domingo, 8 de marzo de 2020

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza


DESPUÉS DEL #9M
No puedes esperar construir un mundo mejor sin mejorar a las personas
Marie Curie

Desde que tengo memoria, han sido pocas las ocasiones cuando una movilización ha reunido tantas expectativas, como la de mañana, 9 de marzo, fecha en que  las mujeres buscamos resignificarnos.  El movimiento denominado #9M está pensado para expresarnos, a través de una especie de huelga de brazos caídos, para demostrar cómo funcionaría el país si la mitad de su población se ausentara.  De este modo, patentizando qué sucedería si continúa violentándose al sexo femenino como hasta ahora.
Para explicar la violencia contra las mujeres, hay elementos antropológicos, así como factores económicos y políticos, que actúan a manera de telón de fondo.  Evidencian  la  desventaja que muchas de mis congéneres viven cada vez que salen a la calle.  En el peor de los casos, ellas son violentadas dentro del hogar, habitualmente por su pareja, en ocasiones hasta la muerte.  Otros escenarios hablan de hostigamiento sexual en la vía pública, acoso laboral o escolar, discriminación… agresiones dirigidas contra alguien por el simple hecho de ser mujer.
          Ciertos grupos buscan desacreditar el #9M argumentando que en México mueren muchos más hombres que mujeres. Este es un dato duro que no podríamos negar, en lo relativo a muerte violenta, por cada 4 hombres  muere 1 mujer.  La diferencia es que a esos hombres los matan otros hombres, y lo hacen en contextos de asaltos, delincuencia organizada, enfrentamientos callejeros, quizás asociados al consumo de alcohol o drogas.  En el grupo de féminas la muerte violenta la provocan los hombres, y la razón fundamental se relaciona con su condición como mujeres. 
          La normalización de la violencia en nuestro país ha llevado a un cambio terrible en los patrones de  ataque contra niñas y adolescentes.  Los casos –dolorosos cada uno de ellos—por desgracia se vuelven cada vez más frecuentes.  Pequeñas  violentadas y tal vez asesinadas de manera atroz, como si sobre su pequeña figura se descargara todo un mundo de crueldad.
          La idea de un día sin mujeres en los centros de trabajo, escuelas, comercios, vía pública y redes sociales no es un día de campo, de ninguna manera.  Es una forma de “ser no siendo”, como diría Lin Yutang.  Crear conciencia del valor de una mujer a partir de su ausencia.
          En torno al concepto original iniciado por el grupo veracruzano “Las brujas del mar”, como una gran atarraya  ha ido sumando voluntades, se han tejido nuevas historias y se han insertado elementos distintos al sentido original del movimiento. Hay abortistas como antiabortistas; hay chicas que se descubren el torso para mostrar su inconformidad, como hay otras mesuradas.  Hay mujeres violentadas en su persona o en su familia, como hay activistas que dan voz a las que no están en condiciones de hablar.  La cuestión es hallar el punto común que nos une a todas, y que –alejadas de cualquier  afán separatista, de los que hoy tanto abundan—elevemos una voz común.  El domingo 8 en las marchas, a todo pulmón; el lunes 9 desde la contundencia de nuestro silencio.
           Es difícil adivinar el futuro y saber  qué pasará hoy o mañana.  En lo personal, debido a lo que se ha visto en experiencias previas, me preocupa que en las marchas convocadas para este día ocurra la infiltración de grupos de choque dedicados a generar vandalismo y violencia, con el fin de desvirtuar el sentido original de la manifestación. Por desgracia las redes sociales nos llevan fácilmente a dejarnos encender por las voces más convincentes, para volcarnos a favor de una causa u otra.  No dudo que haya intereses encaminados a distorsionar el sentido original del #9M, para restarle fuerza.  De hecho, empresarios que originalmente expresaron su apoyo para las trabajadoras de su planta laboral, han cambiado de opinión, como se señala en   boletines internos de sus empresas, en los que advierten que día no trabajado, será descontado.
          Uno de los escenarios más dolorosos en nuestro país, que cualquiera de nosotras como mujeres podría  vivir, corresponde al sistema de justicia penal acusatorio.  En caso de violación hay careos; se desestiman  pruebas; surgen argumentos para culpar a la mujer; carpetazos; indolencia o  corrupción; amparos; liberación temprana después de una sentencia, con riesgo de muerte para la parte acusadora.  Uno por uno, todos ellos son golpes que atentan contra la libertad y la vida de una mujer, que confió en el sistema para su salvaguarda.  ¿Vamos a  continuar tolerando situaciones como ésta? ¿O de una vez por todas nos unimos en una misma voluntad?...
          Después del #9M queremos un México mejor, más justo, libre, sin discriminación.  Un México en el cual veamos surgir la paz como la  consecuencia lógica del respeto y la solidaridad.



