domingo, 25 de diciembre de 2016

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza


NAVIDAD POR LA PAZ

Un privilegio publicar en la Navidad y de esta manera estar en posición de desear a quien me premia con su lectura la mejor de las celebraciones.

En este año en particular, cuando la violencia ha mostrado al mundo su cara más descarnada, sea el nacimiento del Amor más grande ocasión de esperanza.

De la misma manera, sea momento para cada cual de una íntima revisión personal, medir si lo que hacemos y dejamos de hacer contribuye a la paz.

Finalmente lo que sucede en los grandes escenarios nace justo aquí en nuestros corazones, en los propios hogares, en la intimidad de la convivencia familiar.

Muy en particular nuestros actos u omisiones hacia los más pequeños habrán de tener efectos en abanico para el tiempo venidero.

Cada vez que  se propina un golpe, cada vez que se escatima una caricia, un abrazo, una palabra cálida a un niño, se siembra una semilla de resentimiento.

En palabras de Francis Thompson: “No puedes agitar una flor sin conturbar una estrella”.

¿Por qué no ser, por lo pronto hoy, corteses en nuestro trato con los semejantes? No importa si nunca  hemos visto a aquellas personas o si lucen hostiles…

Aun cuando ese gesto amable no sea agradecido ni correspondido, viene a ser una caricia para el mundo, que tendrá un efecto acumulativo.

Actuemos como la mansa corriente sobre la roca más rugosa a la que termina puliendo, no por la fuerza sino por la constancia.

Las matemáticas nunca han contribuido a la creación de todo aquello que finalmente viene a  mejorar al mundo.

Es el arriesgarse a dar un poco más de lo recibido lo que finalmente contribuye a tender puentes entre corazones.

Muy necesario es para todos sentir ese calorcito dentro del  pecho que nos señala que estamos vivos y que formamos parte de algo superior a la propia persona.

Percibir que a través de nuestros actos podemos trascender las limitaciones propias del ente físico que nos alberga.

Para darnos cuenta de ello observemos cómo se vuelca en ternura el hombre más bragado frente a las muestras de amor de la pareja o de los hijos.

Ahí, y no en otro instante, radica la verdadera esencia de su persona, ese espíritu que da un sentido a la propia existencia, una razón para poner ese esfuerzo extra.

Tal vez nuestro mundo ha producido últimamente  muchos seres humanos como islas que se olvidan de esa parte suya que nos  conecta con el resto de la humanidad.

De alguna manera nos sentimos aislados en medio del  tumulto anónimo que  pareciera arrastrarnos hacia un destino que nosotros no elegimos.

Nuestras asideras para no ser llevados por la corriente son precisamente esas, las que emanan del corazón y nos otorgan una certeza.

Un niño que se sabe amado por lo que él es,  al margen de sus actos, crecerá creyendo en la vida como algo bueno. 

Por otra parte, aquel pequeño que enfrenta rechazo y que nunca logra estar a la altura de las expectativas de sus mayores, anidará grandes resentimientos.

No podemos perder de vista  aquella materia preciosa que se nos da temporalmente en la persona de los hijos para su modelado, tarea frente a la cual somos artistas privilegiados.

Sean, pues estas fiestas, la mejor ocasión para encauzar nuestros sentimientos en todo aquello que habitualmente estamos muy agitados para tomar en cuenta.

Nuestro mundo va a cambiar de acuerdo con los cambios que cada uno de nosotros vaya haciendo en su propio entorno…

Cuando actuemos de manera sistemática orientados hacia los valores que dan sentido último a nuestras acciones.

El mundo se irá transformando cuando no nos amilane otorgar ese esfuerzo extra sin tomar en cuenta si seremos retribuidos por ello.

No se trata de las grandes odiseas sobre el planeta Tierra.  Son nada más que los pequeños abalorios de cada día, que finalmente constituyen un todo precioso para la historia.

Las grandes guerras que se dan finalmente por codicia, se extinguen cuando el ser humano entiende que el sentido último de sus actos no está en el polvo que sus pies pisan.

Sea cual fuere nuestra propia concepción de un principio superior, las cosas cambiarán en la medida en que  entendamos que el puerto al que vamos está más allá de los límites de nuestra propia piel.

Hoy es un buen momento para  compartir la alegría de estar vivos, con una salud que nos permite festejar, una familia que nos acepta y que sabe estar con nosotros en todo momento, y unos amigos que amplían nuestro círculo de afectos.

Buen momento para actuar a favor de la paz mundial a través del corazón, partiendo de lo más cercano a nuestra propia persona.

Hagamos el cambio que el mundo tanto necesita, creamos en que podemos lograrlo, y hagamos de éstas las fiestas para la paz del mundo, trabajando nuestra pequeña parcela personal.

HOJAS SUELTAS por María del Carmen Maqueo Garza





LA CARA OCULTA  DE LA NAVIDAD


Nos alistamos a celebrar la Nochebuena y  aunque hayamos comenzado los preparativos semanas atrás, son los últimos días los que convierten los centros comerciales en verdaderas romerías en las que prevalece la locura entre  compradores.  


Todos vamos de prisa, con el gesto enjuto y poco amable, incluso a ratos da la impresión de  que afloran los instintos primitivos propios de la especie, y parecemos dispuestos a atacar a aquel que se acerque a nuestro carrito de compra.


Yo me pregunto cuántas de las adquisiciones que hacemos en esas últimas horas previas a la celebración fueron planeadas, o son la   respuesta a la estrategia de mercadeo de las grandes cadenas comerciales que crean necesidades en el consumidor.


Ubican productos altamente sugerentes bordeando los pasillos por donde se extienden las filas de clientes rumbo a las cajas registradoras, y de este modo terminan como parte de las compras frituras, golosinas y alguna que otra botella de licor.


A la vuelta de un par de días las fiestas finalizan en sobreabundancia, y como hay de todo en exceso, terminamos repartiendo por aquí y allá ese excedente de viandas que nos llevaron –además—a algún cuadro de gastritis o ataque gotoso en el trayecto.


Es algo así como una histeria colectiva que lleva a emprender gastos tantas veces poco reflexionados, que a la vuelta de unas cuantas semanas, pasada la euforia navideña, cuando llega el estado de cuenta de las tarjetas de crédito, tal vez lamentemos.


¿Qué nos impele a comprar de esta manera? ¿Somos autores de nuestros actos, o simples piezas que intereses ajenos a nuestra voluntad se encargan de mover, atendiendo a sus propias metas de venta de temporada?...


…Toca a cada cual ser juez de sus propios  actos.  Entretanto el comercio oxigena sus arcas con los recursos frescos de nosotros, incautos compradores que en forma paradójica dejamos atrás el sentido último de la Navidad y en enero lloramos.


 


 

Navidad en Viena; Concierto


Valioso mensaje de Pablo Ferrara Fernández

Discurso a los graduandos de licenciatura del Tecnológico de Monterrey.


Para Bárbara
Distinguidos miembros del presídium, directivos y profesores. Apreciables padres de familia, familiares e invitados.


Muy queridos graduandos. Jb6


Es tradición que las universidades inviten a un orador para las ceremonias de graduación. Alguien a quien los nuevos profesionistas vean como modelo. Para que yo lo fuera, tendría que ser para un catálogo de sillas de ruedas. Pero hoy, no quiero que su mirada busque modelos a seguir. Hoy el tema son ustedes, solamente ustedes, y la visualización de lo que harán, de cómo lo harán, y sobre todo, de el para qué de lo que harán el resto de sus vidas. Porque hoy venimos a atestiguar el fin de una etapa muy importante, y el inicio de la siguiente, en la que se construirá su legado.
  
   Les confieso que no recuerdo quién fue el orador ni lo que dijo en mi graduación aquí mismo hace 28 años. En eso ustedes me llevan ventaja, pues al menos si recordarán que fue un tipo que hablaba con la voz de una computadora.
  
   Consciente entonces de que la emoción del día, y las ansias de recibir su título del cual solo los separa mí discurso, no dejan mucho espacio a la atención y la memoria, hablaré de un solo concepto: el ÉXITO, y lo haré como sé hacerlo, contando historias. Historias que sé de primera mano.
  
   Hace poco más de un mes, me topé con la historia de Carlos Martínez, un español que pide modificaciones a la ley para poder optar él mismo por la mal llamada "muerte digna", la eutanasia. Lo que mueve a éste individuo a quererse procurar ese final, es que tiene el mismo diagnóstico que yo, Esclerosis Lateral Amiotrófica.  ELA,  una enfermedad degenerativa, hasta hoy incurable. Lo que me hace contarles esta historia, es que vi un video de Carlos, sentado sin recargarse, moviéndose con naturalidad, y hablando con su propia voz. esa si ya un poco afectada, diciendo que su vida estaba arruinada, porque ya no podía abotonarse la camisa, y le avergonzada que sus amigos lo vieran así. Lo que yo vi, fue a un hombre que, ante el anuncio de una guerra declarada, huye cobardemente antes de siquiera luchar.


