domingo, 10 de enero de 2021

POESÍA de María del Carmen Maqueo Garza

 

LATIDO VITAL

Distinto valor toman las cosas

en el fragor de la tormenta.

Momento que nos llama a hacer un cambio:

Desviar la mirada, vernos al espejo,

escudriñar el propio ser

en la desnuda soledad de mí conmigo.

El hoy nos atrapa entre pasmo y congoja

Frente a  un mundo invivible.

Vuela mi mente en hilvanar historias, armar interrogantes,

          espantar demonios.

Tengo el alma prendida a los sentidos:

Escucho decir al padre --su voz quebrada, la mirada  brillosa--

que  hoy por fin le van a permitir, después de tantos días,

ver al hijo enfermo a través de un cristal.

Sueño tantas noches insomnes albergado, el mejor presente,

la ilusión más grande.

Más allá nuevos huérfanos  en duelo

          por la madre muerta:

No pudieron abrazarla en vida. Hoy tampoco podrán acompañarla,

cerrar círculos. Posar en su mejilla de vuelta el  beso primigenio

que de ella  recibieron al nacer.

El espacio se colma de besos prófugos, naves sin puerto…

Me quema  el dolor flagelante del escéptico

quien, desde una Terapia Intensiva, entre sofocos,

lamenta su insensatez. Advierte a otros imprudentes.

Duele la leyenda rasgueada en un trozo de papel:

“Te amo a ti y a mis hijas.  Me van a entubar, amor”.

Gritos sordos de un silencio obligado para no morir.

Hoy es  tiempo de los grandes pequeños signos.

Un reencuentro que nos vuelve humanos

en un balanceo constante entre amor y dolor,

donde las banalidades de otros tiempos

son latido vital.


CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza


LAS DOS SOPAS

Iniciamos un nuevo año con un escenario que  se antoja catastrófico: Pese a los elevados índices de contagiosidad y letalidad de la COVID-19, gran parte de la población actúa como si nada pasara.  Como resultado lógico, entre los 5 y 15 días de haber estado en una concentración humana, aparece la enfermedad con  lo que conlleva: Urgencia de atención médica; rebosamiento de unidades hospitalarias; desesperación de los familiares del enfermo, y agotamiento del personal que –lógico—está a punto de aventar el arpa.  Como si no fuera suficiente, ahora se agrega una situación inédita en el vecino país del norte: La vulneración del área física del Capitolio, el sitio más emblemático en los Estados Unidos de América.

Como mexicanos esto último nos inquieta; no alcanzamos a medir en qué sentido se muevan los índices bursátiles, o cuál vaya a ser el efecto que tenga sobre la moneda mexicana.   En una siguiente capa, debajo de esto primero, está una sensación de vulnerabilidad.  Si la Unión Americana con sus estándares de seguridad, enfrenta algo como esto, ¿se irá a tambalear el mundo?  Debo reconocer, y hasta con pena, que los mexicanos no tenemos autoridad moral para juzgar lo ocurrido en Washington.  En nuestros recintos legislativos las diferencias de opinión han llevado a enfrentamientos violentos, empujones, sillazos y demás.  Aun así, ver roto en su centro a un país que se ha caracterizado por su estabilidad interna habitual, genera pasmo.  Sabemos que al exterior Norteamérica ha tenido una serie de conflictos con otras naciones, frente a los que nosotros hemos permanecido literalmente  al margen.  Recuerdo con claridad aquella vez, después de los lamentables sucesos del 9/11, cuando  George Bush hijo parafraseó las palabras de Mateo, evangelista, “quien no está conmigo está contra mí”.  Y la forma como Vicente Fox destacó nuestra condición de nación pacífica que no estaba dispuesta a participar en una guerra contra Oriente, y que, pese a la amenaza implícita en las palabras de Bush, no iba a cambiar su posición.

Las imágenes que transmitieron  los medios en esta ocasión, se antojan como salidas de una cinta postapocalíptica: Los supremacistas revestidos en actitud y palabra con los símbolos que a través de la historia han marcado una ideología que divide a la población, y que ha subyacido en las revueltas intestinas de todo orden, desde la Guerra Civil hasta los movimientos de “Black lives matter”, y que ahora, con el aval de la máxima autoridad, podían desplegarse de todas las formas posibles, para manifestar su encono contra la fuerza opositora que, según el propio Trump señaló, le robó las elecciones.

El libro Heridas que no cierran, de Julio Chavezmontes (Ed. Grijalbo, 1988) aborda los acontecimientos ocurridos a mitad del siglo diecinueve, en las regiones limítrofes de lo que hoy en día son México y EE. UU. antes y después de la anexión de Texas a la Unión Americana.  En su relato se refiere a James Polk  como el presidente norteamericano más cínico y canalla que haya tenido el país vecino.  Tal vez, a la luz de los recientes acontecimientos, el historiador tendrá que reescribir estas líneas. ¡Vaya! Luego de un ataque de tal magnitud a la sede de la democracia norteamericana, que costó 5 vidas humanas e innumerables destrozos.  Embestida en la que campearon ira y encono, el personaje que primero los incita a asaltar con violencia, para más adelante  llamarlos  a irse a casa en paz.  Y al tercer día da a conocer que se castigará a quienes participaron en esa revuelta. Yo sé que en todos lados se cuecen habas, como dice el refrán, pero no deja de alarmar esa actitud totalmente contradictoria en la persona  de quien comanda la nación más poderosa del planeta.  Sobre todo, conociendo que, por razón de los apoyos electorales, la NRA (Asociación Nacional del Rifle) tiene tantas prerrogativas para la venta de armas y municiones, así se trate de artefactos de alto poder.  ¿Podrá contenerse a un grupo de fundamentalistas raciales enojados y provistos de armas semiautomáticas?... Un escenario así es atemorizante.

