domingo, 12 de junio de 2022

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

 CARTOGRAFIA TERCER MILENIO

El pasado día 5 celebramos la Batalla de Puebla, comandada por el general Ignacio Zaragoza, durante la invasión francesa de 1862.  Zaragoza nació en Goliad, población asentada junto a la Bahía del Espíritu Santo, del entonces estado de Coahuila-Texas, razón por la cual en el país norteamericano se celebra la mexicanidad más en esta fecha que en septiembre.

Sorprende la forma como, a lo largo de la historia, las fronteras físicas han ido cambiando por razones sociales y políticas, de manera que  tienen un impacto cultural en sus habitantes. Ahora me vino a la mente este ejemplo de Zaragoza para representar los cambios ideológicos que vienen teniendo nuestras sociedades en este tercer milenio.  Me permito citar algunos ejemplos:

Nasson Joaquín García, actual líder de la iglesia “La luz del mundo” ha sido condenado en California a dieciséis años de prisión por la violación de tres menores de edad.  Se quedaron en capilla otros 19 cargos por el mismo delito, aunque se supone que son, tal vez, centenares de víctimas. En un sistema autocrático como el de esta iglesia, los fieles, la mayoría de las veces, se encuentran  bloqueados para actuar en contra de la figura de autoridad.  A tal grado han sido desacreditados por el propio sistema, que no se atreven a alzar la voz.  En contraste con estas personas que hicieron la denuncia, hay muchas más que han callado.  Y lo más grave, hay estructuras externas a la propia iglesia que, del mismo modo, se hacen de la vista gorda para considerar dichas acusaciones.  Ahí tenemos, hace 3 años, a Martí Batres permitiendo, por parte del gobierno de la Ciudad de México, que en el Palacio de Bellas Artes se organizara una gran celebración por los 50 años de Nasson, cuando ya pesaban sobre él graves acusaciones.   Recuerdo en esas fechas haber viajado por tierra a la Riviera Nayarita, y observar en las pequeñas poblaciones rurales grandes espectaculares alabando a Nasson por su aniversario.  De ese tamaño el peso del sistema sobre los fieles creyentes.

En muchos sentidos vivimos en una sociedad con fronteras cambiantes: En el lenguaje, en las costumbres, en la política.  Tenemos incontables funcionarios que utilizan y sacan tajada de un cargo público para beneficio propio y de los suyos.  Actúan como si fuera lo esperado, y el resto de nosotros  nos comportamos de manera indiferente, cual diciendo: “Claro, se esperaba que hiciera mal uso de su cargo, como todos los demás lo hacen”.  Esa apatía ciudadana es la que ahonda los problemas de corrupción.

Nuestro primer mandatario actúa de manera ambigua: Tacha de traidores a la patria a aquellos representantes populares que no coinciden con su forma de pensar, en tanto protege y justifica a los integrantes del crimen organizado.  El mensaje que da a la población es muy confuso.  Quien tiene conocimientos para “echar las luces largas” y ver más allá de los hechos, podrá entender qué hay en el fondo del asunto.  Quien maneja sólo las luces cortas, concluye que ahora así son las cosas, asunto grave para todos, puesto que genera un fenómeno de impunidad.

Con esta misma óptica podemos ir analizando muchos  hechos en torno nuestro: Los tiroteos en la Unión Americana son cada día más frecuentes.  El gobierno de aquel país  permite la libre venta de armamento y cartuchos a partir de los 18 años, argumentando la protección personal.  Sigo sin entender la razón para la venta sin control de armas  semiautomáticas de combate.  Nuevamente, esas fronteras entre lo sensato y lo insensato se dan de manera incierta, y para ello tenemos un buen número de casos en los que, por razón de esa libertad, han pagado con su vida personas inocentes.

Algo similar se presenta respecto a la muerte: Amanecen los medios impresos y digitales dando cuenta de incontables asesinatos con violencia.  Cuerpos regados sobre la cinta asfáltica, que dejan un mensaje muy claro de desprecio por la vida.  Estos códigos llevan a reforzar la idea de que, como diría José Alfredo Jiménez, “la vida no vale nada”.  Nuevamente, las fronteras entre lo que debe ser y lo que es, se pierden, para  desánimo de quienes somos testigos de tales hechos terribles, que nos van taladrando el entendimiento.

