domingo, 27 de noviembre de 2016

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez



De muchas cosas puede que me haya arrepentido en la vida, menos de amar.

Amar mi vida,cada etapa que he recorrido está salpicada de amor.

Puedo guardar en mi mente a tanta gente, lugares, situaciones, vivencias que impregnan mi vida del delicioso aroma a cariño y que encuentro entre las risas, entre las lágrimas, en las situaciones más críticas y en las de mayor armonía.

No me arrepiento de amar, de haber amado a quien he amado, no creo haber tenido un amor equivocado, o que no haya valido la pena.

Siempre gratificante encontrar en una mirada, en una caricia, en las palabras de un ser humano la gracia infinita que da el amor.

A veces bien, otras mal correspondida, pero siempre recompensada por la maravillosa sensación de sentir la capacidad de poder amar.

Desprenderse de egoísmos, de egocentrismos, dejar de amarnos solo a nosotros mismos; buscar ser amado y dejarse amar no es signo de inseguridad es la capacidad de ser humilde y reconocer que es el amor, ese noble sentimiento el que realmente completa el alma de un ser humano para ser pleno y feliz.

La mayor debilidad de una persona se esconde detrás de la ostentación de una autoestima formidable, quien más declara no necesitar a nadie es aquél con mayor necesidad de afecto.

Miserable vida aquella que rechaza el amor y lo desprecia, desprecia entonces el alimento esencial para nutrir el alma.

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