domingo, 30 de diciembre de 2018

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

UN AÑO DISTINTO
Me declaro enemiga de los lugares comunes, tan frecuentes en esta temporada.  Las antiguas tarjetas impresas, sustituidas hoy en día por mensajes instantáneos, dan cuenta de los mejores deseos para la Navidad y el Año Nuevo, que en lo personal me resultan  meros formulismos de ocasión.  Nada hay de nosotros mismos en cada una de esas frases que se repiten de ida y  vuelta,  en el fin de año.
     Los lugares comunes --en este caso-- corresponden a frases dentro de las cuales acomodamos nuestra molicie o  nuestra falta de inspiración, para sentir que hemos cumplido con nuestros seres queridos, apreciados o conocidos, por las fiestas.  Desde que tengo uso de razón,  me ha gustado “salirme del huacal”, por lo que estas fórmulas estereotipadas no van conmigo.
     Es de este modo como, para el año que inicia, quiero desear a mis dos lectores algo distinto a lo muy trillado, y aquí va:
     Deseo que recobren la mirada de un niño para ver la vida, sabiendo hallar la magia en  cada momento, frente a cualquier elemento.  Que lo más cotidiano adquiera significado.
     Que el entusiasmo se convierta en esa corriente energizante que recorre el torrente sanguíneo desde la cabeza, con su obligada parada  mecánica  en el corazón, para depuración y balanceo.
     Sean los proyectos que emprendan para satisfacer lo propio, unos que no perjudiquen   el bienestar de los demás.  Si ayudan a otros, bien, y si no, al menos que ellos  no salgan afectados en la consecución de nuestros afanes. 
     Quiero desearles que se propongan metas de excelencia, metas elevadas  que impliquen tiempo y esfuerzo, porque en ellas está el modo más seguro de trascender en la vida.
     Van mis parabienes para ustedes  y los suyos.   Que en estas fechas consoliden esos sentimientos que han sabido cultivar a lo largo del año, momento a momento, como brisa suave que --con el tiempo-- termina convertida en dulce arroyo.
     Que la música guíe su  andar, de modo tal,  que hagan de cada paso  un evento maravilloso, el cual  los conduzca de vuelta   hacia el origen de todas las cosas.
     Sea el año que inicia  muy especial, en que  logren asimilar que la vida es como teclado de piano,  una secuencia de formas y colores. En los distintos tonos y en su intensidad radica su inconmensurable riqueza.
     Que nunca pierdan de vista el propósito final que nos tiene en este mundo.  La vida  ofrece lecciones cada día, unas envueltas de  regalo, otras habrán de llevarnos  como el hierro a la fragua. Todas son lecciones que nos llevan a ser mejores personas.
     No podría desearles siempre paz. Junto con sus plácidos ratos les deseo también problemas, porque en el fragor de las batallas que habremos de enfrentar, es donde el espíritu crece y se fortifica.
     Eso sí, para cada uno de ustedes  anhelo con el alma que siempre tengan a su lado al mejor amigo, ese que permanece como  sombra  con nosotros, dispuesto a acompañarnos a donde vayamos.  Ese mejor amigo se llama “uno  mismo”.
     Quiero brindar porque en  el año que inicia   descubran el amor verdadero, ese que empieza con la estima propia  y se extiende como un manto verde y fragante, primero entre los seres más cercanos,  y  sigue  avanzando, hasta llegar más allá de  donde la vista alcanza.
     Hoy van mis deseos por un tiempo cargado de risas, de música y  de magia.  Trescientos sesenta y cinco amaneceres en los que la vida les  sorprenda con sus colores, sus olores, sus melodías.   Trescientos sesenta y cinco ocasiones de dar gracias al cielo por tantas bendiciones,  esas que habitualmente damos por sentadas y  poco  tomamos en cuenta.  Trescientos sesenta y cinco noches que nos obliguen a  hacer un recuento de lecciones antes de  zambullirnos en  las suaves aguas del descanso.
     En esta vida nada es bueno ni malo.  Las cosas son porque sí, en ocasiones como resultado de nuestras propias decisiones; otras más suceden de forma fortuita, pero de igual modo están frente a nosotros, y para seguir el camino habremos de sortearlas.   Les deseo que desarrollen la sabiduría para salir adelante en  cada  situación, habiendo aprendido algo nuevo, una experiencia que sirva más adelante para salvar otro tramo del camino. 
    Todos estamos en el proceso de aprender a ser mejores personas.  Pido al cielo asimilar las lecciones antes de seguir adelante, cuidando de no ir arrastrando  lodo en los zapatos. Algo similar deseo para cada uno de ustedes: Tiempo, oportunidad y empuje para ser hoy mejores que ayer.  Frente a nosotros mismos  realistas, al margen de estériles comparaciones con respecto  a otros --una forma de autoengaño.
     Libres, emprendedores, valientes, auténticos. Positivos, sin complicaciones. Amorosos, divertidos,  alegres,  resilientes. ¡Feliz 2019!

Sugerencia de año nuevo

Para el año que está por iniciar lleva en tu maleta una buena provisión  de actitud. Con ella  podrás enfrentar cada tramo del camino como un reto personal para ser mejor.  ¡Feliz 2019!

Invierno: Por Andreea Petcu

ORACIÓN DE AGRADECIMIENTO por Salvador Novo



Gracias, Señor, porque nos diste estos años
en que abrimos a tu luz los ojos ciegos.
Gracias, porque la fragua de tus fuegos
templó en acero el corazón de estaño.

Gracias, por la ventura y por el daño,
por la espina y la flor; porque tus ruegos
redujeron nuestros pasos andariegos
a la dulce quietud de tu rebaño.

Porque en nosotros floreció tu primavera;
porque tu otoño maduró nuestra espiga
que el invierno guarece y atempera.

Porque tus dones nos bendiga
-compendio de tu amor- la duradera 
felicidad de una sonrisa amiga. 


Agradezco a mi nunca bien ponderado amigo  Francisco Ledesma tan acertada sugerencia para la ocasión.

Las 9 reglas del éxito por Yokoi Kenji

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


Especialmente en estas fechas me detengo a hacer un recorrido a través del tiempo, hasta donde la memoria me lo permite, queriendo rescatar lo más valioso que durante mi vida haya podido lograr, sentir, ofrecer a los demás, mantener hasta la actualidad.
     ¿Qué es aquello que más me satisface haber hecho? Sin dudarlo siquiera, es el amor que haya podido compartir a mi alrededor, y  valorar el que he recibido de cada uno de ellos.
     En cada etapa de mi vida ha sido primordial, más que mis éxitos -si es que puedo considerar que los tuve- en el ámbito profesional, los que he logrado en el aspecto afectivo y que me han dado soporte emocional para sobrellevar la vida con actitud positiva. Puedo decir que el mejor tiempo empleado ha sido aquél que he dedicado a escuchar a quienes necesitaban ser oídos, en intentar consolar al que acudió a mi con algún pesar, cuando me di el tiempo, por ocupado que estuviera de acompañar en momentos de tristeza, de alegría, de gozo o de dolor a quienes sabía que mi presencia era importante.
     Una vida con propósitos, de buenos propósitos, debe tener como prioridad no menospreciar los afectos, que son el alimento del alma, que dan sostén, que es esencial para darnos la categoría de seres "humanos".
   El éxito en esta vida no puede asumirse, si para lograrlo hemos subordinado el amor a la consecución de éste. Equilibrio emocional que no impida darnos la oportunidad de mantener vivos los afectos, a hacer patente nuestro interés por los demás, sin ser egoístas al vivir tan solo centrados en nuestro proyecto de vida, que sea el que fuere, adquiere más valor cuando ha sido aderezado con amor.