   Queridos jóvenes: El principal obstáculo que los separará del éxito, es el miedo. Carlos Martínez dice que no tiene sentido iniciar una batalla en la que no puede ganar. Esa es una de las idioteces más grandes que he escuchado. Les aseguro, ES IMPOSIBLE SALIR DE UNA BATALLA PELEADA CON TODA TU MENTE, ALMA Y CORAZÓN, SIN HABER GANADO. No siempre se logra el objetivo que nos trazamos, pero invariablemente algo ganamos. A veces se logran cosas incluso mejores que las que buscábamos que ni sabíamos que existían. Pregúntenle a John Pemberton, que buscando un remedio para el dolor de cabeza inventó la Coca Cola, cuando su ayudante derramó agua carbonatada sobre su fórmula experimental. En este momento en sus cabezas revolotean sueños, ideales de un mundo mejor, pero también se escuchan voces que dicen que ustedes son muy pequeños mientras que el mercado está dominado por enormes fieras, o que como van a competir contra las poderosas transnacionales, o que el problema es que en México no se puede.
   En un momento les van a entregar su título, no se equivoquen pensando que es un escudo para protegerlos de los monstruos. El título es una afirmación categórica del Tecnológico de Monterrey, que ustedes ya tienen las habilidades del conocimiento necesarias para vencer. Su misión es ahora romper paradigmas, inventar lo que no existe, crear empresas que nos den soluciones que necesitamos, mejorar lo que parece perfecto. No se intimiden ante la enormidad de los retos. No esperen a tener todas las respuestas. Empiecen ya a perseguir sus sueños que el mundo los necesita con urgencia. Háganlo con entusiasmo, y en el camino encontrarán lo que les haga falta. No teman tomar decisiones, la peor decisión es la que no se toma. Todos tenemos miedo. Pero VALIENTE NO ES EL QUE NO TIENE MIEDO, VALIENTE ES EL QUE NO SE DETIENE AUNQUE TENGA MIEDO. Carlos Martínez, por miedo, seguramente se perderá la enorme alegría de ver crecer a sus hijos. Yo no. Prométanse ustedes mismos que tendrán el valor de lanzarse a conquistar sus sueños.
   Hablemos ahora de algo que NO necesitan para emprender su lucha por el éxito.  DINERO.  de hecho, tenerlo es muchas veces un obstáculo. Mi abuelo materno perdió a su padre antes de nacer. De pequeño trabajaba de día boleando zapatos en las plazas para poder estudiar en las tardes. Era pobre económicamente pero no en voluntad. Después de ser obrero puso un taller en el que reinvirtió y reinvirtió hasta que lo convirtió en una enorme fábrica de pisos que ahora llamaríamos socialmente responsable. La falta de dinero con que empezar tampoco lo limitó socialmente porque fue construyendo con su personalidad, amistades y relaciones en las que contagió sus principios altruistas, con los que lideró el Club Leones y otros organismos. Su éxito económico todavía salpica a sus bisnietos. Su legado de compartir con el menos afortunado nos dejó huella indeleble que sigue permeando por generaciones. Jóvenes, dinero hay de sobra en el mundo, lo que falta es quién lo use bien y para bien. Sus proyectos encontrarán respaldo. No piensen en el dinero como un prerrequisito, porque nunca tendrán suficiente, ni lo vean como una meta, porque tampoco nunca será suficiente. El dinero es solo un medio. Mi abuelo lo sabía y en eso consistió su más importante herencia; trabajo duro y honesto, incluyente, respetando, y respetado. No hay moneda que pueda comprar el verdadero respeto. NINGUNA META QUE HACE TRASCENDER AL SER HUMANO, ESTÁ UNIDA AL DINERO. Por eso no piensen mucho en él, solo ŕ duro y honestamente, y serán ricos porque nunca les faltará.
   Ahora bien, algo que SÍ necesitan, es una MIRADA PENETRANTE, una mirada que sea como dos taladros de punta de diamante que penetren hasta el fondo del cerebro de la persona a la que quieren convencer de sus ideas. Mi bisabuelo paterno Vicente, inmigró de Italia con conocimientos de minería. Se estableció en Monterrey y se le metió en la cabeza que aquí podía desarrollarse una fundición de acero. Con su arrojo convenció a familias adineradas de que era viable el proyecto. Tardó casi dos años en convencer a Limantour, Secretario de Hacienda del presidente Porfirio Díaz de que diera el permiso, estamos hablando de la época de los telegramas y los viajes en diligencia. Luego convenció al gobernador Bernardo Reyes de que diera apoyos fiscales para finalmente abrir en 1900, Compañía Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey. Pero su labor de vender las ideas en las que creía firmemente no había terminado. Como primer director de Fundidora, convenció a la mesa directiva de construir un hotel para recibir a los técnicos extranjeros, casas cercanas para los trabajadores para que pudieran atender el horno 24 horas, escuela para sus hijos, talleres para fabricar refacciones y no depender de lentas importaciones. Nunca fue el mejor administrador ni técnico, ni Fundidora fue la más eficiente empresa. Pero cuando veo su fotografía, veo esa mirada penetrante, segura, orgullosa, incluso intimidante, capaz de contagiar sueños. Esas chimeneas están ahí para recordarnos, que creer, es poder. La confianza en uno mismo, es el fundamento de los grandes logros. LA FE EN TI MISMO, TE HACE UN GANADOR DESDE ANTES DE HABER EMPEZADO.


    Ser exitosos es algo que de forma natural todos queremos, pero aún nos falta analizar los efectos del éxito en las personas. Hay personas exitosas muy admirables, y otras que son muy valiosas. Stephen Hawkins, el físico matemático que descubrió los hoyos negros y el Big Bang, adivinen. también tiene ELA como yo,  pero no se asusten, no se está volviendo contagioso. Solo lo uso como ejemplo porque siendo la persona que más ha sobrevivido con este padecimiento, lo he investigado para aprender cómo ha burlado el pronóstico de una enfermedad que se define como mortal. Para mí sorpresa, no he encontrado absolutamente nada,  los secretos de su longevidad están ocultos para médicos y pacientes, él se ha negado a compartir como a vencido a la ELA, mientras sigue muriendo un paciente cada 90 minutos. Hace dos años finalmente liberaron gratuitamente el software que le ha permitido comunicarse, uno más avanzado que el mío. El gesto altruista coincidió con que Stephen estrenó un nuevo software, más avanzado, y exclusivo para él. Tal vez ya sabe que estoy dando conferencias y no quiere que le quite la chamba.  Uso este ejemplo que considero altamente contrastante para que se den cuenta de la ceguera que para propios y extraños puede provocar un éxito sobresaliente. Pregúntense ustedes si conviene al ser humano quedar sobrepasado por sus logros. El éxito debe ser multidimensional. Tener metas diversas y ser exitoso al mismo tiempo en los terrenos; personal, familiar, laboral, humanístico, espiritual y social, hace a la persona el centro de sus éxitos. De no ser así, el éxito puede incluso ser un obstáculo para la felicidad. NO SE QUEDEN SIENDO ADMIRADOS DE LEJOS, SEAN MUY VALIOSOS, Y TENDRAN A ALGUIEN SIEMPRE CERCA.
   Hablando de expandir nuestro éxito, no hay mejor que saber que lo que hacemos sienta las bases para que otros alcancen sus metas. Hoy comparto la gran emoción de todos los padres que verán a sus hijos hacer este pequeño paseíllo. Un simbólico recorrido en el que sus pasos representan años de enorme esfuerzo de sus padres en la búsqueda de un sueño. Reconozcamos especialmente a los que ya no están físicamente con nosotros. A mi hace seis años me dijeron que pertenecería a ese grupo, que la enfermedad no me permitiría acompañar y disfrutar los logros de mis hijos. Pero el sueño de verlos es un fuerte motor que me trajo hasta aquí, a ser junto con el resto de ustedes, orgullosísimos padres, testigos de la graduación de todos ustedes, y la de mi hija, Bárbara Ferrara Saro.


