domingo, 24 de mayo de 2020

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza


CULTURA Y AMOR A LA PATRIA
Hoy deseo abordar un tema que me inquieta: la forma como –en aras a la atención de la contingencia—se pretende dar de baja fideicomisos y apoyos relacionados con la cultura: Esta vez toca el turno de luchar a los museos y a la cinematografía. En dichas iniciativas de redistribución de recursos percibo un enfoque de corto alcance, como si el arte y la cultura fueran rubros clasistas, innecesarios y totalmente prescindibles. Mentalmente me remito a tiempos del porfiriato, cuando las manifestaciones afrancesadas del presidente y su gabinete representaban un lujo que se obsequiaba, en charola de plata, a los cuerpos diplomáticos de otras naciones. 110 años después, la psicología y la pedagogía nos enseñan que el arte y la cultura no son lujos, sino elementos básicos de identidad, mismos que proporcionan seguridad, como es el caso del sentido de pertenencia, al considerarnos parte de un gremio con el cual compartimos elementos comunes.

Hoy en día, dentro de los distintos quehaceres artísticos y culturales, los colectivos manifiestan su inconformidad con respecto a los recortes o eliminación de presupuestos. Cada uno de ellos expresa la necesidad que tiene el país de contar con esos recursos para desarrollar la creatividad, y a través de ella establecer lazos y puentes con el público receptor, que de una u otra forma interactúa y enriquece las expresiones originales. 

México se ha distinguido por una museografía excepcional. Colecciones contenidas dentro de edificios de gran valor histórico o arquitectónico, a través de cuyo conocimiento se exalta lo que hoy somos, y destaca la forma como hemos llegado hasta donde estamos. A través de la visita a un museo logramos comprender de manera vívida aquello que nos cuentan los libros de historia. Entendemos de forma más amplia qué fue lo que sucedió; podemos percibir ambientes, colores, texturas, olores. Se acrecienta nuestro asombro frente a esos objetos elaborados en diversos materiales, que no alcanzamos a comprender cómo fueron trabajados con las herramientas de la época. En algunos museos se cuenta con apoyo audiovisual que vuelve más claro aquello que tenemos enfrente. Muchas veces dichas colecciones se hacen acompañar de frescos en las galerías del inmueble, lo que convierte la visita en una experiencia multisensorial única. En los años que tengo de vida y habiendo visitado un buen número de museos dentro del país, no recuerdo haber salido de uno solo de ellos, sin sentir que mi amor por México había crecido un poco más. 

La emergencia sanitaria que vive nuestro país obliga a reestructurar marcos presupuestarios para dar prioridad a lo más urgente, eso es definitivo. Sin embargo, los ciudadanos esperamos que se orqueste un rediseño de emergencia sensato y equilibrado. Habrá renglones que bien podrán esperar mejores tiempos, o quizá hasta cancelarse, en definitiva, como es el caso del impulso a las energías no renovables, muy caras y contaminantes, frente a opciones más económicas y que no dañan al medio ambiente. Del mismo modo, iniciativas como el Tren Maya, proyecto controversial desde su origen, y que bien puede esperar en la fila de “posibles” o caer en la de “inviables”. Las prioridades son otras en este momento. 

Con relación al arte y la cultura, es menester que se incluyan como rubros de primerísimo orden, para darles apoyo total. La conciencia ciudadana crecerá en la medida en que cada uno de nuestros niños y jóvenes, se sienta que forma parte de México, al cual le corresponde amar, cuidar y defender. A través de su participación en el arte y la cultura, ellos habrán de sentirse tomados en cuenta, reconocidos entre sus pares. Hay que hacer hincapié, el sentido básico de pertenencia es en gran medida satisfecho para cada chico, cuando él percibe que, eso que él tiene para aportar en beneficio de los demás, lo vuelve valioso e insustituible para el grupo. De este modo se va consolidando su autoestima. Ese mero pensamiento de saberse tomado en cuenta por los demás, constituye el germen del amor de un individuo por su patria. 

La globalización nos ha despojado de buena parte de nuestra identidad nacional. Podemos conectarnos con alguien al otro lado del mundo con quien tal vez nos identificamos por compartir gustos, tendencias o necesidades. Así constituimos comunidades virtuales, que nunca podrán sustituir a la relación directa con otros humanos. Necesitamos la identidad regional y nacional como asidero, para no perdernos en la turbulencia, tantas veces anónima, de la red. El arte y la cultura representan –en buena medida—ese asidero capaz de hacer, de cada uno de nosotros para México, ese “un soldado que el cielo en cada hijo te dio”, como reza claramente nuestro himno nacional

POESÍA por María del Carmen Maqueo Garza


SENTIRES

Se impone el silencio de la noche

Caen exhaustos los sueños malogrados

Allá afuera el miedo paraliza al mundo

El vacío murmura su silencio a gritos

De la jungla de concreto y metal del hombre-dios

Ni una hoja se mueve.