Jubilée: El deber ante todo

domingo, 23 de diciembre de 2018

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

EL ORIGEN DE LA VIOLENCIA
Todo cambio genera un cimbramiento del sistema.  Un cambio de gobierno no  escapa a este principio.   Las primeras tres semanas del mandato de López Obrador así  lo han demostrado.  En mi particular opinión encuentro  tan ambicioso su proyecto  de nación, que no va a alcanzar ni el tiempo ni el dinero para consolidarlo.  Además de que la corrupción, integrada como parte de la estructura que sostiene todo lo demás, no puede cortarse de tajo sin que el sistema completo corra riesgo de caer.   Aclaro, soy la primera en catalogar a  la corrupción como un mal terrible para México, que  --por desgracia-- se halla tan arraigado, que no alcanza el qué y el cuándo para lograr que se extinga.
     A lo que voy --sin embargo-- es a hablar del asunto de la inseguridad.   El hoy presidente, estando en campaña aseveró que quitaría al ejército de las calles; ahora parece que siempre no, a causa de la  inseguridad.   Por otra parte le da un significativo recorte a la cultura, inicialmente fue a la educación superior y a la cultura.  Por fortuna  dio marcha para atrás con la reducción presupuestal para la educación superior, pero mantiene  el recorte al rubro de cultura, y a ello me quiero enfocar hoy.
     Diversos países con mayor desarrollo que el nuestro se han ocupado en implementar programas de sensibilización artística, a partir del momento en que un niño ingresa a maternal.  El pequeño tiene algunas opciones de disciplinas, como pueden ser música, danza o artes plásticas, por citar algunas.  A lo largo del tiempo se han implementado diversos estudios que demuestran que el aprovechamiento general del niño  mejora debido a esta intervención. Por tal razón no escatiman en  destinar presupuestos significativos para esta preparación extracurricular.  En contraste, pareciera que en México esos gastos, lejos de ser vistos como una inversión, se asumen como  rubros onerosos que  pueden eliminarse,  para reorientar  tales dineros a otros propósitos considerados como más urgentes.
     La inseguridad es un problema mayúsculo en México.   Recientemente tuve oportunidad de asistir a un foro en el que participaron Sergio Ramírez y Gioconda Belli, quienes dieron cuenta de primera mano de la situación vigente  en Nicaragua, a partir de  abril de este año cuando las manifestaciones pacíficas organizadas por civiles se tiñeron  de sangre.  Ellos hablaban de algo así como 146 muertos, una enorme tragedia para un país tan pequeño que  no está acostumbrado a conflictos con sangre, al menos no en los últimos 20 años.  Alguien del público quiso desdeñar las palabras de los escritores argumentando que eso no era nada en comparación con los 300,000 muertos que ha cobrado en México la mal llamada  guerra contra el narcotráfico.  Fue una descortesía de quien así lo expresó ante dos figuras extranjeras de ese nivel, pero finalmente hay que reconocerlo, en México la muerte tiene permiso de hacer lo que se le venga en gana.
     Es en este escenario  dantesco del que sólo la suerte nos salva hasta ahora,   todos, como mexicanos, tenemos que preguntarnos si incrementar la presencia de fuerzas militares en las calles realmente va a resolver el problema, cuando a la par, se deja  desatendido el origen del mismo.
     México vive una crisis de valía.  Se carece de elementos que fomenten el desarrollo de la autoestima desde la infancia.  Las figuras parentales no son lo fuertes que deberían para que el muchachito crezca sintiéndose reconocido, importante y útil a la sociedad.  Por desgracia es muy común que  el niño lo haga como plantita silvestre, a la buena de Dios, echando mano  de los modelos que tiene próximos a él, generalmente niños de su edad o  mayores.  La pandilla hace lo propio para cubrir en ese chico el sentido  de pertenencia.  La necesidad de formar parte de algo superior a su sola persona es tal, que se adhiere al grupo  a cualquier precio, sirviendo --por desgracia-- como carne de cañón para la delincuencia organizada. 
     Mientras que no rompamos ese círculo vicioso, no va a ocurrir un cambio de raíz en  la inseguridad.  Quitar recursos a la cultura y sus bondades, es mantener la espiral de violencia en nuestro país.  De ese modo no hay elementos que apuesten por la formación de individuos seguros de ellos mismos, que busquen enfocarse en alcanzar la maestría en algún quehacer, y que ese quehacer les haga sentirse valiosos frente a la sociedad.  Mientras no entendamos que la paz y la guerra nacen en el corazón del hombre, seguiremos como hasta ahora, “apagando fueguitos” a un costo social y económico insostenible.
     La violencia es  generada  por la contraviolencia, como  respuesta a la violencia proveniente de los demás, dice Jean Paul Sartre. Más vale no desestimar sus palabras.

VIÑETAS por María del Carmen Maqueo Garza


Luces de Navidad, alumbren mi camino.
Conduzcan mis afanes extraviados
          al origen,
fundan mis destellos con la fuente.
Que este amor, incompleto
           y humano
se vuelva uno en la constelación
del amor más grande.
Que mis destellos torpes
          trasciendan esta noche
asidos al amor del que viene
a entregarlo todo.
No pierdan mis pupilas
          su mirar.
No salgan mis pasos
          del sendero.
Sea esta  celebración de lo divino
en su condición humana e imperfecta,
          barro y paja
--uno más de nosotros, convertido--
bitácora y compás,
la urgente ruta de regreso al corazón
que el mundo necesita
hoy más que nunca.

.

Blanca Navidad con Andrea Bocelli

Sabiduría de Jorge Oyhanarte

Cuando ya no te inquiete lo que pase contigo…
Cuando te quede claro que esta vida es un juego…
Cuando a aquel que te agravia no lo veas enemigo…
Cuando ya no le busques distracciones al ego…
Cuando por igual trates al triunfo y la derrota…
y entiendas que las cosas no son lo que aparentan…
Cuando igualmente aprecies la flor que no se nota…
y los bellos jardines que a veces se presentan…
Cuando mires al mundo lleno de compasión
por aquellos hermanos que han elegido el drama…
pero a la vez comprendas, que al abrirse el telón,
son solamente actores de una infinita trama…
Cuando ya no te tomes ninguna cosa en serio…
Cuando no te interese ni ser juez…ni ser parte…
Cuando poses tus ojos de lleno en el misterio,
y sientas que no hay nada que pueda lastimarte…
Y ya no te preocupe abandonar tu traje
con ese desapego del que a nada se aferra…,
celebraré tu vida, compañero de viaje…,
bendito ángel humano caminando la Tierra…

Excelente sugerencia de mi amiga Caro. Tomado del Fb Eckhart Tolle En Español

El extraño caso del árbol epiléptico

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


Navidad, navidad, lalalalala! 
     Se nos olvida como era la lechuga, la cuenta de calorías llega a ser tan larga que preferimos dejar de sumar y mentalizarnos en enero en el gimnasio.
     Las tarjetas de crédito son las únicas que adelgazan, nuestras deudas igual que nuestro cuerpo tienden al  alza, la alegría nos embarga, ya vamos de gane si es lo único que termina embargado.
     Entre tamales, champurrado,churros, pozole, pavo, ponches, y demás, nos enfiestamos un día sí y otro también. No hay reposo, es tiempo de posadas, 
     ¿Y quién es el del cumpleaños? Quién sabe, pero allá vamos. Así es esto, entre el pino, los adornos, Santa Claus, los regalos, la discusión de dónde la pasamos, y qué vamos a cenar, perdemos noción de que estamos celebrando. Y gente va, gente viene, unos sufriendo porque no verán a seres queridos, otros porque les dijeron que si venían, ¡pero hay reunión familiar!
     Y la palabra SALUD!! se escucha con más frecuencia que en el resto del año, y lo menos saludable es lo que termina siendo tanto decirla, pero brindemos por ello.
     Y ya en la recta final, vamos agarrando pista que ya viene navidad, nos invade ese espíritu navideño que parece contrariado porque se le confundió con otro y ha sido reemplazado.
     Vamos pastores vamos, noche de paz, oh noche santa, son solo villancicos que se oyen en estos tiempos de vez en cuando, entre raeggeton y canciones norteñas, para recordarnos, aunque sea un poquito, que Navidad es tiempo de paz, pero a decir verdad en estos tiempos muy poca gente busca estar en paz, y si lo consigue, siente que no es navidad. Así es esto, ni hablar.