   Ya hablamos de obstáculos, de lo que se necesita y de lo que no se necesita, y de cómo debe ser el éxito, solo me falta hablar del gran amigo del éxito. Su inseparable compañero: el fracaso. La vida no te permite ser amigo de uno si no eres amigo del otro. Cuando Michael Jordan habla de los fantásticos números de su carrera como basquetbolista, no olvida mencionar los más de 9,000 tiros que falló, ni las 26 veces que le confiaron el balón para el tiro decisivo y no anotó. Pues dice también son parte de su éxito. Cuando le reclamaban a Edison, la enorme cantidad de tiempo y recursos gastados en experimentos fallidos, el los contradecía diciendo que había aprendido 10,000 formas de cómo no hacer las cosas. El no entender que LOS DESACIERTOS EN EL CAMINO, SON SEÑALES DE QUE VAS AVANZANDO, te condena a perder el ánimo. Lo maravilloso de los fracasos, es la oportunidad de crecimiento que con ellos vienen. Relaciones, conocimiento, fortaleza, visión, incluso amigos son subproductos de un fracaso bien digerido. LA MEJOR EXPERIENCIA SE ADQUIERE CUANDO NO OBTIENES LO QUE BUSCABAS.
   Por último, quiero encargarles una tarea. Sé que no es el día más adecuado para hacerlo porque hoy amanecieron celebrando la idea de que no habría más tareas en su vida, seguramente ni tendieron su cama. La tarea que les quiero suplicar que inicien hoy mismo, es cambiar al mundo. Sus papás y profesores no esperamos menos de ustedes, no los preparamos para menos que eso. Pero para que mí solicitud no quede en poesía les propongo algo práctico.


   Una vez por semana impacten la vida de alguien. Ustedes tienen el privilegio de estar en la punta de la pirámide educacional, y con ello adquieren, aunque no lo quieran, una enorme y hermosa responsabilidad. Pero no se asusten, ya están perfectamente capacitados para hacerlo, solo tienen que quererlo. Si empiezan cada semana conscientes de su poder, sabrán reconocer las oportunidades de provocar un cambio positivo. Toquen una vida por semana, les garantizo que será fuente de fortaleza para perseverar en el cumplimiento de sus propósitos. EL ÉXITO FINALMENTE NO SE MIDE CON DINERO, SE CUANTIFICA CON EL NÚMERO DE VIDAS QUE HEMOS TOCADO. No busquen el éxito per sé, asegúrense de que la suma y las características de sus logros los conviertan en personas de gran valor para la sociedad. 
   Estoy muy contento, más que contento estoy emocionado, porque estoy sentado frente de como 500, próximamente, extraordinariamente exitosas mujeres y hombres que cambiarán mi mundo.


Muchas, muchísimas felicidades.
Pablo Ferrara Fernández
16 de diciembre, 2016




Texto publicado con permiso del autor.  Pueden conocer más de su testimonio de vida visitando en Fb la página de Salvador Alva en donde se aloja el video intitulado: "Pablo Ferrara: EX-A-TEC ARQ 88".

La otra Navidad

Gracias, Tita hermosa por esta tierna sugerencia.

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez



¡Tiempos de navidad! De niña siempre hice mi cartita para Santa, a sabiendas de que escucharía siempre la misma historia de cada año, que después yo repetiría a mis hijos,cuando no encontraba al pie del árbol los regalos solicitados; " son demasiados niños en el mundo y Santa no puede con tanto".

No quedaba sino conformarse con aquello que a veces,sobre todo en una familia numerosa como era la mía, era bastante lejano a lo que uno pretendía. No había reclamo,quizá un poco de desilusión pasajera, pero finalmente uno terminaba conformándose y disfrutando lo que recibía.

Hoy tengo una lista corta, pero sustanciosa, necesaria y que definitivamente no le corresponde a Santa Claus. Quiero fortaleza, la suficiente para soportar las embestidas sufridas y las que estén por venir. Humildad, la necesaria para saber reconocer errores, pedir perdón por ellos, para nunca sentirme sobrada ni en lo profesional, ni en lo personal ni de conocimiento, ni de razón, y ser comprensivo con los que me rodean, humildad para saber escuchar un consejo bien intencionado y agradecerlo.Tolerancia, cuanta sea necesaria para no sentirme juez implacable que condena aquello con lo que no está de acuerdo o no va con la propia manera de ser o de pensar, pero que merece total respeto. Afecto, mucho, pero mucho afecto, porque ese es mi sostén, mi fortaleza, porque nada me puede hacer más infeliz que ser ignorada por aquéllos que amo, porque es el amor el que me hace sentir segura de que no caeré aunque a veces parezca que camino por una cuerda floja. Mi red resistente de cariño que en caso necesario amortiguará mi caída, para impedir daños irreparables.

Sé que también ahora estoy pidiendo mucho, y que igual muchos somos los que necesitamos de todo ello, pero mi lista lleva destinatario que no falla, y cuento con ello de antemano. Mientras mi fe en DIos, en la vida y en la bondad humana no tambalee, sé que mi alma recibirá los anhelados obsequios.

Navidad con un bebé; Video divertidísimo

Hay Navidades menos complicadas, y otras más complicadas...
Gracias a Paty por su excelente sugerencia.

domingo, 18 de diciembre de 2016

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

ANA GABRIELA Y MÁS
Vivimos tiempos de elevado contenido visual, todo aquello que entra por  nuestros ojos tiene un impacto directo en pensamientos y emociones, y repercute en como actuamos; lo sabemos o al menos lo intuimos.  Las redes sociales se han convertido en un foro público que vuelve comunes las causas particulares, adquiriendo además un sesgo importante dado por la distorsión natural del mensaje, o bien por intereses particulares que de manera intencionada tergiversan los contenidos para ir al terreno del amarillismo.  Hasta los asuntos eminentemente   privados se convierten, por obra y gracia de la red, en tópicos públicos, tendencia de la que nadie se salva, y que obliga a incluir un código actualizado de comportamiento que incluya  cómo actuar para el caso de ir a parar a las redes sociales.
   De esta manera la golpiza propinada a la senadora Ana Gabriela Guevara se volvió asunto público, y como la terrible agresión ocurrió en plena vía pública, hubo muchas cámaras que grabaron lo que sucedía, y que ahora están aportando lo necesario para la captura de los agresores.   Definitivamente una conducta así de violenta da cuenta de que nuestra sociedad anda mal, produciendo individuos con cero tolerancia a la frustración, que al primer contratiempo reaccionan con una agresividad inusual, con encono, descargando una ira histórica que encuentra en ese justo momento un blanco contra el cual volcarse.   Por desgracia situaciones de esta índole son cada vez menos la excepción, y como grupo humano corremos el riesgo de acostumbrarnos a percibirlas como algo natural.  Antes de que ello pueda ocurrir estamos obligados a efectuar un análisis minucioso de los posibles motivos que llevan a un individuo a actuar de este modo para tratar de desarticular estos comportamientos en el período cuando se está organizando la conducta humana.
   Nuevamente echo mano de esa herramienta tan útil para el proceso de tratar de entender los comportamientos: Al actuar de ese modo, ¿qué busca lograr el niño que ese individuo lleva dentro?  En este caso el niño buleador que lleva dentro quien encabezó la agresión contra la senadora refleja frustración por el estado actual de cosas, refleja impotencia frente a hechos que le resultan adversos, y se propone acabar con ellos, de modo que  ahora que está en posición para descargar todo su odio, lo hace como por impulso.  Igual pudo haber sido el camión de la basura, un perro pulgoso o qué sé yo, aquello que obstaculizaba su actuar era un símbolo nada más, un simple disparador de esa violencia que había estado haciendo antesala en su interior y que había que sacar, una acción totalmente irracional que deja de serlo hasta el momento cuando Ana Gabriela se quita el casco dando oportunidad al agresor de identificarla, imaginar las consecuencias de sus actos  y huir. Ahora dos de los agresores detenidos dicen que no supieron de quién se trataba, entiéndase pues, que de haberlo sabido no la habrían atacado, pero que si no ha sido alguien importante sí lo habrían desbaratado a golpes.
   Por el mismo orden sucedió en días pasados algo en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. con un indigente que tuvo la mala fortuna de quedarse dormido en las afueras de la catedral.  Durante la noche un par de jovenzuelos lo rociaron con gasolina y le prendieron fuego, provocándole severas quemaduras en la mitad derecha de su cuerpo.  Ese delito es  un acto de extrema e irracional violencia contra quien –supongo—para los agresores no tiene un valor como persona.  ¿Hubieran hecho lo mismo si se tratara de un político o un empresario reconocido? La respuesta lógica es “no”, porque para la mentalidad de tales “juniors” salvajes estos últimos sí tienen clase y son dignos de respeto.
   ¡Qué desgracia de seudovalores nos rigen! Y nuevamente, en gran medida producto de contenidos que ingresan a través de nuestros ojos vía la televisión o la Internet, para pasar a formar parte del imaginario colectivo de un pueblo mal informado, resentido e iracundo, que no se halla en condiciones de modificar esos malos hábitos, pues para hacerlo tendría que entender que lo son, y para entender que lo son sería menester un nivel de cultura y de sensibilidad social que, está visto, no posee.
   La senadora está con vida, puede contarlo, y ha decidido hacer de este tópico muy personal una causa que habrá de llevar muy lejos, a favor de la no-violencia, en particular hacia las mujeres.   Confiemos en que el sistema haga lo suyo para poner a todos los involucrados ante la autoridad, de modo que se imparta la debida justicia.
   Más allá de esto último, trabajemos por una sociedad capaz de dar salida a los conflictos y a las aspiraciones de sus ciudadanos, de modo que estén en condiciones de trabajar a favor de un clima de paz para todos.

