domingo, 26 de diciembre de 2021

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

 

EXHORTACIÓN NAVIDEÑA

¿Qué mejor oportunidad nos brinda el año para retornar a nuestros días de infancia, que la magia absoluta de la temporada navideña?

¿A qué sabe la Navidad? Me quedo pensando, así pues, me echo un clavado en el arcón de las memorias y encuentro un montón de respuestas que, como abalorios, tomo entre mis manos para contestarme: La Navidad sabe a regalos de todas formas y tamaños, envueltos en papeles multicolores bajo un árbol iluminado el veinticinco en la mañana. Sabe a risas y chocolate; a buñuelos y ponche de fruta; a cacahuates y colación.

La Navidad huele a canela y a mandarinas; a clavo, piloncillo y champurrado. Es una emoción contenida a lo largo de muchos días que explota de improviso, como hacen los juegos pirotécnicos vistos a la distancia, con ese característico olor a pólvora quemada que habla de fiesta.  Me viene a los sentidos el rastro de las velas multicolores con las que pedíamos posada puerta por puerta, hasta llegar gozosos a aquello de “entren santos peregrinos” en algún patio acondicionado para dar cabida a la piñata y el montón de niños dispuestos a golpearla.  Aquella sensación al momento de  reventar su vientre para ver salir naranjas, cañas, dulces y serpentinas es un goce infantil que, aún ahora, con recordarlo me transporta a esos tiempos.

La Navidad encierra sonidos como el del papel celofán rojo, o verde, o amarillo, ahora casi extinto, bajo el cual se ocultaban sabrosos confites para la cena del veinticuatro. Así mismo recuerdo el chillido zumbador de las luces de Bengala que encenderíamos una tras otra, hasta consumir las diez de la cajita.  Otros sonidos son los de las campanas de Catedral llamando a misa, o las gargantas mañaneras siguiendo el Kyrie Eleison, en tiempos cuando la misa se daba en latín, con el sacerdote de espaldas a la grey.

La Navidad es una fiesta a los ojos: Esferas, colores, luces titilantes.  Niños norteños que piden al buen hombre barbado un juguete, o niños capitalinos que prefieren esperar a poner su zapato para el Día de Reyes, y que, con la mejor de las suertes, visitan la Alameda para llevar su cartita y tomarse la foto.

La Navidad son los nacimientos vivientes con un José y una María de carne y hueso, un niño de juguete envuelto en pañales y un asno dócil y lento.  Detrás de ellos la comitiva que pide posada puerta por puerta, por las calles empedradas de la pequeña población al pie de la sierra.  Es aquel sabroso olor a tamales con que se festeja cada tarde a las seis, después de la procesión y el rosario, la próxima llegada del Niño Dios.

Navidad es la explosión visual de nochebuenas cuyo intenso colorido parece herir las pupilas; es la increíble combinación de flores que deriva en colores y formas difíciles de imaginar, como si cada invierno se reinventaran a capricho.

Navidad es salir de vacaciones, o simplemente  a algún sitio cercano a ver el campo emblanquecido.  Enfundarse gorro, bufanda y guantes para jugar con la nieve, y finalmente dejarla de lado cuando la humedad congela los dedos.  Es poder levantarse a deshoras y acostarse igual sin que nadie proteste; es hacer cosas que durante doce meses no están permitidas, y comer aquello que el resto del año apenas se prueba.

La Navidad sabe a reuniones familiares en las que grandes y chicos refuerzan los lazos que los unen; es compartir con los seres queridos lo sucedido durante al año y ser acogidos siempre con cariño.  Es proponer tareas conjuntas que a la vuelta de los siguientes doce meses  habrán cristalizado.

Navidad tiene el encanto de fiestas donde campea la alegría y la música.  Es el olor profundo del pino natural que evoca al mínimo Francisco de Asís y su primera representación de la Natividad.

La ocasión se presta para asombrarse y alegrarse; cantar y divertirse.  Es luces en el cielo y en la casa, en las tiendas y en las plazas, así como en los templos. Es practicar la armonía con los seres queridos y prodigarse los cuidados y buenos deseos para el año que está por iniciar.  Es volver a ser niños; dejarse arrobar; reír nada más porque sí y cantar sin tapujos, aunque seamos los más desentonados de la reunión.  Es disfrutar aquel plato de tamales recién salidos sin remordimiento alguno.  Y es esperar que la magia haga su aparición en derredor, como cuando éramos niños.

Navidad es olvidarse del reloj y de la agenda; es replegar de nuestra vida las malas noticias y dejarse llevar por las historias de época que llegan cargadas de esperanza.  Es profundizar en lo simple y descubrir cuan afortunados somos hoy de estar con vida; de tener una salud que nos permite recibir las fiestas con entusiasmo, y unos seres queridos que están ahí para acompañarnos.

¡Feliz Navidad, amigos! Que la luz de la estrella de Belén ilumine sus corazones en este día.

 

 

POESÍA NAVIDEÑA de Gloria Fuentes

EL CAMELLO COJITO

El camello se pinchó
con un cardo del camino
y el mecánico Melchor
le dio vino.

Baltasar
fue a repostar
más allá del quinto pino…
e intranquilo el gran Melchor
consultaba su ‘Longinos’.

– ¡No llegamos,
no llegamos y el Santo Parto ha venido!
-son las doce y tres minutos
y tres Reyes se han perdido-.

El camello cojeando
más medio muerto que vivo
va peluchando su felpa
entre los troncos de olivos.

Acercándose a Gaspar
Melchor le dijo al oído:
– Vaya birria de camello
que en Oriente te han vendido.

A la entrada de Belén
al camello le dio hipo.
¡Ay qué tristeza tan grande
en su belfo y en su tipo!

Se iba cayendo la mirra
a lo largo del camino,
Baltasar lleva los cofres,
Y Melchor empuja al bicho.

Y a las tantas ya del alba
-ya cantaban pajarillos-
los tres Reyes se quedaron
boquiabiertos e indecisos,
oyendo hablar como a un Hombre
a un Niño recién nacido.

– No quiero oro ni incienso
ni esos tesoros tan fríos,
quiero al camello, le quiero.
Le quiero -repitió el Niño.

A pie vuelven los tres Reyes
cabizbajos y afligidos,
mientras el camello echado
le hace cosquillas al Niño.

CARTÓN por Luy


 

Villancico "La mula"

 
Agradezco a Gaby tan lindo aporte navideño.

Unas navidades sombrías

 
Son varias historias de temporada de diversos autores. La que quiero compartirles con especial interés es la primera, tiene una duración de 6 minutos 30 segundos.

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


¡Ya huele a Navidad! Arco iris de aromas en el que cada quien encuentra una tonalidad distinta. SI bien nos unen sentimientos similares, el que más significativo, creo, es para todos el amor por la familia. Reunirnos con la familia, volvernos a ver, a abrazar, a decirnos en persona lo que nos queremos y hacerlo patente con una caricia con un beso. Reconocernos, a veces conocer por primera vez a los que recién han llegado a ser parte de la familia.
Habrá ingredientes dulces y amargos, no todos podremos sentir que es una feliz Navidad. A muchos nos embarga una tristeza, inexplicable a veces, otras a consecuencia de vivencias previas que nos traen a la memoria navidades, en donde no compartíamos el júbilo de los demás. Esta fecha nos hacía más palpables nuestras carencias, mismas que el resto del año podíamos fácilmente discriminar.


Navidad es fecha de celebración de un natalicio, y sin embargo es cuando más patente se hace el dolor de la pérdida de todos aquellos que ahora no estarán a nuestro lado. Sensibilidad a flor de piel que nos estremece, y que ensombrece el panorama, y acalla las risas, sin que apenas seamos capaces de evitarlo.