Tierna historia de Navidad

domingo, 16 de diciembre de 2018

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

TRAS EL VENDAVAL
Nuestra condición humana es maravillosa.  Tanto así,  que solemos olvidarnos de que  más allá de nuestro buen funcionamiento,  somos muy vulnerables.   La vida nos presenta  situaciones en las que, como madre amorosa, nos da  un estirón de orejas para recordarnos que no somos  invencibles, como  tan fácilmente  solemos suponer.
     Una de tales condiciones --que en lo personal me ha provisto de grandes lecciones-- es la enfermedad.  Un día estamos bien y al siguiente aquel fino equilibrio del que ni siquiera estábamos conscientes, se ha perdido.  Llega el quebranto de salud con su cohorte de malestares y fallas, y entonces cobramos conocimiento de lo frágil que es nuestra carne.  Entendemos también que ni todo el dinero ni todo el poder pueden comprar un gramo de vida cuando esta ha terminado.
     La enfermedad es un recurso de gran valor que nos da la existencia,  para trascender a un plano por encima del material. La crisis familiar que provoca el mal físico de uno de sus miembros, comienza a seguir un proceso de maduración.  Surge aceptación, fortaleza, solidaridad,  y finalmente cohesión en torno a quien requiere  apoyo del resto.
     Otra condición que nos planta en la tierra de un solo golpe, es  la aparición de fenómenos naturales.   Este puerto fronterizo coahuilense amaneció el jueves 13 alegre y aún cantarino, después de las tradicionales fiestas   de Guadalupe.   Quiero imaginar que los matachines habrán caído en sus camas como “piedra en pozo”, dejando los trajes de sonoros carrizos  así nada más, en cualquier lugar.  Los devotos guadalupanos, quienes iniciaron su jornada antes del alba del día 12, con las mañanitas a la Virgen Morena, deben haberse  hartado de comer tamales y champurrado, y habrán ido a dormir como benditos.   
     La mañana iniciaba como cualquier otra.  A aquello de las 11  comenzaron a soplar los vientos, según lo anunciado por los distintos servicios meteorológicos de ambos lados de la frontera. A pesar de la advertencia no dejamos de sorprendernos por la fuerza del ventarrón. Mi imaginación --la mejor compañera de esos ratos de solitud-- me hacía percibir las crecientes ráfagas como emanadas de la garganta de un moderno Eolo para controlarnos a nosotros, pobres mortales. Conforme pasaron las horas pudimos atestiguar los daños provocados por la fuerza del viento.  Jóvenes árboles se partieron por la mitad; algunos viejos fresnos  fueron arrancados de raíz, así como las techumbres estilo americano de diversas residencias.   Las emergencias comenzaron a reportarse a través de redes sociales; la energía eléctrica se vio interrumpida en buena parte de la ciudad, y con ello sobrevino una escasez de agua potable en casi todos los hogares.
     De los eventos que más me han impresionado como consecuencia de  feroces meteoros como este, es el daño que llegan a provocar  sobre estructuras metálicas firmes, que el hombre ha colocado  con la certeza de que son inamovibles.  Fue el caso de algunas armazones que sostenían anuncios comerciales en distintos puntos de la mancha urbana.   Por su parte el techo de lámina de la pista de hielo --recién inaugurada-- quedó replegado sobre sí mismo, cual si un gigante lo hubiera tomado entre sus manos para doblarlo en dos, como un pedazo de papel.  Los adornos del  pino navideño instalado hace unos días en la Macroplaza, volaron por los aires como hojas que lleva el viento.
     Hasta donde tengo conocimiento, los daños se limitan a lo material.  No hay pérdidas humanas que lamentar.  Cierto, cada uno de los ciudadanos afectados en su patrimonio, no la estará pasando nada  fácil esta Navidad.
     Unas horas después de que los fuertes vientos azotaran la ciudad, hice un recorrido por el primer cuadro. Resultaba imponente observar todo aquel verdor que unas horas antes eran vivos penachos de tantos árboles, disperso sobre  las banquetas a lo largo de varias  cuadras.   Tal vez en lo personal fue lo más significativo, tener frente a mí una evidencia tan  clara de cómo la naturaleza se impone por encima de las construcciones humanas y de todo lo demás, para decir “yo soy”.
     El contacto con el entorno natural nos provee de grandes lecciones.  Nuestra capacidad de asombro es la clave para abrir las páginas de ese maravilloso libro.  Sacudirnos la costumbre de  dar las cosas por sentadas y seguir de largo, y ahora  mirar cada elemento natural que nos rodea, con los ojos de un niño pequeño, provista la curiosidad de un sinfín de “porqués”.   Sirva ello  para alejar nuestra vista de la pantalla y  entrar en diálogo con la vida en sus diversas manifestaciones, de modo de ubicarnos, dentro del cosmos, en nuestra verdadera dimensión.
     El vendaval deja historias a su paso. Cada quien  decide cuáles conserva.

VIÑETAS por María del Carmen Maqueo Garza


EPIFANÍA DEL VIENTO
El frente frío llega anunciándose por todos los rincones, lo hace de manera estrepitosa, a través de fuertes vientos que, como niños perversos, ponen a volar cuanto hallan a su paso. Conforme comienzan a aumentar de intensidad, provocan que  los arbustos púrpura del otoño se mezan de aquí para allá, desde sus raíces. De las aves sólo las más intrépidas remontan el vuelo, para luego planear llevadas por el aire, con riesgo de su propia vida.

Muchas hojas delgadas  color ocre pasan frente a mis pies;  parecen ir  jugando maratones por el suelo, alineadas una tras otra, hasta romper la formación más delante, donde una nueva ráfaga de viento las pone a girar haciendo un  remolino. Las señoras mayores se liberan de cualquier objeto que vinieran cargando, para cubrirse los oídos con ambas manos. Deben llegar a su memoria las advertencias maternas de que los males del cuerpo entran por los “sentidos”.

Entrecierro los ojos para evitar que el polvo se introduzca en ellos. Escucho las feroces ráfagas. que a  ratos me hacen imaginar a un hombre iracundo que expulsa su furia resoplando. En otros momentos el viento se presenta amenazante contra los cristales de las ventanas, no sin antes llevarse todo lo que encuentra a su paso. Un contenedor azul  de plástico --desde la banqueta-- comienza a dar volteretas impulsado por el viento, hasta quedar contra un árbol, al menos por un rato, mientras la dirección del aire cambia, para  llevarlo por otros derroteros.

Un hombre de edad, de larga figura cruza el puente con cautela. Su aspecto me recuerda el de esos veteranos en quienes la guerra ha dejado marcas. La mirada recelosa de sus ojos claros así parece indicarlo. Busca protegerse del frío, quizá recordando los tiempos  en el frente de batalla, cuando esto mismo pudo haber ocurrido alguna noche en el desierto. 

Un niño rompe aquel estado de alarma. Viene caminando con pasos cortos y veloces, tomado de la mano de su madre, quien lo apura a avanzar. El viento revuelve su cabello en un sentido y en el otro. El ríe divertido. Nada parece alterarlo. En la  mano libre de la sujeción materna sostiene una bolsa de plástico que por momentos, cuando el viento arrecia, logra mecerse de uno a otro lado. Entonces él aprieta más las asas de la bolsa en su mano, y más brillan sus ojos. No logro identificar con precisión el contenido de la bolsa, es un objeto pesado, tal vez un juguete. Lo que sí adivino, es  que en esa bolsa, ese niño sonriente  lleva cargando una ilusión.

Instrumentos de hielo

FRAGMENTO por María del Carmen Maqueo Garza


RÉPLICA A UN VIEJO PREGÓN
Leyendo viejos pregones navideños, me atreví a escribir estas líneas,adaptando al tiempo presente  ese tono sacro y provinciano de la vieja España, en el que solían escribirse.
A Belén no lleva
el seductor camino de oropel,
con sus  gastos vanos y superfluos.
No lleva el atronador ambiente
de cohetes  rompiendo el cielo,
que ponen a correr de espanto
a los nobles  perros callejeros.
No lleva a la paz del portal sagrado
la fiesta ruidosa ahogada en vino.
Al bendito niño no conduce
el rugido del carro que acelera
sin respeto al prójimo.
No lleva ni el ánimo exaltado ni la furia presta.
A Belén no llevan los excesos
que el mundo ha inventado para celebrar
al que nació entre pajas, desnudo y frágil.
A Él que llama a descubrirlo en  mansedumbre,
a través de la sencilla humildad
de un niño pequeño que lo encuentra,
lo acuna entre brazos y le canta arrullos.
Es  entonces --nada más-- cuando se cumple
el bendito milagro de la Navidad,
entre los más pequeños y desposeídos,
donde  eligió Jesús nacer dos mil años atrás,
--como el más pobre de los pobres--,
el Salvador del mundo.

Calayatud: Cómo crear un delincuente

Juan Pedro, muchas gracias por tu sugerencia.