VIÑETAS por María del Carmen Maqueo


MI ÁRBOL DE LA NAVIDAD
Cuelgo en mi árbol de la Navidad todos los regalos recibidos este año, la vida, la salud, el tiempo, la oportunidad de ser útil haciendo aquello que me gusta.
   Cuelgo también mis recuerdos de infancia, las memorias de convivencias con esos seres maravillosos que hicieron de mi niñez un tiempo mágico que siempre evoco.
   En lo más alto coloco esos momentos con mi familia cercana que me acepta y me arropa por lo que soy, y que así falle una y mil veces, no me abandona.
   Por supuesto agrego a mi árbol los amigos verdaderos, son unos cuantos, pero tienen un valor incalculable, puesto que me hablan con la verdad y de frente.
   También cuelgo en mi árbol los odios gratuitos que no tienen explicación por más que les doy vueltas.  Ellos me  ayudan a  aprender a avanzar pese a los escollos.
   Coloco mis sueños para el año próximo, mis planes y proyectos, y todos mis deseos, mantengo la vista puesta en ellos para empezar con ganas el 2017.
   Corono mi árbol con la estrella de la esperanza, aquella que vuelve trascendentes los proyectos humanos recordándonos que el sentido último de la vida va más allá de la muerte.  Y así me preparo para recibir el nuevo año, como una gran bendición.

Una divertida y dulce Navidad

Un comercial que busca generar un rato de diversión muy propio de la temporada.

Un pesebre con dos bebés


En 1994 dos americanos respondieron una invitación que les hiciera 
llegar el Departamento de Educación de Rusia, para enseñar moral y 
ética en las escuelas públicas, basados en principios bíblicos.

Debían enseñar en prisiones, negocios, el departamento de bomberos, el de 
la policía y en un gran orfanato. En el orfanato había casi 100 niños 
y niñas que habían sido abandonados, abusados y dejados en manos del 
Estado. De allí surgió esta historia relatada por los mismos 
visitantes:

Se acercaba la epoca de las fiestas de 1994, los niños del orfanato 
iban a escuchar por primera vez la historia tradicional de la 
Navidad. Les contamos acerca de María y José llegando a Belén, de 
como no encontraron lugar en las posadas, por lo que debieron ir a un 
establo, donde finalmente el niño Jesús nació y fue puesto 
en un pesebre.

A lo largo de la historia, los chicos y los empleados del orfanato no 
podían contener su asombro. Algunos estaban sentados al borde de la 
silla tratando de captar cada palabra. Una vez terminada la historia, 
les dimos a los chicos tres pequeños trozos de cartón para que 
hicieran un tosco pesebre. A cada chico se le dio un cuadradito de 
papel cortado de unas servilletas amarillas que yo 
había llevado conmigo. En la ciudad no se podia encontrar un solo 
pedazo de papel de colores.

Siguiendo las instrucciones, los chicos cortaron y doblaron el papel 
cuidadosamente, colocando las tiras como paja. Unos pequeños 
cuadraditos de franela, cortados de un viejo camisón que una señora 
americana se olvidó al partir de Rusia, fueron usados para hacerle la 
manta al bebé. De un fieltro marrón que trajimos de los Estados 
Unidos, cortaron la figura de un bebé. 

Mientras los huérfanos estaban atareados armando sus pesebres, yo 
caminaba entre ellos para ver si necesitaban alguna ayuda.

Todo iba bien hasta que llegué donde el pequeño Misha estaba sentado. 

Parecía tener unos seis años y habia terminado su trabajo. Cuando 
miré el pesebre quedé sorprendido al ver no solo un niño dentro del mismo, sino dos. Llamé rápidamente al traductor para que le preguntara 
por que había dos bebés en el pesebre. 
Misha cruzó sus brazos y observando la escena del pesebre comenzó a 
repetir la historia muy seriamente.

Por ser el relato de un niño que había escuchado la historia de 
Navidad una sola vez estaba muy bien, hasta que llegó la parte donde 
María pone al bebé en el pesebre. Allí Misha empezó a inventar su 
propio final para la historia, dijo:

Y cuando María dejó al bebé en el pesebre, Jesús me miró y me 
preguntó si yo tenia un lugar donde quedarme. Yo le dije que no tenía 
mamá ni papá y que no tenía donde quedarme. Entonces Jesús me 
dijo que yo me podia quedar allí con El. 
Le dije que no podia, porque no tenía un regalo para darle. Pero yo 
quería quedarme con Jesús, por eso pensé qué cosa tenía que pudiese 
darle a El como regalo; se me ocurrió que un buen regalo podría ser 
darle calor. Por eso le pregunte a Jesús: Si te doy calor, ¿ese 
seria un buen regalo para ti?
Y Jesús me dijo. Si me das calor, ese sería el mejor regalo que 
jamás haya recibido
Por eso me metí dentro del pesebre y Jesús me miró y me dijo que 
podía quedarme allí para siempre.

Cuando el pequeño Misha termino su historia, sus ojitos brillaban 
llenos de lágrimas empapando sus mejillas; se cubrió la cara, posó la 
cabeza sobre la mesa y sus hombros comenzaron a sacudirse en un 
llanto profundo.

El pequeño huérfano había encontrado a alguien que jamás lo 
abandonaría ni abusaría de él. Alguien que estaría con él para 
siempre.

Y yo aprendí que no son las cosas que tenes en tu vida lo que cuenta, 
sino a quienes tienes, lo que verdaderamente importa.

Último testimonio de un maestro y padre desde Alepo

Desgarrador último mensaje de un maestro y padre de familia atrapado en Alepo a merced de una guerra absurda y genocida que jamás debió de ocurrir.

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez



De vez en cuando hay que dar una revisada al archivero de la conciencia. Quitar telarañas, desempolvar y ver lo que vale la pena seguir manteniendo ahí. Sacar resentimientos y culpas que van haciendo pesada la memoria, y que por más que pase el tiempo de vez en cuando repasamos y nos causan dolor o autocompasión, 

Escombrar, tratar de reparar aquello que tiene arreglo, desechar de una vez por todo lo que inútilmente permanece ahí sin posibilidad alguna de tener un uso adecuado. No convertirnos en bodega de cacharros inútiles, ser capaces de renovarnos, de perdonarnos y perdonar errores ajenos, para no acumular resentimientos, ni culpas que nos atormenten cada vez que echemos un vistazo a nuestro interior, afrontar lo que en él podamos encontrar. 

El alma puede extraviarse y no es raro que ni siquiera nos percatemos de ello y sea entonces cuando deliberadamente causemos daños a terceros, tratando de demostrar una falsa fortaleza que solo cubre nuestra vulnerabilidad. 

Hay que recuperar el alma para ser capaces de entendernos y entender a los demás y permitirnos dar y recibir amor. Encontremosla, hagamos limpia de ese archivero, lavemos culpas, saquemos brillo a nuestras mejores vivencias,reciclemos afectos, desechemos hostilidad y rencores. La vida depende tanto de nuestros actos, actuemos con positividad, con fe, con amor, con buena voluntad. 

Quizá de lo más valioso que a una persona se le puede dar, es tiempo, atención, hacerle patente que nos importa lo que hace, lo que dice, lo que siente, aquello que le sucede, ni siquiera muchas veces hacer algo por ella propiamente, solo haberle mostrado genuino interés. Si quieres hacer sentir a alguien miserable, ignóralo. 

Está en nosotros encontrar la mejor manera de vivir lo que la vida nos ofrezca y saber compartir nuestra felicidad, para que a nadie le falte aunque sea una poca, cuando la vida le robe la tranquilidad.

"Que canten los niños".