Pero es Navidad, y tendremos que agradecer nuestra supervivencia , aferrarnos a la esperanza de un año donde logremos vencer los retos que enfrentamos. Armarnos de valor, de optimismo; ahogar el llanto con las risas frescas de los niños, en el amor que prevalece, como energía pura que nos une, que más que nunca ahora nos hace saber lo importante que es formar parte de una familia. Tenernos unos a otros, y valorarnos mientras así sea. Vivir esta Navidad, con el corazón puesto en lo que realmente vale la pena, y permitir que renazcan los afectos dormidos, los heridos, y que se acrecienten los que han permanecido indemnes.


Viviremos navidades distintas, solo espero que no distantes de la verdadera esencia de la Navidad. Deseo que en cada hogar haya un por qué sonreír; esperanza en cada corazón; agradecimiento por las vidas de nuestros ausentes; paz en nuestra alma y sobre todo, amor que fortalezca el espíritu y renueve nuestra fe.

Andrea Bocelli y su hija Virginia cantan Aleluya

 
No hay traducción al español, pero no se requiere. ¡Ya verán!

viernes, 10 de diciembre de 2021

6 EL CARTÓN DE LUY: Caras felices

 


7 CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

 

LO QUE NOS ENRIQUECE

“Apegos feroces” de Vivian Gornick:  novela autobiográfica que nos lleva de la mano a seguir la historia de una mujer de mediana edad y la relación con su madre, en  vecindarios de inmigrantes, primero en el Bronx y luego en Manhattan.  A través de su historia personal, conocemos gran parte de la idiosincrasia de los grupos de inmigrantes que buscaron abrirse paso en la Unión Americana.  En su caso  provenían de Rusia; nos va mostrando a pinceladas las condiciones en que llegaron a América y el tipo de dinámica familiar que manejaron.  A través de personajes variopintos de la vecindad, la autora comienza a introducirnos al escenario que a ella le tocó vivir desde niña hasta ahora, cuando pasea a su madre anciana como alguna vez la madre la paseó a ella de pequeña.

La migración es un fenómeno universal.  Se da igual en las fronteras entre África y España, o del Medio Oriente, hasta en los límites norte y sur de nuestro país.  Inicia como un movimiento de supervivencia y termina, muchas veces, con tragedias como la recién ocurrida en Chiapas.  Son vidas de seres humanos a cambio de dinero.  Su valor se pulveriza; los traficantes no vuelven la vista atrás cuando algo así ocurre.

Contrastando el escenario que vivió Gornick en su infancia, con lo que viven hoy en día los niños migrantes, hay un contraste terrible.  Es doloroso atestiguar la forma como el Capitalismo ha sentado sus reales en la sociedad, que se mueve cada vez más con base en el dinero.  Las historias de cada migrante que se lanza a la aventura, tantas veces acompañado de su familia, se disipan entre el barullo del exterior.  Dejan de tener valor propio, pierden identidad y tantas veces los niños carecen de la oportunidad de construir una memoria propia.

La falta de sentido de pertenencia genera grandes problemas internos, desde depresión hasta conductas antisociales.  Ese sentir que no se forma parte de una colectividad propicia enojo, tanto contra el país de origen que de alguna forma lo ha obligado a salir de él, como contra el país de acogida que no lo trata de la mejor manera.  Además, cuando no se pertenece a una comunidad, difícilmente se respetan las normas que ésta impone.

Corrientes de pensamiento tenemos muchas: La base del Capitalismo es noble, sin embargo, llega a propiciar diferencias económicas en la población.  Los ricos se vuelven más ricos a expensas del empobrecimiento de los más desprotegidos.  Hay otras doctrinas que procuran actuar en  sentido opuesto, hacia la justicia social.  Pese a ello sigue existiendo una élite subterránea entre aquellos que manejan el sistema. Además, proporcionar en forma permanente y gratuita bienes y servicios a los más desprotegidos, genera una dependencia insana.  El que recibe los insumos del Estado, asume una conducta de siervo ante su amo, y no se responsabiliza por producir.

Traigo a colación  todo lo anterior  justo en esta temporada, en  que se agudizan las diferencias entre unos y otros.  Una época que llama al consumo “para ser felices” y que, en muchos casos, como sería este período de pandemia, no permite la holgura  para gastar en cosas que no sean meramente indispensables.   Si hemos venido manejando esos conceptos a lo largo de nuestra vida, van a surgir muchos casos de depresión navideña.  No estamos  en condiciones de adquirir para nuestros seres queridos lo necesario “para ser felices”.

A lo anterior sigue mi propuesta: Hacer un alto en el camino; revisar qué tan privilegiados hemos sido hasta ahora por tener vida, salud; o en su caso, lo necesario para recuperarla, así como una familia.  El poder celebrar juntos en torno a la mesa, contar con lo básico, es suficiente motivo para alegrar nuestro corazón.  Hacer acopio de experiencias inmateriales, una llamada, un mensaje, una felicitación.  Manifestar nuestros sentimientos hacia esos seres amados que nos han acompañado durante el año.  Regalar momentos, experiencias… dejar las compras para más delante.

Tenemos un México que nos da identidad de muchas maneras: A través de sus sitios históricos, que ahora podemos visitar desde el celular.  A través de sus fiestas religiosas y profanas; de sus cánticos y tradiciones.  Un México algo abollado, pero que aun así nos permite conservar la esperanza de una recuperación.  Si tenemos manera de apoyar al que menos tiene, ¡bien por nosotros! Con poco podemos aliviar mucho de lo que otros necesitan, de productos básicos, de entusiasmo, de solidaridad.  Así como José y María peregrinaron por Belén, así los andantes de hoy día nos brindan una oportunidad para salir de nuestro espacio personal y ayudar un poco a quien más lo requiere.

Lo que nos enriquece está más allá de las puntas de nuestros dedos. Aliviar un poco  la tragedia de otros. ¡Hoy es cuando!

jueves, 9 de diciembre de 2021

4 Reflexión del Abad Pierre (Francia, 1912-2007)





Seguiré creyendo, aunque todo mundo pierda la esperanza.

Seguiré construyendo, así los demás destruyan.

Seguiré hablando de paz, aun en medio de una guerra.

Dibujaré sonrisas sobre los rostros en lágrimas.

Tenderé los brazos a aquellos que se sienten exhaustos.

2 CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez

Nunca me había tocado una época tan sombría como esta de la pandemia. Todo el mundo devastado por la enfermedad, la muerte, la desolación, obligados al confinamiento. En medio de tan miserable escenario, la vida me sorprendió con el acontecimiento más sublime después del de haberme convertido en madre, ¡¡sería abuela!! y por si esto no fuera suficiente, lo sería por partida doble

Y entonces cada semana, no eran tan solo una sucesión de hechos que lamentar, sino la celebración de vida de unos seres que día a día crecían y hacían crecer en mi corazón la gloria de saberme abuela.
Emociones que se me agolpaban en mente y corazón: por un lado los temores de conocer los riesgos de un embarazo gemelar, por el otro ver que todo transcurría satisfactoriamente, en manos de Dios y de un experto y querido médico, nos auguraba llegar a un buen destino.
Supimos pronto que serían dos varoncitos, presurosos decidieron llegar antes de lo esperado, pequeños pero vigorosos, unos preciosos muñecos vivientes que vendrían a dar felicidad a tanta gente que ansiábamos su llegada.
Estos bebés, gestados y nacidos en pandemia, son aliciente para continuar con esperanza. Su risa, mirada tierna, su inocencia y alegría, el ver en ellos la continuidad de la vida, me hace dejar pesimismos, fortalecer la fe, y procurar con todo el amor que este par de adorados bebés me inspiran que sean felices.

