domingo, 26 de enero de 2020

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

DAÑO MORAL Y FRACTURA INSTITUCIONAL
Lo expresado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, respecto al Dr. Jaime Nieto Zermeño, director del Hospital Infantil de México Federico Gómez, es asunto serio.  Desde su investidura como presidente de la república, es muy serio.
     Si nuestra actuación  rebasa el entorno personal, nos convertimos en figuras públicas, obligados a un dicho responsable, respaldado en datos duros.  Mandatorio hacerlo, en especial para salvaguardar la calidad moral de las personas.
     Después de un año nos hemos acostumbrado a las expresiones festivas y hasta ocurrentes, del ejecutivo federal. Atestiguamos su forma de celebrar el ocupar el cargo que hoy ostenta, ya sea a través de la mañanera, ya con los pobladores de los diversos lugares que visita.
     Una cuestión muy distinta se presenta cuando se trata de fincar responsabilidades.  En este caso, con respecto a la falta de medicamentos para  niños con cáncer, el mandatario sugiere la posibilidad de irregularidades en el abasto, por parte del director del Hospital Infantil.   Como médico pediatra de provincia, no tengo el gusto de conocer en persona al doctor Nieto, pero sí sé de su trayectoria profesional, así como de la opinión que su desempeño dentro del Hospital Infantil merece a diversos pediatras formados en él. Por cierto, un nosocomio por el que guardo especial aprecio, puesto que uno de sus primeros especialistas, que llegó a ser mano derecha de su fundador Federico Gómez, fue Lázaro Benavides, un pediatra coahuilense de gran valía moral.  Así, desde sus inicios en 1943, y a cargo de excelentes profesionales, dicha institución ha trabajado teniendo por consigna el interés superior de la niñez mexicana.
     Una cuestión es manifestar el  sentir propio en redes sociales, tantas veces bajo un seudónimo que  permite atacar a otros sin consecuencias.  Algo muy distinto es hacerlo desde una tribuna como figura pública, obligado  a rendir cuentas a la sociedad.  A partir del momento en que se sugirió por parte del ejecutivo, la posible responsabilidad del doctor Jaime Nieto en malos manejos, se han hecho escuchar diversas voces que lo refutan como un juicio temerario, sin fundamento, dicho tal vez para salir del paso en ese momento, como ha sucedido más de una vez en esta administración. Hoy sumo mi opinión a la de esos colegas que  conocen al doctor Nieto, que han trabajado con él, y que manifiestan su rechazo a  señalamientos hechos sin pruebas  que los sustenten.
     En el ejercicio periodístico, como función pública que es, cada expresión personal debe tener datos duros que la respalden, principio que aprendí en los albores de mi oficio. Así se trate de un artículo de opinión, no puedo escribir por simple corazonada; el periodismo y la fe no son compatibles, de manera que el “yo creo” no aplica al momento de hacer pública mi opinión. Tengo plena libertad de  expresarla, sin lugar a duda, pero siempre más allá de mi particular parecer, con base en datos comprobables.
    Atribuir desde una tribuna, determinada responsabilidad a una persona, sin la debida comprobación de hechos, equivale a una forma de daño moral.  Como lo mencioné al inicio, es algo que repetidamente se hace en redes sociales, tantas veces desde el anonimato. Pero como figura pública desde una tribuna, estamos obligados a hacernos responsables de nuestro dicho.
     Reconozco en usted, señor presidente, una notable inteligencia interpersonal.  De acuerdo con los principios expresados por Alex Grijelmo, en su magistral obra “La seducción de las palabras”, su mensaje  ha sabido llegar a donde se necesita, al corazón de  ciudadanos desesperanzados, hambrientos de un cambio. Ese encantamiento sigue vigente en gran parte de la población, al grado que algún tuitero  expresó, con relación al problema del desabasto y en defensa suya, que “esos angelitos darán la vida por un México mejor”.
    Los problemas de un país no se resuelven destruyendo sus instituciones.  El doctor Nieto es muy claro en afirmar que la nación es lo primero, y vaya que lo dice desde la difícil situación que  él y su familia están sufriendo.
     Los médicos enfrentamos la enfermedad y la muerte cada día. Nuestra formación profesional nos aleja de ser indiferentes ante el sufrimiento del paciente o de sus familiares.  Un especialista que ocupa la dirección de un hospital nacional de alto renombre, regido por un cuerpo de gobierno, difícilmente va a ser un ladrón insensible.  Pero, si así se sospechara, antes de señalamientos públicos habría que hacer las diligencias por los canales correspondientes, con las pruebas en la mano.
     Señor presidente: Me preocupa la liviandad de sus declaraciones, tanto por el daño moral a un colega de excelencia, como por la fractura de las instituciones más sólidas que México tiene.