Canción emblemática de José Luis Perales que nos llama a elevar una oración por todos los niños del mundo, muy en particular los que en estos momentos sufren tragedias humanitarias en oriente.

domingo, 11 de diciembre de 2016

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

TRADICIONES Y CONTRADICCIONES
Estas fiestas decembrinas se hallan revestidas de una magia muy particular que de alguna manera nos remonta a los años de infancia cuando las cosas sucedían de forma esplendorosa por causa de la imaginación.  Es la temporada del año en la cual permitimos a nuestro niño interior aflorar de manera natural para divertirnos, cantar, reír y dejarnos llevar por la algarabía contagiosa y quizás  hasta  imprudente, que llega a colocarnos en situación de riesgo. Así es esta época que de manera folclórica bautizamos los mexicanos: “Maratón Guadalupe-Reyes” para significar las fechas cuando el espíritu festivo flota en el ambiente.
   Un segundo plano oscuro en torno a estas celebraciones, paradójico y  contradictorio se despliega desde inicios de mes y tiene que ver con ese mismo afán de festinar, sacando a flote pulsiones poco civilizadas que afectan la convivencia con quienes no son de nuestro entorno inmediato.  El día de ayer  regresaba de una fiesta al filo de las once de la noche por una calle angosta de un sector residencial, cuando de súbito aparece detrás del mío un vehículo que se desplaza a gran velocidad, el ancho de la calle difícilmente permite que me rebase, y delante hay un bordo frente al que hay forzosamente que frenar.  Por obra y gracia de Dios en un tramo en particular hubo el modo de que ambos vehículos cupieran, de modo que pasó a un costado mío sin reducir su velocidad, y sin  frenar en absoluto frente al bordo,  para seguirse de largo, aun cuando el crucero unos metros más delante  le marcaba alto.  Para mi fortuna no me impactó, algo que inicialmente supuse inminente.
   El anterior es un  ejemplo de lo que con elevada frecuencia ocurre en esta temporada del año, cuando en un afán por cumplir con las tradiciones nos aceleramos para tornarnos  impacientes y rudos.  Ya que con miras a celebrar el amor más grande, el de Jesús de Nazaret, hacemos gala de violencia en sus distintos modos y grados en nuestro trato con aquellos que tienen la mala fortuna de coincidir con nosotros en la vía pública o en los centros comerciales.
   Otra gran paradoja de la temporada es que gastamos hasta lo que no tenemos (vía líneas de crédito) en comprar de manera poco reflexiva.   Con unos cuantos billetes en la mano todo se nos hace fácil y gastamos de más, para luego estar lamentándolo en enero, cuando la excitación de la temporada ha pasado y volvemos a colocar los pies en tierra firme.
   Tradiciones y contradicciones: Ese celebrar de la mano del consumismo dejando de lado el significado último de la Navidad.  Ahora viene a mi memoria una reflexión leída en algún tratado religioso que habla sobre el nacimiento de Jesús en Belén, y que en lo particular me resulta hermosa e iluminadora: Siendo Jesús rey de reyes eligió la cuna más humilde para que ningún hombre sobre la tierra se sintiera cohibido frente a él.  De alguna manera ese poder de seducción del consumismo nos va envolviendo y convierte las fiestas en una pasarela glamorosa, barajando elementos propios de ese “tener para ser” que no  guardan relación alguna con la festividad religiosa que se celebra en estas fechas.
   Para quienes no comulgan con el carácter religioso de esta ocasión, sea de igual modo una hermosa oportunidad para exaltar y compartir los sentimientos más nobles del ser humano, que tienen que ver con la compasión, la misericordia y la empatía, en decir “me pongo en tus zapatos y vivo tu realidad como un acto de amor”.  Quizás uno de los mayores problemas de la comunicación que nos está tocando vivir es que –dentro del aislamiento que todos desarrollamos—de alguna manera espero que los demás actúen conforme a mi propio modo de actuar, y como esto no ocurre, se genera una sensación de inconformidad con esa persona y con la vida.  Se nos olvida que los sentidos son ventanas al mundo a través de las cuales asomarnos y percibir la realidad de los demás, y no precisamente esperando que los demás vengan a asomarse a ellas para conocernos.  Como dijera Facundo Cabral, somos una generación de distraídos que no tiene el tiempo o la acuciosidad para mirar más allá de su propia nariz.
   Diciembre: Una época que llama a la auténtica generosidad, a descubrir a los demás y por un momento obsequiar un gesto de amabilidad, un detalle de cortesía, un ponernos en los zapatos del otro para regalarle un momento de aceptación y buena voluntad.  Tradiciones hermosas, gratuitas y enriquecedoras, a través de las cuales solazarnos.  Que podamos crear entre todos, con  propios y extraños, una calidez navideña que pueble los corazones del mundo de buenos sentimientos, que tanta falta hacen.
   Felices y sanas fiestas para todos. Que concluyamos la temporada de la mano de una renovada esperanza en la humanidad.

Don Jorge Villegas en su primer aniversario luctuoso




El próximo lunes 12 de diciembre se conmemora el primer aniversario de la partida física de Don Jorge Villegas, gran ser humano, profesional de excelencia, periodista  intachable.  De esas personas que se conocen a lo largo de la vida y que aun cuando hayan partido se quedan para siempre como referente obligado.

Dentro de sus virtudes que fueron muchas, en lo personal lo que más me causó admiración  fue  la congruencia entre lo que hacía  y lo que decía.  Nunca una palabra suya fue traicionada por sus actos, proceder que ahora me recuerda la imagen de la garza que cruza sobre el pantano sin  mancillar jamás su blanco plumaje.

Don Jorge formó muchas generaciones de periodistas, pero principalmente de seres humanos. Hoy descansa en la gloria del Señor al lado de su amada esposa Rebeca.  Desde aquí, el que fuera su pequeño espacio desde el primer día de vida de este blog, le enviamos un abrazo.  Sepa, querido maestro  que lo recordamos con especial cariño, y que siempre tendremos mucho, pero mucho que aprender de usted.

Dios lo bendiga, gran señor.

O Mio Bambino Caro con Amira Willighagen

Carta de José Mújica a Fidel Castro

Querido Fidel:

Recién me entero, la noticia ha sido devastadora. No dejo de imaginarte a vos, tendido en la escueta cama de madera que se convirtió en tu último refugio. Y aquí estoy, sentado en la entrada de la chacra pensando en lo que diré al mundo y cómo ocultaré esta lágrima, aunque dirán algunos publicistas que será mejor que se vea, que así se construyen las leyendas.

 Las leyendas no se pueden construir, vos eres una, forjada con el mismo golpe de la metralla y la bandera ondeando en el campamento, ahí en la sierra, sin importar si es selva o pampa, siempre es igual, la batalla duele en la entraña de lo que llamamos nuestra tierra, ese pedazo de geografía que podemos recorrer pero que nos recorre a nosotros.

Y pienso que tuve suerte porque llegué a la silla viejo y la cara de bonachón nunca se me quitó, a pesar del encierro y la tortura; las críticas fueron menos, no tuve que enfrentar el rigor del escrutinio público al que vos hiciste frente con esa estatura de gigante con la que diste ejemplo al mundo y no fui forzado a debatirme entre patriotas y traidores, nadie me tildó de tirano. Pero esa suerte también se puede entender diferente.

El mundo que yo encaré es el de las tarjetas de crédito y las vidas consumidas en una lucha para la que no hay guerrilla posible, todos me escuchan con atención, sonríen, aplauden y continúan tratando de llenar sus vacías vidas con cosas que los consumen, a plazos, pero inevitablemente. A vos te queda Cuba que seguirá ahí, sin analfabetismo, con el mejor sistema de salud pública, con la mejor educación del continente y yo aún aquí, en la batalla, no por la vida, sino contra el olvido, enfrascado en una lucha que no tiene sentido porque el Sur se convierte en más Sur cada día, los monstruos insisten en su avance y ahora nos copan por todos los flancos.

La breve ilusión del continente bolivariano vuelve a desvanecerse, con la partida de Hugo, la ignominiosa salida de Dilma y de Cristina, mi confinamiento a un escaño del parlamento y la orfandad en que nos dejas, seguramente pronto el sinsentido de un mundo que no aprende de su historia nos devorará nuevamente.

Las sombras nos acechan y por hoy, querido amigo, vos has partido y no tendremos, por lo menos en este ciclo, una más de esas charlas interminables que insuflaban amor y victoria, de las que yo salía rejuvenecido, sintiendo que podía enfrentar a la más temible de las gárgolas o cruzar el abismo de un solo impulso, la tristeza es inevitable.

Pero ¿qué dirías vos? “Anda loco, que no es para estar tristeando ¿y qué más da? Que sólo es carne y pellejo, no te hagas al muerto vos, que la lucha sigue y es pa’lante nomás”, y yo digo a mi mente desvariando “Que él no hablaba así, no seas irreverente”, mejor pensar que habrías dicho algo más brillante, no los cuentos de este viejo loco que hace aplaudir a multitudes, pero no ha podido mover a su pueblo como tú, ¿Qué de la Oriental surja una batalla final? Difícil, no imposible… mientras tanto a vos, en esa estrella del Caribe, un guiño y un ¡Hasta la victoria… siempre!