En lo que a mi respecta, quiero que sepan hoy y siempre que pueden contar conmigo incondicionalmente, que me han hecho la mujer más feliz del mundo y que gozo día a día de saberme abuela de ellos.
Rodrigo y Ricardo, pequeños tesoros que me llenan el alma, canto de vida en medio del caos, maravilla terrenal que solo puede ser regalo de Dios.

1 Un niño ayuda a una anciana a disfrutar la Navidad (narrado por Kate Winslet)

 
Se activan y traducen subtítulos

5 Stand By Me | Los Buzztones a capella | (Original de Ben E King)

 
Agradezco a mi amiga Paty tan original sugerencia.

domingo, 5 de diciembre de 2021

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

 



SABIOS Y OPINADORES

A lo largo de la historia de la humanidad surgen paradojas; tal vez las del tercer milenio tengan que ver con lo tecnológico. La tecnología se ha metido hasta la cocina. Para los jóvenes menores de 20 años, es inconcebible un mundo en el que, para hallar una información, había que acudir a las bibliotecas, desempolvar libros de gruesos lomos y consultar palabra tras palabra, hasta concebir en nuestra mente aquello que necesitábamos conocer. O bien, los inicios de la computación, primero a través de programas con base matemática que había que dominar para generar plantillas que permitieran archivar información. Más delante, cuando ya comenzaban a automatizarse los contenidos, ir consultando y guardando, una y otra vez, hasta constituir algún documento. Con la llegada de la web 2 y la posibilidad de hipervínculos, fuimos aprendiendo a brincar de un sitio a otro y echamos mano de grandes herramientas, para, a una gran velocidad, conformar documentos. En el caso de la comunicación de información, la velocidad aumentó de manera sorprendente, y de igual forma lo hizo la velocidad de lectura de dichos contenidos, con la consabida dispersión de la atención, que nos lleva a confundirnos o bien, a olvidar en el corto plazo aquello que hemos leído.

En lo particular hay un fenómeno que se origina en este tipo de expresiones en la red, que no deja de sorprenderme. Nuestro mundo digital se llena de opinadores que se consideran expertos en muy diversos temas y están prestos a juzgar y a contradecir aquello que creyeron entender de un texto en línea. Hace un par de meses publiqué un artículo acerca de la COVID; señalaba que, como pediatra, hallaba que, en un momento dado, sería prioritario contemplar a los menores de edad dentro de los esquemas de vacunación. Inmediatamente me llegó un comentario señalando que yo estaba mal al asegurar que los niños no contraen COVID. Totalmente opuesto a lo que yo afirmé. Ello da cuenta de cómo estamos con los dedos a unos centímetros del teclado, listos para atacar aquello que, en nuestra rápida lectura, hay que desacreditar.

Recientemente, en una sesión respecto a periodismo y redes sociales, los maestros mencionaban justo eso: Las redes sociales han disparado el número de opinadores, mas no necesariamente de conocedores. O como acabo de escuchar de labios de Inés San Martín, periodista argentina especialista en asuntos de la Iglesia Católica en el Vaticano: “Tenemos periodistas que de todo saben poco, pero de nada saben mucho.”

Esa forma precipitada de opinar en redes nos lleva a la polarización, a lanzarnos en contra de quien se exprese de manera contraria a nosotros. Se generan bandos opuestos entre los cuales campea la agresividad. Y como pronto se nos agotan los argumentos, comenzamos con recordatorios a las respectivas autoras de los días de unos y otros, terminando en frases francamente escatológicas, que no vienen al caso. Ahí queda más que visto cuánto nos falta por prepararnos y dominar un tema antes de intentar defenderlo con argumentos sustentables.

De manera simpática Umberto Eco alcanzó a hablar de las redes sociales como el sitio a donde se han ido trasladando aquellas pláticas de cantina o de café, apasionadas, en las que se deja entrever un afán de dominio, pero sin llegar en realidad a dañar a otros. Hoy en día se han convertido en argumentos en donde domina la necedad de unos líderes y la porra de sus huestes, para darse con todo.

Contrario a la disciplina de la lectura previo al surgimiento del mundo digital, en aquellos tiempos privaba el silencio que permitía hacerse escuchar a la voz del autor. Entablábamos un diálogo, lo cuestionábamos, tal vez un par de páginas más delante el propio autor nos contestaba las dudas planteadas, y todo avanzaba para el crecimiento del lector. Hoy en día ya no nos detenemos a tratar de entender a fondo lo que algún cibernauta propone o refuta. Simplemente, tras una rápida lectura, nos disponemos a atacar, llegando a los absurdos de estar señalando en el autor justo lo contrario de lo que él está asentando por escrito. El diálogo se convierte en una lucha de poder en la que el asunto es vencer. Rápidamente se pierde la cordialidad, si es que alguna vez la hubo, y el propósito de la charla es derrotar al otro.

En lo personal me apasiona imaginar cómo el hombre primitivo fue diseñando herramientas que le facilitaron la vida: La rueda, la polea, los molinos para grano, que simplificaron tareas rudas. De qué forma su calidad de vida fue aumentando conforme introducía diversos elementos en su día a día. Y así fue avanzando la civilización. Hoy en día, tenemos todas las herramientas, pero nos falta el punto clave: intención de utilizarlas para crecer como sociedad.

REST IN PEACE - Animation Short Film 2021 - GOBELINS

 
Se pueden activar y traducir al español los subtítulos

El cartón de Luy: MEDIDA

 


POESÍA de Luis García Montero para su esposa Almudena Grandes

Una gran pérdida para las letras ha sido la partida de Almudena Grandes, cuya excelencia humana --me atrevo a afirmar-- superó en mucho a su calidad literaria.  DEP.  Siga siempre a nuestro lado a través de su obra.
  
"Como el cuerpo de un hombre derrotado en la nieve,
con ese mismo invierno que hiela las canciones
cuando la tarde cae en la radio de un coche,
como los telegramas, como la voz herida
que cruza los teléfonos nocturnos
igual que un faro cruza
por la melancolía de los barcos en tierra,
como las dudas y las certidumbres,
como mi silueta en la ventana,
así duele una noche,
con ese mismo invierno de cuando tú me faltas,
con esa misma nieve que me ha dejado en blanco,
pues todo se me olvida
si tengo que aprender a recordarte."

(Versos de su libro Completamente viernes)

Abrazar las letras, abrazar la vida. | Beatriz Rivas | TEDxYouth@AIM

 
Un valioso testimonio de una gran maestra a quien mucho admiro. En sus propias palabras: "Escribir sana". 

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez

Enfrentar los miedos, quizá es una constante en nuestra vida. Miedo a tomar las decisiones incorrectas, miedo a haberlo hecho bien y no ser comprendido. Miedo a lo que nuestras decisiones impliquen para los demás, miedo a que nuestra propia autocrítica y la de los demás nos juzgue severamente y nos condene sin piedad. Miedo a no poder escapar de los esquemas preestablecidos para poder soñar. Temor a que nos juzguen locos, porque nos dé por cantar, por bailar a un ritmo que ya no es el de nuestra edad, por atrevernos a gritar la injusticia, por dejar de seguir las líneas trazadas y rebelarse con aires de juventud, cuando nuestro cuerpo revela imprudentemente nuestra edad.

