domingo, 29 de enero de 2023

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

 

LUCHAS Y CRECIMIENTO PERSONAL

En días pasados escuchaba la reflexión del doctor José Antonio Lozano Díez, esta vez acerca de la “longanimidad”, que, --señaló-- a diferencia de la resiliencia, se trata de crecernos frente a las dificultades; salir enriquecidos de ellas.  Mencionó una frase atribuida inicialmente al estratega cartaginés Aníbal Barca, pronunciada para animar a sus soldados durante la Batalla de Cannas, en la cual se hallaban en franca desventaja frente a los romanos: “Las batallas se ganan con ejércitos cansados”. Me resulta una sentencia sumamente inspiradora, que podremos aplicar en muy diversas situaciones.  La primera que se viene a mi mente  tiene que ver con la vida política del país, en un momento histórico en que el inminente desmantelamiento de las instituciones nos lleva a visualizar el fin de una democracia que ha costado poco más de cien años construir.  De igual manera estas palabras se aplican en nuestra vida diaria, en las luchas personales, ante la enfermedad.  Sería ilusorio imaginar que, para salir a enfrentar las dificultades de la vida, tuviéramos que estar al cien por ciento.  Salimos con toda la voluntad, eso sí, con la mejor actitud, y valiéndonos de aquellos elementos que puedan apuntalar nuestros esfuerzos.  De todo ello lo medular es nuestra actitud, la fe que tengamos en nosotros mismos y la voluntad con que salgamos a trabajar por lograr el objetivo que tenemos en mente.

Termino de leer una novela de Franz Kafka intitulada “El proceso”.  El autor checo, muerto a temprana edad, nos va llevando a lo largo de una narrativa densa por una trama paradójicamente tan simple como complicada, para presentarnos una panorámica de lo que es la burocracia, un fenómeno universal y atemporal, algunas veces más complicado según las regiones o los momentos históricos, pero al fin parte de un sistema hecho por el hombre para el hombre.

Sorprende que Kafka haya sido un escritor tan lúcido, que a pesar de que dejó inconclusa esta novela a su fallecimiento, pueda ser leída y entendida, en parte por el desacato a su última voluntad por parte de Max Brod amigo íntimo del escritor. Dichas disposiciones indicaban la destrucción de la mayor parte de manuscritos, apuntes y cartas a su muerte. Material del que Brod fue depositario.

Kafka provenía de una familia judía, hijo de un padre rígido.  Sus cinco hermanos fallecieron, dos varones durante la infancia y las tres mujeres en campos de concentración. Como abogado de formación, el escritor conocía la forma en que se maneja un sistema de justicia, lo que le facilitó describir en su texto las inconsistencias, a ratos hasta absurdas, en la interpretación y aplicación de la ley. Inconsistencias que convierten a un ciudadano en acusado de un delito que ni él mismo, a lo largo de toda la obra, logra identificar.  No obstante, se asume como un culpable que ahora está obligado a demostrar su inocencia ante muy diversas instancias, labor a la que se dedica el señor K, el acusado y personaje central de la obra, de principio a fin.

Volviendo al planteamiento inicial: Todos tenemos que atravesar por situaciones adversas frente a las que tenemos que dar la batalla con inteligencia y entusiasmo.  A lo largo de nuestra existencia las luchas son muy distintas para cada uno, lo que nos obliga a profundizar qué nos toca hacer y con qué elementos contamos para lograrlo. No hay dos situaciones iguales ni existe nadie que  venga a emprender la lucha que a mí me corresponde enfrentar.  Y como el guerrero Aníbal, nos toca planificar nuestra estrategia e ir con todo a conquistar la cima.

“Las batallas se ganan con ejércitos cansados”.  Trabajemos para lograr que ese motor interno que nos mueve cada día, nos permita, no sólo vencer el obstáculo que se nos presenta, sino aprender de ello.  Grandeza y constancia de ánimo ante las adversidades, eso representa la longanimidad, una actitud de crecimiento personal que aumenta tras cada lucha que ganamos.

Asomarnos detrás de las palabras que se dicen o que se escriben, para descubrir las razones de fondo que llevan a quien las emite a comunicarlas, es una forma de enriquecer lo que percibimos, para entender que los autores de esas palabras no la tuvieron fácil, pero aun así supieron enfrentar la vida de la mejor manera.   Ahí tenemos a Aníbal con su mermado ejército frente al gigante cuando se lanzó contra Roma.  Ahí tenemos a Kafka, cuyas líneas nos llaman a cultivar la paciencia y la fe en nosotros mismos en un sistema que a ratos quisiera desalentarnos. Con toda seguridad ello nos ayudará a poner nuestra mejor cara antes de salir a emprender con renovados ánimos la lucha que corresponda.

CARTÓN de LUY

 


Música de jazz con Lollypop Lorry - Swing Easy Riddim

CARTA ABIERTA DE ALBERTO DE LA FUENTE Y DE LA CONCHA

Me prometí que si salía vivió de aquella minúscula celda donde me tuvieron completamente cautivo por 290 días, compartiría mi historia, mi experiencia y mi aprendizaje a quien quisiera escuchar mi historia y así lo he hecho desde entonces. Nunca le niego mi relato a quien con buenas intenciones me pregunta. No lo hago con otro fin que abrirle los ojos y sensibilizar a toda esa gente que cree que su vida es complicada y están a punto de a ceder ante la adversidad. Solo pretendo que mediante mi experiencia se den cuenta que sus problemas son minúsculos y que probablemente tengan solución, solo deben redescubrir lo que los mueve, lo que los apasiona, lo que los hace sentirse vivos, para seguirle pedaleando en este mundo, un mundo que por momentos puede parecer complejo, duro e incluso injusto.

