domingo, 1 de marzo de 2020

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza


SENSATEZ Y COVID-19
Al tiempo en que esto escribo, se ha confirmado en México un par de casos de infección por el COVID-19, o coronavirus de Wuhan. Sucede como en el 2009, cuando la influenza AH1N1: Nos invade una zozobra cercana al pánico.  La influenza española de 1918 terminó con la vida de cerca de 50 millones de seres humanos. La cifra es difícil de precisar, puesto que no existían las condiciones para un registro sanitario confiable. Hoy, aparte del registro universal, vivimos la hiperinformación, lo que complica el asunto.
La aparición de la influenza AH1N1  permitió desarrollar protocolos de prevención.  Colateralmente surgió una considerable cantidad de información sin bases científicas, o hecha a modo, que no dejó de alarmarnos.   El panorama actual, ante el surgimiento de la infección por COVID-19 se presenta más complejo todavía.   Hay factores económicos, políticos y culturales que dependen en forma directa de los gobiernos, y que, de no atenderse en forma adecuada, agravarían el problema.  Hay otros elementos relacionados con la comunicación, que dependen mucho de nuestro modo de actuar como internautas.  En seguida me explico, primero un dato para ilustrarlo:
Hace una semana tuve la oportunidad de participar en una sesión de taller virtual con Liliana Blum, extraordinaria narradora duranguense, quien acaba de publicar: “La tristeza de los cítricos”.  Al referirse  a la creación de personajes, hizo una simpática y clara alusión al maniqueísmo de los personajes de telenovela popular mexicana: Los buenos son siempre buenos en todo, y los malos son  malvados, sin excepción.  Nos llamó a no perder de vista que los personajes con los que nos sentimos identificados, están dados en tonos grises, con virtudes, pero también con defectos.  Con aciertos y desaciertos, porque así es la vida. Fue un principio muy aleccionador para mí, en particular al tiempo de  abordar asuntos relacionados con el uso que hacemos de la Internet.
Cuando surge un evento potencialmente catastrófico, como sería una pandemia por COVID-19, afloran en redes sociales actitudes contrastantes: Aparecen comunicadores bien informados, con la debida autoridad moral; dominan el tema y parten de datos duros para escribir. Más delante están los entusiastas, que, bien  intencionados, pero sin información confiable, pretenden alertar a los internautas, en ocasiones agregando  ideas de su propia cosecha.  Luego están aquellos que dan vuelo a cierta narrativa perversa con el fin de sembrar pánico; muchas veces parten de datos duros que manejan a modo; otras  dan vuelo a su imaginación, atribuyendo el origen del virus a elementos fantásticos, o dictando medidas de prevención o manejo carentes de bases científicas. ¡De los mal informados y de los malvados, cuídanos, Señor!
Cuando la aparición de la influenza AH1N1, el doctor Julio Frenk, entonces titular de la Secretaría de Salud, llevó a cabo un impecable protocolo de prevención, de manera que la enfermedad no alcanzó en absoluto niveles catastróficos.  En todo momento estuvo respaldado por su especialización en el área de Salud Pública, así como el acatamiento puntual de las indicaciones dictadas por la OMS. Ello  representó una garantía de control epidemiológico.   El panorama que se presenta cuando surgen los dos primeros casos de COVID-19 es  distinto: El Dr. Jorge Alcocer, titular de la Secretaría de Salud, no es especialista en Salud Pública.  Confiemos en que se rodee de un equipo de epidemiólogos que marquen la ruta crítica; que prive la sensatez para atender a la OMS, y sobre todo que se dé el apoyo necesario de otros niveles, para acatar los lineamientos epidemiológicos de manera estricta.  Una enfermedad como ésta no puede tomarse a la ligera, con improvisaciones ni dando entrada a la sensiblería.
Volviendo a nuestra función como internautas: Ya a estas alturas las redes sociales se hallan inundadas de hipótesis, recomendaciones y vaticinios sobre lo que podría ser una amenaza de pandemia por el COVID-19.  Se manejan asuntos varios, desde  teorías de conspiración hasta rechazo a ciertos países por comer víbora, sopa de murciélago y algunos otros platillos.  No ha faltado quien recomiende remedios:  qué tomar o no tomar; qué comer o dejar de comer, y con qué medicarnos.  A ratos nos sentimos abrumados por un alud de contenidos que, una vez verificados, podrían estar muy alejados de la realidad.
Ante la información que recibamos a través de redes sociales, las recomendaciones que pudieran funcionarnos como internautas son: 1) Ser sensatos al leer como al reenviar, 2) No creer todo lo que se dice, 3) Desconfiar de notas alarmistas, 4) Procurar fuentes confiables de información, 5) No caer en pánico.
Que cada uno cumpla con lo que le corresponde, para bien de todos.

POESÍA por María del Carmen Maqueo Garza


Habitó el alma,
una misma casa compartida
para todos
los hijos de la tierra,
hasta que las sombras
de la noche
en el corazón
de cada uno
entraron a espantarla.

Los mejores amigos

POESÍA de Leticia Villagómez



Los ojos…

Los ojos en tránsito de vuelo
ciegos por otra luz
rasgan la intensa parábola
del cuerpo
          Ser nada
como si errar
fuera el paraíso
          Un grito hacia el Oriente
silenciosa madre
duelo
          En lentísimo vacío
danzan los ángeles
hasta ser una línea
casi nada
          Como si atarse
fuera
abismo

De su libro "Errar de ángeles", tomado de la compilación de Felipe Garrido

Lógica matemática aplicada


Se pueden activar subtítulos y traducirlos al español

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez

La sensibilidad del ser humano es tan difícil de comprender, tan variables las respuestas a distintos estímulos, que a veces resulta contradictoria. Somos capaces de levantar nuestra voz para la defensa de un perro, sentirnos totalmente conmovidos por el maltrato a un animal, cuando por otro lado nos vamos haciendo refractarios al dolor de los humanos. Los compadecemos, pero no llegamos a más, hay más sociedades protectoras de animales, que de las injusticias hacia nuestros semejantes. Es más, nos rebelamos cuando hay ayuda humanitaria hacia otros dentro de nuestros límites geográficos, porque consideramos que nos vienen a quitar lo poco que tenemos. Si fueran perros, ¿nos dolería menos?

Por un lado nos aliamos a situaciones ajenas, por el otro no queremos se nos agreguen a las propias,. Es alardear de humanismo, pero a la hora de tener la oportunidad de convertirlo en acción, es entonces cuando ya no nos viene tan bien. Finalmente, compadecer es sentimiento que ennoblece pero no requiere mayor esfuerzo. No implica la necesidad de compartir, de dar; no requiere tolerancia, ni mayor esfuerzo que sentir. Eso, sinceramente, es de poca ayuda  para quien padece,

Podemos desatar nuestra ira contra aquél que insulta a una compatriota llamándola india. De forma contradictoria, somos capaces de lanzar los peores improperios contra aquéllos que van en contra de nuestra forma de pensar.  Hemos convertido las redes en un foro donde mostrar nuestros instintos más bajos y el lenguaje más perverso como argumentos para defender nuestro punto de vista.

Difícil, si muy difícil entender la sensibilidad humana. Ser humano es no perder nunca de vista la piedad, la caridad, la benevolencia, la filantropía, el altruismo. En una palabra_ el amor verdadero al prójimo.

Juan Sebastian Bach a capella

De nueva cuenta nos sorprende Sheila Blanco, ahora interpretando a Juan Sebastian Bach