¿Hasta dónde atrevernos y dejar a un lado los prejuicios?¿Hasta dónde fijar el límite de nuestra libertad? ¿Hasta dónde perder el miedo sin perder el juicio y el bien actuar?
Mantener la cordura es muchas veces haber ahogado sueños, ser juicioso es acallar a veces las inquietudes que desechamos por considerar inconvenientes, inadecuadas, no propias a lo que de nosotros se espera, al camino que nosotros mismos trazamos, salirnos por el impulso y quizá regresar arrepentidos.
No todo lo que anhelamos sería lo que más felicidad nos daría. Algunos arriesgan y triunfan, otros terminan frustrados y con repercusiones que les hacen difícil o imposible regresar a lo que era trayecto reconocido.
Por eso a veces, la felicidad hay que conseguirla con lo que tengamos a la mano, sin ir contra nuestros principios, sin desear lo que no nos tocó vivir, sino viviendo lo que nos corresponde, con toda la pasión y el amor que nos sea posible.
Para eso son los sueños, la fantasía, la magia de nuestra mente, para transportarnos a otros mundos, a otras realidades con la posibilidad de regresar a nuestra vida indemnes, y alcanzar por un momento la dicha que en la realidad locura fuera.
¿Llamarías a esto cobardía...?

"Balada de las campanas" al estilo de Shepherd Boomwhacker

domingo, 28 de noviembre de 2021

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

 

SER CONGRUENTES

Si tuviera que definir en una sola palabra al México actual, yo diría: “surrealista”. Alguien del otro lado del mundo, que nos visitara por vez primera, llenaría sus sentidos con imágenes, colores, sonidos, sabores y expresiones de un mundo único. Si ese visitante hipotético hubiera leído alguna vez a Juan Rulfo, a Amparo Dávila o a Liliana Blum, podría, tal vez, anticiparse a lo que va a encontrar. De otra forma se verá perdido.

En México jugamos con la muerte, nos burlamos de ella, pues muy en el fondo queremos creer que no existe, o que al menos no existe para nosotros. Para diciembre ésta se enseñorea, en particular en las casas habitación improvisadas como talleres de pirotecnia, que al menor de los chispazos se convierten en incendios de muerte. También por la cantidad de accidentes de tráfico que ocurren bajo los efectos del alcohol. Nuevamente entra ese mecanismo de negación de quien conduce, después de haber tomado como cosaco, alegando que está en condiciones de manejar. Y los acompañantes, con tal de que no se arme un jaleo, le permiten hacerlo. Así han perdido la vida familias enteras.

Habrá que sugerir a las aerolíneas internacionales incluir algún cuento de nuestros grandes escritores, para que los pasajeros vayan entrando en ambiente de lo que es nuestro amado México, que en palabras de Perre Gimferrer, en un poema dedicado a Octavio Paz y su amada María José, dice respecto a nuestro país: “…Es un espejo de flamas/el ojo que ahora me ve. Con sonido de poleas, /los ejes de la noche. /Desarbolada, naufraga la oscuridad/y, a tientas, el sol conoce a la noche.”

Luego de sacado esto de mi pecho, paso al asunto que nos ocupa: La marcha con motivo de la eliminación de la violencia contra las mujeres en la ciudad de México. Avanzaron vestidas de negro, desde la cabeza hasta los pies; pocas con pancartas, muchas con palos y martillos. Fueron abriéndose paso a la brava, amenazando a las integrantes femeninas de los cuerpos de seguridad, quienes contaban solamente con los escudos protectores para su defensa, mientras hacían la valla. Los edificios a lo largo de la ruta fueron protegidos de daño de muy distintos modos. Lamentable, una de las arterias principales de la ciudad capital ve interrumpidas sus actividades por grupos de mujeres en actitud permanente de atacar a su paso.

¿Defender el derecho a no ser violentada, violentando…? Además, valiéndose de argucias legales para, a la primera mujer policía que haga algo más que defender su propia vida, acusarla de violentar los derechos de la atacante. Me hizo recordar –sin afán alguno de sobajar a nadie- un caso que se dio en Manhattan: Un hombre fue enjuiciado y sentenciado por haber matado una rata a palos. O sea, el derecho a la vida de la rata quedó por encima del derecho a la integridad del ciudadano. Así parece que estamos por acá: El que violenta tiene el apoyo para salvaguardar sus derechos humanos, en tanto la víctima tiene que actuar para demostrar que el otro le atacó y él nada más se defendió. Y contrario a las legislaciones internacionales, priva en cualquier caso la presunción de culpabilidad contra la presunción de inocencia. Es difícil manifestarse frente a estas trampas legales, porque se ejerce el peso de la autoridad encima de quien lo haga.

Vivimos en un mundo de distracciones y de juicios temerarios: A partir de una escena sacamos nuestras conclusiones y actuamos en consecuencia. Difícilmente se lleva a cabo un juicio racional de la conducta de otros, y pareciera que siempre prevalece el poder del más fuerte. Los cuerpos policíacos se han convertido en parte del panorama urbano, obligados a meter el orden sin meter las manos. De tal condición los manifestantes toman ventaja a la hora de actuar.

Entiendo los reclamos feministas. Entiendo que hemos vivido en una estructura social donde lo “normal” son los micromachismos cotidianos: Por tradición el hombre hace menos a la mujer, sea su esposa, su novia, su hija o su vecina. Veladamente, ante cualquier expresión, se filtra un: “Claro, es mujer, ¿qué otra cosa podría esperarse de ella?”. Estoy convencida de la necesidad de un cambio, y apoyo a mi hija adulta joven en sus procesos de reclamo. Pero, volviendo a las marchantes, no es congruente manifestarnos en contra de una conducta actuando de la justa manera que criticamos. No llegamos a ningún lado “normalizando” la violencia, no como un país civilizado, sino actuando como hordas de bárbaros, como ocurrió hace dos siglos en la región norte del país. Hipotéticamente, a mayores herramientas de pensamiento, nuestros actos deberían elevar su nivel de calidad. De repente pareciera que caminamos en sentido inverso.

Ser congruentes: Razonar antes de actuar, si queremos un cambio…

POESÍA EN PROSA por María del Carmen Maqueo Garza

 

REPORTE MÉDICO que comparte el colega Enrique sobre la salud de J, un amigo mutuo:

Estuve hoy por la mañana en Terapia Intensiva revisando el expediente de nuestro amigo.  Se le practicó traqueostomía ayer sin problemas. ¡Pero cómo! Si tu risa debe ser escuchada. Continúa baja su función renal, en hemodiálisis. Sus cifras de laboratorio alteradas. Despierta, nos haces mucha falta para aprender a celebrar la alegría del encuentro. Desde ayer fiebre, requiriendo manejo intensivo. Los niveles de azúcar en control permanente.  Experto en vinos de mesa, en cata y producción, te veo con tu copa de tinto en la mano. Continúa en ventilador con alto flujo. ¿Cuándo volveré a escucharte como el alma de  las reuniones? Preocupa al equipo médico que su estado continúa estacionario y grave. ¿En qué parte de la sala aséptica se fueron a ocultar tu fortaleza y tu constante entusiasmo? Hay riesgo de daño a varios órganos.  ¡Ya levántate, amigo, abandona mangueras y aparatos, y enfúndate ese buen humor tan tuyo!  Hoy se transfundirá y se hará nueva tomografía en cuanto lo permitan sus condiciones. Nos haces mucha falta. Desafortunadamente no ha habido cambios hacia la mejoría.   ¡Sal ya de ese mal sueño en el que te has metido! ¡Recoge tu alegría que dejaste encargada en el guardarropa de  Terapia, y vámonos a vivir la vida como se debe! Fin del reporte médico de hoy.