El Pepe

Mog el gato desastroso en vísperas de Navidad.


Bella historia que nos habla acerca del verdadero espíritu de la Navidad.
Para quien así lo desee pueden activarse subtítulos en español, aunque aun sin ellos se entiende muy bien.

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


Ser congruente, antes que cualquier cosa, no decir y actuar con sentidos opuestos.

Sostener lo que se piensa, pensar sin egoísmos y de acuerdo con los valores que hemos defendido. No dejarnos llevar por la corriente, sin reflexión, sin buscar una respuesta individual y no ser tan solo eco de otras voces.

Defender las tradiciones y mantenerlas, adaptarse a los cambios, mientras en ello no vayamos en contra de nuestros principios.

Vivir y dejar vivir al prójimo como a ti mismo.

Humildad para reconocernos como simples mortales que no tienen la única verdad sobre la vida y no poseen la calidad moral para ser jueces de otros.

No señales, no ofendas, no margines, no hables de mayorías porque ese ha sido un gran error de la humanidad, las estadísticas pueden ser falsas y no evidenciar la realidad.

Soberbio aquél que considera tiene cualidades superiores a los demás y los trata con desprecio. La historia misma nos da fe de cómo nuestros errados juicios han crucificado a inocentes.

Leyenda huichola: El primer amanecer

domingo, 4 de diciembre de 2016

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

LA DESILUSION Y OTROS DEMONIOS
Hay imágenes que llegan para quedarse, en lo personal  evoco entre éstas  la de un niño pequeño durante la Guerra Civil Española, a quien acaban de regalar un par de zapatos, su  expresión denota que no cabe de felicidad abrazando aquel tesoro; es  de esas fotografías tonificantes que puedo ver una y mil veces sin cansarme. Algo similar observé en fechas recientes, se trataba de  un adulto quien salía de un comercio  con un par de zapatos nuevos, no podría precisar datos del producto,  lo que mi ojo capturó fue la caja de calzado, y por encima de todo ello el gesto de aquel joven adulto en una expresión a la cual bauticé: “El dulce sabor de la ilusión”, inspirador término que me dio para mucho más que imaginar y pensar, y que hoy deseo compartir.
   Uno de los problemas graves del consumismo  es  pretender cubrir las necesidades afectivas con objetos materiales, en lo que el diseñador y productor cinematográfico Tom Ford ha denominado de manera muy atinada “La cultura de las cosas”, tendencia que genera un creciente vacío interior, mismo  que tratará  de llenarse del modo más accesible, con cosas materiales, lo que convierte aquello en un círculo vicioso con que genera hartazgo y vacío.
   Esta concepción consumista de “tengo luego existo” que contraviene los principios del clásico cartesiano “Cogito ergo sum” es el disparador absoluto para el consumo dentro de una sociedad como la nuestra, elemento por el cual nunca dejaremos de comprar  lo último en el mercado, la nueva versión, la tendencia de moda… De manera subliminal aquel mensaje nos conduce a asumir que el mundo nos valora por lo que tenemos, ocupándonos entonces de  no quedar rezagados en el sistema de la perpetua  innovación. De este modo tan absurdo como avasallador, los consumidores alimentamos de  manera continua  el inextinguible fuego del  mercado.
   En este extraño mundo que nos hemos creado una constante es el vacío interior que tal vez los adultos adormecemos mediante la utilización de químicos, el barullo o el sexo efímero, sin embargo hay una pequeña figura que con frecuencia se descuida, un espíritu que se queda en medio de aquel caos con un vacío imposible de llenar, lo que traerá a la larga problemas estructurales graves. Las sociedades modernas producen una enorme cantidad de niños solos, que aparte de su estado de abandono en ocasiones llevan cargas extracurriculares agobiantes que poco apuestan a la generación de infancias felices. 
   Un pequeño cambiaría la tableta más costosa por una tarde con papá o mamá; sin dudarlo descartaría cualquier juguete de tercera generación a cambio de la compañía cálida y enriquecedora de alguien que le manifieste que lo quiere, que lo acepta y que es importante, porque muy en el fondo lo que el  chiquito desearía es  saberse valorado por los demás  por lo que él es, y nada más.  Esos niños  necesitan satisfacer a toda costa su sentido de pertenencia, tener la seguridad de que sobre el planeta existe un punto bendito llamado “hogar” dentro del cual son siempre tomados en cuenta, amados y reconocidos.
   Esos niños solos crecen sin una escala de valores que los afiance al planeta, de modo que el concepto de la vida misma es muy relativo, y no dudarán en jugársela sin medir las consecuencias, pues ellos no han asimilado el hecho de que la muerte es para siempre. Desde la soledad y la plétora material nuestros pequeños difícilmente logran establecer una escala funcional de valores.  No hay mucho de donde abrevar comportamientos que   funcionen a modo de paradigmas, y luego sobrevienen las tragedias, como la recién acontecida en esta frontera con dos adolescentes que terminaron muertos de manera absurda en un juego de ruleta rusa.  De ninguna manera podríamos levantar un dedo y señalar culpables, desconocemos a fondo lo que sucedió, y aun cuando lo conociéramos, no es nuestro papel convertirnos en jueces de nadie, sin embargo desde aquí  podemos unirnos al dolor inacabable de esos padres y volver la vista al resto de chicos que pudieran hallarse en circunstancias similares, y de alguna manera actuar para evitar que una tragedia de esta magnitud pueda repetirse.
   N.L. Kleinfield ganó el Pulitzer de Periodismo 2015 por un reportaje que habla de George Bell, un hombre solo en la Gran Manzana, acumulador compulsivo que terminó rodeándose de objetos materiales para acallar su soledad.  De alguna manera a todos estremece porque a todos retrata, me hace recordar “El Grito” de Edvard Munch, cuya  descarnada imagen nos atrapa porque  condensa los pequeños gritos que todos llevamos dentro.
   “Desilusión”, terrible realidad que viven nuestros niños en un mundo consumista del cual todos somos responsables. Tiempo  entonces de poner las cosas en perspectiva  y  sanar vidas.

VIÑETAS por María del Carmen Maqueo Garza


SOLEDADES
Soledades hondas,
hasta los huesos.
Soledades
de dos en compañía.
Soledades que gritan su dolor
desde el  silencio.
Soledades que se ahogan
en medio del barullo.
Soledades con sabor a infancia,
dolor encarnado sin alivio.
Soledades añejas
que no bien saben que lo son.
Soledad que puebla mente
y sentimiento.
Soledades recompuestas
con pedazos de imaginación.
Soledades mudas
que no aprendieron a hablar.
Otras más enmudecidas
a fuerza de golpes.
Soledades que pliegan sus alas
desde la sombra.
Soledades que no atinan bien  
a acompañarse
por el largo camino 
sembrado de miedos como cruces.

"Cuando llega el invierno" de Chris De Burgh

Lanzamiento de esta semana en youtube que vale la pena ver: ¡Está hermoso!

Matusalén habla desde el asilo de ancianos: Poesía de Santiago Daydi-Tolson

Permanezco sentado todo el día
buscando en esta luz el sol
que antiguo calentaba.
Llevo un dolor de sueño en las rodillas
y ya no siento ríos en la piel
sino silencio de breñales:
paisaje de una muerte que me mira.

Sentado en el salón que se vacía
detrás de los espejos
y bajo el polvo invisible que se posa
cubriéndome de amor a toda tierra.

Yo que tuve la ilusión de un tiempo
detenido y un cuerpo sin historia,
toda inquietud enraizada y viva.
Presente en que el ayer se muda y sueña,
presente del minuto pasajero
del placer: las horas un extremo nervio.
Desde entonces el proceso,
la mecánica intrincada noche y día
dormir y despertar para dormir de nuevo
mezclándose los límites ilusos
hasta que todo fue por fin la perfección
total de lo inefable.
Sentado al borde de un camino
lo mismo que sentado en el encierro.

Del libro intitulado "La lira de la ira" de Santiago Daydi-Tolson, escritor chileno radicado en la ciudad de San Antonio, Texas, cuya obra se presentó en la recién clausurada Feria del Libro EDUCAL 2016 en la ciudad de Piedras Negras, Coahuila. 
   ¡Bienvenido, Santiago y que sea la primera de muchas más!

Este es el cuento de "nunca acabar"

Gracias, Rochy por la simpática sugerencia.

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


La vida hay que aprender a valorarla y saber como usarla.

Quizá el mejor uso se le da en la infancia,cuando no estamos tan conscientes de qué estamos haciendo en este mundo, y le sacamos brillo a cada día.

En fantasías, en juegos, en esa entrega de afectos en la que no entran compromisos preestablecidos ni intereses malsanos, en donde la ingenuidad y la fantasía nos favorecen para poder vivir sin reservas, disfrutando plenamente, amando sin condiciones, siendo honestos totalmente con nuestros sentimientos.

