domingo, 13 de octubre de 2019

EPIFANÍA DE LA MAÑANA por María del Carmen Maqueo



La Gran Plaza duerme. Al despliegue del alba comienzan a escucharse los primeros rumores citadinos.

Desperezan las campanas  sus pesados metales. El Bravo rompe la húmeda modorra del sereno.

Algún ave frágil, tempranera, apenas si agita los carrizos al posarse en ellos.

Desde la ribera verde que hermana dos naciones canta el viento, para anunciar la vida más allá de los afanes por separarlas.

Los grillos exhaustos de llamar al amor toda la noche, mudan sus vigorosos saltos por un andar cansino.  Al caer el día habrán de retomar su serenata.

Cual parvada de oscuras golondrinas se va desgranando --poco a poco--, la mancha urbana.  

Ocurre el milagro de un nuevo comienzo. Al menos por este día.

Frente al reloj de arena con su implacable paso, apuro un trago de ferviente esperanza:   

¡A vivir por hoy!

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