domingo, 28 de septiembre de 2025

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

 INDIFERENCIA Y CAOS MUNDIAL

En este día está por concluir la Asamblea de la ONU convocada en Nueva York para conmemorar el octogésimo aniversario de su fundación, que se cumple el próximo 24 de octubre. Como pocas veces a lo largo de su historia, me atrevo a decir, la situación ha sido tan conflictiva y ríspida como en esta ocasión cuando, asuntos como la guerra en la franja de Gaza, la invasión rusa a Ucrania y el cambio climático han generado divisionismo entre los 193 países miembros de la Organización. Tópicos tales como el desarrollo bélico de las grandes potencias, los fenómenos derivados de la migración; el desarrollo de una salud preventiva frente a enfermedades transmisibles, y las consecuencias debidas al cambio climático habrán ocupado las principales agendas de discusión.

Tzvetan Todorov fue un filósofo búlgaro fallecido en el 2017. Estudioso del totalitarismo y la democracia, y muy enfocado hacia los fenómenos sociales que rodean a los movimientos migratorios. En alguna de sus obras expresó que la identidad de la especie reside en el hecho de que podamos ser diferentes. Esto aplica particularmente cuando se trata de naciones de distinto origen, con convicciones religiosas o políticas diferentes, que buscan llegar a un acuerdo entre las partes. Justo, los conflictos inician cuando las metas que persiguen dos facciones son incompatibles, de manera que cada una luchará por hacer prevalecer lo propio. No puede lograrse avance si ninguno de los dos accede a cambiar en algo su postura original.

Durante la ceremonia de recepción del Premio Príncipe de Asturias concedido a Todorov en el 2017, él expresó que antes de este siglo nunca se había dado un encuentro tan amplio y diverso entre individuos y pueblos del mundo. Hizo hincapié en los orígenes de la migración entre países, ya sea por cuestiones de seguridad secundarias al terrorismo, oportunidades de trabajo o necesidades económicas. Señaló que, de acuerdo con el alto comisionado de la ONU, por cada centímetro de elevación del nivel de los océanos habrá un millón de desplazados en el mundo, a la luz de lo cual podemos afirmar que en este 2025, el problema es grande y se requieren soluciones conjuntas y decididas para enfrentarlo. Señaló que todos los países establecen diferencias entre naturales y extranjeros, y que esto nos atañe a todos, porque en uno u otro momento todos somos extranjeros en potencia. De manera tal, que como acogemos a los otros, a los diferentes, manifestamos nuestro grado de civilización, y que solamente los bárbaros son los que consideran que los otros pertenecen a una humanidad inferior y merecen ser tratados con desprecio. Antes de concluir insistió en que ser civilizado no necesariamente significa tener muchos títulos académicos, sino ser capaces de reconocer plenamente la humanidad de los demás, saber ponernos en su lugar, como si nos viéramos a nosotros mismos desde fuera, y tenemos la obligación de dar un paso extra hacia un mundo más civilizado.

Por su parte Erich Fromm, psicoanalista alemán, refiere que la incapacidad del ser humano para amarse a sí mismo deviene más delante en problemas morales en la estructura social. Lo dice con estas palabras: “Nuestro problema moral es la indiferencia del hombre consigo mismo”. Y, como se presentan las cosas en la actualidad, tal parece que prevalece en gran medida la indiferencia de unos para con otros y a todos los niveles: Desde la propia familia, los grupos con los que interactuamos localmente; la relación entre autoridades y gobernados, y finalmente entre naciones. Partimos del interés propio para determinar modos de comportamiento, mostrándonos poco dispuestos a cambiar nuestra forma de actuar. Llegamos a considerarnos ajenos de responsabilidad frente a la problemática que no sea estrictamente propia, lo que genera sociedades indiferentes, que poco aportan para beneficio de los demás.

La ONU fue fundada en 1945, firmada por cincuenta y una naciones, tras la devastación moral y material que provocó la Segunda Guerra Mundial. Ahora, ochenta años después, vuelve a ser igual de urgente. La población mundial ha crecido, y con ello los problemas inherentes al desarrollo de pueblos y naciones. En palabras de António Guterres, secretario general de la organización, a través del trabajo conjunto se busca conseguir los objetivos marcados en la Carta de las Naciones Unidas:  la paz, la justicia, el respeto, los derechos humanos, la tolerancia y la solidaridad.

Que no se queden los propósitos en el discurso de nuestros representantes ante la Asamblea. Hagamos propios esos principios y apliquémoslos en nuestro entorno personal y social, trabajando por reconocer al otro, que de entrada nos resulta diferente, como si nos viéramos a nosotros mismos desde afuera.

CARTÓN de LUY

 


Les Luthiers, La Hija de Escipión, Bromato de Armonio

 
Picarones Les Luthiers en esta historia de Escipión, su hija y el enamorado de ella.

CARTAS A MÍ MISMO por Carlos Sosa

Hoy me agradezco

Hoy me siento frente a mí mismo, en silencio. No hay público, no hay testigos. Solo yo y esta voz bajita que rara vez escucho. Esa que nunca grita, pero insiste: “gracias por sostenerme”.

Me agradezco por no soltarme cuando la vida se volvió insoportable. Por mantenerme de pie cuando hubiera sido más fácil derrumbarme. Por respirar aun con el pecho apretado. Por no sucumbir a la presión invisible que siempre me rodea como un enemigo que acecha en la sombra.