Andrea Bocelli - Return to Love (Christmas Version)

 
No hay traducción de subtítulos, pero vale la pena concentrarse en disfrutar voces, música y amor, para iniciar la temporada navideña.

EL CARTÓN DE LUY

 




Desconectarse del mundo digital

POESÍA CONFESIONAL de Anne Sexton

 


Querida Linda,

Estoy a la mitad de un vuelo a St. Louis para dar una conferencia. Estaba leyendo una historia en el New Yorker que me hizo pensar en mi madre y, sin darme cuenta, sola, en el asiento, susurré: «Yo sé, madre, yo sé» –encontré una pluma, y pensé en ti– que algún día volarás sola a alguna parte, que quizás yo ya haya muerto, y desearás hablar conmigo.

Yo quiero hablar. (Linda, quizás no estés volando, quizás estés en la mesa de tu cocina tomando té, alguna tarde cuando tengas 40. En cualquier momento) y quiero decirte:

Primero, que te amo.

Dos, que nunca me decepcionaste.

Tres, yo sé. Yo estuve ahí alguna vez. Yo también tuve 40 con una madre muerta que todavía me hace falta.

Éste es mi mensaje para la para la Linda de cuarenta. No importa lo que pase, siempre serás mi pajarito, mi Linda Gray. La vida no es fácil. Es terriblemente solitaria. Yo lo sé. Ahora tú también lo sabes –en donde estés, Linda, hablándome. Pero yo tuve una buena vida

escribí infeliz– pero viví a capa y espada. Tú también, Linda –vive al límite. Te amo, mi Linda, a los cuarenta, y amo lo que haces, lo que encuentras, lo que eres. Sé tú misma. Pertenece a aquellos que amas. Háblale a mis poemas y a tu corazón –estaré en los dos: si me necesitas. Mentí, Linda. Yo también amé a mi madre y ella me amó a mí, ella nunca me sostuvo, pero la extraño, tanto, que tuve que negar que alguna vez la amé –o ella a mí, ¡pero, qué tonta, Anne! ¡Así es!

Tomado de revistademencia.wordpress,com

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


Mi acción no siempre lleva la intención que la percepción de los demás registra.
De ahí quizá surge las frustraciones, el sentirse incomprendido o incapaz de transmitir lo que auténticamente intentamos hacer llegar con nuestras acciones o a través de nuestras palabras.

¿Cuántas palabras dichas en un sentido y tomadas en otro? ¿Cómo encontrar para cada persona el código preciso que le haga llegar nuestro sentir en la medida exacta de lo que pretendemos?

Lo que los sentidos transmiten no necesariamente es para el transmisor y el receptor lo mismo. Hay circunstancias, experiencias previas, estados de ánimo, una serie de modificadores personales, que impiden llegar al fin que nos proponemos. A veces podremos enterarnos, otras nunca sabremos cómo nos interpretaron, y quedaremos perplejos, con la incertidumbre de no saber porque obtuvimos tal o cual reacción.

Inteligencia emocional suficiente para poder descifrar los mensajes y para tener la capacidad de hacerlos llegar, sin embargo receptor y emisor no siempre están en la misma sintonía. Habrá que aceptar que un gran porcentaje de nuestras acciones serán mal interpretadas, y no cargarnos de culpas por ello. La evaluación de nuestro actuar será multifactorial, a veces justa, otras no. Lo importante es tener la conciencia tranquila, es sentir que hemos sido honestos, bien intencionados; comprender que más allá de nosotros hay variables que no podemos manejar. Ser compasivos y comprensivos con los demás y con nosotros mismos.

Lo que los sentidos nos transmiten no siempre es lo que el cerebro registra, en cuestión de sentimientos cada alma tiene todavía mayor complejidad, por eso el amor a veces resulta tan complicado de descifrar.

57 años de diferencia - Un niño y un hombre hablan acerca de la vida

domingo, 21 de noviembre de 2021

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

 

HECHO EN MÉXICO

Durante estos casi dos años ha habido cambios en la economía nacional.  Los consumidores hemos ido aprendiendo habilidades que en otras circunstancias  no habríamos descubierto.   México ha virado en su mercado de trabajo, se ha internacionalizado, en tanto el mercado local busca alternativas para salir adelante.  Las grandes compañías continúan, en ocasiones dentro de una atmósfera de incertidumbre, como es el caso de CFE frente a la Reforma Energética.

Dentro del ámbito doméstico, les cuento: Veo poca televisión; cuando lo hago lo disfruto enormemente.  La enciendo cuando estoy a punto de acostarme; me da una sensación de acompañamiento.  No puedo hacerlo con un libro, pues la necesidad de usar lentes para leer terminaría en catástrofe, con las armazones torcidas.

Hace algunas noches, dentro de mi ritual, llegué a la cama, encendí la televisión y descubrí que no había señal.  A la siguiente mañana, probé encender los dos aparatos de televisión de casa, y nada, no había señal.  Recurrí a redes sociales para revisar IZZI, mi proveedor. Me solicitaron detalles de mi tipo de contrato, imágenes de los televisores encendidos, y finalmente me dijeron “le hace falta un decodificador”.  Me molestó mucho enterarme de esta grosera manera, cuando mis pagos –domiciliados—se llevan a cabo puntualmente.  Me proporcionaron tres números locales que  marco y nadie contesta o están ocupados.  Un buen amigo me facilitó un número 800 de la misma compañía.  Llamé, mencioné mi problema y de ahí me derivaron a otro 800 que, luego de varios intentos, me indicó que no podía atenderme por no ser contrato empresarial.  Me remitió al 800 inicial y ahora me señalaron que estaban en mantenimiento y que volviera a llamar en una hora… Ahí estamos justo ahora, cuando mi obligación periodística semanal  reclama su espacio, como lo ha hecho durante 46 años.

Lo anterior ocurre en una semana en la que confluyeron tres eventos similares. Un poco por seguir en confinamiento, y otro tanto por apoyar a la industria nacional, compré en línea un par de zapatos ecológicos de una empresa chiapaneca.  Hace tres semanas me mandaron un correo con el número de mi pedido y el mensaje de que ya venía en camino. Ayer me comuniqué para preguntar por mis zapatos, temiendo que hubieran cobrado vida propia y se tomaran otra ruta.  Me contestaron que llegan esta semana.  Y ya para acabarla, hice mi pedido mensual de café veracruzano, esta vez agregué dos productos de temporada, mismos que llegaron equivocados.

No es que esté alterada porque se juntaron tres situaciones problemáticas en unos cuantos días.  Me pregunto por qué los mexicanos somos así, como productores, como proveedores, poco aspiracionistas, con un: “Total, qué más da”.   Como que no siempre estamos muy dispuestos a dar ese “plus” de calidad en nuestro trabajo.  O bien, pareciera que a quien exige de manera altisonante las cosas lo atienden primero y mejor, que a quienes intentamos mostrar empatía frente al productor o proveedor que nos atiende.  

Vuelvo a un término que manejé hace un par de columnas, de labios del escritor Luis Jorge Boone y fue iluminador como un gran sol de mediodía en el verano: “Pacto social”.  No se aplica precisamente al tema que traigo hoy a colación, pero en el fondo sí tiene que ver con la actitud que mantenemos unos con otros: Productores, industriales, intermediarios, proveedores y clientes.  Todos tenemos la obligación moral de actuar de la mejor manera a favor de nuestro país.  Yo apuesto por una sociedad en donde las cosas se hagan bien hechas, cumpliendo estándares de calidad internacionales; donde se atienda al usuario o al comprador de la mejor manera; donde nosotros, desde este lado de la línea, mantengamos una conducta civilizada, respetuosa y apegada a la norma.  Un país donde deje de anteponerse la violencia al cumplimiento de lo que debe ser; donde las leyes se respeten sin estados de excepción discrecional.  Un México de piso firme, y ese piso firme igual para todos.