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


En esta vida, que es única e irrepetible, ser feliz es quizá la única meta que realmente vale la pena alcanzar. A lo largo de ella vamos fijándonos varias, en diferentes aspectos, haciendo un proyecto de vida que varía según las circunstancias, que a veces podemos mantener hasta llegar a concluir, pero siempre vamos tras algo que nos incentiva día a día, que nos impulsa a apreciar la vida.
     Cuando esto no sucede, y el devenir de los días en una sucesión de horas en las cuales nos parecen largos los sesenta minutos, porque no tenemos contenido con que llenarlos, porque simplemente queremos que transcurran, porque nada esperamos, porque hemos perdido la noción de donde encontrar la felicidad, destino que pareciera no encontrarse en nuestro mapa sentimental.
     Hemos de saber colocar nuestras expectativas en varias canastas, para que cuando una se vacíe, encontremos en otras lo que al alma regocija, lo que nos da paz. No hacer a nadie ni a nada único dueño o motivo de nuestro bienestar, es nuestra responsabilidad, de nadie más.
     Encontrar la propia felicidad en la de los demás, contagiarnos de ella y también ser transmisores de esa energía vital que mantiene al espíritu con fortaleza; sabernos dueños de la felicidad con tan solo apreciar y agradecer cada día que al abrir los ojos nos encontramos con un nuevo amanecer; renovar esperanzas, mantener ilusiones, lidiar infortunio con actitud positiva.
     Colocar la felicidad no en una, sino en varias canastas, para saber que al encontrar una vacía, tendremos en otras motivos para seguir sintiendo el corazón vibrar de emoción, para mantener siempre la fe en un mañana mejor.

Selecciones de "El Cascanueces" de Tchaikovsky

domingo, 9 de diciembre de 2018

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

LA GRAN LECCIÓN
La vida está hecha de diversos caminos. Cada cosa puede ocurrir de una forma y también de otra.  Así comienza la novela testimonial de Rafael Pérez Gay, intitulada Perseguir la noche. A lo largo de la misma el escritor  conjuga magistralmente  dotes literarias,  --como investigador y creador--, con  vastos  conocimientos  de  exploración histórica, para plantar su personal proceso de duelo frente a la enfermedad.   Lejos de  una relación de  pesares, con toda la experiencia  narrativa coloca ante nuestros ojos su dolor físico y la  forma de exorcizar ese sufrimiento que le acomete. Nos conduce al borde  de sus miedos para decirnos que sentirlos está bien.  Además de que nos lleva de la mano a través de su pasado personal y citadino, para sentarnos cualquier noche  a departir con algunos de los grandes personajes de la Literatura en los albores del siglo veinte, y --como testigos subrepticios-- permitirnos  conocer la parte oscura de la historia oficial, que vuelve a esos personajes icónicos más humanos, y por ende  entrañables.
     Es muy probable que su relato me toque a mí  más que al resto  de los lectores, por varias razones: Constituye una narrativa testimonial frente a un proceso como el cáncer, situación que el autor y yo compartimos en nuestras respectivas historias.  Otra razón:  Tuve ocasión de asistir a la presentación del  libro, en el marco de la FIL Guadalajara 2018, para identificar los satélites que rodearon la vida de Pérez Gay y que más adelante, en uno de esos veloces giros,  se incorporaron muy dentro de su ser para dar lugar a la obra que ahora pone en nuestras manos.   El autor, acompañado de su amigo y presentador, el doctor Arnoldo Kraus --a la vez  su médico de cabecera--,  nos obsequiaron una velada amena, salpicada de anécdotas singulares, pero sobre todo muy humana.  Además del disfrute de  la interacción espontánea de Héctor de Mauleón y Héctor Aguilar Camín, quienes formaban parte del público, y desde sus asientos  no dejaron de enriquecer el coloquio entre autor y presentador.  La última razón por la que este libro es de ya muy querido para mí es la siguiente: Al momento de solicitar su autógrafo en el  ejemplar  recién adquirido, acogió con singular entusiasmo uno de mi novela testimonial --de temática similar--. Compartimos impresiones acerca de nuestros personales procesos y de  lo que cada cual había escrito, y “chocamos libros”,  como  copas, en una celebración por la vida.
     Cada página y cada historia me dejan un agradable sabor de boca. Recorro junto con el autor las calles del centro histórico de la ciudad de México y de algunas de sus colonias, como la Condesa y la Roma.  Su diestra  narrativa hace un alto para mostrarme aquel sitio donde estuvo un célebre edificio que ya no existe.  Me invita a entrar a su hogar  a conocer a cada uno de los miembros de su familia, y  entender ahora más, ese inacabable  dolor por la pérdida de su hermano José María.
     Venturosa combinación de conocimiento y oficio; de dolor y sanación; de creación y generosa entrega  a cada uno de sus lectores. Maravilloso libro escrito, no por un sobreviviente de cáncer sino por un triunfador en el arte de vivir. Un peregrino que sale a recorrer calles para evadirse del dolor que le roe las entrañas,  en cuyo  proceso nos enseña a amar lo que somos y tenemos.   Pero sobre todo, por encima de lo expresado,  Rafael Pérez Gay es el ser humano sensible y cálido que no duda en brindar un gran abrazo a quien se acerca a él a través de sus letras.
     Quiero creer que iniciativas como las de Ferias del Libro grandes y pequeñas; salas de lectura, y cuentacuentos, favorecen la creación de públicos  lectores. Lanzan la propuesta de que leer, lejos de  un proceso tedioso y difícil, puede convertirse en un viaje enriquecedor, mediante el cual es posible  conocer otros universos.  El tiempo, la geografía y la distancia entre individuos se zanja a través de una buena lectura, de modo tal que podemos descubrir motivos nuevos y distintos para amar la vida.
    No deja de sorprender la creciente tasa de suicidios entre jovencitos.  Como pediatra y como madre, considero que dentro de sus causas,  una de enorme importancia   corresponde a  cierta  sensación  de inadecuación.  El joven no halla su lugar en la vida, puesto que no conoce esta última.  Falla en  identificar  dentro de su persona elementos que vuelvan divertida la convivencia “de mí-conmigo”, y su autoestima se queda en embrión.  Espera que el exterior le provea de estímulos, cuando es desde su interior de donde la auténtica  motivación debe  de provenir.
     Gracias, Rafael Pérez Gay por esta gran lección. Por enseñarnos que cada vivencia es crecimiento, y que al final del día, todo habrá valido  la pena.

VIÑETAS por María del Carmen Maqueo Garza

En las ondulaciones de tu risa.
En esa narrativa vivaz que tiende puentes
y al caer la noche los repliega.
En un "hasta mañana" que dejas
          en mi frente
                con un beso.
En ese mirarme a la distancia --cálido, sí--
desde tu propio espacio,
descubro que eres un adulto, hijo.
Hacedor y adalid de tu propia historia,
dueño de una  música
          que rompe
los aires de cualquier
          monotonía.
Marcas tu ruta, caminas por donde el corazón
alienta a la cabeza
          a avanzar.
Como dos peregrinos de Santiago
que se son mutuamente indispensables.
Te veo y me alegro. Creo haber cumplido
          con la vida.
Tú sabes --no tengo que decirlo--
cualquier día, cuando el corazón anhele zambullirse
por un rato en las aguas termales
          del ayer
aquí está  mi corazón
          de madre.
Aquí te esperan
          mis abrazos.

Juguetes musicales de Bach a Williams

Tomado de la página de Fb de Millenium Bella Música

REFLEXIÓN acerca del tiempo y de la vida


La GENTE muere y queda todo ahí,
los planes a largo plazo y las tareas de casa,
las deudas con el banco,
las parcelas, el coche nuevo que compré para tener estatus.
▪La GENTE MUERE sin siquiera guardar la comida en la nevera,
todo se pudre, la ropa se queda colgada o puesta en su lugar.
▪La GENTE MUERE, se disuelve toda la importancia que pensábamos que teníamos,
la vida continúa, las personas superan y siguen sus rutinas normalmente.
▪La GENTE MUERE y todos los grandes problemas que creíamos que teníamos se transforman en un inmenso vacio.
Los problemas viven dentro de nosotros.
Las cosas tienen la energía que ponemos en ellas y ejercen en nosotros la influencia que permitimos.
▪La GENTE MUERE y el mundo sigue siendo caótico, como si nuestra presencia o ausencia no hiciera la menor diferencia.
En realidad, no lo hace.
Somos pequeños, pero prepotentes. Vivimos olvidando que la muerte siempre esta al acecho.
▪La GENTE MUERE, pues así es:
Parpadeó, murió.