POESÍA por María del Carmen Maqueo Garza


MUDANZA
Para Amaury, explorador incansable

Mudarse, reinventar destinos
Desprenderse del viejo follaje
Sentir cómo nacen –uno a uno--
Nuevos caminos desde las entrañas

Conquistar utopías, las propias como aquellas
Que los padres y abuelos albergaron
Abrir las alas. Montarse en el corcel del viento
Hacerse acompañar por la música que canta la montaña.

Volar tan alto como te propongas
De cara al cielo, con la vista al frente
Cómplice del tiempo
Uno con la vida.

Les Luthiers y la sonata Op 50 de autor impronunciable

Sólo el amor de Silvio Rodríguez


Debes amar la arcilla que va en tus manos.
Debes amar su arena hasta la locura.
Y si no, no la emprendas que será en vano.
Sólo el amor alumbra lo que perdura.
Sólo el amor convierte en milagro el barro.
Debes amar el tiempo de los intentos.
Debes amar la hora que nunca brilla.
Y si no, no pretendas tocar lo yerto.
Sólo el amor engendra la maravilla.
Sólo el amor consigue encender lo muerto.

Agradezco a Juan Pedro tan  sensible sugerencia.

La leyenda del colibrí

Pueden activarse subtítulos y traducción al español. Agradezco a Annie su aporte.

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


Uno tiene trazado un camino, una meta, decidido que hacer hasta el final de su vida. Se puede ver a futuro,  imaginar lo que será, sin detenerse mucho a pensar en que en el camino las cosas pueden cambiar de manera drástica de un momento a otro.

De repente nos vemos forzados a tomar decisiones que nunca contemplamos, a cerrar círculos que nunca pensamos que se cerrarían antes del fin de nuestra vida.

Y cuando parecía que estábamos en la recta final, ya en el carril que seguiríamos hasta llegar a la meta, hay que cambiar hasta de pista y reconocer otro terreno. Hay que adaptarse a otra rutina, sortear obstáculos cuando ya se había allanado el camino.

Habrá que enfrentar el reto, vencer los miedos, y aceptar,  que si bien podemos tener una agenda muy programada, la única cita que tenemos segura es la muerte y ni siquiera se nos concede saber la fecha ni la hora. Reconocer que somos tan solo coautores del libreto de nuestra historia, y que nuestra vida es entretejer nuestra voluntad con adaptabilidad a aquellos sucesos que son ajenos a ella, destino, designios de Dios. Acontecimientos, situaciones que suceden sin que podamos pronosticarlos ni evitarlos.

Cambiar la dirección de la marcha, dejar el camino andado, quemar las naves, y emprender el viaje 
con fe, con esperanza, con la experiencia de lo vivido. Llenando en las arcas los mejores recuerdos, los afectos cosechados, los logros alcanzados. Con agradecimiento por todo ello, con nostalgia quizá, mas no con tristeza, llevando en el alma la paz del deber cumplido, y en la mente la actitud de reconquistar y volver a hacer propio un territorio ajeno,

VIDEO: El hombre que temía caer