Alguien me anima a que exija a gritos un servicio que se me interrumpió a la brava y por el que me están cobrando.  No es mi estilo, debo decirlo.  Echo mano de las herramientas que tengo a mi alcance para hacer valer mis derechos.  Me niego a caer en la paradoja de decir una cosa y actuar de modo contrario.

“Hecho en México” una consigna frente a la cual habrá  que estar a la altura.  El país necesita reactivación, creatividad, imaginación y apoyo; sobre todo requiere  nuestro compromiso personal.  Hacer las cosas de la mejor manera por patriotismo, pero, antes que nada, por cumplir con uno mismo cada día, en todo. Hacerlo, antes que nada, por la propia satisfacción personal y como ejemplo para hijos y nietos.

p.d. Me acaban de tomar la llamada. ¡Bravo!

EL CARTÓN DE LUY

Un honor y un placer contar, a partir de ahora, con la participación de Óscar Manuel Rodríguez Ochoa, quien se firma como Luy.  Es artista gráfico de talla mundial, acreedor de importantes reconocimientos a nivel internacional, que ha ocupado prestigiosos cargos en el mundo de la caricatura y la ilustración. Gustoso accede a la propuesta de colaborar en este espacio de manera periódica. 



Hania Rani y Dobrawa Czocher - Tak tak to ja

POESÍA de Cristina Peri Rossi, poeta uruguaya, ganadora del Premio Cervantes 2021



"Y el psiquiatra me preguntó:
-¿A qué asocia el nombre de Alejandra?-
El dulce nombre de Alejandra
el olor de los pinos y cipreses
casas rojas castillos medioevales
una dama en el umbral
muebles púrpuras
la prodigiosa simetría de los parques
una hoja siempre en blanco
delante del ojo que acaricia
la falta de sonido
las lilas de los muros
un dolor enfermizo por casi todo
el muelle gris
las cosas que sólo existen en jardines
para decir cuyos nombres
es necesario empezar por Alejandra
la antigüedad de algunas piedras
respiración entrecortada
la dificultad
para hacer amigos,
en fin, medianoches fatales
en que todo nos falta
especialmente
un amigo
una amiga
inolvidables".

Un mundo sin etiquetas | Wendy Ramos | TEDxLima

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez





El amor puede ser entregado a la persona equivocada, pero nunca resultará ser en si mismo un error. 

Amar engrandece a la persona, le convierte en su mejor versión, le hace entregar lo mejor de si mismo y lograr ser feliz a través de la felicidad que le prodiga al otro. 

Nunca será un error amar, aún cuando nuestro amor sea traicionado, aun cuando termine siendo incomprendido, lastimado, desdeñado, haber alojado en nuestro corazón ese sentimiento siempre habrá valido la pena.

Siempre será mejor haber amado y resultar desilusionado que vivir tras un escudo contra tan sublime sentimiento y vivir ajeno a experimentarlo para no correr el riesgo de sufrir.

Amar nunca podrá ser equivocado, nadie se equivoca al amar, el error es de aquéllos que no pudieron descifrarlo o percibirlo y fueron incapaces de corresponderlo.

Nunca te arrepientas de haber amado. El corazón que ama siempre podrá recuperarse aun cuando lo sintamos literalmente roto, mantenerlo a salvo y retirarse a tiempo, cuando lo vemos amenazado por la indiferencia o el maltrato.

Bien vale la pena tener cicatrices en el corazón, si éstas fueron huella de un verdadero amor. A reconstruirlo y seguir la vida. Nadie en esta vida se muere de amor, nadie debe morir sin haber amado.

VIDEO DIVERTIDO: Bebés en fuga

 
No pueden activarse subtítulos en español, pero en realidad no se necesitan.

domingo, 14 de noviembre de 2021

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

 

UN BUEN MOMENTO

¡Increíble! Muchos sitios públicos ya han comenzado a desplegar elementos relativos a la Navidad.  En nuestro país, el tradicional “Guadalupe-Reyes” se extiende desde el Buen Fin  hasta la Candelaria.  Me sucede, en lo emocional, como si se restara lucimiento a unas fiestas que, por prolongadas, pierden encanto.  No es eso lo que me inquieta para escribir la presente; es el significado que hay detrás de todo ello.

Querámoslo o no, las costumbres propias se han ido amalgamando con las de otros países, en particular –en nuestro caso—con las de la Unión Americana.  Cada año penetra más al interior de México la idea de celebrar “Acción de Gracias”, una fiesta  norteamericana que poco o nada tiene que ver con nosotros.  Ya para estas fechas muchos hogares mexicanos están preparando la cena tradicional del último jueves de noviembre.

En absoluto es una crítica a quienes así desean festejar una costumbre que no es de México.  De hecho, parte de mi familia tiene raíces o residencia  en el vecino país.  Lo que quiero destacar es que a partir de ahora iniciamos una espiral de gastos que para enero nos tiene tantas veces en la lona.  Nos volcamos en los festejos porque así somos, seres humanos generosos y festivos.  Los tiempos no están para hacerlo con igual intensidad que en otros años, tanto por las limitaciones económicas que la pandemia ha impuesto, como por las sensatas restricciones sanitarias que la situación demanda.

El actual es un buen momento para establecer nuestras prioridades de aquí a enero.  Celebrar en familia, sin convertir la fiesta de hoy en la jaqueca de enero.  Festejar el estar con vida, con salud y rodeados de nuestros seres queridos.  Expresarnos unos a otros el amor que nos tenemos; aplaudir nuestros logros; enfocarnos hacia la ocasión que nos reúne alrededor de la mesa y no olvidarnos de incluir en nuestra dádiva a quien más necesidad tiene.

Sorprende la intensidad con que la mercadotecnia se ha infiltrado en redes sociales, ya para alabar ya para denostar a otros por lo que se gasta en la compra de un vehículo, de una chamarra o en la organización de un festejo privado.  ¿Qué pasaría si dejamos de concentrar nuestra atención en los pesos y centavos, y comenzamos a medirnos de otra forma?  Habría que ir hacia atrás con la imaginación para recordar nuestras propias fiestas de temporada y aquello que más nos cautivaba de las mismas: Momentos de magia, no grandes cosas del mercado.  Podemos, con esa mentalidad, trabajar para organizar la celebración que habremos de ofrecer en nuestro hogar.

Con notoria facilidad nos envuelven los contenidos del exterior, ya para impulsarnos a comprar, ya para generar en nosotros un sentimiento de incompetencia, inclinándonos a sentir que no estamos a la altura de lo que el mundo exige.  Es un fenómeno de enajenación emocional que produce sus efectos  en los consumidores y que, finalmente, genera un malestar que bien podríamos ahorrarnos.

Buen momento para comenzar a planear nuestras reuniones, nuestros gastos, pero sobre todo el sentido con que llevaremos a cabo las celebraciones.  Recordar que llegar al término de un año más en medio de esta dificultosa situación sanitaria, es el mejor regalo que la vida nos otorga.  Y estar conscientes de que, así sea frente a un plato sencillo o uno suntuoso, el festejo está en el interior de cada uno.  La alegría de vivir se lleva muy dentro y se reparte entre los seres que más amamos.

