibujo elaborado por Saif Aldeen.  Yo me pregunto de qué manera algo así funcionará para aliviar el sufrimiento de tantos miles de refugiados…

   Nuestros jóvenes tienen tiempo y entusiasmo para trabajar: Planteémosles causas nobles, con sentido social que les permitan divertirse y crecer  ayudando a otros.

VIÑETAS por María del Carmen Maqueo Garza



Mi bandera:
Portentosa, magnífica, solemne,
sobria, sublime, hermosa, inigualable.
Desde la Puerta de México en Coahuila
nos representas para el mundo entero.
Rompes el viento vigorosa
en tu  grandeza.
La soledad que vives
no parece pesarte.
Sin ser aire, ni río, ni cielo,
representas para mí,
la  palabra sagrada
que enseñaron mis padres
a honrar y respetar
por siempre y para siempre:
La palabra "Patria"
que corre por mis venas
me llena de  emoción,
impregna mis sentidos
y se vuelca en poemas
cada vez que te miro en lo alto:
Portentosa, magnífica, solemne,
sobria, sublime, hermosa, inigualable.

Los Dulces Frutos de la Adversidad por Karla Souza

Cuando nos preguntamos: "¿Qué hay detrás del talento que observamos allá afuera?"

NADIE EN CASA: Texto de César Vallejo

Tumba César Vallejo, Cementerio Montparnasse, París.

—No vive ya nadie en la casa —me dices—; todos se han ido. La sala, el dormitorio, el patio, yacen despoblados. Nadie ya queda, pues que todos han partido.

Y yo te digo: Cuando alguien se va, alguien queda. El punto por donde pasó un hombre, ya no está solo. Únicamente está solo, de soledad humana, el lugar por donde ningún hombre ha pasado. Las casas nuevas están más muertas que las viejas, por que sus muros son de piedra o de acero, pero no de hombres. Una casa viene al mundo, no cuando la acaban de edificar, sino cuando empiezan a habitarla. Una casa vive únicamente de hombres, como una tumba. De aquí esa irresistible semejanza que hay entre una casa y una tumba. Sólo que la casa se nutre de la vida del hombre, mientras que la tumba se nutre de la muerte del hombre. Por eso la primera está de pie, mientras que la segunda está tendida.

Todos han partido de la casa, en realidad, pero todos se han quedado en verdad. Y no es el recuerdo de ellos lo que queda, sino ellos mismos. Y no es tampoco que ellos queden en la casa, sino que continúan por la casa. Las funciones y los actos se van de la casa en tren o en avión o a caballo, a pie o arrastrándose. Lo que continúa en la casa es el órgano, el agente en gerundio y en circulo. Los pasos se han ido, los besos, los perdones, los crímenes. Lo que continúa en la casa es el pie, los labios, los ojos, el corazón. Las negaciones y las afirmaciones, el bien y el mal, se han dispersado. Lo que continua en la casa, es el sujeto del acto.

César Vallejo.

Gracias, Paco Casillas, por tan gentil sugerencia.

Pintura en en agua por Ebru

Gracias, Pimientola por tu bello y original aporte.

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez

Después de una interrupción de sus participaciones, obligada por la enfermedad y dolorosa muerte de su amado esposo Ricardo, Eréndira se reintegra a nuestro "staff" de colaboradores con este texto que da cuenta de que las penas no tienen permiso para poseernos.  
¡Bienvenida a casa, querida Eréndira!


¡Al son que me toquen bailo!...

No hay de otra, esta vida hay que tomarla así como venga, porque no puedo cambiar muchas cosas, pero tengo esa maravillosa capacidad humana de adaptación a los cambios.

Cada día es una sucesión de hechos que pueden transformar mi vida, aquél, el que menos tenía contemplado, aquél que parecía tan rutinario, tan insignificante, ese momento puede ser parteaguas en el resto de mi existencia.

Nada termina ocurriendo en el tiempo que suponíamos, lo que parecía inminente no sucede, aquello que era una bomba de tiempo y amenazaba nuestra tranquilidad día con día, sigue sin estallar y nos vemos devastados por lo que nadie nos pudo advertir.

No tiene palabra esta vida, definitivamente no la tiene, ni nos la ofrece, ni promete, sólo nos brinda una oportunidad diariamente y si la aceptamos es a sabiendas de nuestra vulnerabilidad y bajo nuestros propios riesgos.

No hay nada seguro en este mundo, más que la muerte, esa muerte a la que tememos y que a veces resulta liberadora y pacificadora como la que más.

Nadie elige vivir, pero sí como hacerlo. Yo elijo hacerlo con amor, con pasión, con responsabilidad de no heredar tan sólo tristezas y desesperanzas.

Mi coraza, mi blindaje, el amor por mis hijos, mi familia, mis amigos, mi profesión, mis recuerdos, mi pasado, mi fe en Dios y mi aceptación de su voluntad.

Puedo lidiar con la realidad, mientras mis fantasías me permitan volar.

"Vuela alto": Mariachi sin instrumentos

Agradezco a Guillermo su espléndida sugerencia.