Desde la quietud de mi ser íntimo alcanzo a escuchar

El río subterráneo que alimenta los sueños

Aguas vivas milenarias galopan  por mis venas.

Encima de la cabeza el caos

despeja los nubarrones grises de mi “yo”.

Para ver nacer un pequeño “nosotros”

          --desnudo y frágil.

Cada humano despliega ramas como puentes

Se llena el vacío entre unos y otros

Para celebrar la vida. Premiar el esfuerzo

A la distancia aprendemos calidez y empatía.

Los ecos de las risas y las palmas

Silencian los sollozos de la incertidumbre

Son caricias que sanan el desasosiego

Por hoy vencimos a la muerte. ¡Viva la vida!

Con las alas del alma; Coro de la Ribera

POESÍA de Alfonsina Storni

PAZ

Vamos hacia los árboles... el sueño.

Se hará en nosotros por virtud celeste.

Vamos hacia los árboles; la noche.

Nos será blanda, la tristeza leve.

Vamos hacia los árboles, el alma

Adormecida de perfume agreste.

Pero calla, no hables, sé piadoso;

No despiertes los pájaros que duermen.

Una sabia lección de apreciación

Agradezco a mi entrañable amiga Sylvia Martha este valioso aporte para el blog

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


Hoy en el año 2020, estoy escribiendo una carta para ustedes, los niños de hoy, los jóvenes y adultos del futuro.
     Quiero intentar explicarles lo que quizás ahorita les resulte incomprensible, lo que no alcanzan a dimensionar, aquello que es difícil de entender para todos, y que increíblemente pareciera, asimilan mejor ustedes que nosotros.
     ¿Cómo explicarles más allá de lo que es la pandemia --que creo que de todo lo que estamos ahorita viviendo es lo que les queda más claro-- las reacciones que los seres humanos hemos venido teniendo ante ella?
     Me duele ver lo que ustedes están viendo en nosotros, nuestra irresponsabilidad ante una situación que nos atañe a toda la humanidad, nuestra insensatez, las actitudes de discriminación y de maltrato a aquéllos que se encuentran en primera línea intentando salvar vidas. ¿Qué les estamos dejando en sus corazones, en su mente? Cuando más debíamos sembrar amor, cuando más debíamos infundirles fe, cuando tanto se necesita que nos sientan confiables, y encuentren en nuestros actos --y no tan solo en nuestras palabras--, paz.
     No nos juzguen tan mal, nadie está preparado emocionalmente para esto, nuestro estilo de vida no nos prepara lo suficiente para estas embestidas que da la vida. Nos falta espiritualidad, nos ha hecho falta concientizarnos de que somos una sola humanidad. Que nos necesitamos, que no podemos estar viendo tan solo por nosotros mismos. Que existe la palabra solidaridad y que nuestra marca principal para identificarnos como humanos es el amor.
     Llegamos a un mundo donde ya estaban escritas las reglas, y las seguimos casi siempre sin mayor reflexión, pretendiendo que lo hacíamos bien, pero estas sacudidas que a ustedes les está tocando a temprana edad. Ya difícilmente cambiará en muchos de nosotros esta inercia a seguir viviendo en una encarnizada lucha por poseer, a costa de lo que sea; a consumir, a entender por desarrollo una incesante y abusiva explotación de los recursos naturales y de las maravillas que este mundo nos ofrecía con gratuidad y nobleza, a cambio de lo cual solo ha recibido maltrato.
     Más que jueces, quiero pensar que ustedes en un futuro, sabrán mucho mejor que nosotros evaluar los daños, resarcirlos. No repitan nuestros errores, este parteaguas, doloroso por demás, debe ser para ustedes un llamado a tiempo para recapitular. Son ustedes la esperanza de que el legado ancestral de amor fraterno, que se ha ido diluyendo en el trascurso de este vertiginoso acontecer de nuestras vidas, se recupere y se fortalezca. Que sea ese patrimonio de una vez y para siempre, la principal fuente de inspiración; que sea luz y no obscuridad, donde el alma pueda encontrar, en su tránsito por este mundo, la felicidad y la paz.

La cuarentena a través del arte

Agradezco a mi querida Tere este original, interesante y divertido paseo por las artes, para aligerar la cuarentena.