domingo, 14 de agosto de 2022

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

 

¿QUÉ HAY DETRÁS DE LA MANO?

Esta semana han sido alrededor de quince tiendas de conveniencia de una misma firma comercial.  A pesar de la falta de prevención con que respondieron los afectados, sí logra verse en un par de tomas de cámaras fijas a individuos que ingresan con una especie de bazucas con las que apuntan a distintas pilas de mercancía exhibida y les prenden fuego.  Su acción incendiaria se acompaña de gritos que logran su objetivo: Espantar a la gente que se hallaba en el inmueble.  Se contabilizan un par de muertes en estos hechos.

A ratos me imagino que son algo así como pandillas callejeras de púberes que se encuentran midiendo fuerzas una frente a la otra.  A ver quién logra hacer más daño en el menor tiempo.  Siempre me he preguntado si las mentes de estos individuos actúan por sí mismas o se hallan bajo el influjo de algún químico psicoestimulante que los envalentona de este modo.

Dentro de tal danza maligna una cosa es clara: La vida humana ha perdido todo valor; la propiedad privada no existe, y todo lo que hay alrededor de estos terroristas pirómanos es visto como objetivo al cual atacar. No encuentro la palabra para describir a una sociedad como la nuestra, que frente al ataque de la delincuencia organizada se queda pasmada, sin proceder con acciones que puedan modificar esos patrones de conducta deletéreos.

El crimen organizado capta a niños y jóvenes para engrosar sus filas.  Posiblemente se trate de chicos que hasta ese momento han pasado inadvertidos dentro de su entorno, y a partir de ser tomados en cuenta para desempeñar determinadas funciones, sienten que su vida adquiere  sentido.  Tal vez vengan  por la vida cargados de resentimiento por lo que sus familias o ellos mismos no han tenido, y están dispuestos a cobrar venganza de un modo o de otro.  Y si, además, les pagan por hacerlo, pues mucho mejor para ellos.

La descomposición social inicia en casa con las figuras parentales: Ya sea por omisión o por comisión.  Por ser padres que no están al tanto de lo que los hijos hacen, o que  voltean para otro lado para no enterarse, o que los incitan a tomar por mano propia aquello que, a su juicio, la historia les ha negado por generaciones.              Son familias disfuncionales en las que poco o nada se practican los valores que mantienen a una sociedad compacta; niños que van creciendo a la deriva, como plantas solitarias, de esas que crecen junto a un poste o entre las baldosas.  De modo que cuando encuentran una tribu que llena su sentido de pertenencia y que además les ofrece una retribución económica, se engancharán sin pensarlo dos veces.

Es mucha casualidad que los ataques a las tiendas de conveniencia en El Bajío se hayan dado con el mismo patrón en una misma noche.  Es lógico pensar que detrás de todo ello hay un plan destructor con tintes políticos o económicos.  Resulta muy doloroso descubrir que en nuestro país eventos criminales como estos, o bien, nunca se esclarecen, o se investigan y luego se reservan.   No creo que los grandes empresarios dueños de las tiendas no tengan modo económico de resarcir estos daños, pero ¿qué hay de las vidas perdidas?...

Como ciudadanía que somos me parece que hay que desintoxicarnos un poco de todo aquello que lleva a la normalización de la violencia. A diario, en todos los medios, nos percatamos de ataques, muertos y heridos.  Lo hacemos con tal frecuencia, que llega a crearse una especie de tolerancia, de modo que ya no percibimos el impacto que cada pérdida tiene.  Comenzamos a ver los muertos como parte del panorama urbano, como haríamos con un árbol o con un poste.  Le restamos las cualidades que hacen a cada ser humano especial, único y fundamental para su comunidad.

¿Qué hay detrás de la mano que activa el arma flamígera? ¿Qué hay detrás de su furia al actuar, del poder que parece demostrar con esos gritos con los que ordena a los incautos rehenes qué hacer? ¿Dónde está la acción de las fuerzas del orden para contrarrestar, frenar o impedir estos actos atroces? Resulta que cada vez tenemos más fuerzas armadas, pero, de manera paradójica, se consigue en menor medida combatir las acciones delincuenciales.

Imposible pararnos frente a la gran problemática nacional para tratar de frenar su incontenible carrera.  Lo que sí podemos hacer, y nos corresponde, y a lo que estamos obligados, es a voltear en nuestro entorno; ver ese chico que está a nuestro alcance orientar y ayudar, y hacerlo.  Para esos grandes problemas no hay más que una ola de pequeñas acciones, como marabunta, capaces de  restarle fuerza a esos consorcios criminales que  crecen cual sombras en la noche.  Nuestro papel como ciudadanos no se limita a señalar y quejarnos.  Nos corresponde diagnosticar qué es lo que sucede y actuar en consecuencia.

