domingo, 9 de diciembre de 2018

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


Somos dados a encontrar más fácilmente los defectos que las virtudes en las personas y por si fuera poco, nos damos a la tarea de enfatizar los primeros, como si al hacerlo lográramos destacar alguna cualidad propia.
     Resulta común oír a la mayoría de nosotros decir, que nuestros jefes con ineptos, que aquéllos que ocupan puestos superiores no se los merecen más que nosotros; estamos rodeados de gente que difícilmente se merece estar en el lugar que se encuentra. Con menos frecuencia alguien ensalza las cualidades de estas personas, y de nuestros queridos amigos y familiares solo unos cuantos se salvan de nuestro severo juicio. 
     Pareciera que antes de juzgar no nos vemos en el espejo, o que tenemos una autoestima baja que compensar, o por el contrario un ego que impide admiremos fácilmente a otro que no sea a nosotros mismos.
     Sin menospreciar a nadie, sin dejar de resaltar sus virtudes, sintiéndonos afortunados de compartir la vida con gente valiosa que tiene mucho que ofrecernos, quizá enriqueceríamos más nuestra propia vida. Dicen que con la vara que mides, serás medido y pareciera que todos usamos la misma escala y que a partir de nosotros mismos, nadie reúne lo suficiente como para quedarnos a la medida, menos todavía para considerarlos mejores. 
     Humildad y seguridad en uno mismo, no recurrir a devaluar a los demás para compensar nuestras propias deficiencias. Sabio aquél que se rodea de gente digna de admirarse, de imitarse y a lo que sin reserva alguna sepamos reconocer como tal.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario