domingo, 28 de noviembre de 2021

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


Mi acción no siempre lleva la intención que la percepción de los demás registra.
De ahí quizá surge las frustraciones, el sentirse incomprendido o incapaz de transmitir lo que auténticamente intentamos hacer llegar con nuestras acciones o a través de nuestras palabras.

¿Cuántas palabras dichas en un sentido y tomadas en otro? ¿Cómo encontrar para cada persona el código preciso que le haga llegar nuestro sentir en la medida exacta de lo que pretendemos?

Lo que los sentidos transmiten no necesariamente es para el transmisor y el receptor lo mismo. Hay circunstancias, experiencias previas, estados de ánimo, una serie de modificadores personales, que impiden llegar al fin que nos proponemos. A veces podremos enterarnos, otras nunca sabremos cómo nos interpretaron, y quedaremos perplejos, con la incertidumbre de no saber porque obtuvimos tal o cual reacción.

Inteligencia emocional suficiente para poder descifrar los mensajes y para tener la capacidad de hacerlos llegar, sin embargo receptor y emisor no siempre están en la misma sintonía. Habrá que aceptar que un gran porcentaje de nuestras acciones serán mal interpretadas, y no cargarnos de culpas por ello. La evaluación de nuestro actuar será multifactorial, a veces justa, otras no. Lo importante es tener la conciencia tranquila, es sentir que hemos sido honestos, bien intencionados; comprender que más allá de nosotros hay variables que no podemos manejar. Ser compasivos y comprensivos con los demás y con nosotros mismos.

Lo que los sentidos nos transmiten no siempre es lo que el cerebro registra, en cuestión de sentimientos cada alma tiene todavía mayor complejidad, por eso el amor a veces resulta tan complicado de descifrar.

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