Esa mi herencia en mi vida, y la posibilidad de haber logrado una profesión, la que elegí y que hasta hoy sigo convencida era y sigue siendo mi vocación.
Soy una heredera feliz de compartir su legado con aquellos que la vida me dio como hermanos, y espero tener la capacidad de dejarle a mis hijos, lo más valioso que mis padres infundieron en mi, la responsabilidad, la honestidad, la solidaridad, el amor por la familia, la filantropía, la lealtad.
Sè que no he logrado ser ejemplo en ninguna de éstas virtudes, pero las he mantenido en mi corazón y han normado la mayoría de mis conductas. Siempre habrá faltado vida para poder lograr no ir en contra estos principios morales que dan estructura a una vida digna, una o más veces, pero lo importante es no desfallecer en la lucha de preservarlos, de transmitirlos, de ejercerlos, y cuando nos hemos extraviado, recuperarlos.
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