domingo, 13 de octubre de 2019

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza


UN MUNDO IDEAL
Durante mi adolescencia los Beatles estaban en todo su esplendor.  Debo confesar que en ese período de tiempo no me agradaban. Por mi temperamento y formación familiar, me identificaba con música más tradicional. Los mensajes del cuarteto de Liverpool resultaban hasta irreverentes.  Tuvieron que pasar muchos años para valorar lo que dejó ese grupo en el corazón del mundo.
          Si tuviera que quedarme con una sola canción de alguno de ellos, elegiría “Imagine”, de John Lennon.  Salió al aire treinta años después del “boom” del grupo. En lo personal su letra me dice mucho. No es mal momento para retomar su mensaje.
       Algo que no tenemos en estos tiempos, es tranquilidad.  Somos seres humanos inquietos, ruidosos, acelerados y explosivos.  Rehuimos al silencio y a la soledad, y nos saturamos de barullo exterior, como para no escucharnos a nosotros mismos.  Tanto ha de ser el miedo que sentimos de mirarnos desnudos al espejo.
        “Imagine there’s no heaven”: Una excelente paradoja de Lennon.   Partiendo de que  hay un cielo, los seres humanos seguimos lo que dicta nuestra propia religión para alcanzarlo. Colateralmente suponemos que seremos nosotros, nada más, los que alcancemos el paraíso. Cualquiera que no profese la misma doctrina, irá a parar al infierno.  Así pues, habrá que evitar a esa persona, para no contaminar el espíritu con su inmundicia.   Lennon hace una clara propuesta de paz, algo así como: ¿Qué les parece si llevamos la fiesta tranquilos y nos respetamos? De modo que cada cual, con sus propias convicciones, logre avanzar por el camino que elija, sin juzgar o atacar a otros por razón de sus creencias.  Más que pretender convertir ateos, o a quienes profesan otra religión, la canción propone hermanarnos en el amor, en la buena voluntad.
           “Imagine all the people living for today”: Una invitación al desapego.  A no estar pensando en acumular bienes materiales para un tiempo que no es el presente.   Una propuesta de austeridad y contentamiento. Buscar aquello que se consigue gratis en la vida.  Los afanes consumistas reflejan una gran sensación de vacío dentro de la persona. Como si, frente a la premisa de que valemos por lo que tenemos, sea obligado acumular más y más. No ha descubierto su riqueza interior.  Sonriendo y con pasos ligeros por el camino, se avanza más rápido.  Las posesiones nos atan, vuelven lenta la marcha.
          “Imagine there’s no countries”: Detrás de la lucha por conquistar otras tierras, acechan intereses materiales, cual carnívoros disfrazados con pieles de oveja.  La ambición lleva a buscar valerse de otros seres humanos, convirtiéndose unos en feroces enemigos de los otros; capaces de atacar de manera terrible, pero además cobarde, escudándose en motivos supuestamente nobles. Así se hace entre países y entre ciudadanos; entre familias y entre esposos, echando mano de recursos poco dignos para obtener una ganancia que en realidad no correspondería tomar.
         “Imagine all the people/sharing all the world”: Cualquiera de nosotros, calificará este enunciado como descabellado, imposible de lograr.  A lo largo de los años hemos visto comunidades que buscan aislarse del resto, como grupos independientes en los que prive la hermandad.  Luego de un tiempo, las cosas, por su avance natural, terminan dando marcha atrás, para llegar al punto de la no convivencia.  Los mexicanos somos muy dados a manejarnos a partir de una consigna tan dolorosa como cierta: “De que me amuele yo, a que se amuele mi compadre, pues que se amuele mi compadre”. Traemos la impronta del mestizaje –quiero suponer—, de modo que actuamos para ir siempre un paso delante del vecino, procurando impedir que nos saque ventaja.
          Vivimos tiempos confusos y sórdidos.  Los límites se desdibujan. Resulta difícil aplicar la ley, ya que no logran diferenciarse los derechos de unos y de otros.  Pareciera que tiene más derechos quien más poder detenta.  Por ese camino quedan desprotegidos los que más necesitan de una justa aplicación de los derechos humanos, convirtiéndose la convivencia en una cena de negros. 
          La época post moderna privilegia la imagen, hasta volvernos sus esclavos.  Le rendimos tributo como a un dios.  Invertimos todo en ella, como si se tratara de una apuesta vital.  Perdemos demasiado tiempo en desarrollarla, en disimular el paso de la edad, en alcanzar un ideal de ficción, desde nuestra frágil condición de humanos.  Como diría el poeta, importa más el continente que el contenido.
          La diferencia entre lo que pronto se olvida y lo que queda para siempre, radica en que pueda aplicarse en distintas circunstancias.  Lo que Lennon escribió hace 30 años está vigente, y seguirá siéndolo dentro de muchos años más.  Tal vez nos ha faltado escucharlo con atención. No es mal momento para hacerlo.