CARTÓN de LUY: REGLA DE ORO

 




BESOS - El poema mas romántico de Gabriela Mistral - (Recitado)

REFLEXIÓN DE Marco Tulio Gonzáalez, SJ.



Marco Tulio González S.J. es ex Decano de la facultad de Psicología de la Universidad Javeriana Bogotá- Colombia
“Dentro de la avalancha de mensajes que están llegando con motivo de lo que está sucediendo en el planeta, el siguiente es muy esclarecedor. Cada quien lo comprenderá según su propio nivel de consciencia.
"Desde el más profundo y sentido amor me conecto para vibrar con esta declaración:
"Estamos viviendo un momento desafiante.
La sombra salió a la superficie. Lo escondido está siendo revelado, y eso no se refiere sólo a la situación político-económico-social, sino a cada uno de nosotros.
La forma en que reaccionamos a este momento revela también nuestras sombras. Eso no es malo. Sólo podemos limpiar la suciedad que vemos.
Mientras nos ocupamos de apuntar la oscuridad allá afuera, en los demás, en la política, en aquellos que atacamos por pensar diferente de nosotros, dejamos de actuar y transformar lo que nos corresponde.
Nosotros mismos.
Cada uno de nosotros tiene dones y habilidades que sirven a la totalidad. Unos tienen una mente clara y excelentes ideas, otros son ágiles en encontrar soluciones creativas. Unos saben curar, otros tienen el don de la oratoria. Unos aman estar en grupo e iniciar movimientos que se expanden, otros prefieren quedarse en el jardín cuidando de una sola semilla.
*El momento requiere que cada uno de nosotras, nosotros, descubra su don y lo coloque al servicio del todo y de todos...*
¿Hay algo que sólo tú puedas dar?
*Necesitamos evitar la trampa de ser aspirados por esa ilusión colectiva que dice que nuestro destino está en manos de alguien, y no en nosotros mismos.*
Mientras nos quedamos atrapados por la revuelta, reclamando, atacandonos unos a otros, alimentando esa ola que causa angustia y miedo, dejamos de hacer lo único que podría ser verdaderamente revolucionario.
Ser la luz que somos.
*No importa la sombra que nos rodea, estamos aquí para manifestar nuestra luz. Una sola vela encendida rompe la oscuridad.*
Si eres alguien influyente en la política, sé luz. Si eres influyente en la educación, sé luz en la educación. Si eres dueño de un quiosco en la playa, coloca amor al preparar los sandwiches.
Donde quiera que estés, haz lo mejor.
Deja de desperdiciar tu energía juzgando, polarizando. Esto no resuelve nada. Sólo profundiza ese velo de separatividad y ceguera de todos nosotros.
Tenemos un poder inmenso y todo puede transformarse si somos sabios y valientes para hacer lo único que nos corresponde.
No nos dejemos “invadir” por lo que vemos a nuestro alrededor.
Respirar.
Haz lo mejor.
Vibra con la luz que eres.
¡Y confía!
*"Las Almas son como velas que se encienden las unas a las otras"*


Tomado del Fb de Malena Luengo

Gentileza Humana por Green Renaissance

 
Se activan subtítulos y traducción al español

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez

Es importante siempre tener un " a que volver", aunque la vida no sea la misma, aunque haya ausencias que duelan, aunque las sombras del pasado cubran la luz que asoma en un nuevo amanecer. Encontrar en los caminos recorridos la huella de pasos que nunca fueron solitarios, aspirar el aroma de los recuerdos que evoquen la alegría de tiempo vivido. Aferrarse a lo que es, y guardar en el alma lo que ha sido, para no desfallecer de nostalgia. Con lo que la vida ofrezca, que no es nada despreciable, con la cosecha de los afectos sembrados al lado de aquellos que ya no están, pero de los cuales seguimos siendo responsables mientras vivamos. Un "a que volver", a nuestra casa, a nuestra rutina diaria, con los amigos, con la familia, Un "a que volver" a ser felices, por lo vivido, por lo sentido, por lo valioso que se ha quedado en nuestro interior y que no perecerá mientras lo mantengamos resguardado del paso del tiempo en la memoria y en nuestro corazón. 
Gracias Dios por darme en cada amanecer, un por qué volver.

CARTUCCIA CINGOLANI ALBERTO: Pequeño prodigio