domingo, 27 de marzo de 2022

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

 

EL CIELO ES EL MISMO

Una cosa hay que admirar al pueblo ucraniano: Su resiliencia; la capacidad de no perder el entusiasmo en medio de la crisis humanitaria que enfrentan.   En poco más de un mes hemos visto cómo pasaron de ser un país tranquilo, autosuficiente y ejemplar en muchos aspectos, a convertirse en una diáspora que se extiende a países europeos y más allá.  Las familias se fragmentan en medio de la incertidumbre; los niños se adaptan a condiciones cambiantes, dificultosas y agotadoras, todos ellos  siguiendo un único fin: Salvar sus vidas.

Voces críticas han señalado el contraste entre la acogida que se proporciona a los refugiados de esta nación frente a grupos provenientes de otros países.   De forma ligera se atribuye a sus características físicas (rubios, de ojos claros), en contraste con las de grupos de raza negra o mestiza, y en particular frente a grupos de sirios que intentan emigrar hacia destinos similares.  En lo personal, sin negar la influencia que puedan tener los rasgos físicos de unos y otros, encuentro que a los ucranianos se les ha acogido de mejor manera por varios factores: En primer término, porque se trata de familias enteras que de un día para  otro tuvieron que abandonar su país por salvar su vida.  En segundo término, porque, a pesar de corresponder a un país de la ex Unión Soviética, en principio atea, sus creencias religiosas cristiano-ortodoxas son más afines a las de occidente, y finalmente, porque provienen de estructuras familiares bien establecidas, que pretenden conservarse así.

Recuerdo la primera vez que tuve contacto directo con personas ucranianas:  fue durante la presentación de un ballet, allá por los años setenta en Torreón.  Un patronato llamado: “Conciertos Daniels” organizaba  presentaciones internacionales de gran calidad; entre los eventos que recuerdo en los años que duró bajo tal nombre el patronato, estaban la Filarmónica de Moscú, la Orquesta de Cámara de Berlín, el cuarteto Punta del Este, los Solistas de Zagreb y el ballet nacional de Ucrania.   En aquel tiempo, como se habrá seguido haciendo desde entonces, concertaban fechas de presentación en el Cervantino con giras por distintos puntos de la república, entre los cuales la ciudad de Torreón resultó magníficamente beneficiada.

Ese es mi primer recuerdo vivo de Ucrania, un grupo de bailarinas con trajes folclóricos y una precisión en su ejecución como pocas.  Con la disciplina soviética, y con la apertura de la Perestroika de Gorbachov, Ucrania consiguió  consolidarse como una nación organizada, emprendedora y de gran sensibilidad artística y deportiva.  Entonces, ver que de un día para otro los disgregan y van destruyendo su grandioso patrimonio arquitectónico y sus conjuntos habitacionales, resulta desolador.  Pero aún más allá, la dispersión de grupos humanos, en particular familiares, difícilmente nos lleva a imaginar el daño psicológico que tendrán niños y adultos, tanto por la separación, como por la integración de emergencia a países distintos al de origen, y la incertidumbre de si volverán a reunirse nuevamente, y en qué condiciones lo harán.

Mal haríamos en juzgar en blanco y negro lo que sucede en Europa del este.   Mal haríamos en decir que los ucranianos son “buenos” y los rusos “malos”.  La vida suele desplegarse en diversos tonos de gris.   Gran parte de la población rusa quedó igual de sorprendida que sus vecinos con la invasión a Ucrania, y así mismo, incontables familias rusas sufrieron disgregación, tal vez tan grave como la de Ucrania. Muchos soldados fueron instruidos de que los congregaban para  prácticas militares, no para salir a combate.

Los acontecimientos de la invasión y potencial guerra obedecen más a la voluntad de un solo hombre, lo que inquieta al mundo entero.  No sabemos en qué momento, más allá de acuerdos y restricciones internacionales, Putin sea capaz de pulsar un botón y terminar con la vida sobre el planeta.

Este martes 29 se llevará a cabo un evento binacional llamado: “Concierto por Ucrania”, en el que participarán miembros de la Banda Antyila en la ciudad de Kiev y varios grupos musicales ingleses, encabezados por el cantante Ed Sheeran desde Birmingham, Inglaterra, en un evento que se organiza para reunir fondos para Ucrania.

“No tenemos miedo de tocar bajo las bombas”, refiere uno de los integrantes de la banda ucraniana.  Se trata de dos pueblos hermanos con la música por puente.  Representa un punto en la historia de la humanidad en el que coinciden dos naciones para exaltar un mismo valor llamado “paz”.  Para entender que, más allá de la ambición de los poderosos, primero está la armonía entre seres humanos y la afinidad de sus proyectos personales, en un clima de respeto mutuo, bajo un cielo que es, finalmente, el mismo para todos.

CARTÓN de LUY

 


Yael Deckelbaum: Oración de las madres

POESÍA de Héctor Olveda


ESA TU VOZ

Déjame oír tu voz cuando pronuncia
La clave, esperanzada como leve
Semejante al telegrama con que anuncia
Un tejado de barro cuando llueve.
Déjame oír tu voz, libre y amiga
Contestar en silencio mi pregunta
Y escaparse después en marabunta
Los “Te quiero” de tu boca como hormigas.
Déjame oír, por Dios
Cuando me obsequia
La paz sin un decir, sin sobresaltos
esa tu voz, que es para mí
Profundo patio
Y el rumor de una casa con acequia.



Límites Claros: Hijos Tranquilos. Con Pilar Sordo

2CONFETI DE LETRAS



Pareciera que la promesa de que tenemos una vida después de la muerte, le resta significado a ésta, la vida terrenal. Como el niño que se come las verduras porque se le premiará con un dulce al final, así muchos de nosotros pasamos por la vida sin apreciar toda la gama de colores, sabores que nos brinda esta única oportunidad de sentir, dolor, amor, felicidad, compasión.

¿Cómo pasar inadvertida una brecha donde se nos pone a prueba nuestra voluntad?¿cómo no dar lo mejor de nosotros cada día cuando esa oportunidad caduca y no vuelve más?

Es en esta vida y solo en ella, cuando podremos amar y ser amados sin que medie entre nosotros nada más, que nuestra mortal facultad de apreciar en el amor, la mejor energía vital. Es la única en que se pondrá a prueba nuestra fe; en la que aprenderemos o no a encontrar el significado de existir; en donde dejaremos un capítulo que sea digno de leerse, con errores, con aciertos, pero en el que dejemos más de un renglón que nos defina, como alguien que supo reconocerse falible, pero siempre busco como enmendar sus fallas. Como levantarse por dura que fuese la caída y retomar la vida, con temple, con arrojo buscando invariablemente, sin que nunca considerara fuera tarde para ello, el reencuentro con su mejor yo.

La vida eterno no es mi inspiración ni a lo que aspiro, ha sido mi intención no malgastar ésta que Dios ya me concedió, vivir sin desperdicio, sin menosprecio. Agradezco cada día estar aquí, y sin esperar premios, considero ya haber sido más que afortunada de haber nacido y disfrutado de ésta, mi vida.

VIDEO ANIMADO: Nido vacÍo