El perro es donado y se aferra a los nuevos dueños.
▪Los viudos se casan nuevamente, tienen sexo, andan de la mano y van al cine.
▪La GENTE muere y somos rápidamente reemplazados en el cargo que ocupábamos en la empresa.
▪Las cosas que ni siquiera usamos son donadas, algunas tiradas a la basura.
▪Cuando menos esperamos, la GENTE MUERE. Por otra parte, ¿quién espera morir?
Si la gente esperase por la muerte, tal vez la gente viviese mejor.
Tal vez la gente colocase la mejor ropa hoy, hiciese el amor hoy,
tal vez la gente comiese el postre antes del almuerzo.
Tal vez la gente esperase menos de los demás,
si la gente esperase por la muerte, tal vez perdonaría más, riese más, sintiese la naturaleza,
tal vez la gente quisiese más al tiempo y menos al dinero.
▪Quién sabe, quizá la gente entendiera que no vale la pena entristecerse con las cosas banales,
oyese más música y bailase sin saber hacerlo bien.
▪El tiempo vuela.
A partir del momento en que la gente nace,
comienza el viaje veloz con destino al fin ¡y aún hay quienes viven con prisa!
Sin darse el regalo de percibir, que cada día más es un día menos, porque la GENTE muere todo el tiempo, poco a poco y un poco más, cada segundo que pasa.
▪¿QUÉ ESTÁS HACIENDO CON EL POCO TIEMPO QUE TE RESTA?


Texto tomado del Fb de Nidia Corral Gómez.

Chiquita pero picosa: Video

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


Somos dados a encontrar más fácilmente los defectos que las virtudes en las personas y por si fuera poco, nos damos a la tarea de enfatizar los primeros, como si al hacerlo lográramos destacar alguna cualidad propia.
     Resulta común oír a la mayoría de nosotros decir, que nuestros jefes con ineptos, que aquéllos que ocupan puestos superiores no se los merecen más que nosotros; estamos rodeados de gente que difícilmente se merece estar en el lugar que se encuentra. Con menos frecuencia alguien ensalza las cualidades de estas personas, y de nuestros queridos amigos y familiares solo unos cuantos se salvan de nuestro severo juicio. 
     Pareciera que antes de juzgar no nos vemos en el espejo, o que tenemos una autoestima baja que compensar, o por el contrario un ego que impide admiremos fácilmente a otro que no sea a nosotros mismos.
     Sin menospreciar a nadie, sin dejar de resaltar sus virtudes, sintiéndonos afortunados de compartir la vida con gente valiosa que tiene mucho que ofrecernos, quizá enriqueceríamos más nuestra propia vida. Dicen que con la vara que mides, serás medido y pareciera que todos usamos la misma escala y que a partir de nosotros mismos, nadie reúne lo suficiente como para quedarnos a la medida, menos todavía para considerarlos mejores. 
     Humildad y seguridad en uno mismo, no recurrir a devaluar a los demás para compensar nuestras propias deficiencias. Sabio aquél que se rodea de gente digna de admirarse, de imitarse y a lo que sin reserva alguna sepamos reconocer como tal.

León viejo salvado por uno joven

No tiene títulos en español (y no los requiere). No hay final cruento, para que no sufran.

domingo, 2 de diciembre de 2018

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza


LETRAS CON RUMBO
Para David.
A todos aquellos que  hemos sentido el llamado a escribir, hacerlo se convierte en una necesidad vital, como comer o respirar.   Comunicar los estados internos y  conectarnos con el lector, para establecer una comunidad de ideas o de sentimientos, llega a ser una consigna que termina solo con la muerte.
     Tuve oportunidad de asistir a la Feria Internacional de Libro Guadalajara 2018, considerada como una de las más importantes del mundo.  Recorrer aquellos pasillos interminables, a lo largo de los cuales se distribuyen editoriales de todos los confines del planeta, es la fiesta de la palabra escrita. Tener además la oportunidad de asistir  a  presentaciones de libros y  conferencias sobre diversos temas, y conocer de viva voz de los autores,  opiniones sobre aquello que les apasiona, lleva a volver más entrañable la lectura, a contagiarnos de ese entusiasmo y apropiarlo para nuestras vidas.
     Me hallo como el viajero que en un corto tiempo ha  visitado  diversos lugares maravillosos.  No sé por dónde empezar.  Son momentos, charlas, impresiones visuales, fraternidad con otros lectores que convergen en un  mismo punto por sus afanes similares.  Hay –por supuesto—vivencias que se quedan para instalarse como los huéspedes incómodos, que estarán sacudiendo  nuestro confort anodino  para dar otra lectura  a la vida, para plantearnos preguntas cuya respuesta habremos de salir a buscar.
     Cuando comenzamos a escribir lo hacemos expresando lo propio. Tras de observar algo que nos genera un momento de reflexión, volcamos nuestro punto de vista muy personal –habitualmente nuestra inconformidad—con un “a mí me parece”  coloquial.    Conforme se aprende el oficio nos vamos obligando a trocar esa expresión subjetiva por un “yo opino” informado.  Esto es, con base en la información que se va adquiriendo, pasamos de sentir a comprender; de expresar estados de ánimo a conformar un razonamiento estructurado.   Ahora bien, acudir a un foro en el cual todo ese proceso creativo individual se convierte en una gala maravillosa de expresión, es un viaje inagotable a través del pensamiento humano.
     En la presentación de un libro acerca de las relaciones internacionales  y el cine, se abordó la manera  como películas muy taquilleras están fundamentadas en modelos matemáticos que explican la forma en que llegan a  interactuar  dos naciones frente a un conflicto.  Un concepto que hallé muy iluminador es el que señala que los contenidos que entran a la conciencia a través de una pantalla, suelen hacerlo sin filtro, de manera que el receptor asume como una verdad aquello que percibe.   Fenómeno muy común en nuestro país, del cual sacan partido diversos intereses creados.  De momento vienen a mi mente personajes de la vida pública  que proclaman posturas personales como verdades absolutas, a sabiendas de que difícilmente habrá quién los rebata con bases documentadas.  En el caso de la pantalla chica, el televidente toma como algo cierto  lo que ve, y algo similar sucede frente a  la pantalla grande. Así se explica  que elementos que de entrada resultan hasta casuales, como sería  la erotización de contenidos,  puedan obedecer a intereses mucho más allá de la simple producción cinematográfica.
     Sobre el mismo tema, un concepto muy lúcido que tiene que ver con la teoría pacifista de Mahatma Gandhi: Parte del concepto de que el autocontrol personal lleva al autogobierno, y de este a la paz de los pueblos.   Frente a dicha teoría, como si fuera un espejo, me pregunto qué tan autocontrolados estamos los mexicanos, cuando actuamos como ciudadanía con muy poco autogobierno, que requiere cada vez una mayor coerción externa para tratar de lograr un orden.
     Retomando los conceptos con que inicié.  Quienes escribimos tenemos una enorme responsabilidad ciudadana.  Estamos obligados a ser claros, precisos y objetivos en nuestro fuero interno, para después expresarnos.  Pasar del “me parece” tan personal a una opinión que se sustente como tal, porque nace de un proceso mental que inicia con la percepción propia, pero se tamiza a través de la lectura informada.  Aun si soy poeta, mi poesía no debe limitarse a ser catártica y desparpajada, sino atender a un orden en las ideas que buscan expresarse, para hacerlo de la mejor manera.   Asentar lo propio por escrito nos obliga a hacerlo con pulcritud y seriedad, como un legado personal que habrá de trascendernos.  
     Escribir es un ejercicio de reflexión personal y responsabilidad cívica. La primera debe avanzar más allá del confín personal al círculo virtuoso de nuestras lecturas.   La segunda se espera que sea el motor que impulse cada línea, cada página, --seduciendo al lector-- hacia la conformación de  un mundo mejor para todos.

ASOMBROS COTIDIANOS por María del Carmen Maqueo


El sitio es la FIL Guadalajara 2018.  La actividad es el panel del Instituto Astronómico de la  UNAM sobre Propiedades Estructurales de las Galaxias.  La protagonista es la astrónoma Itzar Aretxaga.

Habla apasionadamente sobre las dimensiones de las galaxias tomando como comparación la Vía Láctea que correspondería a una bola de tenis de 6 centímetros.  Y a partir de esa pequeñez astronómica describe galaxias colosales  y se detiene en una que se halla a 27,000 millones de años luz de la nuestra.  Distancias inimaginables.

Ella se refiere a  su galaxia con especial pasión, como haría una madre hablando del hijo más querido.  Hay un brillo especial en sus ojos mientras  lo hace. Me recuerda a una niña en la mañana de Navidad,  contemplando gozosa  su juguete nuevo.  Atrapa la expresión en su rostro.  Induzco, en aquellos gestos, que es feliz haciendo lo que hace.  Pienso entonces en sus padres y busco escudriñar  cuál fue la receta para criar un ser humano tan entusiasta, que goza lo que hace como el juego más apasionante.

Recurro a la palabra escrita para no olvidar esa hermosa estampa: Una mujer que parece la más feliz, no solo del universo, sino de todos los universos.  Alguien que se conoce a sí misma  a profundidad, sabe hacia dónde va y cuál es el camino para lograrlo.