No me echo flores, no me he celebrado en redes sociales, no me he tomado fotos de triunfo. Pero aquí sigo. Y en este “seguir” hay una especie de milagro que no necesita aplausos.

Hoy me abrazo con ternura. Me agradezco por soportarme, incluso cuando no me aguanto. Por cargar con mis dudas, con mis cicatrices, con esa costumbre de exigirme demasiado. Por remar aunque no vea la orilla.

Es un agradecimiento en voz baja, casi secreto, pero sincero. Porque al final del día, nadie sabe lo que cuesta no rendirse… excepto yo.

Me agradezco porque, a pesar de mis propios demonios, sigo de pie.

Y eso, aunque nadie lo aplauda, es mi victoria más grande...

Dándole una Lección al Bullying Charla de Sybel Martínez

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


Imposible sustraerse de los acontecimientos que nos sobrecogen de dolor y nos hacen ver que la sociedad se va transformando y tristemente en ocasiones deformando por la influencia de la tecnología.  

Si bien el internet ha venido a ser instrumento que nos facilita la vida y que permite la comunicación expedita, inmediata, no por ello totalmente confiable y real, se ha convertido en arma de dos filos que conlleva riesgos que antes, por lo menos en lo personal, no llegaba siquiera a vislumbrar.

Hace tiempo es tema para mi cotidiano el alertar sobre los daños que causa la exposición temprana y/o continua a pantallas en los niños, tanto en la esfera emocional como cognitiva, de ello vendrán por consecuencia las implicaciones sociales y de desequilibrio en la salud mental, si no nos mantenemos alertas sobre el consumo de la información que nutre el cerebro de niños y adolescentes. Tan importante es el cuidado de la salud física, como de la mental y espiritual y hemos delegado la responsabilidad de estas últimas a las redes

Aún antes, los padres teníamos mucho tiempo desconectados de nuestros adolescentes y jóvenes porque las circunstancias así lo requieren. La mayor tiempo la pasan fuera de casa en actividades escolares, deportivas y recreativas. Se relacionan con gente de la cual conocemos una parte, pero a mucha de ella difícilmente podremos acceder. A esto se agrega el internet que ocupa un lugar predominante, que desplaza horas de socialización personalizada, que a partir de la pandemia se hizo todavía de mayor relevancia por ser el único medio de contactar con el mundo exterior, y que a pesar de haber pasado esta crisis de salud, permanece siendo este espacio virtual la mayor compañía de nuestros jóvenes y adultos en la actualidad.

Apego, adicción, interés creciente por la irrelevancia, la banalidad, incursión en colectivos cibernéticos nocivos, como el de los Incel, que se crea en un inicio hace más de dos décadas por una chica llamada Alana, con el fin de crear una comunidad de mujeres y hombres que desahogaran sus frustraciones, Poco a poco se fue desvirtuando y ahora ese grupo Incel cuyo significado es "célibes involuntarios", agrupación de hombres que no logran tener relaciones sexo afectivas deseables, por su apariencia física e incluso por la percepción deformada que tienen de ella. Incel se ha convertido en un colectivo de hombres que sin mayor análisis y conocimiento dan respuestas equivocadas, dando lugar a un grupo de hombres antifeministas, que promueven masculinidad tóxica y que lleva en muchas ocasiones a la violencia extrema, como sucedió en California en 2014 por Elliot Roger y el reciente ocurrido en nuestro país en el CCH de la UNAM por Lex Ashton entre muchos más asesinatos en los que ha tenido que ver este grupo Incel.

No bastarán los reclamos para pedir mayor seguridad en las escuelas, que indudablemente es prioritario, mientras dejemos a un lado el hecho de que el enemigo está en manos de nuestra juventud, en nuestra propia casa y en cualquier lugar donde una pantalla les dé acceso a internet.

Pasar por alto los estados depresivos, de aislamiento, de bullying, de baja autoestima, permanecer ajenos a los daños de los que somos testigos una y otra vez culpando solo a la mala seguridad, sin ocuparnos del problema como propio, porque hemos dejado como nanas, entretenedores, "pacificadores", maestros, a las pantallas, nos hemos refugiado en ellas para encontrar la gratificación inmediata que hemos dejado de encontrar en las relaciones personalizadas, en el anclaje de una mirada, en la sincronización de los corazones, en el deleite de una charla, de una convivencia en donde las respuestas no son inmediatas pero si auténticas. Nos asusta el incremento de los problemas de salud mental, nos lamentamos, pero no buscamos estrategias reales para combatirlas,

Hablamos del amor, y sin embargo el odio aflora en nuestros jóvenes por algoritmos que los llevan a espacios donde solo les refuerzan ideas negativas, Dejamos que el internet les señale cuáles son los perfiles del hombre o mujer perfecta, creando expectativas que llevan a excesos en cirugías, medicamentos, para alcanzar el físico ideal, no hay cabida a la imperfección porque además la perfección se visualiza con un carácter totalmente banal y superfluo. Los valores se transmiten, se viven, pero los contravalores se difunden constantemente y se lucra con ellos, haciendo millonarios a influencers que no aportan nada realmente trascendente y valioso.

"Volver a casa" a nutrir cuerpo, mente y espíritu con alimentos que la naturaleza y nuestra esencia humana poseen, a recuperarnos como seres humanos, como sociedad, a vernos primero a nosotros y a los demás sin intermediarios, a buscar en una mirada, en una palabra, en una caricia la verdadera comunicación que nos dé la sensación de auténtica pertenencia, de sentirnos amados, de conseguir poco a poco, sin prisas, la paz espiritual.

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