En las ondulaciones de tu risa.
En esa narrativa vivaz que tiende puentes
y al caer la noche los repliega.
En un "hasta mañana" que dejas
en mi frente
con un beso.
En ese mirarme a la distancia --cálido, sí--
desde tu propio espacio,
descubro que eres un adulto, hijo.
Hacedor y adalid de tu propia historia,
dueño de una música
que rompe
los aires de cualquier
monotonía.
Marcas tu ruta, caminas por donde el corazón
alienta a la cabeza
a avanzar.
Como dos peregrinos de Santiago
que se son mutuamente indispensables.
Te veo y me alegro. Creo haber cumplido
con la vida.
Tú sabes --no tengo que decirlo--
cualquier día, cuando el corazón anhele zambullirse
por un rato en las aguas termales
del ayer
aquí está mi corazón
de madre.
Aquí te esperan
mis abrazos.
Una red social cuyo propósito es contribuir a enaltecer la calidad humana, la sensibilidad ciudadana y la autoestima. Un pequeño espacio que aliente, reconozca y difunda los valores de los diversos ciudadanos del mundo. Que nos impulse a cuidar del planeta, y a edificar la sociedad justa y buena a la que todos tenemos derecho.
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