Tal vez haya sido, en el fondo, muy al estilo del presidente Trump, una demostración del poder que sabe que tiene sobre grupos de seguidores, dispuestos a cualquier cosa por apoyar a su líder.  Una burda manera de utilizar a sus propios simpatizantes.

Volviendo al planteamiento inicial, este 2021 inicia con un adelanto de lo que será la vida humana sobre el planeta, si cada uno de nosotros no pone un orden a su propia existencia: En sus prioridades y expectativas, a partir de sí mismo, mediante un ejercicio de reflexión personal. Desechando la costumbre de atribuir a otros lo que es nuestra sola responsabilidad.  No hay de otra sopa: Tenemos ésta y la que ya se terminó.

Conga del Fuego Nuevo - Arturo Márquez (Camerata Metropolitana)

Texto inspirador acerca de la bondad.



¿Quién eres ?

Tú no eres tu apellido, tu color de ojos o piel.

No eres el colegio al que tuviste el privilegio de ir, un título universitario, tu “éxito laboral”, ni el cargo que tengas donde trabajas.

No eres el coche que manejas ni la casa donde vives; no eres tus viajes, todo lo que te compras, tus conexiones, tu monto salarial ni tu dinero.

No eres la “imagen o status” que quieres demostrar en las redes sociales.

No eres con quien te casaste, todo lo que ostentas ni los “estándares sociales” que sigues.

Nada de eso te hace mejor que nadie, porque nada de eso habla de quién eres tú en verdad.

Tú eres la amabilidad que expreses al hablar, el perdón que otorgas cuando te ofenden y la empatía sincera que tengas ante cualquiera que pasa un difícil momento.

Eres la generosidad que tengas al compartir lo que no te sobra con otro, eres la tolerancia ante alguien que te impacienta y la humildad de no hacer sentir a otros menos que tú.

Eres la inclusión al no discriminar a otros por sus gustos, costumbres o posición, eres la gentileza que tengas hacia otro que no pueda hacer nada por ti; eres la bondad que muestres ante un niño, un adulto mayor o una mascota.

Eres la inteligencia emocional que proyectas al pensar antes de hablar para no herir a otros.

Eres el aliento que transmites al que está en el suelo sintiéndose deprimido y/o derrotado, eres el coraje que le contagias para que se sienta valorado, eres el amor desprendido que le brindas a otro sin esperar algo a cambio.

Eres la sonrisa que le brindas al desconocido que pasa a tu lado caminando o el abrazo honesto que compartes con otro ser humano.

Eres la madurez y consecuencia con la que llevas la vida, en lo que dices y en lo que haces.

Eres la sinceridad cuando miras al otro a los ojos y le dices te amo, no por inercia sino sabiendo todo lo que amar de verdad significa.

Eres la fortaleza interior que has construido, la bondad que obsequias, la forma en que en plena conciencia percibes la vida, tu vida.

Agradezco a Melva compartir este texto que tiene tiempo circulando en redes. Rastreé buscando su autor(a) original, sin éxito.

Poema Que cuántos años tengo de José Saramago

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez

Bien dicen que recordar es vivir, pero también que no se puede vivir de recuerdos. Sabido es que la gente puede vivir sin recordar, aunque esta forma de vida quizá nadie la deseamos. 

Los recuerdos duelen, los recuerdos cobijan, los recuerdos son remanso de paz o volcán de emociones que reviven sentimientos. Vivimos y tenemos en el día a día la oportunidad de acumular un recuerdo imperecedero. Como álbum de recuerdos que se van quedando en la memoria y que se conectan directamente con el corazón. El solo recuerdo nos puede hacer llorar, sentir dolor; nos provoca una sonrisa o hasta estridente carcajada. Nos transporta a sitios y tiempos que pertenecen al pasado; nos activa los sentidos y somos capaces hasta de aspirar aromas y sentir vivamente aquello que solo vive en nuestra mente. 

Benditas memorias que me hacen estremecer, que me hacen saber lo mucho que tengo que agradecer;  que me inspiran a seguir en esta vida, a no repetir errores de lo que arrepentirse ya no tiene sentido. Hay muchas cosas y personas que ya solo pueden ser un recuerdo. Mientras viva no desperdiciaré la oportunidad de valorar lo que me rodea, a quién me rodea. No permitiré que los recuerdos se apoderen de mi tiempo y me impidan apreciar en tiempo real y con todos mis sentidos, cada día que tengo la oportunidad de vivir.

Acompasan mi vida, son parte esencial de mi existencia, ojalá que nunca me abandonen o que lo hagan muy poco a poco. Vivo con mis recuerdos, pero no tan solo para ellos. Construyo presente, lo aprecio en todo lo que es, lo vivo intensamente y de la mejor manera posible, Muchos amaneceres se perderán en el limbo del olvido, por eso intento disfrutarlos al máximo en su momento,


Cortometraje ganador - Video motivacional