domingo, 23 de diciembre de 2018

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

EL ORIGEN DE LA VIOLENCIA
Todo cambio genera un cimbramiento del sistema.  Un cambio de gobierno no  escapa a este principio.   Las primeras tres semanas del mandato de López Obrador así  lo han demostrado.  En mi particular opinión encuentro  tan ambicioso su proyecto  de nación, que no va a alcanzar ni el tiempo ni el dinero para consolidarlo.  Además de que la corrupción, integrada como parte de la estructura que sostiene todo lo demás, no puede cortarse de tajo sin que el sistema completo corra riesgo de caer.   Aclaro, soy la primera en catalogar a  la corrupción como un mal terrible para México, que  --por desgracia-- se halla tan arraigado, que no alcanza el qué y el cuándo para lograr que se extinga.
     A lo que voy --sin embargo-- es a hablar del asunto de la inseguridad.   El hoy presidente, estando en campaña aseveró que quitaría al ejército de las calles; ahora parece que siempre no, a causa de la  inseguridad.   Por otra parte le da un significativo recorte a la cultura, inicialmente fue a la educación superior y a la cultura.  Por fortuna  dio marcha para atrás con la reducción presupuestal para la educación superior, pero mantiene  el recorte al rubro de cultura, y a ello me quiero enfocar hoy.
     Diversos países con mayor desarrollo que el nuestro se han ocupado en implementar programas de sensibilización artística, a partir del momento en que un niño ingresa a maternal.  El pequeño tiene algunas opciones de disciplinas, como pueden ser música, danza o artes plásticas, por citar algunas.  A lo largo del tiempo se han implementado diversos estudios que demuestran que el aprovechamiento general del niño  mejora debido a esta intervención. Por tal razón no escatiman en  destinar presupuestos significativos para esta preparación extracurricular.  En contraste, pareciera que en México esos gastos, lejos de ser vistos como una inversión, se asumen como  rubros onerosos que  pueden eliminarse,  para reorientar  tales dineros a otros propósitos considerados como más urgentes.
     La inseguridad es un problema mayúsculo en México.   Recientemente tuve oportunidad de asistir a un foro en el que participaron Sergio Ramírez y Gioconda Belli, quienes dieron cuenta de primera mano de la situación vigente  en Nicaragua, a partir de  abril de este año cuando las manifestaciones pacíficas organizadas por civiles se tiñeron  de sangre.  Ellos hablaban de algo así como 146 muertos, una enorme tragedia para un país tan pequeño que  no está acostumbrado a conflictos con sangre, al menos no en los últimos 20 años.  Alguien del público quiso desdeñar las palabras de los escritores argumentando que eso no era nada en comparación con los 300,000 muertos que ha cobrado en México la mal llamada  guerra contra el narcotráfico.  Fue una descortesía de quien así lo expresó ante dos figuras extranjeras de ese nivel, pero finalmente hay que reconocerlo, en México la muerte tiene permiso de hacer lo que se le venga en gana.
     Es en este escenario  dantesco del que sólo la suerte nos salva hasta ahora,   todos, como mexicanos, tenemos que preguntarnos si incrementar la presencia de fuerzas militares en las calles realmente va a resolver el problema, cuando a la par, se deja  desatendido el origen del mismo.
     México vive una crisis de valía.  Se carece de elementos que fomenten el desarrollo de la autoestima desde la infancia.  Las figuras parentales no son lo fuertes que deberían para que el muchachito crezca sintiéndose reconocido, importante y útil a la sociedad.  Por desgracia es muy común que  el niño lo haga como plantita silvestre, a la buena de Dios, echando mano  de los modelos que tiene próximos a él, generalmente niños de su edad o  mayores.  La pandilla hace lo propio para cubrir en ese chico el sentido  de pertenencia.  La necesidad de formar parte de algo superior a su sola persona es tal, que se adhiere al grupo  a cualquier precio, sirviendo --por desgracia-- como carne de cañón para la delincuencia organizada. 
     Mientras que no rompamos ese círculo vicioso, no va a ocurrir un cambio de raíz en  la inseguridad.  Quitar recursos a la cultura y sus bondades, es mantener la espiral de violencia en nuestro país.  De ese modo no hay elementos que apuesten por la formación de individuos seguros de ellos mismos, que busquen enfocarse en alcanzar la maestría en algún quehacer, y que ese quehacer les haga sentirse valiosos frente a la sociedad.  Mientras no entendamos que la paz y la guerra nacen en el corazón del hombre, seguiremos como hasta ahora, “apagando fueguitos” a un costo social y económico insostenible.
     La violencia es  generada  por la contraviolencia, como  respuesta a la violencia proveniente de los demás, dice Jean Paul Sartre. Más vale no desestimar sus palabras.