La felicito por su vida y me felicito por haber  atestiguado de manera fortuita  su extraordinaria pasión. Momento que  tatúo en mi corazón como una inspiración. La deseo tan contagiosa como el más acendrado fanatismo, para que corra y se prenda de todos nuestros niños y jóvenes.

Pasión y gozo por lo que se hace; La clave de una sociedad que sepa encaminarse al bien.

El abuelo y su nieto: Video animado

POESÍA de Norberto de la Torre


ELEMENTOS PARA UN POEMA

Nacimiento y muerte.  A partir de estos dos sucesos puedo escribir cualquier cantidad de cosas cursis.

Toda vida carga su muerte en las entrañas y toda muerte es el síntoma de una vida que se renueva.

Es inútil ocultar con las palabras el olor de la primavera o el crujir de una piel que se reseca. 

Puedo fabricar estatuas o estampar nombres y adjetivos sobre los muros y acabarán en ruinas, pero no quiero, solo aspiro a tomar una hoja seca entre mis dedos, deshacerla, y abonar con ella las macetas.

Inteligencias y autoestima; Charla de Mario Alonso Puig

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez

Nada me ha liberado más en la vida, que poder reconocer que no puedo lidiarla sola. Si bien las personas son reemplazables, substituíbles y no indispensables, y lo he repetido en varias ocasiones, si son necesarias. Negar que así sea y que nada cambia nuestra vida si tenemos a nuestro lado a un ser querido o no, o bien es miedo a reconocerlo o es soberbia que no hay mejor vida que la que se acompaña de afecto

La demasiada objetividad, el excesivo análisis, la concientización total de los sentimientos para poder manejarlos, reconocerlos, poderlos --según nosotros-- colocar donde no nos hagan daño y utilizarlos a conveniencia, es tarea que solo nos lleva a actuar mecánicamente, a ir perdiendo poco a poco la sensibilidad y a actuar como robots, que solo buscan pasar por el mundo sin contraer compromisos que los aten a los demás, sin apego a sentimientos que puedan doler al perderlos, creando una atmósfera de protección que resulta totalmente insana y tóxica; que enrarece el propio ambiente y el de los que los rodean.

Resulta finalmente más esclavizante la soberbia, que rendirnos y dejarnos llevar por el cariño, perder el miedo de reconocer que podemos, si,vivir sin ellos, pero que nuestro mundo nunca será igual en tonos grisáceos que con el maravilloso colorido que le da el amor.

No me apego a lo material, eso va y viene, el cariño puede que tampoco sea estacionario, pero pretendo que no sea por descuido, ni por no agradecerlo que lo pierda, ni mucho menos que un día sea yo capaz de despreciarlo.

Yaybahar: Un original instrumento turco

domingo, 25 de noviembre de 2018

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

¿Y COMO  QUÉ COMPRAMOS?
Me encuentro parada en un momento histórico muy singular en tiempo y espacio.   Habito en una zona aledaña a la nación norteamericana, a la cual en estos días  se aproximan diversos grupos de centroamericanos propuestos a cruzar la frontera de cualquier manera.
      La norteamericana es una nación multicultural que acaba de celebrar con una cena el Día de Acción de Gracias, en conmemoración de la primera cena que llevaron a cabo en el nuevo continente, colonos venidos de Inglaterra.  A la mañana siguiente a la celebración  se lleva a cabo en aquel país lo que se conoce como “viernes negro”, en el cual grandes volúmenes de mercancía se ofrecen a precio de remate, algo similar a los “soldés” franceses,  que permiten a los comercios deshacerse de mercancías de temporada, ofreciéndola a precio de costo.  En nuestro país, para no desentonar, desde hace algunos años se lleva a cabo la campaña denominada “El buen fin”, que intenta imitar a su contraparte norteamericana.   Simultáneamente a todo esta ebullición comercial, inicia la FIL Guadalajara, una de las Ferias del Libro más importantes del mundo.
     Como Perseidas llega a mi mente infinidad de ideas.  La primera que logro atrapar y revisar, es la que tiene que ver con nuestra actitud como consumidores, para preguntar cuántos de esos objetos que ahora se compran con particular fruición, en  un par de meses habrán pasado a formar parte de la legión de objetos abandonados en algún rincón de la casa.  Y para dentro de un año,   habremos olvidado que alguna vez existieron, o saldrán dentro de una caja rumbo a un bazar de beneficencia.
     Mis hijos no han tenido la mamá más organizada en lo económico, aun así, no soy proclive a caer bajo la seducción de las baratas.   Hay asuntos que debí haber manejado con más inteligencia o más arrojo y no lo hice,   pese a ello  hemos sobrevivido y aquí estamos, sin que nos haya faltado nada de lo esencial para salir adelante.  Ahora bien, caer bajo los influjos de una etiqueta que dice “medio precio”, y comprar algo que simplemente no se necesita, es dañar la economía familiar de manera irracional.  
     El caso más paradigmático de los viernes negros lo conocí  de labios de una valiente persona que  se lanzó a una tienda de autoservicio norteamericana en una ocasión como esta.  Halló a una señora vaciando todo el anaquel de muñecas Barbie en su carrito de compras.  Cuando la persona que  acompañaba a dicha dama  le preguntó qué pensaba hacer con tanta muñeca, su respuesta fue “pues quién sabe, pero es que están muy baratas”.
     Con relación a la FIL Guadalajara viene una reflexión muy personal.   Andar entre aquellos pasillos que a ratos se antojan interminables,  y ver la cantidad de visitantes de todas edades y condiciones sociales  que atienden la invitación a leer, es más que estimulante.   La lectura se cuela  entre muchas otras formas de entretenimiento para decir “aquí estoy”, lo que renueva la esperanza que muchos albergamos, de conformar una ciudadanía  capaz de informarse antes de tomar  las decisiones más importantes para México.
     Vayamos, pues, tras aquellos libros que representen un reto de crecimiento.   Las lecturas que nos dan todo resuelto difícilmente permiten a la imaginación volar y a la creatividad expandirse.  Necesitamos aproximarnos a los autores iluminadores, o sea, no los que nos dicen por dónde irnos, sino  aquellos que nos muestran la multiplicidad de caminos sí, pero sobre todo los que nos enseñan los alcances  de nuestro andar.
     Vayamos tras el libro que nos sorprende.  Tras el que nos saca de nuestra zona de confort para lanzarnos al vacío, de modo que tengamos que abrir las alas para no estrellarnos.  Así aprenderemos a volar. Echemos mano de esas lecturas que nos obligan a revisar dónde estamos y hacia dónde vamos, en el escenario que el autor ha montado para nuestros ojos.
     Un buen  libro es como una seda tersa que acaricia,  sobre la cual pasamos nuestros dedos  suavemente, sin problemas.  Un libro escrito de manera descuidada en su sintaxis y en su ortografía es, en cambio,   como un tejido burdo cuyos accidentes no nos permiten atrapar el sentido último de lo que el autor quiso decir.
     Hagamos de nuestras compras una herramienta de crecimiento inteligente. Que el dinero destinado  constituya una inversión en nuestra vida.   Que aquello que vamos a adquirir responda afirmativamente a la pregunta: ¿Lo necesito?  Y así respecto a los libros, se vale actuar por corazonada, sí, pero atender la orientación de algún experto puede facilitarnos conseguir la mejor lectura.
     Es un reto hacer buenas compras. Ojalá que cada peso gastado sea un peso invertido, y que a través de la lectura se invierta de la mejor manera.

CUADROS URBANOS por María del Carmen Maqueo Garza


LAS FLORES DEL MAL
Du vice maternel trainant l'hérédité
Et toutes les hideurs de la fécondité!
Charles Boudelaire.