EPIFANÍA DE LA MAÑANA por María del Carmen Maqueo



La Gran Plaza duerme. Al despliegue del alba comienzan a escucharse los primeros rumores citadinos.

Desperezan las campanas  sus pesados metales. El Bravo rompe la húmeda modorra del sereno.

Algún ave frágil, tempranera, apenas si agita los carrizos al posarse en ellos.

Desde la ribera verde que hermana dos naciones canta el viento, para anunciar la vida más allá de los afanes por separarlas.

Los grillos exhaustos de llamar al amor toda la noche, mudan sus vigorosos saltos por un andar cansino.  Al caer el día habrán de retomar su serenata.

Cual parvada de oscuras golondrinas se va desgranando --poco a poco--, la mancha urbana.  

Ocurre el milagro de un nuevo comienzo. Al menos por este día.

Frente al reloj de arena con su implacable paso, apuro un trago de ferviente esperanza:   

¡A vivir por hoy!

LES LUTHIERS: El beso de Ariadna

REFLEXIÓN por Edna Frigato

Benditos sean...
Benditos sean los que llegan a nuestra vida en silencio, con pasos suaves para no despertar nuestros dolores,
no despertar nuestros fantasmas,
no resucitar nuestros miedos.
Benditos sean los que se dirigen con suavidad y gentileza, hablando el idioma de la paz para no asustar a nuestra alma.
Benditos sean los que tocan  nuestro corazón con cariño,  nos miran con respeto  y nos aceptan enteros con todos nuestros errores e imperfecciones.
Benditos sean los que pudiendo ser cualquier cosa en nuestra vida, escogen ser generosidad.
Benditos sean esos iluminados que nos llegan como un ángel, como flor o pajarito, que dan alas a nuestros sueños y que, teniendo la libertad para irse, escogen quedarse a hacer nido.
La mayoría de las veces llamamos a estas personas "amigos".

Gracias, querido amigo Juan Pedro, por este hermoso regalo.

"Receta de felicidad: CHARLA con Freddy Ginebra Giudicelli

Esta plática ya la había publicado alguna vez. Sentí necesario volver a hacerlo ahora. Gracias por su comprensión.

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


Cada uno es responsable del curso de su propia vida. Que nos vaya bien o  mal, no depende más que de nosotros mismos y nuestras circunstancias, circunstancias que pueden ser hasta cierto punto modificadas por nuestra actitud, por nuestra capacidad de enfrentar las malas, y de mejorar y valorar las buenas,

No desviar culpas hacia otros, no adjudicar responsabilidades a los demás de lo que no hemos sido capaces de resolver, de aquello que no nos atrevemos a aceptar como errores propios. Algo que en una actitud por demás infantil, adjudicamos a un tercero para liberarnos de remordimientos, y exonerarnos de cualquier cargo moral.

Esta actitud, que en ocasiones se convierte en estilo de vida, si bien nos libera temporalmente de la responsabilidad, no es remedio adecuado, ni definitivo alivio. Una y otra vez estaremos siendo víctimas de nuestra cobardía para aceptar que somos los artífices de nuestra realidad, y que si alguien interfirió en esa obra, fue porque se lo permitimos, o porque no fuimos capaces de impedir que lo hiciera. Porque nos dejamos suplantar por incapaces, y terminamos sintiendo que de cualquier manera lo hubiéramos hecho mejor,

La vida es tan valiosa, que requiere de mucho valor para enfrentarla, no acepta cobardías, no puede vivirse a expensas de lo que los demás hagan. Es demandante, exige que cada quien tenga el arrojo de lidiar con sus fantasmas, de retarse a si mismo día a día y de reconocerse vulnerable. Al mismo tiempo, con la posibilidad de no flaquear y resurgir con entereza del embate. De aceptar errores y sus consecuencias con tal sensatez, que nos dé la claridad suficiente para buscar las soluciones reales. No tan solo hacerlos ver como  ajenos para un reencuentro posterior aún más difícil de afrontar.

Nadie es culpable de nuestra infelicidad. Hasta donde lo permitamos otros nos dañarán. Todo depende de nuestras decisiones, de la actitud que asumamos ante lo que la vida nos depare. Está en relación con la aceptación de nuestros errores tanto como de nuestros aciertos. Hacer de nuestra conciencia el mejor espejo, y de nuestro corazón la mayor fortaleza, nos hará conseguir esa paz espiritual...la mejor aliada en este paso por la vida terrenal.

El juego que el aborto interrumpe... para siempre

Desde antes de que se volviera viral en redes sociales, este video tomado durante un ultrasonido, circuló entre colegas médicos, compartido por su autor.  A pregunta expresa, mi radiólogo de cabecera, Gerardo Álvarez, me confirma que el feto sonríe cada vez que se resbala.
Pregunta seria para las abortistas: Ante esta evidencia:  ¿Insisten en decir que se trata de un tejido sin vida propia, que puede arrancarse cuando estorba?