Vamos madurando y aprendiendo a veces,que todo esto es un poco más complicado, nuestra vida va sufriendo estragos, se va dañando por los intrincados caminos que a veces nos toca transitar.

La vida que se nos entregó impecable, va mostrando áreas deslavadas, rotas, y sabemos que es sólo una. Entonces a la usanza de nuestras madres, cuando el único pantalón de la escuela se rompía, habrá que echar mano de los remiendos, tendremos que parchar la vida y no permitir llevarla desgarrada.

Parches que no le roben belleza, del color del amor, de la sinceridad, de la resiliencia, parches de esperanza.
Habrá que parchar la vida con el arte que nos da la fe, en Dios, en la vida misma, en los seres humanos.

Ser creativos para que un remiendo termine siendo elemento decorativo, Imposible terminar con una vida impecable, es para usarse todos los días, no para tenerla guardada tan sólo para ocasiones especiales.

Una vida parchada con creatividad, una vida que no por ser usada deje de ser útil y valorada, y llevada dignamente hasta el final de nuestros días.

Les Luthiers: Les nuits de Paris

domingo, 27 de noviembre de 2016

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

CONVERSATORIOS
Acabo de leer un artículo suscrito por Francisco García Pimentel intitulado: “Estimado Millennial: Despierta”, el bloguero se expresa de forma muy negativa acerca de esta generación de jóvenes llamados Millennials nacidos entre 1985 y el 2010.  Adivino que el autor es joven, de manera que me sorprende el modo como ataca a los que supongo sean  sus contemporáneos, tildándolos de desorganizados, informales e ilusos.  Yo con mis doce lustros a cuestas me considero bien informada acerca del perfil de estos jóvenes habitantes de la Aldea Global, y contrario a García Pimentel los visualizo como individuos que saben lo que quieren, que se enfocan a conseguirlo y que trabajan de manera informada y  bastante organizada.  No puedo negar que hay ciertos rasgos que no les favorecen, como la dispersión de pensamiento cuando pasan de uno a otro tema sin fijar la atención, pero es que en definitiva ellos vienen programados de otra manera, su chip trabaja a  velocidad mucho más rápida, y su forma de pensamiento es completamente distinta a la de nosotros.  Mis tiempos en primaria y secundaria fueron de obligada memorización; entre dichos conocimientos grabados con cincel en las circunvoluciones cerebrales están los primeros 32 artículos y el 123 de la Constitución Mexicana en clase de Civismo que ahora –equivocadamente—ha sido desterrada de los programas escolares, y que debería volver, junto con el servicio militar obligatorio, si queremos una mayor conciencia ciudadana.  De igual modo la tabla de elementos, las capitales de los países y los ríos de México… Los jóvenes de hoy –y en ello les concedo cierta razón—consideran pérdida de tiempo tanta memorización, siendo que con un clic obtienen igual o más  información desde su celular.
   En fin, el universo de conocimientos es muy distinto y se llega a él por caminos diferentes a los que recorrimos quienes hoy somos mayores.  Cada etapa tiene su encanto propio y lo interesante es aprender a convivir y a combinar esas distintas capacidades en beneficio de todos.  Sin embargo sí debo reconocer que la tecnología  ha hecho que se pierda algo importante con relación a los tiempos previos, como es la capacidad de comunicarnos cara a cara, hoy nos retraemos, nos parapetamos detrás de una pantalla grande o pequeña, y finalmente nos aislamos.  Convivir con otros seres humanos a ratos parece un reto imposible, cuando antes aquello era de todos los días, ya por la numerosidad de las familias, ya por el reducido tamaño de las viviendas, o por las costumbres que privilegiaban la estrecha convivencia.  Entre aquello que se ha perdido  está también buena parte de la calidez que tanta falta le hace al corazón, las señales de afecto y de aprobación, esa mirada cómplice, la entonación de la voz, una palmada al hombro, un decir “aquí estoy”.  Cierto, las redes sociales tienen lo suyo, pero no dejan de ser espacios bastante más impersonales que la comunicación cara a cara.
   Otro efecto colateral de la tecnología tiene que ver con la disminución en el hábito de la lectura.  La información se recibe como chispazos, justo en el momento en que se requiere, y luego se destierra.   Se ha ido perdiendo el goce de tener entre las manos un buen libro para, conforme vamos recorriendo sus páginas seguir la trama de la historia, compartir los estados de ánimo, o anticiparnos a las ideas que van a ser expresadas… Eso no se logra definitivamente con ningún dispositivo electrónico.
   En 1993 en Dinamarca  se diseñó una forma de comunicación cara a cara que tiene que ver con la transmisión de conocimientos, iniciativa que se llevó a cabo como un experimento social encaminado a disminuir la violencia entre jóvenes.  Durante los siguientes veinte años ha tenido cierto avance, pero en los últimos dos se ha convertido en un proyecto de gran expansión por todo el mundo.   Para llevarlo a cabo se requiere un grupo de voluntarios, cada cual informado acerca de un tópico de su elección, y un grupo de oyentes que acudan de a uno a dos frente a ese experto a escuchar lo que tenga que decir sobre el tema de su elección durante diez o quince minutos, no más.  Si observamos a esos grupos interactuando, podremos atestiguar que la tensión  inicial va dando paso a la relajación y finalmente se evidencia un espíritu de camaradería, cuando tanto el experto como los oyentes terminan dialogando de cualquier otra cosa.
   Bibliotecas humanas les llaman.  En lo personal se me antoja como un excelente recurso para ir rescatando aquello que se ha perdido: El conversatorio como una forma de conocer gente, divertirnos y crecer, un modo muy original de hallar una excusa apropiada para sentarnos frente a otros seres humanos, expresarnos y exaltar las coincidencias, las simpatías, el nudo que nos hermana.

HOJAS SUELTAS de mi libro: "Mi barco de papel sobre aguas escarlata".

NECESITO
Necesito recoger uno a uno mis miedos, colocarlos al otro lado del horizonte donde pertenecen. 
Necesito gardar mis enojos, mis palabras hirientes, mis rencores.
Extender un lienzo nuevo y blanco en el cual comenzar a bosquejar un mundo distinto.
Necesito volver a creer en el prójimo próximo, en mi hermano, en mi amigo, en mi país…
Necesito arrancar de mi ser el desánimo, la desesperanza, erradicar de mis pupilas las imágenes cruentas que incitan a descreer.
Necesito llamar a la mañana, a la música, a los niños, y plantar una fe recién nacida en la tierra.
Me urge comenzar a  creer en un mundo donde la justicia corra libremente sin ser amenazada.
Por hoy, por hoy siembro palabras…


Obertura Republicana de Carlos Chávez Chapultepec

¿Anda usted desinflado en cuestión de nacionalismo revolucionario? ¡Aquí una megadosis de entusiasmo! Interpreta Rodrigo Rivas, joven pianista mexicano. Tomado de la página "Piano mexicano"

"Por si mañana" por Jesús Espada

Querida Julia:
Te escribo ahora, mientras duermes, por si mañana ya no fuera yo el que amanece a tu lado.

En estos viajes de ida y vuelta cada vez paso más tiempo al otro lado y en uno de ellos, ¿quién sabe?, temo que ya no habrá regreso.

Por si mañana ya no soy capaz de entender esto que me ocurre. Por si mañana ya no puedo decirte cómo admiro y valoro tu entereza, este empeño tuyo por estar a mi lado, tratando de hacerme feliz a pesar de todo, como siempre.

Por si mañana ya no fuera consciente de lo que haces. Cuando colocas papelitos en cada puerta para que no confunda la cocina con el baño; cuando consigues que acabemos riéndonos después de ponerme los zapatos sin calcetines; cuando te empeñas en mantener viva la conversación aunque yo me pierda en cada frase; cuando te acercas disimuladamente y me susurras al oído el nombre de uno de nuestros nietos; cuando respondes con ternura a estos arranques míos de ira que me asaltan, como si algo en mi interior se rebelase contra este destino que me atrapa.

Por esas y por tantas cosas. Por si mañana no recuerdo tu nombre, o el mío.

Por si mañana ya no pudiera darte las gracias. Por si mañana, Julia, no fuera capaz de decirte, aunque sea una última vez, que te quiero.

La última danza: Cuento maya

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez



De muchas cosas puede que me haya arrepentido en la vida, menos de amar.

Amar mi vida,cada etapa que he recorrido está salpicada de amor.

Puedo guardar en mi mente a tanta gente, lugares, situaciones, vivencias que impregnan mi vida del delicioso aroma a cariño y que encuentro entre las risas, entre las lágrimas, en las situaciones más críticas y en las de mayor armonía.