Planeé pasar a saludar a una querida amiga que había sufrido un quebranto de salud. Para llevarle un ramo, acudí a una de varias florerías que desde hace años se ubican en una de las principales arterias de la ciudad. De las dos que quedaban contiguas frente al sitio donde me estacioné,  pensé en llegar a la segunda --más surtida-- sin embargo desde la parte exterior de la primera, una joven mujer me insistió en pasar a  ese local.  A sus pies se hallaba sentada una niña pequeña que debe estar dando sus primeros pasos, por lo pronto gateaba.  Finalmente acepté entrar a ese  local,   en cuya parte posterior  se hallaban  unas diez tinas de plástico  que un hombre  joven --tal vez esposo de la mujer-- se ocupaba de llenar con agua.  Supuse que estarían esperando el camión que trae la materia prima para sus arreglos florales. Tuve que caminar con precaución, pues  el suelo se hallaba  mojado y  resbaladizo.
     En compañía de la mujer pude seleccionar algunas blancas y amarillas para confeccionar un ramillete para mi amiga.  Tuve oportunidad de observarla mientras iba de acá para allá para tomar las flores, el follaje y el papel celofán para envolverlas. Su abdomen correspondía al de un avanzado estado de gestación.  Ya para retirarme no pude evitar recomendarle que tuviera mucho cuidado, porque fácilmente podía resbalar y precipitar su parto.  Su respuesta la  calificaría de  indiferente; el mensaje que capté fue algo así como;  "Si, ¿y luego?" Tal vez ella esté muy acostumbrada a caminar sobre suelo mojado, y con su actitud  me decía que no me preocupara, que no iba a pasar nada malo... No lo sé.
     Aún sorprendida por su manera de reaccionar ante mi recomendación,  pagué y me encaminé al exterior.  Fue en ese momento cuando regresó a mi esfera de percepción la pequeña niña del principio, seguía sentada en la banqueta, totalmente sola. Durante   ese tiempo, mientras su mamá vendía flores y su papá llenaba las tinas de agua, permaneció sola en la vía pública, a merced de tantos peligros.  A pesar de estar a pocos pasos de la cuneta, la pequeña no había intentado cruzar la avenida, tampoco había sido levantada por algún personaje turbio de esos que roban niños y ocupan titulares periodísticos.  Seguía allí, expuesta a todos  los riesgos reales e imaginarios que una madre  concibe, o que suponemos  puede concebir... Fue entonces que entendí la indiferencia de la joven mujer frente a su hijo nonato...
     Como dijera Boudelaire en su magistral fragmento intitulado ¨Correspondencias¨, que habla de  esa herencia que se viene arrastrando... A lo que yo agregaría que es herencia que difícilmente va a atender consejos, o a cambiar en el período de una vida... Por ello es mejor volverla poesía.

Música en pañales: Lyonya Shilovsky interpreta a Offenbach


Agradezco a mi amiga Ginette por tan acertada sugerencia.

Poesía de Eduardo Langagne

Niño leyendo

Cuando leo me asomo a una ventana
y veo lo que pasó mientras nacía.
En el libro yo encuentro
lo que había soñado.
Por sus páginas sé qué hicieron otros
y puedo imaginar lo que vendrá.
En un libro
me encuentro con la gente y la saludo.
Al  leer
se abre una puerta enorme y luminosa
y están todas las cosas,
todos los sueños,
todo el tiempo.

Agradezco a Carlos su amable sugerencia.

Tenemos que vernos más: Video motivacional

Lucila: Una aportación muy sensible. Gracias.

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


El pasado, ese tiempo que queda atrás y al cual no podremos regresar por ninguna máquina del tiempo, ese que solo queda al alcance de la memoria, tan limitada como ésta sea,  constituirá lo que podamos recuperar de él. 

Sin importar lo bueno o malo que haya sido, el pasado no debiera convertirse en lastre que impida avanzar. El perdón a las ofensas ajenas y a nosotros mismos por los errores cometidos, es la clave para cerrar círculos, para reiniciar una nueva etapa, donde iniciemos el día valorando lo que hemos podido rescatar de nosotros mismos, y con la intención de engrandecerlo. Sin fantasmas, sin llevar en nuestro equipaje lo que nos quedó pendiente, lo que no logramos y consideramos fue un fracaso, y que irremediablemente forma parte de lo que hoy somos, tanto o más como lo que podemos considerar fueron aciertos.

Todo lo que vivimos, tuvo que suceder, y no hay auxilio del hubiera para poderlo mejorar. El presente es tiempo de acciones propositivas, de encaminar nuestra voluntad y fortalezas hacia lograr el equilibrio espiritual que nos lleve a encontrar en la bondad la clave de la felicidad. 

Ayer fuimos, tiempo pasado no modificable.  Hoy somos con toda la oportunidad de ser cada día y tan solo por este día la mejor versión de nosotros mismos. A partir de hoy y tan solo por hoy viajo ligero, mi conciencia y mi corazón en sintonía, no cargo culpas ni propias ni ajenas, no hay en mi alma espacio para reproches ni enmiendas extemporáneas. Antes de que el tiempo deje atrás mi presente, dedico mi energía vital a convertirlo en un tiempo digno de ser recordado.

El conejo desastroso y el topo berrinchudo

domingo, 18 de noviembre de 2018

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

NOSOTROS Y LOS OTROS
Dolia Estevez, reconocida periodista mexicana, sigue el juicio emprendido en contra de Joaquín El Chapo  Guzmán.   Dentro de su crónica  del proceso,  destaca el juego de palabras que utiliza el abogado de Guzmán, al llamarlo en corte ¨personaje mítico’.   Amén  del factor subliminal de estas palabras hacia el jurado, el calificativo de ‘mítico’ da pie a una reflexión  acerca de los elementos que descuellan en nuestra sociedad.   La capacidad de producir dinero es uno de ellos, tanto así que  nos  inclinamos por ignorar o justificar su origen, hasta convertir a ciertos personajes en héroes al estilo de Robin Hood.
     Me sorprendo sorprendiéndome (valga por favor, la redundancia), al descubrir que está por iniciar la cuarta temporada de una serie televisiva  acerca del narcotráfico. Me sorprendo sorprendida, porque eso mismo expresé  cuando estaba por comenzar la tercera temporada. Y si continúa, es porque genera una derrama económica, y si  genera una derrama económica, es porque tiene un público televidente que la compra.
     Dentro de los comentarios que he escuchado en temporadas anteriores, hay uno  que señala  que  así, ´’se aprende’ acerca del narcotráfico,  un fenómeno delincuencial que ha provocado daños tan graves a nuestro país, --acotación mía.
     En este milenio han surgido jóvenes escritores en particular en  el norte del país, que tratan  temas de la delincuencia organizada. Ejemplos de tal corriente son creadores como Carlos Velázquez, César Silva o Liliana Blum, por mencionar algunos.  Sus textos obedecen a una mirada  profunda y documentada, de modo que a pesar de su crudeza, brindan al lector un conocimiento   sustentado  del problema, que  da pie a un análisis crítico del asunto  planteado.  Por su parte el formato para televisión enfrenta dos problemas, el primero es que se presenta ante un público acostumbrado a recibir las cosas como le son entregadas, sin mayor análisis de  contenidos. En pocas palabras, si la ¨tele¨,  o en su caso, la Internet, dicen que las manzanas son azules, hay que creerlo y punto.  El receptor no tiene mayores elementos para hacer una lectura crítica de la serie, y termina asumiendo que las cosas son tal y como las presenta la producción de la obra.
     Regresando al asunto de El Chapo, el hecho de que un personaje multimillonario aporte recursos para obras benéficas, no lo convierte en santo.    Dentro de la delincuencia organizada no podemos editar la imagen para dejar fuera la cuota de sangre que  ha pagado la sociedad,  y quedarnos solo con ¨lo bonito¨ de la foto.  Lo hacemos así, quizá por falta de elementos de juicio para abarcar el escenario completo y no solo una parte, o tal vez obedezca a la perversa tolerancia en que hemos caído, acostumbrados como estamos a la violencia.
     Nosotros y los otros: Ni los políticos ni las fuerzas armadas están logrando contener lo que sucede allá afuera.  Se necesita un cambio de raíz, de corte científico. Con poner un policía en cada esquina nada se resuelve.  Todo eso que ocurre después del umbral de nuestra casa,  difícilmente  está a nuestro alcance modificar.  Lo que sí está en nuestra capacidad llevar a cabo, es administrar el impacto que los elementos de fuera tienen dentro del hogar.  Aún en el venturoso caso de que los padres opten por no ver la citada serie, resultaría poco menos que imposible que, con prohibir a los menores que la vean, ellos lo acaten.   Sería de más utilidad desarticular su interés, acercándose junto con ellos a  fuentes documentadas que expliquen los orígenes y alcances de la delincuencia organizada, como una forma de entender el fenómeno, sus causas e impacto social.
     Nosotros y los otros: Ahorremos energía.  Vamos a ocuparnos de ejercer acciones que generen resultados tangibles. El señalamiento y la quejumbre no llevan a nada.
     Frente a los hijos, más que sancionar y prohibir, vamos a dialogar, entender e informarnos.
   Actuemos convencidos de que el único camino para un cambio verdadero está en la educación.  Proceso  que inicia en las cuatro paredes del hogar, con el ejemplo.  
     Una de las grandes fallas de nuestras instituciones ha sido la falta de congruencia entre lo que se dice y lo que se hace.  No caigamos en lo mismo como jefes de familia.
     Nosotros y los otros: Dejemos de perder el tiempo en acusaciones ociosas y comencemos por revisarnos a nosotros mismos y todo aquello de nuestra competencia.  Más que héroes fantásticos con superpoderes de origen oscuro, nuestros hijos aspiran para su desarrollo, a  crecer bajo la sombra de robles firmes y seguros, y a contar con  la presencia real y constante de unos padres que les enseñen que, aun con el viento en contra, es posible sostener muy  en alto la cometa de nuestros sueños.

