domingo, 1 de marzo de 2020

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez

La sensibilidad del ser humano es tan difícil de comprender, tan variables las respuestas a distintos estímulos, que a veces resulta contradictoria. Somos capaces de levantar nuestra voz para la defensa de un perro, sentirnos totalmente conmovidos por el maltrato a un animal, cuando por otro lado nos vamos haciendo refractarios al dolor de los humanos. Los compadecemos, pero no llegamos a más, hay más sociedades protectoras de animales, que de las injusticias hacia nuestros semejantes. Es más, nos rebelamos cuando hay ayuda humanitaria hacia otros dentro de nuestros límites geográficos, porque consideramos que nos vienen a quitar lo poco que tenemos. Si fueran perros, ¿nos dolería menos?

Por un lado nos aliamos a situaciones ajenas, por el otro no queremos se nos agreguen a las propias,. Es alardear de humanismo, pero a la hora de tener la oportunidad de convertirlo en acción, es entonces cuando ya no nos viene tan bien. Finalmente, compadecer es sentimiento que ennoblece pero no requiere mayor esfuerzo. No implica la necesidad de compartir, de dar; no requiere tolerancia, ni mayor esfuerzo que sentir. Eso, sinceramente, es de poca ayuda  para quien padece,

Podemos desatar nuestra ira contra aquél que insulta a una compatriota llamándola india. De forma contradictoria, somos capaces de lanzar los peores improperios contra aquéllos que van en contra de nuestra forma de pensar.  Hemos convertido las redes en un foro donde mostrar nuestros instintos más bajos y el lenguaje más perverso como argumentos para defender nuestro punto de vista.

Difícil, si muy difícil entender la sensibilidad humana. Ser humano es no perder nunca de vista la piedad, la caridad, la benevolencia, la filantropía, el altruismo. En una palabra_ el amor verdadero al prójimo.

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