domingo, 2 de septiembre de 2018

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

LA DECISIÓN DE JAMEL
Algo no está funcionando bien.  La vida avanza a un paso más acelerado que nosotros los humanos, y de repente nos hallamos desfasados, pudiera decirse que hasta perdidos en el vórtice del tiempo.
     Jamel Myles, de 9 años oriundo de Denver, Colorado concluye que es “gay”, su familia lo apoya, él se siente orgulloso de su condición, y lo  comunica a sus compañeros de clase quienes lo acosan, hasta que finalmente se suicida.  Veo un pequeño que todavía no termina de mudar sus dientes de leche, tomando decisiones por sí mismo, frente a un mundo poco empático.  Un niño que aprendió a leer hace 3 o 4 años decidiendo que se quita la vida, y todo un sistema que falló en estar ahí para evitarlo.
     En estos días recibo  información sobre un libro que –debo decirlo—me apena descubrir que no conocía, pues tiene al menos un par de años circulando.  Es de la colección de Disney, se intitula “Gravity Falls, Diario 3”, está escrito para niños mayores de 9 años –justo la edad de Jamel-- y en uno de sus párrafos, dice a la letra: “Nota a mí mismo: Poseer a las personas es lo más divertido. Existen miles de sensaciones que me he perdido durante todo este tiempo: quemarme, apuñalarme, ahogarme. ¡Es como una barra libre de diversión!”
     Algo está fallando en nuestra sociedad. Cuando cargamos a un niño con responsabilidades de adulto.  Cuando no detectamos cómo está interactuando con su medio, con la oportunidad necesaria para evitar una tragedia. Cuando le regalamos un libro de ficción entre cuyas líneas se detectan mensajes poco sanos para un pequeño lector.  Así resulte que los chicos saben más de computación que nosotros, no podemos descargar nuestra responsabilidad de vigilancia en ellos mismos.  Todos los contenidos están  en línea, a un clic de distancia, y si no cuidamos aquello a lo que  los niños acceden, estamos pecando de irresponsables.
     Ahora bien, con relación a la homosexualidad, viene a mi mente el reciente caso del conductor Mauricio Clark, que ha proclamado a los cuatro vientos que siempre no es gay, y que la homosexualidad es una moda, como podría ser traer  el pelo pintado o las cejas gruesas.  Su testimonio da cuenta de algo elemental, la sexualidad es algo serio, y los devaneos que pueden ocurrir en la adolescencia con uno u otro sexo, no son definitorios de una identidad sexual.  Una sociedad que apoya la diversidad de género desde que el niño está en la cuna, por supuesto que se inclinará a aceptar sin problema que si el muchachito de 11 años  decide someterse a tratamiento hormonal o quirúrgico para modificar sus genitales, pueda hacerlo.
     Hay que decirlo, estamos construyendo una sociedad demasiado enfocada en lo sexual, un universo dentro del cual se concede una  carga desmedida a los contenidos eróticos, de manera que el niño está más preocupado por definir si se siente “hétero” o gay, que por explorar qué disciplinas le gustan, o qué quiere ser cuando crezca.  En este contexto se vuelve primordial para él (o ella) explorar cómo se siente entre los niños o entre las niñas, si le gusta usar  tutú y moños en la cabeza, o vestir como carbonero.  En un mundo en el que priva la imagen, saber cómo se luce frente al mundo, o cuidar lo que otros ven en su persona, termina siendo la prioridad para el niño o la niña, y es finalmente lo que termina por definirlo como ser humano.
     Algo está fallando cuando presentamos a los chicos un panorama  tan desolador, que les lleva a concluir que la salida ante cualquier problema que se vislumbra difícil, es la muerte,  ya sea la propia o la de aquel que nos está  generando  dificultades.  La vida ha perdido su trascendencia, es moneda de cambio en cualquier esquina. El comportamiento de muchos grupos de población indica que el recurso más a la mano, para terminar con un problema es matar o morir, así de simple.
     Acaba de suceder, primero  en el estado de  Puebla y ahora en el de Hidalgo. Una turba toma la ley por propia mano, para atacar y matar con salvajismo a aquellos que “alguien” –no sabemos quién—vociferó señalando como culpables. Peor que circo romano, porque en este  caso no era admisible votar a favor de  la vida, la consigna era matar con  violencia desmedida.  Todos los presentes en aquella turba son culpables, la realidad que no quiere asumirse.  Nadie es culpable, la cómoda salida que invita a seguir haciéndolo, y que además permite  a  quienes participaron en el linchamiento, dormir con la conciencia tranquila y  comulgar el domingo.
     Algo no está bien.  El vacío de poder genera un caos incontenible.  La poca cercanía con nuestros niños los confunde en sus decisiones. Se consumen analizando aspectos que el propio tiempo definirá.  Lo que no se vale es hacernos los desentendidos.

VIÑETAS por María del Carmen Maqueo Garza



Hoy comprendo que la única aportación que los humanos hacemos a la vida, es a partir de nuestra propia verdad.
          Una verdad real, desnuda y temblorosa, que sabe dar la cara al mundo, con la mirada firme.
        Es nuestra propia vida expuesta sin ambages, dando razón de una sola cosa: Los humanos estamos hechos de barro.
        Llevamos –sin embargo—un soplo divino que otorga  sentido a todo lo que hacemos.  Una esencia que no debemos perder, o habremos extraviado el rumbo.
       Las palabras forman moradas donde llega a habitar el espíritu divino.  De cada uno de nosotros depende hacer de las palabras fina arena o maciza roca.
         Cuando es la verdad la que forma las palabras, serán  nuestras casas voces que dejen huella más allá del tiempo.
        En el mundo abundan oídos que escuchan y dedos que señalan.  No sea ello obstáculo para que tu verdad se manifieste y siga abriendo caminos.
        …Habrá que hacerlo hoy, antes de que el tiempo nos alcance, y las intenciones se conviertan en polvos infecundos,  que en cualquier rato el viento dispersa.

Serenata Toselli con André Rieu

Poesía de Ignacio Solares


El reflejo

Cansado de mirarse en el agua, una mañana
Narciso la removió con una rama.
          Sintió cómo su cuerpo empezaba a desvanecerse.
Solo alcanzó a pensar:
          -El reflejo era yo.

La última toma: Video animado

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


Ayer apenas sufría , ahora sonrío. El ruido amenazante del trueno y la lluvia pertinaz que parecía no terminar nunca me atemorizaron. Tormenta que arreciaba, que me impedía ver más allá de mi angustia.

Y sin embargo, pude hallar en ella tantas cosas buenas, cómo lidiar con mi miedo, cómo poder vencerlo.
Hallé cómo encontrar en la torrencial lluvia el encanto de una sinfonía que la naturaleza enviaba para hacerme llegar su presencia. Si bien será inevitable que resulten daños colaterales, innegables son las bondades que conllevan. Y aquí mirando a través de la ventana, cuando ya la tormenta ha pasado, reencuentro en el cielo  un sol esplendoroso. 

Se ha inundado temporalmente mi espacio vital, pero mi alma una y otra vez se asoma a la vida y respira amor, y renace como mis flores, en un nuevo amanecer, que es promesa de mejores tiempos,

En este transcurrir de la vida, cada vez me convenzo más de que solo podemos sobrevivir con esperanza, cuando no nos abandona la fe en reencontrar lo que poco a poco la vida nos va arrebatando, a veces convertido tan solo en resignación, a veces en sublimación. 

...Son finalmente energías que se transforman, pero que sabremos reconocer y darán de nuevo a nuestro ser, esa paz que regocija el alma.

Galeano: El miedo