A ratos hacemos como que no escuchamos las voces de advertencia que indican que la COVID no ha terminado.  Cierto, tenemos mucha más movilidad que la que teníamos un año atrás; comenzamos a reunirnos; lo recomendable es que se haga en pequeños grupos, procurando la sana distancia, aunque haya intereses no médicos que llaman a desatender esta regla.  Podemos celebrar de forma presencial, lo que en el 2020 para esta temporada representaba un grave riesgo.

Volviendo al inicio de la actual colaboración: Dotemos a las fechas que decidamos celebrar, de significado y de esplendor.  Vivamos cada una de ellas de manera profunda, festejando el sentido esencial de las cosas, con la debida prudencia para seguir celebrando más delante.   La muerte es la única realidad absoluta de la vida; puede ocurrir en cualquier momento: Una cosa es que llegue y nos lleve, y otra es que la estemos invocando con nuestra forma imprudente de actuar.

Para quienes ya comienzan a celebrar esta semana: ¡Felices fiestas! Para quienes lo hacen bajo la sombra de una pérdida familiar, habría que recordar a ese ser querido que hoy ya no está, recapitulando cuánto significó su existencia para cada uno de los reunidos.  Me parece que no hay entre nosotros mayor insignia de una buena vida, que ser recordado con gratitud cuando hayamos partido.

MICROPOESÍA de María del Carmen Maqueo Garza

 Para acompañar la inspiradora prosa y fotografía de Armando Ramos, me permito incluir una micropoesía alusiva al tema: 

Poesía

 

Ligera como el aire,

 

veloz cual vuelo

 

de colibrí.

 

Expresión sucinta,

 

piedra profunda

 

que al caer al agua

 

se vuelve ondas.

 

Milenario saber

 

se posa en la mano,

 

mueve la pluma,

 

canta a la vida.

 

La inmortaliza.


Majestuosa entrada de los novios: Opera Garnier, Paris

 
No me pude resistir a compartir esta majestuosa entrada a una boda musulmana 
en el recinto de la Ópera Nacional de París.¡Exorbitante!

REFLEXIÓN del médico pediatra y fotógrafo de la naturaleza Armando Ramos




La fotografía es de la autoría de Armando Ramos

2 GRAMOS.....
ZUMBADOR GUATEMALTECO (El Colibrí de Elliot (Atthis ellioti))
El segundo Colibrí más pequeño del mundo. Habita en la parte norte de América Central, incluyendo a México en el Área de Chiapas..... Si solo pesa 2 gramos.

Se confunde con abejorros y tiene una gran barba Magenta-Rosa que le da un sello especial de belleza.... y sí, solo 2 gramos de peso.

Para los Mexicas es la comunicación entre los hombres y los dioses y para los Mayas cada vez que ves uno alguien está pensando en ti de buena manera.... 2 gramos.

El colibrí es la única ave polinizadora, su aleteo es capaz de llegar a 55 veces por segundo, su corazón late a 600 latidos por minuto en reposo y en actividad puede llegar a 1,200 latidos por minuto..... 2 gramitos.

En ocasiones es difícil diferenciar uno de otro. Existen mas de 300 especies y en México existen 58 y 13 son exclusivas de nuestro país... así que México es un paraíso de estas Aves.... 2 gramos.

Requieren gran cantidad de energía para sus vuelos, que pueden ser hacia adelante, atrás, arriba o abajo con una gran agilidad y rapidez, su pico es largo para poder aprovechar el néctar de las flores en donde se encuentre, a veces ingieren hasta 5 veces su peso para poder mantener esa viva energía que los caracteriza....Y si todo eso por 2 gramos.....

Y los humanos deforestando áreas en donde se alimentan, viven y se reproducen, haciendo que cada vez veamos menos de estas hermosas aves.... Con solo 2 gramos embellecen y hacen más por la vida que algunos individuos de más de 60 kg...


Dia Mundial da Gentileza

FRAGMENTO DE POESÍA DE ABIGAEL BOHÓRQUEZ

 

Dentro del rescate  de sus personajes literarios que emprende el Instituto Sonorense de Cultura, se halla un libro sobre Abigael Bohórquez (1936-1995), del cual me permito extraer un hermoso fragmento:

LAS VOCES MÍNIMAS

Señor,

esta noche besé tus pies de alba

y con la túnica triste que vestías

enjugué la franqueza de mi llanto.

Imaginé tu mano insospechada

que se vestía de un fulgor de pétalo

recién nacido a la aridez de suelo

y en la ceguera torpe de los secos

lagrimales del hombre, que te niega.

Las voces mínimas de mi intuición reptante

me gritaban:

Aquí está, siéntelo,

es una ausente presencia de latido que te rodea.

Tócalo.

¿Dónde está? ¿Dónde está?

Yo braceaba en el aire de mi cuarto,

quería asir la curva de sus piernas,

aferrarme a su aurora inexpugnable,

columpiarme en la luz de su palabra,

confundir el sudor de sus caminos

con lo ignorante de mis lágrimas.

¿Dónde está? ¿Dónde está?

Adivino el color de su presencia,

pero no el palpitar de su mirada

ni el respirar de carne de su pecho.

Señor,

manifiéstame el rayo de tu cuerpo

que no alcanza su imagen en el orden.

Delátame tus ojos submarinos.

Ay, pausado caminar de viento

llevando el polen de la semejanza

sobre el hijo del hombre.

Señor,

no quiero este vacío de mis huesos

si no ocupas la cárcel de mi espíritu

y bebes la sopa de mi plato.


Agradezco a mi querido Rubén el acceso a esta joya literaria.

 

'El Cascabel' interpretado por Orquesta Sinfónica de Xalapa

domingo, 7 de noviembre de 2021

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza


PACTO SOCIAL

No soy amante de ver videos con contenidos violentos. Éste se atravesó frente a mí, y tal vez por inercia digital, terminé viéndolo.  Hallé lamentables los hechos grabados.  En el estado de Chiapas un grupo de migrantes, que por su físico y vestimenta deben de ser centroamericanos, atacan, tumban y roban a un elemento de la Guardia Nacional, hasta dejarlo inconsciente en el acotamiento de la carretera.  Un par de ellos se regresa como con intención de ayudarlo.  El video se corta antes de saber hasta qué punto lograron hacerlo.  Me sorprende que a pesar de que en las inmediaciones hay un camión de la GN, no logran observarse elementos alrededor.

En ese momento me pregunté qué habría sucedido si un grupo de mexicanos nos halláramos en las proximidades del sitio del ataque.  ¿Habríamos en verdad entrado a contraatacar al grupo de ilegales que en nuestra propia  tierra embisten a un ciudadano mexicano? Hay que decirlo: Francamente lo dudo.  Actuaríamos, como muchas otras veces hemos hecho, haciendo “como que la virgen nos habla”, para zafarnos cómodamente de la situación.  Que un solo individuo intente enfrentar a una turba sería suicida, pero ¿por qué no se nos da congregarnos en ese momento para defender a un connacional?

