domingo, 7 de marzo de 2021

POESÍA de María del Carmen Maqueo Garza

 


Tributo

Hoy canto a todas las mujeres borradas de la historia, bajo cuyo amoroso cuidado hoy están aquí nuestra voz y nuestra pluma.

Mujer valiente de las causas justas, que haces de tu hogar un recinto sagrado de enseñanza.

Inquebrantable voluntad que va moldeando  el mañana, gentil y firme, con sus manos.

Tú que luchas por enseñar justicia alrededor de la mesa de cocina.  Que preparas cada día una infusión de identidad que nos  hermane.

Mujer maravillosa de los silencios benignos, esos que dan cátedra de amor.

La que reacomodas los astros en la noche más oscura, para espantar nuestros miedos de niños.

Tú, cariñosa y tierna, sacas la casta sin dudarlo, cuando  hay que hacerlo.

Entonces, en medio del desierto, no necesitas más allá de tu propio aliento para no desfallecer.

Hoy  honro tu vida, honro tu memoria, mujer de las grandes obras que han surgido de forma cotidiana, a partir de los pequeños momentos.

Tú que bordas la historia con el punto de cruz de cada día, cuidando de formar figuras preciosas con todos los colores del arco iris.

Mujer paciente y amorosa, de paso imperceptible.  Debajo de tu piel yace una voluntad de acero, capaz de levantar naciones.

Hoy te reconozco. Rindo tributo a tu lucha. Hago escuchar tu voz frente a la historia.

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

 

MUJERES EN LA  HISTORIA

El Día Internacional de la Mujer se conmemora cada 8 de marzo desde 1975, en reconocimiento a los derechos de la mujer. Fecha implantada por la ONU en ese año.

Valoramos  el desempeño de nuestras congéneres en el mundo exterior, respecto a los derechos: Sobre el cuerpo; salud y educación; derechos laborales; derecho a votar y ser votadas, entre otros.  Hay mujeres  icónicas, como las mexicanas  Frida Kahlo o Sor Juana, y muchas más que, sin tanta popularidad o reconocimiento, han dado debida  muestra de su enorme capacidad para modificar su entorno y hacer historia.

Un personaje que en lo particular me resulta entrañable, es María Curie, considerada la madre de la física moderna.  Ganadora de dos Premios Nobel, el primero en Física  junto con su esposo Pierre, en 1903, y el segundo por cuenta propia, en Química 8 años después. “Nada en este mundo debe ser temido, sólo entendido”, sabias palabras que se hacen presentes de la mejor manera  en este momento, a casi 90 años de su muerte.

Hellen Adams Keller fue poseedora de un espíritu inquebrantable, con el que venció  grandes limitaciones físicas para aprender a leer y escribir, y más delante para dictar conferencias a favor de los derechos humanos, en particular de las personas con discapacidad.   Nacida a finales del siglo 19, por enfermedad perdió tanto la vista como el oído. Enfrentó enormes dificultades para comunicarse, mismas que, con la ayuda de su institutriz de nombre Anne Sullivan fue venciendo hasta integrarse a la sociedad, para la cual contribuyó de distintas maneras, en particular con el ejemplo de su voluntad. “En estos oscuros y silenciosos años, Dios ha estado utilizando mi vida para un propósito que no conozco, pero un día lo entenderé y entonces estaré satisfecha.” Dijo, poco antes de morir.

Como en una galería que visitamos es la historia, cada cual escoge sus figuras preferidas.  Una tercera es Simone de Beauvoir, literata francesa muy adelantada a su tiempo, que nos dejó obras con total vigencia hoy en día, como es el caso de “El segundo sexo”, publicado en 1949.  Fue muy auténtica; su estilo de vida y de expresión significó un punto de quiebre en la lucha de las mujeres por sus derechos civiles. Una frase suya, de lo más apropiada en  tiempos de pandemia: “Hoy estamos teniendo dificultades para vivir porque estamos muy empeñados en burlarnos de la muerte.”

Transcurrió la segunda mitad del siglo pasado con grandes figuras femeninas que demostraron que nada es imposible por razón del género, y que el valor de una mujer no está dado por su apariencia  ni por la sumisión frente al varón.  Proviene de la capacidad que ella desarrolle para tocar y cambiar la vida de quienes le rodean.  No descuida su casa, ella  se reorganiza, se apoya con los miembros de su familia, y actúa para llegar más allá de su entorno inmediato.

Entre políticas, diplomáticas, artistas y científicas que han trabajado a favor de la humanidad en estos últimos 70 años habría muchas que mencionar.  En nuestro país han descollado incontables congéneres, tantas que no habría espacio para mencionarlas a todas.  El rasgo común que comparten es el de salir a luchar por los derechos de otras personas, más allá de los propios o de sus inmediatos.  Contar con la seguridad personal, la valentía y el liderazgo  para detectar esas necesidades en su comunidad; estudiar los problemas que les aquejan; plantear posibles soluciones, y lanzarse a resolverlos.