Como sociedad nos preguntamos cómo  nos desbarrancamos hasta el punto donde nos hallamos ahora.  Volteamos en búsqueda de una solución, y algunos ya comenzamos a soñar con que llegue un personaje a salvar a México en el 2024.  Lo que necesitamos asimilar es que, mientras no nos consolidemos como sociedad y actuemos haciendo frente común, las cosas seguirán igual o peor.  Si no nos proponemos salir de nuestra tibieza y de manera valiente comenzar a definir las fronteras entre lo ético y lo que no lo es, nunca podremos salir del bache en el que estamos.

CARTÓN de LUY

 


Aleluya cantada por Levitas en una boda en Israel

POESÍA de Héctor Olveda




Girasoles; perfectos masoquistas
Idólatras de un dios impronunciable
Autor intelectual y responsable
Que sean en el solar paracaidistas.
En manos del amante, veleidosos
Resguardan el amor como el encono
Y por la herrumbre nerviosa de su tono
La condición también de los celosos.
Altaneros y a veces suplicantes
Van sufriendo en su cuello las penurias
De ir buscando el amor en las alturas
De un ídolo que paga con desplantes,
Y al que siempre persiguen con la vista
De sus ojos marrón grandes y afables
Girasoles ; perfectos masoquistas
Idólatras de un dios impronunciable.


Aprender a ser felices: Charla con Marian Rojas Estapé

DIARIOS DE INCUBADORA por Antonio Pacheco.

En mi servicio en el IMSS, la terapia intensiva neonatal, nos damos tiempo para todo. Nos regalamos por ejemplo, en la medida que la endeble estabilidad de nuestros niños lo permite, un espacio para hablar. Y hablamos con los padres de nuestros pequeños pacientes de cosas sorprendentes y maravillosas. Claro, yo les he hablado de algunos milagros simple y sencillamente porque los he (los hemos) vivido. Y me acuerdo siempre de los actores de este episodio, que ya había publicado: "Siempre que salgo de mi hospital de fin de semana trato de repasar lo que hice y lo que dije y resulta que, invariablemente, sucede algo que marca cada jornada. Son hechos espontáneos e impensados, que cada semana me hacen reflexionar y madurar. 

Wenceslao y Martha, por ejemplo, vienen de fuera del estado de Veracruz, algo así como "de la otra frontera". Son maestros y son adventistas y en la primera vez que nos vimos, durante los informes médicos sobre su pacientito en la terapia intensiva neonatal, pude ver ese inconfundible y esperanzador brillo en sus ojos de padres jóvenes y primerizos, cuando me preguntaban que si los milagros existen. Digo, cuando uno habla con los padres de nuestros pacientes, nada se planea, tal vez solo el hecho de tratar de confortarlos y hacerlos sentir cierta confianza en lo que al área médica toca. Procuramos siempre, les digo, dar un servicio de calidad. Pero a pregunta tan concreta, les tuve que hablar como médico y como persona. Y hablé y hablé con ellos y casi sin darnos cuenta la ventana de la comunicación y el entendimiento se fue abriendo. Quedaron tranquilos, ciertamente temerosos ante la realidad de tener un hijo enfermo, que es, así lo creo, una de las experiencia más dolorosas que puede pasar un ser humano en su vida. 

Tener un hijo recién nacido enfermo, prematuro, tan vulnerable, puede ser devastador. Pero los milagros existen, les dije; porque eso lo he ido aprendiendo con el tiempo. Existen cuando los queremos ver, cuando somos justos y juiciosos y cuando tenemos nuestra fe bien cimentada y cuando sentimos paz espiritual en nuestro cerebro y en nuestra alma. ¡Los milagros! muchos los hemos visto en los hospitales. Algunas personas, a lo mejor más escépticas, dirán que son simples coincidencias y que eso que algunos llamamos milagros son situaciones naturales. Lo cierto es que navegamos en un mar de circunstancias, en plena tormenta, y apenas guarecidos en nuestra frágil embarcación de madera y de papel. 

Wenceslao y Martha enjugaron las lágrimas de sus ojos mientras yo reprimía mis deseos de abrazarlos y hacerlos sentir mejor. Ambos de 30 años, dos abortos previos y este embarazo logrado con fertilización in vitro. Era su primer hijo y había nacido SEISMESINO y con apenas 800 gramos de peso. Quedó claro que aquí no cuentan las cuestiones físicas ni la posición social. Importan, eso sí, los sueños, los corazones y la disposición para valorar con parámetros justos esto tan misterioso y tan inexplicable que se llama "VIDA" y abrigar siempre esa posibilidad de que algo, en el momento menos pensado, nos maraville y nos impacte. Los milagros en los hospitales sí existen. A muchos médicos y enfermeros nos consta. 
(Junio 2022)

Una selección de momentos positivos y conmovedores para elevar el buen h...