POESÍA de María del Carmen Maqueo Garza

Un día nació la palabra del fondo de la vida,
extendió sus alas, comenzó a volar.
Fue de boca en boca poblando al mundo
de ideas y sentimientos,
esparció tristezas y alegrías,
erigió muros y tendió puentes.
Creó prisiones cual mortajas,
liberó esclavos al pronunciar "perdón".
Hoy la palabra como albatros de mar,
es libre y vuela de boca en boca,
de verso en verso, de vida en vida,
arquitecta de tantos destinos,
escribana de tantas historias
--simientes de futuro--
que luego han de contar padres y abuelos
para seguir poblando de memorias
el libro de la vida.

Fabulosa danza moscovita con la Academia Gold Dance

Oración de Gandhi


Personas "cangrejo": RUTA DE VIDA con Jacqueline Tello

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


De nada sirve atormentarse por lo que no hizo en esta vida, por lo que se haya hecho mal, por lo que se perdió o por lo que habiéndose obtenido, no se supo mantener.

Hacer el recuento de los daños es necesario tan solo para ubicarse en nuestra realidad, sin que sea ejercicio repetitivo que solo se practica para llevarnos a la autocompasión, Lo vivido es pasado, el futuro es especulación, el hoy, el presente es lo único que nos pertenece transitoriamente, y hacer de él una constante queja a nuestra conciencia, impide forjar nuevos caminos que lleven a mejores destinos.

No se trata de escribir vida y luego querer borrarla, la tinta indeleble de nuestros actos, es imborrable. Lo que es posible es reinventarnos, ser capaces de replantear el texto y lograr que los capítulos que vengan tengan un mejor contenido.

Seguir avanzando con equipaje ligero, sin ser rígidos jueces de nosotros mismos. Dejar culpas que a veces ni siquiera nos corresponden, reconocernos humanamente falibles, perdonarnos como también perdonamos a los que nos ofenden. Saber reconocer errores, no significa quedarse estacionado en el castigo, basta y sobra con las repercusiones.

Sometidos siempre a juicios de los demás, dependiendo de la percepción ajena de nuestros actos y no tan solo de la intención que en ellos pusimos, resultamos más de una vez condenados.

Vivir liberados de juicios equívocos, propios y ajenos, sin dejar a un lado nuestra conciencia, donde están impresos los valores morales y éticos que han regido nuestra vida. Estar en armonía con ella, librar batallas con las emociones que a veces nos traicionan. Tener siempre la voluntad de mejorar, de no dañar, de respetar y colocar el amor como fundamento básico en nuestras relaciones humanas.

Que la culpa no sea condena con la cual cargar toda la vida, sino solo el medio para una reparación espiritual.

Arte en nieve con Simon Beck

No hay subtítulos en español. Como quiera vale la pena ver este video que exhibe el arte en nieve de simon Beck. Él expresa que fue a raíz de cuando su familia lo llevó a la nieve, siendo niño, cuando nació en él la idea de dejar su huella en ella, de manera creativa. En youtube hay otros videos que pueden revisarse también.