Me encontré por ahí una frase que me atrapó.  La escribe  una  internauta  argentina  llamada Laura Garza: “El feminismo no se trata de actuar de manera antagónica frente al varón, no se trata de desafiarlo, ni de rayar paredes o destruir monumentos.  Es defender el origen más profundo de la mujer”.

A todas llega a sucedernos, que en nuestra desesperación frente a un sistema que de muchos modos privilegia los derechos del varón sobre los de la mujer, quisiéramos lanzarnos en contra de lo establecido para que las cosas cambiaran.  En un segundo vistazo entenderemos que, como en muchos  procesos mentales, primero viene el enojo y luego la calma. Entonces visualizamos que, a través de la ira, poco va a lograrse.  Si queremos cambiar la estructura social, necesitamos organizar el cambio a partir de una base racional, hacia una modificación progresiva y sostenida que vaya abarcando todos los estratos sociales.  Eso no se hace de un día para otro.

Buena ocasión  para revisar los antecedentes que llevaron a la conmemoración del Día Internacional de la Mujer.  Luego de lo cual podremos analizar qué pendientes hay en este proceso de cambio, y qué nos toca hacer a cada una.  Lo medular no es “pelear en contra” del género masculino, sino más bien constituir, en conjunto, un proceso de “ganar-ganar”.

Manos de Mujeres - Canción de Marta Gómez

POESÍA EN PROSA de Santiago Kovadloff


MI CASA, ESTA MUJER.

Mi casa es esta mujer que ahora duerme a mi lado. Como ella, con ella, todo a mi alrededor reposa. Cuando ella despierte, también lo harán las cosas. Volverán a abrirse las puertas, correrá el agua otra vez, los pasos avivarán la vieja escalera, caerá de nuevo la luz sobre las plantas. Yo retornaré a mi mesa, a las palabras, y su voz, como un halo, circundará mi día. Cuando ella se haya ido a su trabajo, alzaré los ojos de la página, y un tapiz, un clavel, un amuleto inesperado en la cocina de la casa repetirán el nombre de esta mujer que todo lo pobló con su presencia y el acierto de sus manos. Ella es mi casa, puerta mayor de acceso al sentido de estos cuartos. Si el egoísmo o la indiferencia quiebran nuestro encuentro, la casa se oscurece. Como una dura denuncia de soledad sin remedio, las paredes se cargan de presagios, se repliega el color de cada cosa, la casa se vacía, y habitarla es quedar a la intemperie. Mi casa es esta mujer que ahora duerme a mi lado. Cuando ella anda lejana, todo es lejano en la casa; con ella se van en tropel las cosas de mi entorno, y estar aquí se vuelve una tortura; acosa cada sitio, cada paso lastima, rincones y objetos se hacen inservibles. Y la casa recuerda, en un susurro triste, que alguna vez supimos ser mejores. Si renace la alegría, renace la casa. Cuando la lucidez o el deseo vuelven a reunirnos, la casa otra vez se ilumina: tienen sentido mis papeles, cada cuarto es la evidencia de un proyecto. La casa entera es una fiesta y por la vieja escalera vuelve a correr el aliento suave y denso de la vida.

Santiago Kovadloff (Argentina)

Tomado de la página: Las cuatro esquinas, una intersección  literaria 

Sé como el Agua: Colectivo Green Reinassance

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


¿Cuántas veces habré pensado que era mejor haberme quedado callada? Ya para cuando lo estoy pensando las consecuencias van sucediendo.

Desafortunadamente la velocidad de la lengua generalmente es mayor que la del razonamiento, sobre todo cuando se tiene que procesar una opinión que sea prudente, asertiva. Sigo teniendo el impulso de decir lo que pienso, y sigo equivocándome en las formas, creo que poco en el contenido, pero en las formas definitivamente si.

Decir lo correcto, en el momento y el tono inadecuados, ante las personas equivocadas, conlleva a un mal resultado, debe haber filtros que solo dejen pasar las ideas que transmitan el mensaje y no suenen a agresión, cuando de hacer ver lo que a nuestro parecer es un error. Pero dicen que genio y figura hasta la sepultura, sin que esto sirva de pretexto para poder escudarme, sigo creyendo que mis palabras siempre llevan la intención adecuada,sinceridad absoluta que son ásperas a veces porque quizá por no espero a buscar las condiciones ideales que las suavicen, ese es el mayor problema, no preparar el terreno, no programar, carezco de esa virtud.

Si al escribir tengo la mala costumbre de no hacer borradores, al hablar menos, solo espero que se consiga con el tiempo encontrar más allá de las malas formas que empleo en algunas circunstancias, la esencia de un mensaje, que eso si sostengo en mi defensa, siempre es honesto y bien intencionado. Esto es toda una pública confesión,llevo ya en el pecado la penitencia, espero la absolución.

Vida Maria: Animación por el Día de la Mujer