Caravana migrante y manejo en redes


Alfredo, gracias por esta necesaria recomendación.

Música coral: Coro del seminario judío Rashi en Tifrach, Israel

Poesía de Jorge Oyhanarte

No intentes cambiar a nadie:
limítate a iluminar…,
porque es tu luz la que invita
a tu prójimo a cambiar…,

que en estos tiempos extraños
en que elegiste volver,
tu tarea, compañero,
no es otra que la de “ser”.

Y si ese que va a tu lado
se encuentra dormido acaso,
respeta su desarrollo
y su aparente retraso…

Contémplalo con ternura
y acéptalo tal cual es,
y déjalo que prosiga
marchando sobre sus pies.

No te olvides que él está
siguiendo su “plan de vida”:
ese que le armó su alma
al preparar su venida.

Y tú no puedes lograr
que eleve sus vibraciones,
ni con presiones abiertas
ni sutiles empujones….,

porque hay ciclos en la vida
que no se pueden forzar:
¡ya su corazón un día
se abrirá de par en par!

Y entenderá cabalmente
de forma clara y certera,
que esta vida es solamente
una ilusión pasajera…

Tú entra en tu propio silencio,
y en forma suave y callada,
deja que tu luz interna
se filtre por tu mirada.

Tu impronta suave y serena
produce su propia acción,
y esparce sobre las cosas
silenciosa inspiración…

Y cuando dejas que el otro
transmute su propia cruz,
no intentas cambiar a nadie…
¡pero los cambia tu luz!

Agradezco a mi querida Georgia su sabia sugerencia.

Plática con Álvaro Neil Cicliclown

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


Qué distinto sería todo si la humanidad comprendiera que no alcanza la vida para gastarse fortunas inmensas, que no está en ello tampoco, aunque posible fuera la clave de la felicidad. Que somos millones en un solo mundo y que pródigo en riquezas naturales se nos entregó sin señalar destinatario.

Qué distinto sería, si comprendiéramos de una vez por todas, que las brechas gigantes que polarizan a los estratos sociales causan rebeldía, resentimiento, que nunca habrá un Dios que justifique la injusticia, la desigualdad que el hombre ha permitido llegar a límites impensables. Nadie puede aceptar que se es pobre tan solo porque no se tiene imaginación o talento, nadie puede asegurar que el que quiere puede, cuando menos hay que reconocer que son muchos los que quieren y lo intentan pero a los que jamás se les permite llegar.

Qué distinto sería, si la ambición no fuera la guía de aquellos que dirigen a la humanidad, Que el yo se transformara en nosotros,y no tuviéramos que lamentar hambruna, pobreza extrema, guerras, éxodos de gente que deja sus lugares de origen por hambre,por inseguridad, con la ilusión de encontrar mayor certidumbre en su existencia.

Pero nada cambiará mientras las luchas tengan distintos móviles y direcciones; mientras no tenga peso la palabra equidad, mientras la palabra poder no implique que todos y cada uno de los que poblamos el planeta el que podemos aspirar a ser tomados en cuenta, y a figurar en el mapa; donde realmente tenga y logre sus objetivos quien se esfuerce por ello, y no se vea a merced de aquellos que utilizan hasta la misma religión para hacerlos víctimas de la explotación y satisfacer así su desmedida ambición.

El faro; Video animado

domingo, 11 de noviembre de 2018

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

NO SOLO PARA LA FOTO
 Hoy en particular viene a mi mente aquel  fragmento de Facundo Cabral que reza "No estás deprimido, estás distraído". Lo parafraseo para ejemplificar de qué manera vivimos de sensación en sensación, sin mucha oportunidad para  una reflexión personal que abarque ese conjunto de estados de ánimo como una materia prima con la cual ir recreando nuestra estructura personal,  nuestra propia historia.
     Por todos es sabido el terrible incidente ocurrido en la Cámara de Senadores, al momento cuando una legisladora a media sesión se entera de la muerte  violenta de su hija.  Las reacciones de sus compañeros de bancada estuvieron muy a la altura de la gravedad que el caso implicaba, incluso se suspendió la sesión.  Lo que hallo fuera de toda consideración, es que de inmediato al menos una docena de personajes ahí presentes hayan echado mano de sus teléfonos celulares y para comenzar a grabar aquel cuadro desgarrador que da cuenta del dolor de una madre.
     Dichas escenas las visualicé una sola vez, pero eso fue suficiente para ponerme a tratar de devanar las actitudes de quienes grababan de forma continua. Dar con la motivación que llevó a dichos legisladores a seguir el terrible incidente a través de las pantallas de sus teléfonos, como una transmisión en tiempo real de tantas otras que se ven en los distintos medios de comunicación.
     Una cuestión es evidente, actuaron sin detenerse a reflexionar en el dolor de su compañera, o a pensar que en su lugar, cualquiera de ellos habría buscado cierta privacidad para expresar los sentimientos que en aquel momento  apabullarían al más bragado.   No tanto  insensibilidad es esta intrusión, sino un acto irreflexivo, una ausencia de pensamiento crítico para entender que aquello no era ninguna tragedia montada con fines de entretenimiento.
     En gran medida esa necesidad de ir de emoción en emoción, de sobresalto en sobresalto, explica tantas otras cosas que suceden en nuestro mundo.  Acaba de iniciarse un nuevo reto en redes sociales, el de que un jovencito se oculte sin avisar a nadie donde se encuentra, para reaparecer 48 horas después como si nada.   La diversión es poner en jaque a la familia, a los amigos y a las autoridades civiles.  Es actuar, nuevamente con total irreflexión, partiendo solamente de  la emoción de hacerlo, muy al margen de la terrible zozobra que puede ocasionar a los suyos.  Tratando de poner en palabras su actuación, sería como decir que es una emoción que no pueden perderse de sentir alguna vez, de coleccionar como si fueran cornamentas de venado, en una total miopía mental con relación a la condición en que llegan a poner a su familia.   Aventurándonos un poco más  en nuestras apreciaciones,  algo que los expertos podrían confirmarnos, se atisba  una forma de chantaje,  cuyo mensaje implícito seria, "no quieres que vuelva a hacer lo mismo, pues no me des motivos." 
     Retomo al gran Facundo Cabral para recordar de cuantas cosas nos estamos perdiendo cuando vivimos de emoción en emoción, de sobresalto en sobresalto, considerando que lo que cuenta en nuestra vida es el destino y no el sendero.  De esta manera nos vamos perdiendo la belleza del paisaje y la riqueza de la compañía.   Cuando son los sentidos y nada más, nuestros motores de búsqueda en el dîa a dîa, estaremos dejando de lado experiencias maravillosas que no se viven a través de los ojos ni de la piel.  Hay sentimientos que florecen muy dentro, nos ponen en contacto y hasta nos hermanan con otros seres humanos, en la medida en que nos detengamos a asimilar la esencia profunda de las cosas.
      Ante aquello que sucede y no nos parece, hay mucho que hacer.  El primer paso para un cambio real está en la punta de nuestros pies y continúa en nuestro entorno inmediato.   El deporte de señalar con dedo de fuego lo  que nos parece mal, no conduce a cambios sustanciales, pues siempre adjudicaremos a los demâs la raíz del problema y por ende la solución.  Cuando comencemos a preguntarnos en qué medida yo soy  responsable de aquello que está ocurriendo, y qué puedo yo hacer para modificarlo, será cuando los cambios tangibles empiecen  a ocurrir.
     Sirva la escena en la Cámara de Senadores para darnos cuenta de que fácil es caer en la irreflexión, en no detenernos a pensar las cosas antes de actuar, y en no darnos cuenta que la más  pequeña acción que cada uno de nosotros emprende,  es como una minúscula pieza de un rompecabezas gigante, en nuestro caso, llamado México.
     Descanse en paz Valeria. Que su familia halle consuelo a ese dolor inabarcable.  Y que comencemos a vivir una vida menos distraída, para valorarla, entenderla y amarla con todo lo que somos, no solo para la foto.