No me arrepiento de amar, de haber amado a quien he amado, no creo haber tenido un amor equivocado, o que no haya valido la pena.

Siempre gratificante encontrar en una mirada, en una caricia, en las palabras de un ser humano la gracia infinita que da el amor.

A veces bien, otras mal correspondida, pero siempre recompensada por la maravillosa sensación de sentir la capacidad de poder amar.

Desprenderse de egoísmos, de egocentrismos, dejar de amarnos solo a nosotros mismos; buscar ser amado y dejarse amar no es signo de inseguridad es la capacidad de ser humilde y reconocer que es el amor, ese noble sentimiento el que realmente completa el alma de un ser humano para ser pleno y feliz.

La mayor debilidad de una persona se esconde detrás de la ostentación de una autoestima formidable, quien más declara no necesitar a nadie es aquél con mayor necesidad de afecto.

Miserable vida aquella que rechaza el amor y lo desprecia, desprecia entonces el alimento esencial para nutrir el alma.

Resiliencia: Aprender a caer

domingo, 20 de noviembre de 2016

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

CUARENTA AÑOS
Por estas fechas  allá en el año 2007 me llamó Juan Carlos, excelente amigo sabinense,  compañero de una generación anterior a la mía, de la facultad de Medicina de la UAdeC en Torreón;  me hacía una invitación a participar con una plática en el festejo de aniversario de su generación.  Dicha reunión se llevó a cabo en Sabinas,  y puedo decir que ha sido para mí una de las reuniones más cálidas y divertidas  de todos los tiempos, tanto que solicité abonarme a dicha generación para así mantenerme en contacto con ese  fabuloso grupo.   Desde entonces año con año he recibido una amable invitación, misma que por desgracia –como ahora sucede-- no siempre  puedo atender como quisiera, y justo este fin de semana se  lleva a cabo en Torreón la celebración del 40 aniversario de  egresada esa generación, la  XV.  Fue a mediados de junio de 1976 cuando terminaba un total de 132 nuevos profesionistas que desde aquellos tiempos se  reúnen año con año para celebrar la vida; a la fecha 15 de ellos se han adelantado en el camino, dejando –lo sabemos—un  recuerdo imborrable en el corazón de cada uno de sus compañeros.
   Para quienes tuvimos la oportunidad de recibir una educación universitaria, me parece que esos años de formación profesional son un parteaguas en nuestra vida.  Ingresamos a la carrera como unos preparatorianos recién salidos del cascarón, y egresamos –en el caso de Medicina-- con una licenciatura que más delante nos abrirá muchas puertas.  Esos catedráticos que nos fueron señalando los senderos de las diversas especialidades dejaron además en nosotros una impronta única de ética y humanismo que se hace presente siempre que estamos frente al paciente.  De diversas maneras y con modos muy distintos cada maestro puso en nosotros una partícula de lo mejor de su propia persona.
   Cuarenta años se dicen fácilmente, pero contienen  una urdimbre de historias de vida que se van entrelazando unas con otras hasta formar una red indisoluble.  En ella van las mayores alegrías, los dolores más profundos, las pérdidas más dolorosas,  compartidas todas estas experiencias, como en una fraternidad en la que ningún sentir se queda huérfano puesto que todos lo perciben como propio.  Difícil sería mencionar a todos los compañeros  sin incurrir en imprecisiones, pero sí puedo decir que entre ellos campea un respeto absoluto por la idiosincrasia personal de cada uno, y se apoyan uno a otro aunque no compartan los gustos o las convicciones.  Hacen frente común cuando así se requiere; se unen en las desgracias, pero sobre todo, y con esto me quedo, saben gozar al máximo las alegrías del compañero como si fueran propias,  poniendo en ello lo mejor.
   En el transcurso de estos años cada uno de ellos terminó sus estudios de pregrado, hizo su servicio social, tal vez optó por una especialidad.  Posteriormente se posicionó para ejercer su profesión, y en la actualidad quizá se mantenga activo en la Medicina o la docencia, o viva su retiro profesional.  Colateralmente formó una familia, y muy probablemente esté viviendo ya  la etapa de la “abuelez” con tiempo y energía por delante para disfrutar esos años grandiosos.   Todos y cada uno se mantienen activos haciendo algo que les gusta y que además beneficia en cierto modo  a quienes les rodean.
   Desde mi pequeña tribuna dominical no puedo más que desearles que estén disfrutando cada momento de esta hermosa celebración.  Que nuestro buen Dios les conceda seguir adelante por muchos años más, conservando esa increíble capacidad de asombro y ese espíritu  para gozar y compartir  juntos  la vida.   Su solidez como grupo es un ejemplo para   quienes les rodeamos, ya que en ocasiones nos gana el desánimo o la molicie y abandonamos los proyectos  antes de llegar a puerto.   Nada hay más contagioso y sanador que una buena dosis de alegría, comenzar a asumir las limitaciones propias de la edad con sentido del humor, con un balance positivo de las capacidades que  el paso del tiempo nunca podrá arrancarnos.
   Esa  forma de interactuar que tienen es un paradigma para todos nosotros, que mucho aprendemos acerca de cómo vivir la vida con un espíritu fresco y visionario.  Dios permita que  conserven siempre esa calidez que los caracteriza, esa manera  de ejercer el amor divino en su forma humana más auténtica, al vivirlo cada día, en todo momento, en  cualquier circunstancia, teniendo en mente tan sólo el beneficio del otro, de modo que el día cuando sean llamados a la presencia de Dios  se presenten con serena humildad para decir: “Misión cumplida”.
   ¡Felicidades a todos y cada uno, que disfruten el reencuentro como sólo ustedes saben hacerlo, que canten, bailen y rían, y que junto con  sus familias hagan de ésta en particular, una memoria imborrable para todos los tiempos!

VIÑETAS por María del Carmen Maqueo Garza


EPIFANÍA DE LA SUPERLUNA

Como cada 28 días permito que aflore y me conduzca esa fracción interna que se mantiene en estrecho contacto con la naturaleza. A las 6 en punto dejo todo lo que estoy haciendo y como llevada por un embrujo salgo a buscar a la Luna que hoy promete lucir sus mejores galas en muchos años.

Me hace sufrir un rato, no se deja ver hacia el este, donde debía de verse cuando comienza a salir y que, cuando finalmente aparece lo primero que hace –al fin mujer—es ir a mirarse en el espejo del Bravo que hoy parece aguardarla en particular calma, como para permitir que ella pueda regodearse en toda su belleza. La veo surgir como un gran queso holandés quieta y hermosa, coronada por un encaje de finas nubes plateadas que la orlan y luego se abren hasta perderse en lo alto del firmamento.

Unos minutos después, no sé si fueron 5 o 10 esas mismas nubes como brocado cubren su rostro, ahora me recuerda los antifaces de las fiestas de antaño tras los que se ocultaban los asistentes a un convite, hombres y mujeres, para intentar divertidos no ser identificados. Veo cómo se prueba uno y otro como niña juguetona; sabe que los ojos del mundo están puestos en su belleza al punto del éxtasis.

¡Cuánta riqueza hay en el firmamento esta noche! Soy muy afortunada de poder disfrutarla y tejer historias, una distinta con cada atisbo, antes de que la noche termine por engullirnos.

Danza china realizada por danzantes sordomudas

¡Parece que estuviéramos viendo a través de un caleidoscopio!

Texto de Margarito Ledesma, humorista involuntario

Este fragmento es la introducción a la obra poética intitulada "El Cantar de los Perros", que el poeta dedica a los peludos ladradores que le han hecho compañía a lo largo de su vida. Aparte de simpático sabio en eso de no poner el nombre de individuos vivos a sitios públicos, algo que el ego inflado de nuestros políticos tiene más que olvidado.



Dedico esta merecida poesía a todos los perros que he tenido y a los que siga teniendo después; pero no al que tengo ahora, porque yo he sabido de muy buena tinta que nunca se le pone a una calle, a una plaza, a un mercado, a una escuela, a un jardín, a un teatro, a un salón, a una calzada, a un pueblo, a una villa, a una ciudad o a cualquier otro edificio semejante, el nombre de una persona viva, sino hasta después de que se muere, y hasta he sabido también, no me acuerdo ni cómo ni cuándo, que allá en la antigüedad, mandaron matar antes de tiempo a un señor que querían mucho en una población, para poderle poner su nombre a esa misma población o a algún edificio o calle de la localidad.
Por eso no le dedico esta poesía al "Coliflor", que es el perrito que me acompaña últimamente y que, la verdad, me ha salido muy vivo, muy cariñoso y muy buena gente; pero no quiero que se me vaya a echar a perder dedicándole esta poesía.
   Su inútil servidor: Margarito Ledesma, poeta de Chamacuero