Si mi familia y yo pudimos sobrevivir de tan espantosa experiencia, ellos en su jaula de oro (pero finalmente jaula) y yo en mi mazmorra, creo podemos ser el ejemplo involuntario para todo aquellos que se está ahogando en un vaso de agua.

Hoy sé que estamos viviendo una situación sumamente compleja para toda la humanidad, probablemente inédita.

Por lo que no crean que le resto seriedad o minimizo esta pandemia. Pero si me preocupa ver a gente desesperada y frustrada porque no ha salido de su casa (llena de comida, comodidades y entretenimiento), cuando yo viví literalmente en una celda de 1.50 x 2 m por casi 1 año, sin oír o ver a nadie, (incluyendo mis captores) durmiendo en el piso y haciendo mis necesidades en un balde, bañándome con agua helada a través de una esponja y teniendo un plato de frijoles fríos, que debía racionar cuidadosamente para que me durara durante todo el día. Pero en verdad, mi carencia más grande no fue las falta de comodidades, sino el estar lejos de mi familia, sin saber a ciencia cierta si tendría la oportunidad de volverlos a ver o al menos poderme despedir de ellos. Ellos fueron mi verdadera fuerza, mi motivo de no hundirme en la desesperanza y la desolación. Así, que me aferre de Dios y junto con él forme un equipo extraordinario. Un equipo que aguanto vara y resistió lo que era inimaginable resistir, el secreto residió en enfocarme en mis porqués y dejar todas mis demás preocupaciones a un lado, pues solo me estorbaban.

Y heme aquí, 2 años y medio después, más vivo y feliz que nunca, pero sobre todo muy agradecido con esta segunda oportunidad de vivir que créanme no he desperdiciado ni un segundo, priorizando en recuperar el tiempo que me robaron con la gente que más amo y viviendo sin duda más ligero de equipaje.

Así, que sin quitarle la gravedad a lo que sucede hoy en día, solo los quiero hacer reflexionar en que bendigan la forma en que están afrontando este aparente aislamiento que es más mental que realmente físico. Valoren que están dentro de una casa (su casa), con el refrigerador lleno, la alacena al tope, con una regadera caliente a su disposición, una cama acolchonada y con suficientes distractores (tele, libros, juegos, internet) para entretenerse por meses, pero sobre todo están rodeados de su familia.

Aprovechen esta oportunidad única para disfrutarse, para jugar juntos, para conocerse, para amarse. Dejen por un momento los teléfonos, que solo nos van a desquiciar con tanta desinformación e histeria colectiva y conéctense a la vida a su vida, esa que la mayoría a descuidado por pensar que es eterna e inamovible.

Irónicamente y aunque piensen que no hay mucho que hacer en esta crisis, créanme si lo hay. Gozan de más libertad de la que pueden imaginar, no dejen que la toxicidad los invada pues luego será muy difícil poder salir de la obscuridad que ustedes mismos se crearon. Como padre de familia, obviamente estoy preocupado por la economía familiar y las repercusiones de esta desaceleración económica, luego me acuerdo de como sortee mi aislamiento y como es que durante tantos meses en verdad pude vivir con tan pocas cosas materiales, en verdad lo estrictamente necesario para mantenerme respirando.

Así que, si es momento de apretarnos el cinturón, de aprender a racionar y compartir yo les digo que con voluntad, amor y ganas se puede. Vivimos con exceso de cosas que no necesitamos y en situaciones como estas es cuando nos damos cuenta. Prioricemos lo que realmente vale la pena.

Termino citando al Dr. Víctor Frankl (sobreviviente de un campo de concentración nazi) con esta frase que si la comprenden vale oro molido ¨Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento¨.

Ánimo, esto es temporal y sin duda nos reconstruiremos más fuertes, más sabios, más humildes, pero sobre todo más agradecidos con Dios y con la Vida.

Publicación original: https://puebla.contrareplica.mx/nota el 23 de marzo del 2019, días después del primer caso de COVID 19 en el mundo.

El papel de la autocompasión como herramienta de comunicación: TED Talk de Kristin Neff

 
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CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez

Nunca aspiré a recibir una herencia, bien claro tuve siempre que no la habría, y que se me había heredado en vida con la fortuna de haber podido tener no una casa donde vivir, sino un hogar, cubiertas todas mis necesidades vitales, educación con responsabilidad, con amor, un entorno familiar donde al lado de cinco hermanos, aprendí de la solidaridad y de como conciliar y reconciliar nuestras diferencias, con un denominador común ante nuestras diferencias, que era ese lazo sublime que da el cariño de sentirnos responsables unos de otros, sin egoísmos, y buscando ser una familia, entendiendo por ello, un grupo de seres humanos que llevan en el alma inculcado el amor por todos y cada uno de sus integrantes.

Esa mi herencia en mi vida, y la posibilidad de haber logrado una profesión, la que elegí y que hasta hoy sigo convencida era y sigue siendo mi vocación.

Soy una heredera feliz de compartir su legado con aquellos que la vida me dio como hermanos, y espero tener la capacidad de dejarle a mis hijos, lo más valioso que mis padres infundieron en mi, la responsabilidad, la honestidad, la solidaridad, el amor por la familia, la filantropía, la lealtad.

Sè que no he logrado ser ejemplo en ninguna de éstas virtudes, pero las he mantenido en mi corazón y han normado la mayoría de mis conductas. Siempre habrá faltado vida para poder lograr no ir en contra estos principios morales que dan estructura a una vida digna, una o más veces, pero lo importante es no desfallecer en la lucha de preservarlos, de transmitirlos, de ejercerlos, y cuando nos hemos extraviado, recuperarlos.

El niño y el Jazz: Corto animado