En fechas recientes asistí a una sesión con el destacado escritor monclovense Luis Jorge Boone. Disertó respecto al género literario del ensayo.  Recorrimos bajo su tutela los grandes ensayistas, comenzando por Bacon y Montaigne, hasta los más recientes, que han diversificado la forma de escribir un ensayo.   Este género nace cuando nos hacemos preguntas que luego tratamos de contestar.  Básicamente hay ensayos personales, académicos, históricos y literarios, y mil formas de contarlos.  Partimos de un tema que nos llama la atención para hacernos preguntas y más delante sembrar esas preguntas y otras más  en el lector, de manera que cada uno, escritor y lector genere sus propias reflexiones.  Dentro de lo mencionado por Boone quiero destacar un término que hallé iluminador, y que explica en gran medida lo que sucede en nuestro país: “En México no hay pacto social”.  Dicho concepto tan claro como verdadero se quedó dando vueltas dentro de mi cabeza y hoy viene a tratar de aterrizar frente a  hechos recientes.   Nosotros como mexicanos no hemos firmado un pacto social con los demás, muchas veces ni con la propia familia.  Actuamos viendo por nuestros intereses personales, aunque en las palabras tantas veces argumentamos, discutimos y vociferamos. Escribimos en redes sociales, amenazamos con matar a los que plantean posturas antipatrióticas; emprendemos marchas de protesta, pero a la hora de estar frente a la situación real, poco hacemos.  Para ejemplo tenemos lo ocurrido hace tres días en Cancún.  Apenas comienza a levantarse el turismo después de la pandemia, y un conflicto entre narcomenudistas en plena playa termina en tragedia.  No sugiero que algún bañista vaya y se enfrente a las armas de alto poder de los delincuentes, pero sí que actuemos de manera más solidaria, como un grupo humano con intereses en común.

México es el país de los abrazos y no balazos frente al crimen organizado que cobra cada vez más fuerza.  Somos el país  donde se exigen derechos, pero se omite cumplir deberes.  Donde cuenta más la comodidad del momento que la enseñanza para la vida.  Donde el bebé aprende a caminar con un celular en la mano.  Donde no hay tiempo para atender a los hijos mientras dura la novela.  Hemos fabricado una granja de niños solos que pronto serán carne de cañón para los grupos criminales. Y con los sobrevivientes se integran los nuevos escuadrones de la muerte.  Somos el país donde todo se puede, al costo que sea, así se trate de vidas humanas.

“Pacto social”: Habría que analizar si siempre hemos tenido esta tendencia separatista y antagónica, tan ancestral como el color cobrizo de nuestra piel.  O hasta qué punto influyen las nuevas tendencias sociales a profundizar una forma de actuar, de suyo novedosa, tras la terminación de la Revolución.

En otros países un adulto en la calle puede reprender a un niño al que sorprende obrando mal, como sería el caso de Cuba.  O lo contrario, un niño puede denunciar a un adulto que no cumple sus obligaciones, como sucede en los trenes de la Unión Europea, donde, aun para viajes largos, muchas veces no se revisan  boletos.

En nuestro país el primer caso acabaría en una denuncia para el adulto que “hostiga” al menor delincuente.  En el segundo caso, no existe en el imaginario infantil la opción de señalar a un adulto.  O hasta es posible que, para esa tierna edad, el niño ya haya interiorizado que incumplir las regulaciones sea un signo de audaz inteligencia.

“Pacto social”: ¿Cómo para cuándo lo iniciamos los mexicanos?

POESÍA de María del Carmen Maqueo Garza


VIDAS
Hay vidas grandes y pequeñas.
Por un lado están los hombres y mujeres
que llevan en sus manos las riendas del mundo,
los que mueven la bolsa de valores, dictan leyes,
y escriben la historia en gruesos tratados.
Por otro lado están las vidas pequeñas,
la vida del abuelo que camina
quince cuadras al centro comercial
para surtir la nota. La de aquella madre
que espera el camión sin dejar de sonreír,
pensando en el rostro de su amado niño.
Por igual las vidas grandes y pequeñas
hacen la historia. Cual nave en alta mar,
tan necesario el capitán como el sencillo grumete.
No hay diferencia para Dios entre sus hijos,
el de vida grande y el de vida pequeña,
como cóndores y colibrís,
como encinos y poleo; necesarios todos
por igual, como son el océano y el ojo de agua
minúsculo, que surge de la nada entre dos piedras,
cada quien desde su sitio, con su propia encomienda.
El amor único de Dios vertiéndose
en vasos grandes y pequeños
de distinto tamaño y forma
para que se cumpla lo que ha de cumplirse
en el engranaje colosal del Universo

Salut Salon: "Competencia para cuatro"

 
Gracias por tan original sugerencia, Regina.

POESÍA de Luis Cernuda

 




ESTOY CANSADO

 Estar cansado tiene plumas, 

Tiene plumas graciosas como un loro, 

Plumas que desde luego nunca vuelan, 

Mas balbucean igual que loro. 

Estoy cansado de las casas, 

Prontamente en ruinas sin un gesto; 

Estoy cansado de las cosas, 

Con un latir de seda vueltas luego de espaldas. 

Estoy cansado de estar vivo, 

Aunque más cansado sería el estar muerto; 

Estoy cansado del estar cansado 

Entre plumas ligeras sagazmente, 

Plumas del loro aquel tan familiar o triste, 

El loro aquel del siempre estar cansado.


De su libro: Un río, un amor.  Tomado de: Material de lectura de la UNAM

Gimnasia de Paul Hunt en la barra de equilibrio

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez





Hoy se festeja a los muertos, festejo inverosímil, donde las risas son pocas, los recuerdos demasiados, nostalgia de buenos tiempos, tristeza de otros no tanto,. Catrinas, calaveritas, desfiles, flores, ofrendas, que visten el día y aromatizan con colores y fragancias que nos hacen estremecer.

Día de muertos, donde los hoy festejados se aproximan tanto al alma, que se pierde la barrera entre una y otra dimensión, nos acercan los recuerdos, las vivencias, la nostalgia, nos acerca todo aquello que como estela perenne nos dejan seres queridos.

Se han ido en distintos tiempos, los lejanos y recientes se unen en este día, especialmente nos hacen unirnos en armonía, sin recelos, sin protestas, porque a la muerte reclamos ni sentido tiene hacerle. El tiempo nos va menguando el dolor, el sufrimiento, resignarnos es preciso, para continuar la vida, para no perder el rumbo, para no morir en vida.

Vamos llevando por siempre a nuestros queridos muertos, en nuestros mejores recuerdos, por siempre en el corazón, festejemos no su muerte, festejemos lo vivido, lo que nos mantiene unidos, el legado sentimental que nos acompañará hasta el final de nuestros días.

Hoy como siempre, pero más que ningún otro día, mis muertos son compañía, la muerte sabe que nunca, podrá extinguir la energía que emana del alma misma, más allá de su presencia que la muerte si nos hurta, siguen siendo en nuestras vidas fuente de inspiración y fortaleza.

¡Que vivan mis queridos muertos, y que nadie en vida muera!

VIDEO: Empatía

 
Solamente puedes entender el trabajo de otros cuando te toca hacerlo por ti mismo.

domingo, 31 de octubre de 2021

POESÍA de María del Carmen Maqueo Garza


Encuentro y fiesta

 

Florido jardín de variopintas piedras:

Desde el blanco nieve hasta el carbón profundo. 

se combina lo fugaz de las flores 

con la rigidez perpetua del mundo mineral. 

Ahí, donde los llantos profundos de un ayer 

se sanan con el tiempo. 

Hoy se acompasa el trino melódico 

de un jilguero festivo 

con la emoción colorida de sus visitantes. 

Camposanto: Conservas las memorias 

          sagradas 

de ayeres hechos de dolor, vueltos ofrenda. 

Tierra bendita en donde se plantan 

con amor profundo  los mejores 

para salvarlos de la desmemoria. 

Hoy vistes tus vistosas galas. 

se hermosean mármol y granito 

ante el corro de voces que transitan 

por sus verdes galeras. 

Hoy hay fiesta y encuentro,

y así cada noviembre,

hasta que un mañana, 

          sin tiempo 

haya encuentro y fiesta.