VIÑETAS por María del Carmen Maqueo Garza


Luces de Navidad, alumbren mi camino.
Conduzcan mis afanes extraviados
          al origen,
fundan mis destellos con la fuente.
Que este amor, incompleto
           y humano
se vuelva uno en la constelación
del amor más grande.
Que mis destellos torpes
          trasciendan esta noche
asidos al amor del que viene
a entregarlo todo.
No pierdan mis pupilas
          su mirar.
No salgan mis pasos
          del sendero.
Sea esta  celebración de lo divino
en su condición humana e imperfecta,
          barro y paja
--uno más de nosotros, convertido--
bitácora y compás,
la urgente ruta de regreso al corazón
que el mundo necesita
hoy más que nunca.

.

Blanca Navidad con Andrea Bocelli

Sabiduría de Jorge Oyhanarte

Cuando ya no te inquiete lo que pase contigo…
Cuando te quede claro que esta vida es un juego…
Cuando a aquel que te agravia no lo veas enemigo…
Cuando ya no le busques distracciones al ego…
Cuando por igual trates al triunfo y la derrota…
y entiendas que las cosas no son lo que aparentan…
Cuando igualmente aprecies la flor que no se nota…
y los bellos jardines que a veces se presentan…
Cuando mires al mundo lleno de compasión
por aquellos hermanos que han elegido el drama…
pero a la vez comprendas, que al abrirse el telón,
son solamente actores de una infinita trama…
Cuando ya no te tomes ninguna cosa en serio…
Cuando no te interese ni ser juez…ni ser parte…
Cuando poses tus ojos de lleno en el misterio,
y sientas que no hay nada que pueda lastimarte…
Y ya no te preocupe abandonar tu traje
con ese desapego del que a nada se aferra…,
celebraré tu vida, compañero de viaje…,
bendito ángel humano caminando la Tierra…

Excelente sugerencia de mi amiga Caro. Tomado del Fb Eckhart Tolle En Español

El extraño caso del árbol epiléptico

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


Navidad, navidad, lalalalala! 
     Se nos olvida como era la lechuga, la cuenta de calorías llega a ser tan larga que preferimos dejar de sumar y mentalizarnos en enero en el gimnasio.
     Las tarjetas de crédito son las únicas que adelgazan, nuestras deudas igual que nuestro cuerpo tienden al  alza, la alegría nos embarga, ya vamos de gane si es lo único que termina embargado.
     Entre tamales, champurrado,churros, pozole, pavo, ponches, y demás, nos enfiestamos un día sí y otro también. No hay reposo, es tiempo de posadas, 
     ¿Y quién es el del cumpleaños? Quién sabe, pero allá vamos. Así es esto, entre el pino, los adornos, Santa Claus, los regalos, la discusión de dónde la pasamos, y qué vamos a cenar, perdemos noción de que estamos celebrando. Y gente va, gente viene, unos sufriendo porque no verán a seres queridos, otros porque les dijeron que si venían, ¡pero hay reunión familiar!
     Y la palabra SALUD!! se escucha con más frecuencia que en el resto del año, y lo menos saludable es lo que termina siendo tanto decirla, pero brindemos por ello.
     Y ya en la recta final, vamos agarrando pista que ya viene navidad, nos invade ese espíritu navideño que parece contrariado porque se le confundió con otro y ha sido reemplazado.
     Vamos pastores vamos, noche de paz, oh noche santa, son solo villancicos que se oyen en estos tiempos de vez en cuando, entre raeggeton y canciones norteñas, para recordarnos, aunque sea un poquito, que Navidad es tiempo de paz, pero a decir verdad en estos tiempos muy poca gente busca estar en paz, y si lo consigue, siente que no es navidad. Así es esto, ni hablar.



Tierna historia de Navidad